CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRAConstrucción y forja de la utopía andina
MARZO, MES DEL AGUA, DE LA MUJER,LA POESÍA, EL TEATRO Y EL NACIMIENTODEL POETA UNIVERSAL CÉSAR VALLEJOCAPULÍ ESPODER CHUCO
SANTIAGO DE CHUCOCAPITAL DE LA POESÍAY LA CONCIENCIA SOCIAL
– Eleuterio, dime: ¿no se desbordan esas aguas?– Duerme tranquilo niño. Retumban las aguas, braman y golpean, pero no se salen de su cauce.Y, es que aquí, rugen en la noche feroces y aciagas las aguas del río y en esta choza que se alza a su orilla. Aguas que atruenan feroces, precipitándose en cascadas y turbiones de furor, de miedo y de asombro. Y de espanto por todo lo que arrastranHemos venido Juvenal y yo en las vacaciones del mes de julio a la cosecha de papas en Guamanchal, en donde se juntan dos ríos que bajan desde la jalca por las montañas escarpadas.Entre los dos hacen una turbulencia de ondas espumosas y encajonadas que no alcanza totalmente a verse, por la maraña de lianas y bejucos, y por lo intrincado y salvaje del terreno, pero cuyo fragor se oye como algo atroz e implacable.Para después precipitarse entre rocas y pedruscos rumbo al mar. Pero que bastan sus bramidos, hondos y broncos, para sentir cómo retumba la tierra. Y llueve torrencialmente.– Duerme tranquilo niño. –Me vuelve a repetir Eleuterio, mientras en plena oscuridad chaccha su coca.– ¡Ah, la vida! ¡Lo que es la vida! –Me digo yo llorando en la oscuridad. ¡La vida tan frágil e indefensa!¡Y, al final, si no es esta son otras aguas, o este u otro río, que terminan arrasando la choza que te alberga, y cargando con nosotros para sepultarnos en cualquier otro mar!– ¡Duerme tranquilo, niño! ¡Yo te estoy cuidando!Y siento que su voz es la de Dios. Y duermo hasta despertar en una mañana radiante.DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
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5 DE MARZO
SE FUNDA TRUJILLO, EN 1535
DÍAJUBILARDE TRUJILLO
FOLIOSDE LAUTOPÍA
EL MAESTROALVA LESCANO,EL SÍMBOLO
RECUERDOS
Danilo Sánchez Lihón1. SiemprealertaSi alguien puede representar bien y mejor a la ciudad de Trujillo actual es el maestro César Alva Lescano, quien nació en Cascas pero que por múltiples razones es un motivo de orgullo para Trujillo en donde él ha centrado toda su labor cultural. Quien tiene 100 años cumplidos y sigue con denuedo en la batalla y en la brega por el bien, la verdad y la belleza. Es un guerrero, un adalid y un portaestandarte incansable, quien ha escrito algo que lo define:CABALLITO DE TOTORACaballito de totoraque tiendes tu forma al vientoy perseveras triunfantedel oleaje sin tiempo;flotas a la derivadel vaivén procelosoy al furor que se levantasiempre alerta, nunca quieto.Caballito de totoraqué presto la mar te lleva,y en horizontes lejanos,tiemblas a la tarde inquieta;dibujas tu forma al vientoal compás del oleaje,y entre celajes perdidosperseveras en tu viaje…Caballito de totora,sigue tu viaje ligero,y mientras el mar entonesus himnos de terciopelo,vivirás en mi recuerdocon el caudal de tu ancestrovenciendo olas dilatadasen las esferas del tiempo.Caballito de totoraqué presto la mar te lleva.2. Por los caminosvan los niñosCésar Alva Lescano es esencialmente maestro quien ha dedicado su vida al Colegio Nacional San Juan y a la Universidad Nacional de Trujillo.Quien cultiva la poesía que todos los pueblos deberíamos cultivar más profusamente, la poesía de la identidad que recrea y exalta lo nuestro. Porque es la poesía de pie, la poesía de cara al pueblo, que habla de nuestros sucesos, de nuestra historia y costumbres.De todo aquello que es nuestro acontecer como pueblo y que este poeta de la tierra lo cultiva, con entrega y con afán. Pero, además de esta poesía de la identidad hay una dimensión de su arte que repercute para los niños, al servicio y asequible a ellos:ROMANCE DE LA LUNA LLENALa luna tiende sus brazosa los niños de la tierra,y los envuelve en su senocon hálitos de grandeza.Los niños, los niños bailanal son de la luna llena,que desde lo alto miraa los niños de la tierra.Frágiles como sus vidaslloran niños de la tierray claman con alma nobleal son de la luna llena.Le piden amor y graciaa la luna, luna llena,con corazón de esmeraldalos niños de nuestra tierra.Dulce pasión de los niñosque juegan con luna llenaen las humildes barriadasque comprende madre tierra.Aquí, allá en el silenciode claras noches serenas,la bulla, bulla de niñospuebla con amor la tierra.Al fin la noche ha llegadoal son de la luna llena,y por los caminos