martes, 20 de marzo de 2012

VERSOS SALVADOREÑOS - INSPIRACIÓN DEL POETA RODOLFO ASCENCIO BARILLAS




LA CANCION DE UN POETA TRISTE

Rodolfo Ascencio Barillas


Grandes son mis lamentos,

Inmenso es mi dolor

En la arquitectura de mi camino

Soy el llanto que gime en el viento

Y las amarguras agrias de mis entrañas

Yo nunca encontré la felicidad que anhelaba

Ni el consuelo de la mustia infancia

Y con las interrogantes que me atormentan.

Quien soy, que vago por el mundo

Deambulando con mis penas,

Si no era un niño que me inundaba llanto

Yo quise volver a mi tierra

Y vivir el sueño que despierta en el alba

Y el mañana que llueve lágrimas de vidrio

Ese soy yo, un reflejo del sol moribundo

Y el  destello oculto en la luz de la verdad


Yo soy un grito espantoso en la noche fría

y el inmenso dolor de mi pecho ardiente

Ese soy, la ola de la amargura

Soy la triste montaña en la selva solitaria

Soy la trémula voz de los ignotos pantanos

Soy la noche que se perdió en el infinito


Ese soy, mis ojos mustios en el ocaso

Soy el río que no encontró su cause

Soy el espavorido lamento de mi soledad

Soy la sombra sin aliento viviente

Ese  soy yo las sordas palabras de mi boca

y la herida que nunca encontró  su cura


Yo soy el terrible manjar de aves rapaces

Y soy  la llama que no encendió su hoguera

Ese soy, el apetito desesperado de mis angustias

Soy el camino que no encontró su sendero

Soy el calvario de la penumbra

Soy la ponzoñosa daga que se clava en el corazón


Ese soy, la vida desahuciada  en el mundo

Y la muerte que camina en el túnel sin retorno

Yo soy  la fiera indómita que duerme enfurecida

Y el abrojo repudiado por los que amaba

Ese soy, que ama sin ser amado

Soy la vanidad del alma penitente

Soy la  precaria suerte del que lo presiente

Soy el misterio cósmico de la luna

Soy un potro salvaje en un abismo

Soy el ceniciento incoloro de los arcoiris

Soy la cicuta que embriaga mi garganta

y el enhiesto cantar de los ruiseñores,

Soy el extravagante sueño de la monotonía

Soy el farniente fastidio de las lejanas llanuras


Soy  el fétido encanto de la pesadumbre

Soy el  impúdico atardecer de los menesteres.

Ese soy, aquel que no mas soñaba

Con  sueños imposibles en su almohada,

Soy el misterioso verso de los poetas

Soy un escondrijo en los desfiladeros

Soy la vana voluntad de las sienes

Soy una pluma que vaga en los bosques.


Ese soy, las burbujas que se desvanecen con la lluvia

Soy el relámpago campestre de los pueblos

Soy el ave que no encontró su nido

Soy  el cenit de infinitos estelares

Ese soy.

¿Quien despertara  el mañana?

¿Quién escuchara el silencio?

¿Quién dormirá en los brazos del sol?

Y caminar en el surco donde su rostro  habita

¿Quién besara el piélago soñado?

Y la lluvia que brota en sus entrañas

¿Quién acariciara el sueño del hombre?

Y las ilusiones fugaces que pasaron

¿Quién buscara la esperanza del mundo?

Y los idílicos vientos de los nostálgicos veranos

Que fueron solo ideales  esfumados

En la construcción de las pavesas

De un desprovisto destino,

¿Quién comprenderá el dolor de mi corazón?

Y aquellas horas consumidas en mi juventud.

¿Qué se hicieron las ilusiones de mi vida?

Los sueños que en mi pecho soñaba

Fueron épocas de la infancia pasada

Y que lleva el sello de mi sufrimiento

De aquel tardado momento

Que el terrible destino devoro,


Y en la magia que en mi  alma expresaba 

Yo Imaginaba bellas mariposas

Que en la rosa de mi corazón estremeció.

