LOS 172 AÑOS DE MI ESCUELA 127
(MAGDALENA, CAJAMARCA)
Por Fransiles Gallardo Plasencia
En abril de 1961, con un cuaderno y un lápiz ingresaba atravesando el campo de futbol ingresaba al flamante y recién construido local de la Escuela 127 con aulas propias para cada año de estudios, techos de calamina, pisos de cemento, patio central, puertas de madera, grandes ventanas de vidrio y un profesor para cada sección.
Era un afortunado. Llegaba para estudiar Transición
Los anteriores alumnos y promociones estudiaban en los salones del viejo Cabildo Municipal de la Plaza de Armas. Allí estudió hasta segundo de primaria mi padre. También mis hermanos mayores. Mis hermanas estudiaron en la Escuela de mujeres 128.
Tres muchachos compartían carpetas bi personales de madera, color verde. En un aula estudiaban primero y segundo de primaria. El heroico profesor era don Atilio Jesús Alvarez Pita, un shilico que se enamoró y se quedó en mi pueblo, quien llegó en 1947.
Posteriormente se amplían los estudios para Tercero, Cuarto y Quinto de Primaria a cargo del Profesor Fausto Torres; quien es reemplazado por la señorita Francisca Berrospi Chávez, ex alumna del Indo América de Cajamarca.
Luego llegan los profesores Alfaro y Bazán.
Cuando ingreso a Transición el Director era don Helí Atilio Aliaga Camacho y los profesores, los flamantes normalistas Pedro Pretell Sagástegui; quien después de Alcalde de nuestro pueblo, Julio César Morales, el profesor Espinoza y don Héctor Agustín Pretell Cedrón; quien fue nuestro profesor hasta 1966. Eramos su primera promoción.
El 30 de octubre de 1962 y cuando estábamos en Primer Grado, la Supervisión Provincial de Educación de Cajamarca organizó el Primer Concurso Provincial de Cálculo. Un alumno por sección de los 14 distritos de la provincia. Es decir 84 estudiantes de la provincia, nos concentraríamos en la Escuela 91 de Cajamarca, para evaluar nuestras capacidades y formación matemática.
Nuestros maestros también competían.
Nuestra escuela arrasó: Dos primeros puestos, dos segundos puestos y un tercer puesto. De los primeros puestos, uno fue el mío.
Cuando cursábamos el cuarto año, 30 de setiembre de 1965, se volvió a organizar este Concurso de Cálculo. Obtuve un primer puesto.
La alegría y la emoción de ganarles a los mejores estudiantes de los 14 distritos y más precisamente, a los de la capital de la provincia.
Se impuso el uniforme caqui. Cristina, galones, corbata, camisa y pantalón caqui. No todos teníamos zapatos.
Todos los lunes antes de ingresar a clases y de la revisión de cuello, orejas y pies cantábamos el himno nacional y un alumno por sección debería demostrar sus dotes artísticas, recitar, cantar, bailar, contar chistes, adivinanzas o refranes.
Cuantas anécdotas de tantos compañeros, que por el miedo al público, los olvidos, los gallos al cantar o las circunstancias; que en reunión de amigos recordamos con nostalgia y cariño.
Por primera vez, se formó un equipo de fútbol con entrenamiento y estrategia (3,2,5). El San Agustín, con casaquillas y chimpunes con clavos y pelota con pichina; para jugar con los chiletanos y recordar el famoso “mano gol”.
Pero, mi escuela la 127, hoy 82070 no cumple 100 años. Cumple 172 años.
Según informaciones documetarias recabada por el historiador Segundo Arturo Gallardo Plasencia, la escuela, probablemente se funda en 1848, en el gobierno de Ramón Castilla.
Treinta pobladores, dentro de ellos varios estudiantes de la escuela de Magdalena, se enrolaron y pelearon en la batalla de San Pablo y en la Batalla de Miraflores en Lima, durante la Guerra con Chile.
Participaron además, en la construcción de la carretera a Cajamarca, durante el gobierno de Don Augusto B. Leguía, en que se refrenda la existencia de la Escuela de Magdalena en 1920.
Fecha que celebramos, el Centenario de nuestra Escuela.
Tengo la fortuna de ser miembro de la 41 Promoción 1966, de la Centenaria Escuela Primaria N° 127 de Magdalena de Lachán, Cajamarca, Perú.