vanlos niños de nuestra tierra.3. Quienlo convocaComo encuentro que un contenido recurrente en aquellas lámparas de luz eterna que son sus sonetos, es el tema del olvido:Horizontes que se abisman en su vueloy comprenden en su seno lo creadocon la magia ancestral de lo vivido;universo donde moran los anhelosrecuerdos imborrables de lo amadoque resisten el imperio del olvido.El olvido que antes era nuestro principal reto y desafío. Y es por eso que había otro valor que también lo amparaba y que ahora yace perdido, cuál es el honor. ¡Y no se hería ni mancillaba el honor para no tener olvido!Y esa es la otra virtud en la vida de César Alva Lescano, el ser un hombre de honor, del deber cumplido, de la palabra sagrada.Pero hay otra dimensión notable en la vida y obra de César Alva Lescano y es su calidad de narrador. He aquí un fragmento de su prosa galana, tersa, bien modulada y con hondas resonancias, de su libro “Mitos y leyendas de Trujillo”, y más precisamente de su texto: “El ternero de oro”, que dice así:Envuelto en las sombras, quedábase el viajero en cualquier paraje donde le cogía el cansancio. El soplo del viento que musitaba raros sonidos y el ruido de seres nocturnos, rodeaban su estancia.4. ParajessilenciososY continúa:En uno de aquellos viajes que lo alejaron siguiendo caminos distantes, llegó a un paraje perdido en la lejanía; allí encontró restos dejados por habitantes de pretéritas épocas. El lugar era acogedor para pasar la noche y abrigarse de las inclemencias del tiempo. Tendió su humilde tienda en un recodo del camino a manera de casucha y se tendió a descansar. Esta vez no lo acompañó su perro fiel.En medio de aquel silencio y avanzadas las horas de media noche, cuál no sería su sorpresa al escuchar a distancia un sonido que simulaba el valido de un ternero; a pocos momentos, a la luz de las estrellas, divisó una sombra luminosa que se acercaba; su brillo misterioso despertó su curiosidad y asombro. La visión pasó cerca de su tienda como una exhalación y se perdió en la planicie, dejando atrás una centella que se diluyó en el camino por donde se alejó aquella sombra, casi alada, perdiéndose en el oscuro abismo.Al amanecer, después de horrible vigilia, producto de la aparición, siguió el camino por donde se había alejado aquel ser misterioso, que por la noche se le había presentado. Gran sorpresa sintió, cuando, súbitamente, se halló frente a una cueva entre recios picachos. Su imaginación despertó ante aquel encuentro y pensó que, en ese solitario y lejano lugar, se escondía la sombra alada, de brillante forma que había visto cruzar cerca de su tienda, cuando descansaba.Cerca del mediodía, y habiéndose alejado del lugar a considerable distancia, divisó a la luz del sol que cerca de la cueva se movía algo raro y despedía intenso brillo; parecíale que los movimientos los realizaba experto acróbata según sus propias versiones, saltos, caídas, carreras en direcciones diversas era el ancestral retozo de los terneros, realizado en aquellos parajes silenciosos y sombríos.5. Caminoa Santiago de ChucoPero además César Alva Lescano es un consagrado maestro y escritor dedicado al estudio y valoración de la obra de César Vallejo aspecto que quisiera comentar citando su viaje a Santiago de Chuco, cuando dice:Rumbo a Santiago de Chuco se despierta en el viajero que por primera vez halla esos senderos, la vehemente curiosidad de llegar a esa tierra donde se acunó el más grande poeta de nuestras letras. Una serpenteante carretera afirmada, se extiende inclinada y va como prendida a los montes en cuyas faldas se precipitan los abismos que asombran desafiantes y donde la vida se enfrenta a la tragedia. El alma inquieta sube y sube conforme avanza la maquina; una pendiente, una curva, el zigzagueo interminable coloca al viajero frente a la incertidumbre de llegar o no al destino; la lejanía se mueve al conjuro del tiempo que se diluye en el espacio techado por un cielo azul cuyo horizonte se perfila por las cumbres. El paisaje muy propio de nuestra serranía se dibuja en nuestras pupilas que van fotografiando minuciosamente, cumbres, quebradas, pajonales, adornados por yerba o copiosos bosques de eucaliptos que se distienden a la vera del camino"; unas veces vigilantes de cerca, otras se pierden en la distancia hacia arriba por las faldas de los cerros o moran en las profundidades de las quebradas; todo como hechura del Supremo Hacedor en conjura con el hombre.6. Seguirrecorriendo su caminoQuien depone muchas veces su obra propia por exaltar la de César Vallejo, quien declina sus libros por hacer que brillen los de César Vallejo.Es un escritor paciente, que hace su obra en silencio, lo teje como la araña su tela, sin aspavientos.Y como el arcoíris sus madejas de colores y como las aves sus trinos.Libro tras libro nos lo va entregando pacientemente, verso tras verso. Él nunca cesa. No necesita lo externo para crecer, ni el escándalo.