¿Qué se hicieron las luces?

Y las noches que pintan las estrellas

De mujeres bellas en un oasis de ternura,

¿Qué se hicieron los sueños macilentos?

Y el viento que se unía a los claros atardeceres.


Cual música romántica resonó a mis oídos

De los efímeros y tristes  peregrinos

¿Qué se hicieron las promesas no cumplidas

Y las llamas de los fuegos encendidos

¿Que se hicieron los anhelos del mundo

y los embelesos diamantinos de un amor inerte

¿Qué se hicieron las cuitas de mi alma

Y los mustios días de lejanos recuerdos

¿Qué se hicieron las musas de la literatura

Y la eterna criatura de mi plenitud,

Y que hoy en mi vida solo son resabios

Que agonizan en los besos de tus labios

Y que niegan los sueños inciertos de mi juventud

De un corazón que llora en el lamento.



¿Quién iluminara el ocaso de mis amaneceres

Y las brumas de una triste ilusión

¿Quién derramara lagrimas de cristal

Y la humanidad que vive con densidad

¿Quién edificara el nacimiento del nuevo mundo

¿Quién soñara con las lejanas primaveras

Y las hermosas doncellas de los siglos

y yo viviré en el rumbo de la penumbra

Esperando el retorno de mis recompensas


Y soñare volverte ha besar

Y a vivir en nuestro gran amor

Y caminare sobre las sombras del punto

Y en la eterna ensoñación

De las tiernas caricias de un destino

Que desaparece en un sueño profundo

¿Quién dormirá en el sueño del mundo?

¿Quién encontrara la luz del universo?

¿Quién vivirá  en las lozanas mañanas?

¿Quién soñara la verdad incólume ¿

¿Quién despertara la paz de los niños ¿

¿Quién escuchara los ecos eternos del cielo?

Pero fue ayer que volví a contemplar el ocaso

Y la inmensidad del cielo

Ayer pude besar tus labios

Y la suave  ternura de tu piel

Ayer renacieron las esperanzas del hombre

Y la hermosa paz que nació en el mundo

Y vi en el techo del cielo

La cumbre celeste de tu cuerpo infinito

Ayer, yo ame su alma angelical

Y el deseo de su carne voluptuosa

Ayer quise mirar las nubes de las praderas

Y la gloria que prepara sus aposentos

Ayer fui un niño que amaba su terruño

Y los colores dibujados por tu sonrisa

Ayer tu espíritu miraba la chispa divina de tu aliento

Ayer pude mirar los días del mañana

Y  los pájaros  que acariciaban tus suspiros

Ayer quise escuchar el aliento de tu voz

Y la exhalación que respiraba tu pecho

Ayer vi las quietas aguas minar los arroyos

Y manantiales de estrellas deshojaban el firmamento

Ayer yo anhelaba la dicha de tu existencia

Y el sueño de ver tu bello rostro

Ayer miraba el ínfimo dolor de tu vientre

Y los someros años de nuestras vidas

Ayer quise volver a mis encrucijadas

Y  a las plomizas lluvias de invierno

Ayer quise retornar al amor que nunca tuve

Y a los placeres que en el alma se esconden

Ayer fui un león embravecido  en las recónditas selvas

Y la jauría de pensamientos persiguiéndome

Ayer recupere el sentido direccional de mis locuras

Y la complaciente tranquilidad de mi conciencia

Ayer fue otro sueño sin mañana

Y hoy será el sueño del ayer.

