LA MALDICIÓN DEL ORO
Autor: Eliseo León Pretell
Poeta peruano
“Ciudad Satelital”
Houston Texas, EE UU
Desde que apareció el oro, en tiempos inmemoriales,
mató los lazos cordiales, que unían la población.
Llegó como maldición,
exacerbó las pasiones,
alteró los corazones,
como en un armagedón.
Se acrecentó la ambición, del rey todopoderoso,
al ver al metal hermoso, entrar al palacio real.
La lascivia y bacanal,
el lucimiento y el goce,
los celos y cuanta pose,
fueron hallando sitial.
Se fue incrustando el metal, engalanando las cosas,
a las mujeres hermosas, les cubrió el venusto cuello.
Adornó manos, cabello,
lució en vistosos pendientes,
en brazaletes y dientes,
con fulgurante destello.
Para este indumento bello, fue escaseando el metal,
el hombre saltó el bardal, del decoro y la decencia.
Se trastocó la conciencia,
se confundió la razón,
haciendo una explotación,
sin medir la consecuencia.
No encontraron resistencia, en los pueblos oprimidos,
llantos, penas y gemidos, jamás fueron escuchados.
Indios y esclavos vejados,
por los “busca oro” mezquinos,
rascaron los intestinos,
de nuestros Apus sagrados.
Hoy, desde arriba endiosados, compran leyes a su modo,
cubren los ríos de lodo, los pastos y limpias fuentes.
Reducen gastos ingentes,
explotando a tajo abierto,
dejando al fin un desierto,
con olores pestilentes.
La ignorancia de las gentes, como sus expectativas.
los usan en sus diatribas, cuando quieren explicar.
Su sistema de explotar,
y lo que pierde la gente,
tildando de escasa mente,
al que los quiere enfrentar.
Derechos reservados
E-mail: ellepre@yahoo.es
E-mail: zorzal47@hotmail.com
E-mail: elcantodelzorzal@live.com
"La naturaleza señala a los soldados de la vida,
el lugar en donde han de luchar por ella". Blas Infante
Autor: Eliseo León Pretell
Poeta peruano
“Ciudad Satelital”
Houston Texas, EE UU
Desde que apareció el oro, en tiempos inmemoriales,
mató los lazos cordiales, que unían la población.
Llegó como maldición,
exacerbó las pasiones,
alteró los corazones,
como en un armagedón.
Se acrecentó la ambición, del rey todopoderoso,
al ver al metal hermoso, entrar al palacio real.
La lascivia y bacanal,
el lucimiento y el goce,
los celos y cuanta pose,
fueron hallando sitial.
Se fue incrustando el metal, engalanando las cosas,
a las mujeres hermosas, les cubrió el venusto cuello.
Adornó manos, cabello,
lució en vistosos pendientes,
en brazaletes y dientes,
con fulgurante destello.
Para este indumento bello, fue escaseando el metal,
el hombre saltó el bardal, del decoro y la decencia.
Se trastocó la conciencia,
se confundió la razón,
haciendo una explotación,
sin medir la consecuencia.
No encontraron resistencia, en los pueblos oprimidos,
llantos, penas y gemidos, jamás fueron escuchados.
Indios y esclavos vejados,
por los “busca oro” mezquinos,
rascaron los intestinos,
de nuestros Apus sagrados.
Hoy, desde arriba endiosados, compran leyes a su modo,
cubren los ríos de lodo, los pastos y limpias fuentes.
Reducen gastos ingentes,
explotando a tajo abierto,
dejando al fin un desierto,
con olores pestilentes.
La ignorancia de las gentes, como sus expectativas.
los usan en sus diatribas, cuando quieren explicar.
Su sistema de explotar,
y lo que pierde la gente,
tildando de escasa mente,
al que los quiere enfrentar.
Derechos reservados
E-mail: ellepre@yahoo.es
E-mail: zorzal47@hotmail.com
E-mail: elcantodelzorzal@live.com
"La naturaleza señala a los soldados de la vida,
el lugar en donde han de luchar por ella". Blas Infante
Contumazá, cuna del poeta Eliseo León Pretell
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