Él sigue tejiendo. Y los va publicando diligente y amorosamente porque es su destino cantar eternamente.Por su consagración a la causa Vallejo y por todos ustedes que no tengo ninguna duda que son hombres de honor. DiceEN ESTA CASA Y SIN VALLEJOEn esta casa silente y sin Vallejoque otrora alegró con su presencia,acabóse para siempre su existenciamuriendo de amor y nostalgia pleno.Inclinó su corazón enternecidoante el ara que guarda los recuerdos,ya no halló los sentimientos tiernosacechados por imperio del olvido.En esa majestad de lo creadodonde el poeta se llenó de vidacon la fuerza genial de su destino,Georgette, su amante compañerallegó para clamar que nunca olvidade seguir recorriendo su camino.7. El surcofecundoReconozcamos a Adolfo Alva Lescano como la piedra básica y angular del Instituto de Estudios Vallejianos, sin olvidar el inmenso poeta que es.Reconozcamos a César Alva Lescano, como el peregrino y devoto de todo evento, de toda obra que hay sobre César Vallejo, pero no olvidemos tampoco el inmenso narrador que es.Reconozcamos en él como el devoto vallejista, capaz de velar, de esperar, de sacrificarse por el mensaje trascendental para el hombre de la vida y obra de aquél, bajo la lluvia inclemente.Está bien, pero no olvidemos a César Alva Lescano como el intelectual culto e hidalgo que es, como el literato honesto y la voz popular de esta región que él tan bien representa.Y qué mejor poema para finalizar esta nota fervorosa que aquel de don César Alva Lescano que incluye en su libro Sonetos reflexivos, titulado “La simiente”.Porque don César Alva Lescano es simiente en el surco fecundo y promisorio de la vida, a quien le damos las gracias por existir, por ser como es, y por el ejemplo imperecedero que constituye su vida para nuestras vidas.LA SIMIENTEMuerta en el surco la feliz simienteda origen amoroso a nueva planta,venturosa esperanza se levantallenando el corazón de fe viviente.El tiempo embellece lo esperado,el hombre recrea su alegría,es el canto auroral de nueva vidaque se inclina ante el fruto deseado.Fiel semilla del destino humanoque florece en el surco preparadopara gloria de la tierra prometida;jamás niega la siembra que produceel amor que cultiva sus bondadesen el amplio escenario de la vida.
CÉSAR ALVA LESCANO, ¡PRESENTE!
LA PROEZA
DE SER
MAESTRO
Danilo Sánchez Lihón
El día de ayer, miércoles 4 de diciembre
del año 2019, en la ciudad de Trujillo, dejó de latir
el corazón de César Adolfo Alva Lescano, maestro de
toda la vida, quien fundó junto a Germán Patrón Candela,
y tantos otros insignes vallejistas, el Instituto de Estudios
Vallejianos de la Universidad Nacional de Trujillo.
He aquí nuestras palabras de adhesión,
de cariño y homenaje.
1. Diáfanos
y absortos
Los hombres que hacen la historia, ¿acaso son sólo aquellos que la violentan? ¿Que la tiñen de sangre y alzan altas hogueras restallantes que todo lo devoran y calcinan?
¿No la hacen también quienes calman los hechos, los acunan y sosiegan? ¿Y así y de ese modo afirman la vida?
¿No la hacen también quienes ordenan los acontecimientos, los aseguran y consolidan? Y, de ese modo, ¿erigen y construyen lo que está en pie, palpita y se eleva?
¡Tal y como ha hecho siempre en su vida y en su existencia don César Alva Lescano que ha consolidado etapas, períodos y forjado destinos!
Quienes como él han erigido y construido con sus manos discípulos que han abierto calles, levantado edificios y cimentado puentes donde no los había.
¡Cómo también trazado y abierto urbanizaciones por donde ahora transitamos diáfanos, absortos e ilusionados!
2. Generoso
y claro
¿Sólo encarnan hechos memorables los que encabezan en las páginas de la historia y de los grandes fastos revueltas, asonadas y revoluciones, generando desesperación y tumulto?
¿Solo son dignos de tener un monumento en una plaza pública quienes provocaron incendios, derramamiento de sangre y hecatombes?
¡Don César Alva Lescano no hace eso! ¡Él como maestro de escuela tiene calma, acoge y protege!, porque es un padre del conocimiento, de la sabiduría y del alma.
