CAPULÍ,
VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción
y forja de la utopía andina
2014 AÑO
DE LA BATALLA DE LA LECTURA Y
ESCRITURA POR LA CONSTRUCCIÓN
DE UN MUNDO MEJOR
OCTUBRE, MES
DE LA SALUD,
LA
ALIMENTACIÓN, LA GESTA
DE ANGAMOS;
VIDA Y EJEMPLO
DE MARIO
FLORÍAN Y LUIS
DE LA PUENTE
UCEDA
CAPULÍ
ES
PODER
CHUCO
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PRÓXIMAS
ACTIVIDADES
DE CAPULÍ,
VALLEJO Y SU TIERRA
PRESENTACIÓN
DEL LIBRO
“VALLEJO Y SER
HERMANOS”
DE
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
EXPOSICIÓN
DE PRINCIPIOS:
RAMÓN NORIEGA
“LA HERMANDAD
EN VALLEJO”
MENSAJES: VALLEJO
LA FE Y EL MUNDO ANDINO
MANUEL VEJARANO
FLORENCIA ROLDÁN
PANEL
DE PRESENTACIÓN:
JULIO YOVERA
DANTE CASTRO
MARITZA OLÓRTEGUI
DECLAMANDO
A CÉSAR VALLEJO:
ERIBERTO GALINDO Y
FREDERIK SOTOMAYOR
ACTUACIÓN MUSICAL
DIANA CHÁVEZ
AUTORA DEL DISCO
“DE JUNCO Y CAPULÍ”
CONDUCCIÓN:
RAMÓN NORIEGA
MANUEL RUIZ PAREDES
JUEVES 16 DE OCTUBRE. 7 PM.
CASA DE LA LITERATURA PERUANA
Agradecemos
su gentil asistencia
*****
16 DE OCTUBRE
DÍA
MUNDIAL
DEL PAN
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
EL PAN
ES
DE DIOS
Danilo
Sánchez Lihón
…y el valor
de aquel pan inacabable.
César Vallejo
1.
El pan
es
de Dios
En eso escuchamos:
– Pum, pum, pum. –Unos
golpes en la puerta.
– ¡Quién es!
– Buenos días, señora.
– ¡Pase!
– Disculpe la molestia,
hemos estado bajando por la calle Manco Cápac y el olor al pan recién horneado
le ha antojado a mi esposa que está encinta. Le suplico, véndame solo una
manito. ¡No vaya a nacer mi criatura con su lengüita afuera!
– Pasen, siéntense. Voy a
acomodarles una bolsita.
– Aquí no más démelo en la
esquina de mi rebozo. ¡Qué se va a molestar!
– No es molestia, señora.
Pero está calientito, recién salido del horno.
– Ay, gracias, señora,
gracias. ¿Cuánto le debo?
– Nada, nada. El pan de las
casas no es para vender, porque no es de nosotros, es pan de Dios.
2.
Varas
de
alcanfores
La calle Manco Cápac queda
a cuadra y media de mi casa en Santiago de Chuco. Así el olor a pan recién
horneado que se expande por toda la comarca.
Es olor a harina cocida. A
niño recién nacido. ¡A bebé tierno! A infante suave. A pañales. Y a origen.
Porque a eso huele el pan.
Con mis hermanos pequeños
cuando ya la masa ha lludado nuestras tareas en la casa son:
Hacer los tendales en donde
se irá poniendo el pan. Tender las camas en donde vayamos alineando el pan
recién tableteado, en las tarimas.
Están hechas de carrizo y
maguey y enlucidas de barro que ha secado duramente, en donde hemos extendido
encima lonas y manteles.
Todo esto en el interior de
la habitación en donde está el horno, o en una habitación adyacente con paredes
oblongas y oscuras.
Con techos altos de gruesas
vigas de aliso, tejidas de varas largas de alcanfores, y con el suelo sembrado
de cuyes.
3.
El pan
es
solidario
La tarea de la parvada de
chiquillos es recoger el pan de un costado de las mesas donde lo están
tableando y correr a dejarlo en las camas de pan, alineados en filas derechas,
sin dejar espacios vacíos o huecos.
Correteando en las tarimas
y ya sin zapatos, desde los rincones vamos poniendo los panes tableados que
nosotros mismos nos alcanzamos.
A ratos pasándolos por
nuestras narices para olerlos porque es como inclinarse a beber de nuestros
arroyos, puquios y manantiales.
Es como llenarnos los
pulmones del aire, la brisa y el viento de nuestros campos sembrados de trigo
ya con las espigas que se mecen hasta en las noches sean a oscuras o con
plenilunio.
