ENERO, MES DE LA DEFENSA DE LIMADEL NACIMIENTO DE ARGUEDAS, HERAUDY LOS PARADIGMAS DE MACHUPICCHUCAPULÍ ESPODER CHUCO
SANTIAGO DE CHUCOCAPITAL DE LA POESÍAY LA CONCIENCIA SOCIAL
*****HOY ES DÍADE MARTÍN LUTHER KING
Hoy es día de Martín Luther King en honor a quien naciera un día como hoy en Atlanta, Georgia, el año 1929, uno de los días feriados no laborables de los Estados Unidos de Norteamérica acatado en la totalidad en los estados, dado que algunos no quisieron hacerlo antes, o lo hicieron cambiando el nombre y la razón de la festividad, inmensamente significativa por tratarse de la memoria de un afrodescendiente y cuya acción la realizó desde el plano civil, que no fue un presidente de la nación, pero eso sí de un héroe de la libertad, aunque sin utilizar la violencia alcanzando a transformar su sociedad, logrando que se superen las políticas segregacionistas contra la comunidad de raza negra que antes de su activismo social eran norma y ley en los Estados Unidos de Norteamérica.Es paradójico constatar en su vida que quien predicó la no violencia y la practicó siempre oponiéndose a quienes incluso dentro de su organización la veían inevitable para defenderse, muriera asesinado en Memphis el 4 de abril de 1968, a la edad temprana de 39 años, habiendo recibido cuatro años antes el Premio Noble de la Paz como la personalidad más joven que obtuviera ese lauro por sus campañas a favor de los derechos civiles de la población que antes viviera en esclavitud y ahora segregada, situación que se propuso cambiar a costa de mil sacrificios, pero recurriendo a vías absolutamente pacíficas de resistencia ciudadana y desobediencia civil a todo aquello que vulneraba derechos ya mundialmente consagrados y reconocidos.Tanto como su desvelo por la reivindicación de derechos de la raza negra fue su lucha en contra de la pobreza y las guerras. Es así como en sus funerales, su esposa Coretta Scott King pidió que al referirse a él su deseo habría sido no que se hablasen de sus méritos ni de sus conquistas ni sus premios obtenidos, sino lo que había dejado escrito en un sermón, donde expresa que él había intentado: “alimentar a los hambrientos”, “vestir a los desnudos”, “ser justo sobre el asunto de Vietnam”, y “amar y servir a la humanidad”. En los responsos y alocuciones que aún se dicen de él en este día, se resalta que era de raza negra, pero de alma blanca. ¿Qué sinsentido es este? En esta expresión hay un racismo peor que el de la piel, cuál es el del espíritu. ¡No! Su alma era como su piel: noble, pura, excelsa, y no blanca, porque debemos reivindicar lo negro también como digno, eminente y hasta sublime, tal cual él lo fue; y lo es, porque seres como Martín Luther King nunca mueren y viven para siempre.DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
*****15 DE ENERO
DÍADE LA CIUDADDE HUAMANGA
FOLIOSDE LAUTOPÍA
SOMOSSIEMPREYARAVÍ
Danilo Sánchez LihónUn yaraví de sangre que se cuelaen nostalgias de sol.César VallejoHoy 15 de enero se celebra la fundación de la ciudad de Huamanga en Ayacucho, tierra musical por excelencia; sensible, honda y cariñosa; tierra transida que como un corazón flechado sangra música; tierra a la cual le corren por las venas música que llega al alma; música en donde si bien se canta la congoja y la tristeza por la separación o la ingratitud del ser amado, en principio y en verdad se canta en primerísimo lugar al amor eterno que es inmenso y trasciende la muerte; donde se cultiva entre otros géneros de la canción folclórica el yaraví, también vinculado al pueblo de Arequipa en donde renació y felizmente pervive.1. Estar lejosy estar cercaYo he de poder quedarme muerto escuchando las notas de un yaraví. O ya he muerto, y solo estoy penando.Quizá ya he fallecido muchas veces y sigo escuchando de una tumba a otra tumba el yaraví.Y soy un fantasma deambulante por las cercas y portones, por las calles y sus esquinas donde se canta el yaraví.Soy un presentimiento tras los ventanales y sus corredores al fondo de cuyos balaustres una niña desvelada se hace para siempre yaraví.Por los patios donde toda sombra es una ausencia que se evoca, tras la niebla de la tarde, tras las barandas de los balcones y las puertas de las casas vetustas y sus muros.Donde