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Por: Agustín Zúñiga Gamarra (Acucho)
Haciendo cuentas, reconocemos que las dos únicas actividadades donde, ese exceso y equivocado nacionalismo, parecen brotar como sudor contagiante son los políticos y militares. En ambos casos, ellos no ejercen actividades profesionales fuera de sus paises de origen, “los primeros no pueden hacer política en país ajeno, están prohibidos”, los segundos tampoco podrían llegar a ser generales en otro país.
Por eso la situación parece entendibe, y por qué ellos acostumbran a ponerle leña al fuego, a las relaciones entre ciudadanos peruanos y chilenos o colombianos y venezolanos, o colombianos y ecuatorianos. En ellos su “negocio” se limita a las fronteras de su respectivos países, de ahí que poco les interesa que otros ciudadanos se dediquen o tengan actividades, profesiones, que necesitan superar las fronteras geográficas, una de tales son los que trabajamos en ciencias e ingeniería.
Los científicos e ingenieros, nos econtramos muchas veces durante el año, en conferencias, talleres, cursos donde compartimos reuniones de mucha confraternidad; desde México a Chile, pasando por cubanos, colombianos, ecuatorianos, argentinos, brasileros, o bolivianos, sintiendonos hermanos.
En estos eventos no nos rasgamos las vestiduras, por conflictos que no van a acambiar la historia de nuestros pueblos hacia mejor. Allí percibimos que la mayoría de conflictos las construyen y promueven los políticos de máximo nivel o los militares de mayor graduación; los ejemplos mas claros son Chávez o Donayre, Evo o García, Bachelet o Foxley. Es una realidad que las vías de desarrollo, hermandad y apoyo entre los pueblos no se van a alcanzar, gastando más en armamentos, sino por el contrario invirtiendo en conocimientos.
Uno de tales acontecimientos de confraternidad científica me tocó vivir durante la semana transcurrida, en la calida e histórica ciudad de Bogotá, allí nos encontramos, físicos, químicos e ingenieros de toda Latinoamérica y del Caribe, para compartir realidades y proponer mejoras conjuntas en el campo de los usos de las tecnologías nucleares orientados a los servicios.
Allí comprobamos que polítidos y militares nos pretenden distanciar, contrariamente los científicos e ingenieros procuran unión. Mientras los primeros compran armamentos, misiles, tanques para eliminar, nosotros, los segundos, usamos el conocimiento para mejorar el bienestar de los habitantes de nuestros países y la conservación de la Tierra.
¿Así de qué lado está la razón y de qué lado la fuerza?. ¿De qué lado deberían estar nuestros pueblos?. Con certeza del lado de la paz y el desarrollo!!. Pero eso no vende, no hace noticia, por eso no se destaca en la prensa los acontecimentos como el de Bogotá.
Es decir, la mayoría de la prensa hace eco al armamentismo, al “nacionalismo retardatario”, que nos distancia y empobrece, mientras tanto discrimina y olvida trabajos conjuntos en ciencias e ingeniería que hermanan y promueven progreso.
Por ello estimados oyentes, busquemos la paz y el desarrollo, en lugar de la guerra y el atraso.
Más conocimiento, menos armamento.
Más información menos confusión.
Más explicación menos aceptación.
Más tecnología menos ideología.
En el trayecto de Bogotá – Lima, vuelo en LAN, 11 a. m.