Y como es todo maestro: tranquilo, humilde y paciente, inserto en el telar de lo cotidiano y en el día a día de las aulas de clases.
Quien carga las bolsas con libros y rollos de papel para el trabajo de sus alumnos.
Como carga también con las bolsas del mercado cuando hay que celebrar una efeméride, o para sostener a su familia.
Quien es generoso y claro en su sentir y pensar, como cordial y fecundo en cada respuesta a cada pregunta y en cada decisión que él adopta.
3. Cura
las heridas
Y recapacitemos:
Los hombres que miramos con asombro y se han convertido en leyenda: ¿solo son aquellos que han ganado una y otra batalla? ¿Varias o múltiples contiendas decisivas en la arena de las pugnas y conflictos?
¿Son verdaderamente dignos de admiración y encomio aquellos que han sembrado los campos entumecidos de los enfrentamientos de tantos despojos y de tantos muertos?
¡Y de vivos pero que se retuercen entre ayes y gemidos?
¿Son únicamente célebres aquellos que emprendieron hazañas fulgurantes y conquistaron para su país o su rey vastas llanuras, altozanos y bajíos?
¡Y territorios con sus ríos, bosques y lagos, orgullo antes de sus legítimos dueños y poseedores?
La gesta y osadía del maestro César Alva Lescano es de otra índole: es el de la paz que construye las moradas eternas.
4. Lance
de amor
La labor del maestro de escuela es sumisa, rendida y dócil ante los niños a quienes les da alegrías y cura sus heridas del cuerpo y del alma.
De quien alivia sus carencias, ausencias y llena los vacíos y huecos negros que suelen afligirlos y despertarnos angustiados y acezantes por las noches.
Su proeza no es aparatosa con gritos de ataque, ni arengas de quitar o entregar la vida, viendo la sangre que se derrama.
Extasiados por los caballos que piafan, las ballestas que zumban y los arcabuces que atruenan.
Por eso, ¿solo son héroes aquellos que en un rapto de coraje tuvieron el valor de salir airosos de un lance de amor y de muerte?
¡Y casi siempre disparando al centro del corazón de su víctima, inspirados en el fondo por una musa o por la arrogancia de ser superiores, caudillos o lo que sea?
¿O lo son quienes enseñan, persuaden, conducen y protegen, como ha hecho en su vida don César Adolfo Alva Lescano?
5. Quien defiende
y consuela
¿Solo son heroicos aquellos que enfrentaron esperpentos de fábula, monstruos y alimañas míticas?
¿Solo los que vencieron a endriagos, a los cuales cercenaron sus cabezas con sus espadas centelleantes?
¿O lo son también quienes se sumergen fascinados en el alma profunda del ser humano y rescatan perlas que son referentes para sí mismos y para los demás seres humanos?
¡Claro que son también quienes, extasiados ante el encanto de la vida, la conducen a puerto seguro!
¡Y la cultivan para que se enaltezcan como grandes atalayas que auscultan y decodifican las estrellas del cielo!
Tal y como es un verdadero maestro de escuela.
Porque César Alva Lescano toda la vida ha estado al pie del yunque de la palabra amorosa de quien defiende y quien consuela.
6. El río
el mar y el viento
Y delante de la pizarra entre el polvo de la tiza, impartiendo lecciones de respeto, de honradez y de cariño.
Quien ha construido el mundo de manera ordenada, de abajo para arriba.
Con dedicación y afrontando sacrificios menudos que juntos suman un sacrificio inmenso y que luce solo a la luz del alba.
En quien la vida es la de un hombre que de manera escondida ordena lápices y les saca punta para que los niños y jóvenes dibujen y den color a aquello que aspiran.
Quien extiende las hojas para que sobre ellas se creen nuevos mundos.
Quien alinea los cuadernos en las carpetas, los alisa y evoca a sus discípulos cuando ellos ya han partido.
Ante quien solo cabe prometerse seguir su ejemplo. Porque hombres como él son como el río, el mar y el viento constantes.
7. Cambia
la historia
Porque César Alva Lescano es quien siempre estuvo al pie del brotar de las espigas que se colman de frutos dulces y fragantes.
Atento al capullo de la flor que se abre. Y de la palabra iluminada que el niño primero balbucea y después pronuncia extasiado.
Porque es el maestro de escuela un hombre de virtudes sencillas, exactas y preciosas. Quien tiene el don de lo sereno, lo cabal y confiable.
Un hombre con la merced de lo paciente, tenaz y afectuoso. ¡Y que permanece incólume!
Que plasma y consolida, pero también que inventa para ti, para mí y para todos, un mundo nuevo.
Ellos son los héroes verdaderos y auténticos seres como él. Quienes, al final, son los que cambian la realidad para mejor, y encauzan la historia humana forjando el bien, la verdad y la belleza para todos sobre la faz de la tierra.
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