Mientras, alguien con un
tumi va hendiendo suavemente cada pan con una huella, como una honda cicatriz,
que el pan trae como una marca de fuego.
Con ella entra al horno y
sirve para cortarlo por la mitad cuando se lo come, marca de que el pan es
solidario y hay que compartirlo.
4.
Una guagua
de
pan
Entre las tableadoras están
mis primas y mi tía Hermelinda, que ha venido del campo a ayudarnos con su
hija, mi prima Irene, bella y ya casadera.
Mis hermanas pequeñas a
modo de juego hacen sus guanacos de pan que adornan con ojos hechos de puntitos
de masa que aplanan en sus cuencas, engalanados de corbatas en sus cuellos y
que suavemente dejamos en el lugar preferido de la cama de pan y que
introduciremos con especial cuidado en el horno.
Mi prima Irene, de ojos
soñadores y una trenza que amarra en un moño, con un cuerpo rozagante, que ha
crecido y en donde han brotado todas las turgencias, está inquieta por decirle
algo a su mamá, mi tía. Mientras palmean las bolas de masa, conversan:
– Mamá, ¿puedo hacerme una
guagua de pan?
– Sí, pero ándale y pídele
permiso a tu tía Elvira.
– Dice que sí, mamá.
– ¿Le has agradecido?
– Sí, mamá. ¿Está linda mi
guagua? O, ¿cómo lo ves?
5.
Cuatro golpes
parejos
– Sí, está linda.
– Adivina para quién lo he
hecho.
– ¿No es para ti?
– Es para mí, pero también
para alguien más.
– No sé. Dime tú, ¿para
quién más es?
– ¿No me vas a resondrar?
– No, pero dímelo.
– ¿Puedo bautizarlo con
Manuel?
– ¿Qué Manuel?
– El joven Manuel, nuestro
vecino, hijo de don Lizandro.
Después del solemne
silencio que ha reinado, el tableteo que hace mi tía es más fuerte, como si
golpeara la mesa en donde embadurna un poco de harina y encima pone la bola de
masa que aplana con cuatro golpes parejos, lo voltea, lo expande y luego lo
vuelve a hacer girar.
6.
A ver
qué
dice
– ¿Él, ya sabe? ¿Ya lo has
dicho? ¿Has conversado con él?
– No. Nunca hemos hablado a
solas. Solo lo estoy pensando contigo.
– Entonces, se va a
asustar. ¿Cómo vas a proponerle bautizar una guagua?
– Siento que él me quiere,
pero que es tímido. Que nunca me va a hablar, ni yo tampoco. Por eso, primero
dile tú a su mamá, a ver qué piensa.
– ¿Yo?
– Será para que tu papá me
mate.
– Tú primero habla con mi
papá.
– Pero aún eres muy tierna
para casarte.
– ¿Pero acaso sería para
casarnos mañana?
– Voy a hablar con tu papá,
y a ver qué dice. ¡Con razón has hecho tan bonita a la guagua! ¡Ay, mi hijita,
ya empezaste a sufrir!
7.
Crisol
de
ensueños
En mi pueblo así el pan
sirve también para enamorarnos, porque somos tan tímidos que casi es imposible
que la emoción y el sentimiento nos deje hablar cuando estos son hondos, como
ocurre con el primer amor, entonces un rito es bautizando a una guagua pero de
pan
Ya salió la primera
horneada de pan. Y estoy al pie para recogerlos
También mi tarea es limpiar
la ceniza y carbones que se pegan a cada pan, dejándolos caer después de
limpiarlos en la canasta envuelta en un mantel blanco.
Y mientras lo hacemos hay
que resistir la tentación de comerlos recordando en nuestros oídos lo que nos
recitan nuestros padres:
Comer pan caliente
produce mal de vientre.
O, si no, aquella copla que
dice:
No se come pan caliente
ni se bebe agua fría
porque así se murió mi tía
y así se cayó mi diente.
Amasar el pan es alquimia
de voces, de afectos, de sentimientos. Como de sabores, de colores y de gustos.
Es crisol de ensueños, desvelos ¡y amores!
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El texto anterior puede ser
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CONVOCATORIA
XVI ENCUENTRO INTERNACIONAL
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
TELÚRICA DE MAYO, 2015
LIMA:
MARTES 19
TRUJILLO:
MIÉRCOLES 20
HUAMACHUCO
JUEVES 21
SANTIAGO DE CHUCO:
VIERNES 22
SÁBADO 23
Y DOMINGO 24
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DE MAYO, 2015
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