El dolor es espina en mi vida

Y es la congoja de mis sufrimientos

Yo soy el canto de un futuro incierto

Y la tribulación que se cierne en la humanidad

Yo soy la brisa que se levanta con el polvo

Y el bullicio de un promiscuo intento

 Yo amaba la dulce sonrisa de tu rostro

Y las quejas de un dolor injusto

Yo quise vivir con armonía

Junto a yacimientos de libertad  incólume 

Yo soy la sombra de mis tristezas

Y un alarido funesto en el desierto

Yo soy solitario y triste

Yo soy el eco extranjero del universo

Yo soy el grito ahogado en el mundo

Y soy el triste, más triste…




TE QUIERO

Rodolfo Ascencio Barillas


Te quiero, porque te quiero

Y más te quiero

Y no puedo dejar  de quererte


Te quiero con el beso ardiente de tu boca

Y el perfume que derrama tu vestido


Y las joyas que escondes en tu alma

Te quiero como el aire que respiro

Y como el rocío que cae en las madrugadas


Te quiero en la infinita verdad de tus labios

Y en el lecho de todas tus latitudes


Te quiero en el solitario desván de mi recuerdo

Y las noches que gemías con la luna


Yo te quiero con el viento de tus narices

Y el soplo fugaz de un lucero,

Cuando nos besamos, se despierta la aurora

En el clímax del ocaso


Te quiero como la inocencia de un  niño,

Que llora por su juguete preferido


Te quiero en las mansas aguas del riachuelo

Y a veces te siento en la hora de la noche triste,

Porque tu ausencia es mi calvario

Y los días que  son interminables

En brazos de la soledad,


Yo te quiero en el umbral de la primavera

Y en las heladas montañas de los andes


Así te quiero, como lo que eres,

La belleza estremecida con mis besos


Yo, te vi, antes de las estrellas

Y supe que tu silueta es de misterios


Te quiero en la infinita quietud del universo

Y en el bello cristal de tus ojos


Te quiero, por el recuerdo eterno del paraíso

Y la distancia del beso entre la montaña y el cielo


Te quiero en las burbujas del claro manantial

Y las gaviotas que vuelan surcando los mares


Por eso te quiero,
                                                                                                                      
y quizá mañana regrese a tu regazo

Te quiero como las viñas en flor

En mis mares de fantasías


Te quiero por ser mi amante y mi amada

Y yo te busque  en  la sombra del mundo

Navegando bajo el río de mis ilusiones.


Te quiero en la seducida noche de la luna

Y el sol que despierta en tus brazos


Te quiero en las fresas de mis labios

Y en las uvas de mi corazón


Yo te quiero con el alma en mis ojos

Y el deseo indeclinable de mi existencia


Te quiero en los manjares de miel

Y leche que fluye de tu boca


Te quiero en el incógnito hablar de tus palabras

Y la fútil expresión de mis versos


Eres, el cielo azul del verano

Y la dulce nostalgia de mis amaneceres

Y aunque no me quieras

Jamás dejare de quererte, amada mía


Yo, quiero impregnar un beso en tu llanto

Y arrullar la triste soledad de tus ojos


Cuanto te quiero, allá en mi ocaso

Y  en el encuentro que fosforece en mi fantasía



Te quiero en las distancias de nuestras tierras

En los océanos del mundo

Y en las locuras del tiempo


Te quiero en las fantasías edificadas

En las escarchas de los granizos del campo


Te quiero en las razones de mis sueños

Y en los entendimientos de mi alma


Eres mi gran universo que camina

Y el fuego ardiente de la pasión que calcina


Te quiero y más te quiero

Te quiero en los bosques, en los ríos,


En los manantiales, en las montañas

En las ciudades, en los mares

Y en las golondrinas que dejan su nido


Te quiero en los glaciales de tu alma

Y en el espaviento que derraman los sentimientos


Y te quiero, para dibujar un mundo de soluciones

Y disfrutar con la belleza de tu piel

Y la seda de tus manos


Por eso te quiero, por tu timidez,

Y el raciocinio de le das a mi vida


Te quiero, y más te quiero

Y no lo puedo negar… 

.
.

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