sábado, 29 de junio de 2013

29 DE JUNIO: DÍA DE JOSÉ OLAYA - FOLIOS DE LA UTOPÍA: TENÍA CAMISA BLANCA Y EL CORAZÓN ENCENDIDO - DANILO SÁNCHEZ LIHÓN

 
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
 
2013 AÑO
EVANGELIO VALLEJO DE LA SOLIDARIDAD
Y UNIVERSALIDAD DEL MUNDO ANDINO
 
JUNIO, MES DE LOS NIÑOS,
DEL MEDIO AMBIENTE, DE LA GLORIA
DE ARICA Y DE LA IDENTIDAD ANDINA
 
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IMÁGENES DEL FESTIVAL TRILCE
DE LA CANCIÓN, LA POESÍA Y DANZA ANDINA
DEL XIV ENCUENTRO INTERNACIONAL ITINERANTE
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
EN SANTIAGO DE CHUCO, EN MAYO DEL AÑO 2013
 
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
 
ACTO DE HOMENAJE
AL MAESTRO
Y A SUS LUCHAS
 
PRESENTACIÓN
DEL LIBRO
 
TRES DOCENTES
HABLANDO
DE VALLEJO
 
AUTORES:
 
PERCY JULIÁN URIBE
CARLOS ROJAS GALARZA
JULIO YOVERA BALLONA
 
PANEL
DE PRESENTACIÓN
 
WALTER QUIROZ
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
 
ACTUACIÓN ARTÍSTICA
 
FREDERIK SOTOMAYOR
 
JUEVES 4 DE JULIO
LOCAL DEL SUTEP
CAMANÁ 550. CERCADO DE LIMA
6.30 PM.
 
INGRESO LIBRE
SE AGRADECE SU GENTIL ASISTENCIA
 
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CONVOCATORIA
 
XV ENCUENTRO INTERNACIONAL
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
TELÚRICA DE MAYO, 2014
 
LIMA:
MARTES 20
Y MIÉRCOLES 21
 
TRUJILLO
JUEVES 22
 
SANTIAGO DE CHUCO
VIERNES 23
SÁBADO 24
Y DOMINGO 25
DEL MES DE MAYO
 
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PÁGINA WEB
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Teléfonos Capulí:
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CALENDARIO
DE EFEMÉRIDES
 
29 DE JUNIO
 
 
DÍA
DE JOSÉ
OLAYA
 
 
 
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
 
 
TENÍA
CAMISA BLANCA
Y EL CORAZÓN
ENCENDIDO
 
 
 
Danilo Sánchez Lihón
 
 
“Tenía camisa blanca
y el corazón encendido
la muerte lo perseguía
y la mar era su nido”.
Juan Gonzalo Rose
 
 
1. Lima
recapturada
 
José Olaya fue fusilado en la Plaza de Armas de Lima el 29 de junio del año 1823, después de ser atrozmente torturado por albergar y defender un sueño, una promesa y un ideal para todos nosotros, cual es el anhelo de una patria propia, nuestra, hermosa; y con libertad.
Era un hombre sencillo y honesto, pescador artesanal de oficio, a quien nadie convenció, sino que él mismo fue convencido por sí mismo, con sus propios argumentos, de que había que militar en el pensamiento de la emancipación del yugo español, eligiendo luchar por ser libres, construyendo un país propio y mejor.
Fue así que él mismo se presentó ante el general Antonio José de Sucre ofreciendo sus servicios  a la causa patriótica. Y, ¿cómo qué?, le indagó. Como correo secreto ante la incomunicación entre patriotas por el cerco que habían tendido los españoles, entre los grupos independentistas de la ciudad de Lima y el gobierno de los insurgentes, refugiados en la Fortaleza del Real Felipe, en el puerto del Callao.
Y es que la capital del Perú había sido recapturada nuevamente por el ejército realista, a cargo del Virrey La Serna, después de sus victorias en Torata y Moquegua, en enero de 1823.
 
2. ¿De
noche?
 
Ahora los patriotas permanecían aislados en el Callao, vigilados en sus conexiones con la capital en cada palmo de tierra, espacio en el cual los españoles habían establecido una férrea vigilancia militar.
José Olaya era cetrino y musculoso, de talla mediana y ademanes rudos, persona que por sus modales y gestos a Sucre le pareció que no traicionaría jamás lo que él prometía, y antes se dejaría matar que revelar cualquier secreto.
A Sucre bastó verle la cara y mirarle a los ojos para confiar totalmente en él. De todos modos, le preguntó por preguntar:
– ¿Y cuál va a ser su ruta de penetración?
– De aquí a Chorrillos a nado. Y de Chorrillos aquí también.
– ¿Ah? ¿Qué? ¿Con este frío y a tan larga distancia en un mar embravecido?
– Sí. Y, además, nadaré de noche, para que sea imposible ser descubierto.
– ¿De noche?
– Sí. Lo he ensayado todo este tiempo.
 
