lunes, 10 de diciembre de 2012

10 DE DICIEMBRE: DÍA INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS ANIMALES - FOLIOS DE LA UTOPÍA: COMO HUACHUAS DE LOS PAJONALES - POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN

 
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
 
2012, AÑO
DE LA DEFENSA DEL AGUA PARA LA VIDA
Y CONSTRUYENDO LOS ANDENES NUEVOS
 
DICIEMBRE, MES DE LAS MONTAÑAS,
DE LOS DERECHOS DE LOS ANIMALES;
DE LOS MIGRANTES, Y DEL NACIMIENTO
DEL DIOS NIÑO EN LA NAVIDAD
 
PRÓXIMAS ACTIVIDADES
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
POR LOS 120 AÑOS DEL NACIMIENTO DEL POETA
Y 90 AÑOS DE LA EDICIÓN DEL POEMARIO TRILCE
 
*****
 
MAGNO HOMENAJE A GEORGETTE DE VALLEJO
 
 
EL DÍA DE SU ONOMÁSTICO
 
LUNES 7 DE ENERO, 7 PM
 
 
PRESENTACIÓN DE LA OBRA TEATRAL “VALLEJO, PERÚ AL PIE DEL ORBE”
 
DE ÁUREO SOTELO Y LILY CARDICH
 
CON LA ACTUACIÓN ESTELAR DE:
 
REYNALDO ARENAS, FERNANDO VÁSQUEZ
 
Y CARLA TABRA (EN EL PAPEL DE GEORGETTE)
 
PANEL:
 
GEORGETTE: ADHESIÓN A UN HOMBRE, A UNA OBRA Y A UNA CAUSA HUMANA
 
CONDUCCIÓN:
 
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
 
LUNES 7 DE ENERO. 7 PM
 
KORI WASI - CENTRO CULTURAL DE LA UNIVERSIDAD RICARDO PALMA
 
 
 AV. AREQUIPA 5198 A UNA CUADRA DE LA AV. PARDO MIRAFLORES
 
INGRESO GRATUITO
 
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XIV CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
TELÚRICA DE MAYO, 2013
POR LOS CAMINOS DE VALLEJO
LIMA, TRUJILLO, SANTIAGO DE CHUCO
 
14 Y 15 DE MAYO EN LIMA
16 DE MAYO EN TRUJILLO
 
17,18 Y 19 DE MAYO EN SANTIAGO DE CHUCO
PERSONALIDADES DEL EXTERIOR
QUE HAN CONFIRMADO SU ASISTENCIA
AL XIV ENCUENTRO INTERNACIONAL
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
 
Teléfonos Capulí:
420-3343 y 420-3860
99773-9575
capulivallejoysutierra@gmail.com
dsanchezlihon@aol.com
 
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CALENDARIO DE EFEMÉRIDES
 
10 DE DICIEMBRE
 
DÍA INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS ANIMALES
 
FOLIOS DE LA UTOPÍA
 
 
 COMO HUACHUAS DE LOS PAJONALES
 
 
 Danilo Sánchez Lihón
 
"Y tú no encontrarás
en mi alma a nadie".
César Vallejo
 
1. Entre
las pajas bravas
 
Las huachuas son garzas de las punas que viven al borde de las lagunas translúcidas, en lo alto de la cordillera y en las jalcas estupefactas.
Se las encuentra en el complejo de 92 lagunas alto andinas de Callacuyán de Santiago de Chuco, ahora enajenadas por la Empresa Minera Barrick, ya intraspasables tras un cerco de alambres de púas y guachimanes brutales.
Vendidas luego esas lagunas por la Barrick al Scotiabank, por 99 años inexpugnables, un laberinto y una maraña legal para que nunca, amable lector, puedas entrar libremente a toda una región de tu propio patria defendida son sacrificios sobrehumanos de tus antepasados de hordas utilizadas por empresas parecidas.
Donde el aire es frígido, la tierra es negra y arcillosa; el suelo es húmedo, calado de chorrillos de agua delgada y plateada, que baja por todas partes entre las pajas bravas.
A veces a las huachuas, que aún sobrevuelan el cerco, se las ve en el trayecto de Santiago de Chuco hacia Trujillo, o viceversa.
 
2. Soledad
de dos
 
Cuando el sol alumbra la meseta, en la jalca o puna, relucen a lo lejos, hieráticas y elegantes, con su plumaje negro y blanco.
Jamás se ve una huachua sola sino en pareja, hembra y macho, en lo alto de las rocas, o en las islas de ichu al centro de las lagunas hialinas y extasiadas; o soleándose al fondo del verde oro de los pajonales.
La imagen que dan es de soledad, la soledad de dos en compañía, que es la soledad del amor.
Soledad de quienes han encontrado lo completo y cabal, para quienes ya no hay nada fuera de sí ni lejos de su entorno que pudieran anhelar.
Soledad del amor, o de la pasión de haberse encontrado las dos en el universo, y saberse el uno para el otro, pero siempre en soledad.
 
3. Hasta
la manera de errar
 
¡Qué imagen la de este ser dos en uno!, en la inmensidad del paisaje ondulante e inacabable y del cosmos ensimismado.
Se miran las dos en silencio. Su gusto es estar la una al lado de la otra, latiendo y, quizá, modulando alguna canción.
Jamás se separan.
¿En qué piensan las huachuas? No tienen manos, pero cuando aletean dejan que sus alas rocen. Existen, la una para la otra.
¿De alguna forma se dirán que se quieren, que se extrañan? ¿En silencio, quizá conjugarán musitando el verbo amar, o el verbo compartir, o el verbo vivir?
¿Les gustará mucho, a él y a ella, el gesto, el aroma, el vuelo, el sueño y hasta la manera de errar y equivocarse del otro?
¿Sienten con emoción simple y vasta que han nacido, tal para cual? 
 