la vida es fugaz y es vida eterna, siempre es estar lejos y es estar cerca, tan adyacente que el yaraví está en el infinito y en uno mismo.Está en lo más vasto y en lo más oculto de una cárcel o una celda. ¡Sí! ¡Pero también en los caminos despejados y abiertos de la libertad!2. Sinceroy solidarioEl yaraví es una vena abierta, pero a la vez es canto de victoria, una corriente profunda y soterrada que jamás morirá.El Perú es yaraví. Y el yaraví nació y se canta en el Perú. Todo se explica en el yaraví. Con sentimiento, con el corazón en la mano.El Perú también sabe ser triste, y esa es una de sus fortalezas. Porque de ello hemos hecho un himno y una épica. No consintamos hacernos triviales o superfluos.Como a otros no les avergüenza ser frívolos, a nosotros no nos avergüenza ni la aflicción ni la melancolía, el sentirnos dolidos, aunque dulces, tristes, aunque sinceros y solidarios. Y eso es el yaraví.Viene desde el confín de los tiempos. No es de la Colonia ni de la República. Ni siquiera de los Incas, sino de mucho más antes y atrás.Al yaraví lo escuché de niño y me pareció que la canción si no es yaraví no es canción.Y es con el yaraví que siento que el amor es verdadero. Y sin yaraví es amor que no tiene hondura, ni sentido, ni asidero, ni merece la pena ocuparse de él.3. Siempreestá aquíYo iré a celebrarte, Yaraví, al borde de un precipicio, en el filo de un abismo. Pero, más verdad es que te llevo por todos los caminos y senderos y contigo me asomo a mirar lo más hondo que haya.Porque tú mismo eres abismo, porque en ti la sangre cae, rueda y se precipita.Eres llanto, eres queja, eres lamento. Pero: ¿por qué contigo vuelve a dolernos el alma, pero a la vez se alivia y se consuela tanto?En ti rescato el sentirnos mudos y sin palabras. De saber que vadeamos las aguas del dolor.De que nos sumergimos en su torrente y aun así seguimos vivos. Y esa hondura y profundidad nos colma y fortalece.Es el amor que fue, pero que siempre está aquí, que se quedó o que llega, y late estremecido para siempre.Porque no sé qué me pasó en la vida. Qué fue lo que me hirió tanto. Que fue lo que me hizo un ser que sangra. Y que son linderos que el yaraví traspasa y junta.4. ¡Yqué!Yaraví es el hombre solo con su destino.Es herida en el alma, y que está abierta. ¡No sabemos por qué! Quien fue. Quién la hizo. Y qué se hizo por apagarla.Y a qué razón se debe el haberla encendido. Porque el yaraví es cuchillo que cercena el alma.Es la mujer del ande, delicada como una flor de pureza suprema. Y ausente hasta enajenarnos de nostalgia, de melancolía y de pena.El yaraví es triste. Es expiación profunda. Y es que así somos. Así estamos hechos. Y en eso hay estigma y marca en la frente y el alma.Peor si fuéramos superfluos, peor la inconsistencia. Es mejor este martirio y este cauterio. Porque es nuestra herencia y en ella hay eternidades.Somos tristes. ¡Y qué! ¡Que nos vamos, o enmudecemos Y callamos! ¡Si, así es!, ¡y qué!¡Que tenemos el corazón palpitante en la mano! Es cierto. ¡Y qué hay por eso! ¡Y, si es que estamos llorando!5. DesdeantesY, siendo así, ser en todo, ¡indios! Ríos profundos, nieves eternas, horizontes sembrados de trigo y maíz. Y cubierto de flores silvestres.Altozanos donde crece el anís y el toronjil y donde te he querido tanto. Ser pómulos y mejillas moradas, donde se han quedado los arreboles del crepúsculo en la paja brava.Yaraví, porque en tus letras el destino también se llama suerte, fatalidad, estigma.Pareciera que contigo arrastramos la marca de un destino a quien se le exige todas las pruebas y todas las cuotas de sacrificio.Pareciera que contigo yaraví el destino nos hubiera impuesto con sus rejas y cuchillos una prueba de valor supremo a cumplir.Es la rueda del azar y de cómo gira. Es la ruleta de los días y de cómo nos señalan con su flecha adónde ir.Pero juntos contigo hemos de estar yaraví, sin perder nuestros pasos habremos de ser lo que somos.6. Hasta el findel mundoHay adioses en nosotros mismos que desconocemos, como encuentros y hallazgos impalpables e imprevistos.De: ¡Me voy! ¡Adiós! Y así ella desapareció delante de mí. Donde la tumba es poco. Donde la muerte es nada.Sencillamente se fue. Por eso, es triste el yaraví. Y yo con él suspiro. Es