3. Sencillos
e incólumes
 
– ¿Así? Y, ¿luego?
– De Chorrillos a Lima no hay ninguna sospecha pasando como vendedor de pescado, siendo yo ambulante conocido.
– ¿Es consciente de la gravedad de una misión como la que me propone?
– Responderé como un soldado.
– ¡Eso no lo dudo!, pero sepa usted que cualquier intercepción costará la vida a familias enteras de Lima, claves además para el triunfo de la guerra de independencia.
– La causa de la libertad es ahora la razón de mi existencia, mi General.
Sucre sabía que jamás se le ocurriría traicionar. Más bien, verse morir era parte de su elección.
Como pescador que es sabe que los hechos están determinados por la suerte que se establece entre el pez y el anzuelo, entre el cardumen y la red.
Y que la ecuación es muy simple, compuesta nada más que de dos factores uno frente al otro.
Su filosofía de vida y sus principios son sencillos e incólumes. Y todo lo extrae del mar, incluso sus principios de vida y su filosofía de la realidad.
 
4. Pero,
¿quién?
 
El 19 de junio de 1823 el ejército realista después de sus victorias en Torata y Moquegua, como hemos dicho,  recuperó el control de la ciudad de Lima.
Había dimitido el General José de San Martín y la presidencia del Perú recayó en manos de José de la Riva Agüero.
El gobierno y el Congreso de la República, presidido por Francisco de Luna Pizarro, se refugiaron en la Fortaleza del Real Felipe del Callao.
La situación es muy tensa. Ha sido en esas circunstancias que José Olaya ha ofrecido sus servicios de mensajero ante el aislamiento férreo impuesto por tierra. Las playas y el mar estaban vigilados.
Quizá nadando un hombre podía salvar a los patriotas. Pero, ¿quién? Pensó que solo él mismo era capaz.
Había nacido, el ahora patrono del Arma de Comunicaciones del Ejército del Perú, en el balneario de Chorrillos en 1782.
 
5. Peligrosa
misión
 
Lleva a nado las cartas de los criollos residentes en Lima, quienes dan aviso a los patriotas, en la Fortaleza del Real Felipe del Callao, de los movimientos y pertrechos de los realistas.
Su trabajo es recorrer los campos y cruzar el mar a nado, de Chorrillos a Chucuito en el Callao. Y viceversa, entregando las cartas e informes de guerra entre patriotas.
Antonio José de Sucre necesita conocer los movimientos, los pertrechos, la capacidad ofensiva y los desplazamientos del ejército enemigo.
Y nadie imagina que pudiera haber un hombre que recorriera a nado el tramo de Chorrillos al Callao y en la noche.
Esta peligrosa misión fue cumplida en variadas y distintas ocasiones, llevando y trayendo información, y mensajes de vital importancia por el pescador chorrillano.
 
6. Oculta
en su red
 
Era fervoroso, creyente y partidario de la causa de la libertad y de construir una nación soberana, digna y desarrollada.
Alentaba ese sueño cuando el Perú era apenas el ideal de ser una patria emancipada del yugo español.
Fue un hombre convicto y confeso en esta fe adorable.
No negó su participación ante los realistas ni cuál era su misión a cumplir.
Así como en el interrogatorio y tortura, a los cuales fue sometido, dejó bien sentado que no iba a delatar a ninguna persona. Hasta en esto era simple como una piedra.
Sin embargo, la información que llevaba y traía oculta entre los pejerreyes de su red, era extraordinariamente estratégica.
Puesto que eran dos ejércitos enfrentados en un pequeño radio de acción en momentos en que se decidía el destino de nuestro pueblo.
 