4. Perdiendo
todo temor
 
¿Pensarán, y se estremecen, en qué harían si uno de ellos faltara algún día?
En ese caso, ¿cómo será el amanecer y el mediodía, la noche estrellada o el cielo sin estrellas, si una de ellas se ausenta para siempre? ¿O, si muere primero?
¿El nido sería el nido?
En eso, se escucha una detonación, un estruendo. Y luego retumban otra vez los aires. Y se produce todo un estropicio:
– ¡Pum! ¡Pum! ¡Pum!
Han sido tres disparos en la inmensidad aparentemente deshabitada, porque han salido volando jilgueros, avutardas y hacia todos lados la correría y agitación de insectos y reptiles de colores fulgurantes.
Pero una de las huachuas ha caído, fulminada por un balazo.
La otra ha volado hacía lo alto y lejos, por el susto. Pero pronto, perdiendo todo temor y dispuesta a ser sacrificada, regresa.
 
5. Aterida
y temblorosa
 
Grazna y aletea alrededor de su pareja muerta, sea la hembra o sea el macho.
Y de sus ojos brotan lágrimas de sangre, que la ciegan. ¡Llora sangre la huachua, no sé cómo!
Esto lo sabe a ciencia cierta el cazador. Por eso, muerta una él espera tranquilo, relajado e indiferente, que venga la otra para hacerse de doble presa.
Y allí aprovecha, las piernas bien separadas afincadas en el suelo, como buen tirador, apuntando despacio, entrecerrando los ojos, y con un rictus de desprecio en la boca, cargada la faltriquera de balas, y a quema ropa dispara.
Apenas a dos metros de distancia, descarga otra detonación que vuelve a perturbar de muerte a la Tierra.
Y allí quedan dos cuerpos juntos, que hacen más aterida y temblorosa la mañana.
 
6. Con alambres
de púas
 
Es un misterio, que no se explica, cómo llora sangre la huachua. No se explica, tampoco, cómo vence el temor acervo que tiene por la presencia humana, y regresa para quedar a su alcance y ser muerta.
Si no la matan como ha ocurrido con su pareja –lo cual para la huachua que ha quedado sola sería el más cruel de los castigos– persigue al cazador, reclamando con graznidos lastimeros ser inmolada, quien por impaciencia, o quizá por compasión, alza el rifle y dispara.
Y si no la mata, pronto se la encuentra muerta en algún sitio de la inmensidad de la puna.
Porque ya es imposible que coma, o que vuele, o que se recoja a dormir, en algún nido. Se dejará morir de pena en lo más desolado del páramo.
Y, yo digo: ¿No es lo mismo disparar que cercar con alambres de púas algo que siempre ha pertenecido al pueblo, en donde hemos pastoreado nuestros animales, como ha perpetrado la Compañía Minera Barrick?
 
7. Cuando
su soplo se va
 
Porque en el mundo andino es muy común y frecuente la muerte por pena. O morir de tristeza, de agobio o melancolía.
Y esto porque el amor es muy hondo, fuerte e intenso. Y porque el otro para nosotros lo es todo.
– ¿De qué se ha muerto, la difunta? –Es la pregunta.
– ¡De pena! –Es la respuesta–. ¡Qué pué, ya no comía ni bebía ni dormía! Ni siquiera hablaba.
Solo a ratos lloraba, fija el alma en los ojos de su esposo muerto, detenida para siempre en su recuerdo.
Y lo busca por mundos insondables, insospechados e intransitables. Y se dice que cuando muere, es porque al final lo ha encontrado:
– Solita se ha dejado morir desde que se fue su marido. ¡Pero ya lo encontró, felizmente!
Que ocurre cuando su soplo se va de esta vida a vivir en otra.
 
8. Para
siempre
 
Morir de pena es no encontrarle gusto a nada. Es llenarse las pupilas de sangre, que es la sombra del amado o la amada muerta.
Es imaginarla por los caminos enmarañados e invisibles. Es seguirla hasta coincidir nuevamente con él o ella. Es sentir que él o ella vuelven, e ir a su encuentro.
Las huachuas nos enseñan del amor, mucho más de lo que sabemos los hombres, o de lo que vislumbramos o podemos hacer con nuestros actos.
De allí que los pobladores del campo en estas zonas de jalca, cuando se unen o se casan, se juran entre ellos amor eterno con estas palabras:
 
"Para siempre,
como las huachuas
de los pajonales".
 
 
Texto que puede ser reproducido citando autor y fuente
 
Teléfonos: 420-3343 y 420-3860
dsanchezlihon@aol.com
danilosanchezlihon@gmail.com
 
Obras de Danilo Sánchez Lihón las puede solicitar a:
 
Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com
Editorial Bruño, Perú: ventas@brunoeditorial.com.pe
Instituto del Libro y la Lectura: inlecperu@hotmail.com
Ediciones Altazor: edicionesaltazo@yahoo.es
 
Laguna de Pampamarca (Canas, CUSCO), paraíso de las parihuanas
Foto: Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
 
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