miércoles, 20 de abril de 2016

LA PEREZOSA DEL POETA - POR JULIO SOLÓRZANO MURGA

 .
LA PEREZOSA DEL POETA

Tiene el Poeta en su finca
una reconfortante perezosa
que el solo hecho de reposar
plácidamente sobre ella
te olvidas fácilmente del tiempo

Peculiar sentido de descansar
al aire libre, acariciando el sueño
con aroma de retama y eucalipto
con silbidos del tren a la distancia
con arrullos del río en tus oídos

Fragante manera de reposar al alma
ilusa cabalgata de sueños postergados
recodo de la vida en feliz descanso,
perezosa del poeta, cometa del placer
acurruca mi alma quiero verme nacer.

Bajo el sol de las verdes praderas
bajo la sombra de tus inmensos cerros
que acordonan a Santa Eulalia, Huarochirí
dando bello panorama a la finca del poeta
qué imponente se ve, con el sol a cuestas

Una hora de descanso que me pareció un día
sosegado en la perezosa con los pies sobre la silla,
vi como mi vida en sueño era toda alegría,
danzas, cantos y poesías; Paz, amor y vida,
finca del Poeta, refugio del placer en un día.

Julio Solórzano Murga

Santa Eulalia, 06 de Enero 2008

Finca del Poeta Raúl Gálvez Cuéllar
 
 
Comentario
 
Después de los inviernos limeños suele aparecer un sol que recompone ánimos friolentos. Yo acostumbraba a tenderme cara al sol, en un colchón delgado, un pedazo de alfombra o de tapizón, y lo hacía con mi esposa Lucyta, a veces acompañados de nuestro último hijo Jesús. Íbamos a la azotea y gozábamos de sus rayos que tanto se extraña en los inviernos. Algunos dìas y para no subir escaleras me echaba sobre estos "colchones" en el umbral de la puerta de calle, con la puerta entreabierta, què felicidad era la que sentìamos bajo el sol entibiando nuestros cuerpos.
 
Un día -domingo debió ser, no recuerdo- , pasó un buen hombre por el parque frente a casa, vendiendo perezosas y otros muebles por el estilo. Y sin pensarlo dos veces compré una perezosa.

Como poco se usaba, fue a dar en la azotea y todos nos olvidamos de ella.

Al cabo de algunos años se me ocurrió llevarla a nuestro pequeño e íntimo Retiro de Santa Eulalia por la Carretera Central. Nunca imaginé que un día en ella descansara ¡y durmiera! Julio Solórzano Murga, mi buen amigo y excelente poeta huachano. Ni menos que luego de unos días de esta efímera siesta, escribiera su poema "La Perezosa del Poeta".
Mi querida sobrina Fresia Valdivia Gálvez tiene en exhibición una pintura donde aparece un hombre descansando plácidamente en una perezosa. He escogido este cuadro para Portada de uno de mis libros que si Dios quiere aparecería a fines de este año. La pintura es magnífica, y no lo digo porque sea de mi familia, sino porque impone admiración y elogios de todos cuanto la ven. Parece tan pero tan real, que hasta me hizo recordar cuando en el Louvre estuve frente a La Gioconda, y mi compañero de estudios de entonces (eran los años setentas), el Mayor en actividad del Ejército Ecuatoriano Héctor Del Coral me dijera ..."mira Raúl, si a nosotros que no somos pintores este cuadro nos impresiona, ¡cómo será para los verdaderos artistas!..."
El poema La Perezosa del Poeta de Julio Solórzano ya es indesligable del arte de Fresia Valdivia: poesía y pintura andan juntas, y estoy seguro que darán mucho que hablar en este tiempo en que el arte en general amenaza languidecer aún más, cuando por el contrario debe renacer cada día con mayor vigor y realismo.

Raúl Gálvez Cuéllar
 
 Raúl y Julio

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