7. Prueba
contundente
 
Seguido y vigilado desde hacía dos semanas por los agentes del gobernador de la ciudad, el sanguinario brigadier Ramón Rodil es detenido y capturado en la calle Acequia Alta, en el centro de Lima.
La detención se produce el 27 de junio a las cinco de la tarde y desde ese día, ya al atardecer, se inician y aplican las torturas para hacerlo declarar, con la intención de que denuncie a sus cómplices. No lo logran.
Pudo arrojar, antes de ser capturado, varias cartas a un albañal. Pero otras, que felizmente estaban cifradas, afortunadamente sin destinatarios ni firmas visibles de remitentes, se quedaron consigo.
Entre las minucias de sus bolsillos porta una escarapela con los colores rojo y blanco de la reciente bandera, símbolo del Perú independiente.
Esta escarapela es prueba contundente acerca de su complicidad y de su carácter subversivo.
 
8. Esta tarde
del 28 de junio
 
Las torturas a que ha sido sometido han sido atroces, a fin de hacerlo declarar quiénes son sus contactos e informantes. Ha soportado, hoy día 28 de junio, 200 palazos ejecutados con una vara flexible, y doscientos latigazos aplicados con un fuete de cuero trenzado.
Al no ser eficaces para el propósito de que revele datos y denuncie a sus cómplices, se le han arrancado todas las uñas de sus manos y de sus pies con una tenaza. Al no conseguir nada de este modo se le ha colgado de los pulgares desde unas cuerdas soportando todo su peso. Tampoco así ha hablado.
Después se le ha sentado en un banco, ya exhausto, y se le ha prometido pagarle grandes sumas de dinero, brindarle honores y un buen puesto de trabajo bien remunerado. No hace caso a nada. Y no delata a su red de implicados.
Esta tarde del 28 de junio Manuel Llanos, ayudante de campo del brigadier Ramón Rodil confronta a José Olaya con Antonia Zumaeta, otra capturada. Es ella uno de sus contactos. Sin embargo, después de observarla detenidamente, sin que se le mueva un solo músculo de la cara, expresa que no la conoce.
 
9. Caricia
maternal
 
Se procede entonces a destrozarle los pulgares lentamente martirizándolo con las llaves de un fusil. En vano. ¡No confiesa nada!
En la mañana del día 29 de junio ha recibido la visita de doña Melchora Balandra, su madre, traída para que pudiera persuadirle de que salve su vida diciendo nada más el nombre o dónde viven quienes le encargan las cartas para Sucre y los acantonados en el Real Felipe del Callao.
En vano. Su hijo no se rinde. Llorando por su vida le vuelve a insistir, por presión de los españoles para que confiese y viva.
Al contrario, la madre es fortalecida por su hijo para que tenga entereza y valentía. Y grita, convencida de la causa que él defiende.
Él le pide que le dé cristiana sepultura, que visite de vez en cuando la tumba donde han de reposar sus huesos. Y que ella defienda la causa del Perú.
Allí es cuando se acerca y él recibe la última caricia maternal y la última bendición.
 
10. Raíz
profunda
 
Sus captores, que son sabuesos de la guerra, ya saben que de un ser así no se puede esperar nada. Que basta verle la mirada para saber que es invencible.
Nada obtendrán de ese hombre, así lo destrocen a pedazos. Entonces la única ventaja que allí mismo Rodil calcula obtener es que él sirva de escarmiento.
Y el gobernador dispone su fusilamiento, apenas dos días después de haberlo capturado, sin esperar más trámite, ni voz de arrepentimiento que no va a llegar.
 Sabe que aquello nunca va a ocurrir, quizá porque es indígena, esa raíz profunda y honda de la tierra que él no conoce pero sospecha.
Al gobernador de la ciudad de Lima le ha bastado verlo ahora para saber que será imposible e inútil esperar alguna delación.
Menos aún si había soportado ser colgado de los pulgares y arrancadas con tenazas las uñas, sin que emitiera gritos de dolor.
 
11. Llama
votiva
 
Entonces ha decretado su fusilamiento, sumario e inmediato. Como Sucre al darle confianza, Rodil al ver su mirada, lo condena sin demora ni apelaciones.
Es así que hoy 29 de junio de 1823, día de San Pedro pescador y patrón de su Chorrillos nativo, José Olaya es fusilado a las once de la mañana en la Plaza de Armas de Lima, exactamente frente al Palacio de Gobierno.
Para ello se ha alzado un patíbulo en el Callejón de Petateros.
En el momento que le cegaban la vida  alcanzó a gritar:
“Si mil vidas tuviera, las mil
gustoso las daría por mi patria”.
Aquella patria en este momento todavía es una quimera tambaleante, Apenas una llama votiva.
Era un hombre humilde, pero tenía fe en el alma. Y este es un don excelso y supremo. Su fe y heroísmo patriótico es la fe y el heroísmo patriótico aquí de los humildes.
 