un gemido leve en una puerta, es llanto que no se oye. Es una leve sombra en una ventana.Reivindico esa condena. Me abrazo a esa tristeza. Rescato el acongojarme. ¡Por supuesto que lo asumo! ¡Pero si yo estoy así de triste!Y yo mismo digo sí al adiós. Sí a la ausencia. Sí al separarnos para siempre. Si todo tiene que ser así, está bien. Todo está bien.Nada quiero sino un retazo de pared donde reclinar mi frente. ¡Y eso es el yaraví!Me iré. Desapareceré de este mundo. Eso está claro. Y conmigo irá la mirada de tus ojos hasta el fin del mundo. ¡Y eso es yaraví!7. Y la sedde ti– ¿Es aflicción? ¡Claro que sí lo es!El hecho de que no pudiera decir nada, ni articular palabra sino solo mirar como disculpándome, ante todo, ante el universo y la vida. Y eso es yaraví.Profundamente, es desgarro, es dolor. Pero a la vez de una honda y profunda alegría. Con la felicidad de tener el privilegio de estar vivos, de sentir el amor henchido en nuestro pecho y a nuestros pies.Y que en esto y en todo seamos indios. ¡Y sin saber a ciencia cierta qué nos ha sucedido! ¡Qué nos hirió tanto y dónde fue! muy dentro del aliento.¡Pero eso sí, que nos erigimos sobre la caída y el quebranto! Y lo subsumimos, para desde allí entonar una honda proclama y grito de júbilo que en el fondo es el núcleo del yaraví.La nostalgia infinita de que no estés conmigo, la casa esté abandonada y el patio a oscuras. Y la sed de ti. Y el extrañarte tanto.El yaraví viene desde el confín de los tiempos, desde antes de que hubiera siglos y milenios, viene desde la eternidad.
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15 DE ENERO
FUNDACIÓN DE LA CIUDAD
DE HUAMANGA
MUROS DE PIEDRA,
OCRES TEJADOS
Y CIELO AZULADO
Danilo Sánchez Lihón
1. El rumor de la corriente
Y he aquí que al retornar de Huanta e ingresar nuevamente a la ciudad de Huamanga, otra vez ¡sentimos, vemos y palpamos la maravilla de sus recios campanarios que se elevan al cielo!
Desde donde se expanden nítidos en el paisaje transparente el arrebato de sus campanas, sus tañidos y repiques con sus badajos de bronce, convocándonos a concurrir a uno y otro de los oficios religiosos.
Con su Plaza de Armas de recios portales, con sus segundos pisos de airosos corredores y barandales. Con casonas erigidas de piedra, ladrillo y cal y argamasa de grava de manantial. Rematadas en el frontis con laja rojiza, con ventanales ya oblongos por los años y los siglos.
De inmensos techos de teja vetusta, que se prolongan a lo largo de la cuadra. Flanqueados sus patios de arquerías que cobijan una sombra gualda en el cielo seco, despejado y límpido de la ciudad alba y bermeja.
2. Cruz de hojaldre
Este es un encanto de ciudad, donde el empedrado de sus patios es de cantos rodados, donde aún rebrillan las iridiscencias de las aguas de los ríos que han pasado sobre sus superficies tersas, conservando en su fondo todavía el rumor de la corriente y sus cascadas que bajan desde las cumbres inhiestas de nieves eternas al mar insondable.
Eso es Huamanga, de casonas enfiladas con portales de añeja caoba y marco de piedra sillar. Que, aunque de viejos y polvorientos travesaños lucen señoriales, claveteados con pulidos mascarones, en recias molduras de hierro.
Gastada la madera en el sitio y alrededor de la aldaba, por la vida que ha pasado atravesando sus umbrales y cuyas huellas han quedado marcadas en sus estrías, con el cielo azulino en lo alto. Y a lo lejos algún remate de cumbrera de alguna cruz de hojaldre.
3. Azul y grana
Hoy temprano, después del paseo de ayer a Huanta, he salido a la calle, atraído por la luz del sol, por la gente que transita, por los vendedores que ofrecen baratijas y algún manjar aldeano.
Caminando yo con paso animoso, subyugado al contemplar las viejas mansiones, admirando su temple y el misterio tembloroso que ellas guardan.
Esta por ejemplo cercana a la Plaza de Armas, en la calle 9 de diciembre en donde el brillo solar palpita suavemente en sus muros enjalbegados, y en el remate en espadañas, dándole un carácter místico con el horizonte de fondo de la calle, azul y grana.
Ingreso por el corredor, admirando los balaustres de sus ventanales con celosías, con un esguince en el muro que solo un arquitecto sumido en el hechizo ha podido darle.
