lunes, 17 de mayo de 2010

CAPULÍ, TODO LUZ Y AMOR FRATERNAL - ÁNGEL GAVIDIA: EMOCIÓN, CONMOCIÓN Y HAZAÑA DEL LENGUAJE - POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN

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CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA

Construcción y forja de la utopía andina

TELÚRICA Y MAGNÉTICA EN SANTIAGO DE CHUCO

21 AL 23 DE MAYO, 2010


CAPULÍ,
TODO LUZ Y AMOR FRATERNAL

EN EL AÑO DEL CENTENARIO DE FELIPE ARIAS LARRETA

“LAUREL VALLEJO”
PARA ÁNGEL GAVIDIA
CEREMONIA DE ENTREGA
PREVIA AL VIAJE
A SANTIAGO DE CHUCO
Jueves 20 de mayo. 5.30 pm.
Instituto Raúl Porras Barrenechea
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Colina 389, Miraflores. Lima. Perú
Ingreso libre. Se agradece
su gentil asistencia

DOS OMNIBUSES DE LA EMPRESA HORNA PARTIRÁN DESDE LIMA LLEVANDO Y TRAYENDO A PARTE DE LA DELEGACIÓN CAPULÍ.

CAPULÍ 11, VALLEJO Y SU TIERRA RENDIRÁ HOMENAJE AL POETA DE SANTIAGO DE CHUCO FELIPE ARIAS LARRETA EN EL CENTENARIO DE SU NACIMIENTO CON LA CONFERENCIA MAGISTRAL DEL DR. SANIEL LOZANO ALVARADO: "DIMENSIÓN TELÚRICA Y RAIGAL EN LA POESÍA DE FELIPE ARIAS LARRETA". EL VIERNES 21 DE MAYO EN SANTIAGO DE CHUCO

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PLAN LECTOR, PLIEGOS DE LECTURA



ÁNGEL GAVIDIA:

EMOCIÓN, CONMOCIÓN Y HAZAÑA DEL LENGUAJE

Por Danilo Sánchez Lihón

1. Configurando la realidad

Ángel Gavidia nació en Mollebamba, Santiago de Chuco, en 1953 y estudió medicina en la Facultad de San Fernando de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, graduándose de médico cirujano en 1980.

Ha publicado trémulos e intensos libros de poesía como: La soledad y otros paisajes, Un gallinazo volando en la penumbra y Fuera de valija. Asimismo, se ha valido del cuento para dar una versión maravillada y transida del mundo en dos libros memorables: Aquellos pájaros y El molino de penca.

En ensayo ha publicado: El cólera en la ficción de García Márquez y Santiago de Chuco y Julio Ramón Ribeyro. Integra el grupo literario Greda, que es el barro a partir del cual se hace una olla, una alcancía, un pífano, como se vuelve a configurar la realidad. Participa también en el Frente de Escritores de La Libertad.

Actualmente es Jefe del Servicio de Medicina Interna del Hospital Belén de Trujillo y profesor en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Trujillo.


2. Con solemnidad y prestancia

Max Silva Tuesta, médico psiquiatra quien ha dedicado estudios prolijos a la vida y obra de César Vallejo, y por ello es reconocido como uno de los vallejistas más connotados del país, me preguntaba siempre por Ángel Gavidia a quien Max al parecer no conocía personalmente pero a quien recuerda mucho por la siguiente anécdota:

En el concurso de cuentos del año 1996 que organizó el Colegio Médico a nivel nacional, a Max como correspondía dada su alta investidura de ser a la vez un prestigioso hombre de letras, le tocó desempeñarse como miembro del jurado de dicho certamen.

El cuerpo directivo del gremio médico estaba allí presente no para cuidar que la calificación se hiciera en total y absoluto anonimato, como podría parecerlo, sino para agregar aún más solemnidad y prestancia al evento.

Según me cuenta Max el nivel de los trabajos concursantes era extraordinario en el conjunto de textos presentados, porque curiosamente hay una gran afinidad entre la literatura y la medicina, quizá porque ambas disciplinas o campos del conocimiento humano se ocupan del hombre.


3. Indudables candidatos

Él recuerda que después de una ardua labor de organización, discusión de pautas y rubros a calificar, se acordaron rubros específicos de calificación con puntajes acumulados en cada área o campo.

El acta del jurado que he alcanzado a revisar, estipulaba:

1. Dominio del tema

2. Dominio del lenguaje

3. Desarrollo argumentativo

4. Estructura narrativa

5. Caracterización de personajes

6. Autenticidad en los diálogos

7. Concatenación entre elementos reales e imaginarios.

Como se ve, la calificación era exhaustiva. Luego de la lectura de las obras el jurado seleccionó tres cuentos, que eran indudables candidatos merecedores al primero, segundo y tercer galardón.


4. Extrajeron la hoja

Habían llegado a una ardua discusión defendiendo cada uno de los miembros uno y otro de estas tres composiciones que indiscutiblemente tenían el mérito para obtener el primer puesto.

Cada uno de los cuentos además de tener gran calidad literaria se destacaban por ser muy originales y distintos, en múltiples aspectos, uno frente a los otros dos.

Habiendo dirimido el orden en que al final acordaron que tendría que darse el veredicto del jurado, en presencia de las autoridades del Colegio Médico de aquel entonces, procedieron a abrir los sobres.