12. Nuestro abrazo
emocionado
 
Tener fe, creer en algo, acrisolar la vida en un emblema o en un símbolo. Es esto lo que hace a alguien valedero.
José Olaya vibraba con algo que ni siquiera todavía existía. Él era un peón en los surcos de los sueños y, en su condición, surcos cavados en las olas del mar.
Pero su alma estaba encendida con una luz. Y esa luz es cálida y ardiente.
Y es fuego puro conteniendo valores como la libertad para todos, la capacidad de forjar nosotros mismos nuestro destino, la justicia social como enseña y compromiso.
Lo que conmueve en José Olaya es que lo hizo no desde una posición acicalada, conveniente para sí mismo, calculada para su bienestar, sino como anhelo puro del alma.
Desde su condición de pescador artesanal avizoró y dio su sangre por la entelequia que ahora somos, que tenemos palpitante en nuestras manos y, ojalá, en nuestro abrazo emocionado.
 
13. ¡Y
no se rindió!
 
Y su elección es autónoma, espontánea y soberana, para soñar la patria que todos somos ahora. También conmueve el hecho de que él no tuvo dudas, no se mostró dubitativo ni pusilánime, ni mucho menos engañado o defraudado.
Fue convicto y confeso. No se quebrantó ni ante su madre que le rogaba que viva, sino que a ella le pide más bien que milite, y vele en su tumba. Y lo acune y rememore en su sepultura, como si su tumba fuera un vientre.
José Olaya es de esos seres con sueños indestructibles e imperecederos que las balas no traspasan ni menos pueden matar como es el Perú inmarcesible.
Un pescador como aquel del lago Tiberíades, en quien alberga la llama del espíritu. Quien fue apaleado, despedazadas sus dedos, colgado de los pulgares, destrozadas sus articulaciones con llaves de fusiles.
¡Y no se rindió! Ni tampoco lograron que se arrepienta, sino al contrario, ¡murió proclamando libertad para todos!
 
14. Niño
y joven
 
Sin revelar sus secretos ni los nombres de sus contactos como lo había prometido, sin comprometer a nadie, como lo había jurado, y lo estaba cumpliendo, apostando por el porvenir que ahora somos todos, es una consigna eterna en nuestras frentes y en lo hondo de nuestros corazones.
Él era un artesano que no veía lo inmediato sino lo trascendente. No los placeres mundanos, ni las satisfacciones concupiscentes, sino las tenues palpitaciones del alma, puestas y aleteando apenas en un futuro amenazado e incierto.
El monumento que ahora se alza en el Pasaje de Petateros, frente al Palacio de Gobierno, calle que ahora lleva su nombre insigne, lo muestra con una red en la mano izquierda, hacia abajo, seguramente recogiendo la vida.
Pero en la otra mano, levantada hacia lo alto, muestra una carta. ¡Niño y joven, dale tú contenido a esa carta, representando sin duda los sueños y los mensajes acrisolados que dirige hacia el porvenir todo peruano ferviente y leal como él!
 
15. la mar
era su nido
 
Y el poeta tacneño Juan Gonzalo Rose, que sabía latir con el sentimiento de patria, por ser precisamente de Tacna lacerada por un agresor, compuso un poema dedicado a él y titulado Pescador de luz.
Ese poema después Víctor Merino lo convirtió en canción, poniéndole música. Y con voz de Diego Mariscal, otro artista legendario ya desaparecido, fue interpretado y dejó grabado para siempre.
Poema, canción y fe en lo más hondo de nuestro porvenir, que en este mismo momento tú puedes escuchar en YouTube poniendo título y autores, y cuya letra dice así:
PESCADOR DE LUZ
Tenía camisa blanca
tenía sangre bronceada
portaba una carta blanca
cruzando la madrugada.
Tenía camisa blanca
y el corazón encendido
la muerte lo perseguía
y la mar era su nido.
 
16. como el viento
lleva la luz
 
Y prosigue:
José Olaya
La libertad te llevaba
como el viento
lleva la luz a la playa.
Tenía paso ligero
el corazón acerado
Y decía el mensajero
“el pueblo ya ha despertado”.
Tenía los ojos negros
hoy tiene los ojos muertos
pero sigue apareciendo
como la luna en los puertos.
José Olaya
La libertad te llevaba
como el viento
lleva la luz a la playa.
Canción que también yo entono, cuando necesito darme a mí mismo valor y fuerzas en esta vida, y en mi fe en el Perú sempiterno.
 
 
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