UNA CITA CON EL AYER
Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
"Una fría noche de enero
salí de mi amado Chiquián
en busca de mi destino"
Aralba
Bendita noche bajo la luna chiquiana
que iluminó mi partida. Noche serena, noche callada que puso estrellitas en el rojo grana de mis venas.
Añosos ficus de la Plaza Mayor, mudos testigos de mi cantar infantil, mientras te morías de risa en el zaguán.
Pileta amada, a la distancia siento
tus latidos, estás sola, rodeada de silencio junto al quiosko de techo
carmesí, aguardando el amanecer; hay tantas huellas, tantos recuerdos apretujados de frío en tu
barandal, que hacen vibrar mi pecho de ensoñación.
*
Los balcones parecen dormir sobre las
veredas solitarias donde reposan su cansancio las viejas puertas; mas en
las noches de luna hablan del amor, también del calvario que trepa el culmen de la ausencia en el olvido, y de
las penas de una partida que no muele el rudo batán de la existencia.
..
Por eso escribo con gotas de shulay
sobre aquellos instantes de ensueño que no olvida el corazón, porque
fueron grabados por el viento de los años en el empinado Jaracoto.
.
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Porque
la vida es un momento y nos pertenece, como el arco iris pertenece a la
lluvia y al Sol que derrama sus rayos de oro sobre el faldellín de la
cordillera, cuando busca el alma de la alborada. Entonces, ¿cómo no
sentirnos felices viendo al Aynín, nuestra venita de plata, latiendo en
las entrañas del valle que agradece al Creador con su canto de alabanza
por el agua que bebe?.
.
¿Cómo
olvidar los momentos de
contemplación telúrica con la aurora en las pupilas? Ver reverbeando al
astro rey en la cima del Yerupajá, sintiendo el ondear inquieto de los
eucaliptos que juegan con el céfiro matinal, y escuchar el trino del
pichuichanca en el alba, en tanto un batir de alas nos
eleva al Cosmos en vuelo vertical.
Quihuillán:
rinconcito seductor que acuna en sus muros el aroma de
los besos adolescentes que quedaron prisioneros en las redes del
tiempo, besos primaverales que sueñan bajo la sombra de la mágica roca,
en la melancolía serena de las noches de plenilunio.
*
Usgor:
cascada de embrujo que guarda en sus aguas cristalinas los susurros de
tantos amores tiernos perfumados de Luna; susurros de abril de aquellas
cuitas primeras bañadas de recuerdos que florecen en las alas de un
suspiro.
*
Faldas de Cochapata:
desde donde el maizal enamora a las estrellas, y el trigo se embriaga
con el rocío en cada despertar; allí, cada noche los chuluc tocan sus
violines bajo las pircas perpetuas; allí todavía resuena la roncadora de
Antonio Padua Toro, junto a las cascada de Putu que engríe con sus agüitas
cantarinas a la alfalfita tierna.
.
Son momentos para evocarlos en silencio, con lápiz y papel, bajo la tenue luz de un candil.
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Fotografías de:
Jaime Lara, Marcos Chamorro, Dante Aldave, Alex Milla, Jesús Bolarte, Felipe Alvarado,
Dimensiones del Perú y ANI, con mi eterno agradecimiento.