Lo que interesaba sobre manera era conocer la identidad de los ganadores empezando por el tercero para crear más expectativa.

Retiraron la plica, voltearon las solapas y, nerviosamente, extrajeron la hoja con datos que guardaba la identidad del primero de los afortunados que se había hecho merecedor a uno de los premios. Se había empezado por el tercer puesto, para crear mayor expectativa. El nombre del médico que había obtenido el tercer puesto era el de Ángel Gavidia Ruiz.


5. Estupefacción y asombro

El aplauso de los asistentes al acto fue espontáneo, lo que constituye ya para un artista una auténtica recompensa.

El nombre no lo conocían. Pero anotaron detalladamente sus señas no solo quien hacía de secretario de la ceremonia sino cada uno de los miembros del jurado.

Procedieron a abrir el sobre correspondiente al cuanto que se hacía merecedor del segundo puesto. Se quedaron estupefactos, el ganador era también el médico Ángel Gavidia.

Su asombro los congelaba en una sola pieza. Bueno estas cosas pueden pasar pero solo una vez en la vida. Las bases del concurso no estipulaban que había que presentar un solo cuento. Vamos al tercer sobre. Allí casi se caen de espaldas, pese a estar sentados. Era también el médico Ángel Gavidia.

Como había sido un proceso llevado paso a paso por acta, esta vez fue el único caso en la historia que en el acto de premiación de un concurso literario subió las tres veces al podio Ángel Gavidia para recibir el primero, el segundo y el tercer premio del concurso de cuentos.


6. Brote telúrico

Lo anterior grafica la calidad literaria de Ángel Gavidia Ruiz, que ocurrió además en un gremio célebre por el cultivo de las letras.

Pero yo quiero extraer además, una sola imagen de uno de sus libros de cuentos de Ángel para hacer dar un símbolo que nos pudiera dar una aproximación a las características de su poesía o en general de su arte.

La extraigo de su libro de cuentos El molino de pencas, en donde cada uno de los cuentos es esta imagen y este símbolo: una espina. Y espina significa defensa si se lo fe desde el fondo, desde el centro del ser.

Nada como la espina para significar defensa como significa ataque a lo externo y ajeno.

Y nadie como la penca para sostener y ostentar ser espina, pues la luce en la punta de sus hojas y de su tallo y hasta de sus flores. Pero espina exacta, perfecta, dueña y soberana de ser espina.

Ser maguey y ser penca en la poesía es de algún modo el signo de Ángel Gavidia, brote telúrico abierto al misterio y al infinito.


7. A retazos y a sorbos

Maguey y penca sea en el camino o en la ladera, sea en la pampa o en la quebrada, la penca es espina que defiende hacia fuera, hacia el cielo y el viento anubarrados.

Solo en el molino de pencas la espina está hacia adentro. Solo allí la espina se hunde hacia el centro del tallo y deja hacia fuera su extraña corteza, hecha de hebras de cabuya lastimera que gotean su sabia bondadosa.

Y así es cada poema y cada cuento y cada fragmento de texto que nos ofrece Ángel Gavidia incluso hasta en su conversaciones: Una espina hacia el fondo de su ser por donde sangra, siente pena, está lastimado o celebra la vida.

Pero hacia fuera muestra su corteza buena, aunque en las hebras llora, como en cada uno de sus poemas con sutil y sublime capacidad de sugerencia.

En su poesía como en sus cuentos Ángel redime la vida sencilla, escasa, desolada.

Hace belleza, canto y proclama de lo más pobre, de lo desarrapado, de la vida que se nos da a retazos y a sorbos de café fraterno.


8. Huidas y regresos

Uno siente al leer los poemas o bien sea los cuentos de ángel Gavidia, que en el fondo de ellos hay dolor, soledad, sutil y callada que es de lo que se hace poesía, fábula, canto a la vida y hasta júbilo de la creación.

¡Cuánto habremos sufrido para escribir cosas como esta que es un verso de Ángel Gavidia!, cuando dice:

Y si el puquio
es un niño,
en medio de la pampa
abandonado?

Pero así como denota que se ha sufrido –y es por eso que queremos aún más a nuestra tierra– qué importante es saber al mismo tiempo cuánta ternura se pone para sentirla, reconocerse e identificarse con ella.

Cuántas lágrimas, penas, soliloquios, viaje inacabables hay que recorrer, cuantas caídas hondas del alma. Cuantas huidas y cuantos regresos. Y en uno de ellos escribir poesía o literatura.


9. Amor infinito

Porque poesía es emoción, conmoción y crisis. Pero también hazaña del lenguaje.

Es con el poder de estos elementos o materiales, díscolos o toscos por si mismos, que se disponen para ser la materia con la cual se ha de construir belleza.

De allí que la poesía ha de ser también una actitud reverente a la vida, compasiva con el mundo y la realidad, sabia en el sentido de dar a todo su tiempo y su lugar.

Y añadido a todo eso, lo importante es no olvidarse de nada, juntarlo todo, asumir, levantar y encarnar al hombre, pero no de cualquier modo sino con el amor más infinito, como él lo hace.


INFORMES:

CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA

Teléfonos: 420-3343 y 420-3860

capulivallejoysutierra@hotmail.com

http://capuli-vallejoysutierra.blogspot.com/



Entrada editada por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
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