4. Ya estoy dentro
Sigo la línea ondulante del estuco de la pared. Allego apenas mis dedos, o imito con mi mano la línea encantadora de los revoques disparejos, como palpando y adorando el portento de arquitectura, artesanía y música que aquí se ha plasmado.
Sigo el pasadizo del zaguán y aquí está ciertamente el traspatio íntimo y recoleto de estas construcciones coloniales y en donde transcurrió la vida más vibrante. Y esto es así, sin duda, relacionada al alma de la gente. Patios interiores en muchos casos de mayor encanto y prodigio que el patio principal y delantero. Y esto ocurre así, ¿por qué? ¿Cómo? ¿Desde cuándo?
Sea porque hacia él dan las habitaciones íntimas de los dueños, o bien sea porque alguna moza que atendía en el servicio de la casa resultó ser la favorita del patrón o el amo de la casa. Y que hizo que estos recintos se llenaran de azulejos, pedrería y hasta de alguna pileta, tal y como tiene ésta.
Hay una reja que apenas empujo se abre sin que rezonguen sus goznes, junturas y bisagras. Y ya estoy dentro.
5. Al borde de los corredores
Pero, ¡qué desvelo puesto para exornar este patio íntimo dedicado a las domésticas!, quienes realizaban en las tardes apacibles sus tareas de zurcidos, bordados y pasamanería. Y por la noche sin duda recibían la visita subrepticia del amo de la residencia. O, ¿por qué tanto primor, lujo y hasta deleite?
Porque si no, ¿a qué se debe haber puesto aquí tanto mimo, gracia y atavío en los adornos? ¡A buen entendedor pocas palabras! Está pintado este patio pequeño y escondido de tres colores: el ocre, el añil azulado y el ópalo. Y puesto todo con gusto sutil, sea en las cenefas y en las guardas de los remates. ¡Verdaderamente primoroso! ¿Por qué? ¡Denuncia a las claras a un señor enamorado de la sirvienta que sin duda era hermosa!
Solo a un flanco se levanta la arquería de piedra que lleva en el piso ladrillos hexagonales. En la parte descubierta el patio está embaldosado con pedruscos menudos, que combinan con los balaustres de las celosías. Todo un esmero, complacencia y artificio en los arcos, las bóvedas y las columnas de piedra. La prestancia de los aleros y los azulejos venecianos en el borde de los sardineles.
5. El polvo y la luz
Aquí el hondo silencio estalla, propicio para el amor y sus desgarramientos. Al frente hay rodelas talladas de madera en las ventanas silentes. Y un leve balcón de antepecho, apoyado en cuatro ménsulas parejas, airosas y desveladas que aún conservan el color verde perla con que alguna vez estuvieran pintadas. Pero, ¿quién salía a mirar por esta ventana hacia el traspatio?
Indudablemente, hay aquí encerrada una historia de amor probablemente entre el señor y alguna aldeana y tierna doncella, que aquí trabajaba y también vivía. O si no, ¿por qué tanta filigrana en los detalles y acabados? ¿Por qué tanto color sutil como debieron ser los arreboles del rostro y la mirada de quien prodigaba desde aquí tanta dicha y felicidad?
He aquí un tragaluz con alabastro o piedra de Huamanga, mandada pulir con libertad sensual, con amor tosco e inocente. Y no con la implacable formalidad y exacta geometría hecha para un salón, dejando una superficie con abultamientos, ¡y en donde pugnan por residir ahora el polvo, la sombra y la luz!
7. El misterio de aquel amor
¿Qué representa todo esto? ¡Un vientre y los senos de una mujer! Y, como una joya he aquí un precioso arco campanel rebajado de piedra, escondido al final de la galería lateral. Pero, siendo una preciosura, ¿por qué está aquí y no adelante?
¡Ah, es más que evidente! Son huellas y vestigios de un amor furtivo e inconfesable. Pero, ¿esta inscripción en el azulejo? ¿Qué dice? Claramente se lee: Cristóbal de la Molina.
Y debajo un nombre de mujer, rayado con furor, casi roto con un objeto punzante, quizá por el desengaño y la desilusión de esperar vanamente lo que no se nos ha prometido y se nos debe. Está claro. ¡Estas son consecuencias de las deudas de amor!
Este patio encierra, ya no cabe duda, una honda historia de una intensa pasión. Que quizá lo entienden estos perros que alzan los ojos tendidos a mis pies, mirándome como lebreles míticos bajo la luz del sol. Pienso que son perros vivos pero pasmados, por el misterio de aquel amor que pena entre estas rejas, ornatos y piedras caladas. Y en este aire encantado.
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