ERNESTO KAHAN, EL SEMBRADOR
Por: Samuel Cavero Galimidi
(Poeta peruano, presidente de AEADO)
Y nos habló muchas cosas
como diciendo con su dulce
y sacerdotal mirada limpia:
“El que tiene oídos, que oiga”.
Que hasta parecían parábolas!
Nosotros estuvimos hablando de él:
“He aquí, el poeta médico sembrador”.
Y Ernesto salió mucho antes a sembrar junto al camino,
y vinieron las aves y se la comieron.
Una parte de su mensaje cayó en arena y pedregales
donde no tenía mucho abono este insensible mundo;
y enseguida brotaron versos de paz y amor.
Otra parte cayó entre necios y algún tonto
que eran como cardos que tramonto
y los espinos crecieron al remonto
entre necios y tontos…
¡Y la ahogaron!
Dichosos vuestros ojos, porque ven,
y vuestros oídos, porque oyen.
Dichoso vuestro luminoso espíritu benefactor
que oye la palabra y enseguida la recibe con gozo.
¡Oye tú! ¿No entendéis esta parábola?
¿Tampoco conocéis Sharón, Gézer,
Biblos, Hebrón, Sidón y Ugarit?
¿Cómo, pues, comprenderéis todas las parábolas?
¿Y cómo la vasta vida de Ernesto Kahan?
Él es sembrador que siembra la palabra.
Y estos son los aedas Abracadabra
El que no la oye será galizabra
cornicabra
almacabra:
¡Nunca una hermosa y ágil cervicabra!
¡Menos, entre estos escarpados, una serena rupicabra!
Sí un cabro encabrado, descalabrado paticabra,
pérfido que se descalabra
junto a la siembra de su palabra,
aquellos que en cuanto luz entreabra,
la reciben con gozo de cabra.
A vosotros os es dado conocer
los misterios del reino de Dios;
pero a los otros por parábolas,
para que viendo no vean,
y oyendo no entiendan:
¡La semilla es la palabra de Dios!