CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
ENERO, MES DE LA DEFENSA DE LIMA
DEL NACIMIENTO DE ARGUEDAS, HERAUD
Y LOS PARADIGMAS DE MACHUPICCHU
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27 DE ENERO 1832
NACE
LEWIS
CARROLL
AUTOR DE “ALICIA EN EL PAÍS
DE LAS MARAVILLAS”
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
ESENCIA
DE LA LITERATURA
INFANTIL
Danilo Sánchez Lihón
Agrande la puerta Padre
Porque no puedo pasar
la hicieron para los niños
yo he crecido a mi pesar.
Si no me agrandas la puerta
Achícame por piedad
Vuélveme a la edad aquella
En que vivir era soñar.
Miguel de Unamuno
1. El arte
y el niño
La
literatura infantil tiene su base de apoyo en el estar y en el ser
niño, perspectiva en la cual no hay mejor vínculo que el existente entre
el arte y el espíritu de infancia, entre la poesía y la naturaleza del
ser niño, entre el prodigio del arte y el milagro del alma infantil,
porque literatura e infancia comparten como elementos intrínsecos y
comunes una misma identidad.
Consecuentemente,
la relación de la literatura con la infancia es un vínculo no solo
fecundo sino esencial, en cuanto participan:
– Del asombro.
– De la originalidad
– Del animismo
– Del candor
– De la aventura
– Del ritmo
– Del movimiento
– De la visión luminosa y encantada de la vida.
– De la trascendencia
¡Y
todo lo anterior impulsado hacia la esperanza, hacia la construcción de
la utopía que une el pasado, el presente y el porvenir!
2. Cantos
y epopeyas
Sin
embargo, y fundamentalmente, lo siguiente es lo raigal y trascendente:
la literatura infantil actualmente es una actitud frente a los problemas
del presente, una manera de visualizar la realidad; una ética frente a
la vida, una conducta para vivir de manera más intensa y total y una
manera de ser, de actuar y comprometerse con el mundo y con los sueños.
Por
las condiciones que acabamos de exponer la literatura universal y mucho
de la literatura clásica es literatura para el mundo de la verdadera
infancia, aquella del arte y aquella del niño. Su misma denominación lo
revela, denota y confirma, al poner como rasgo característico la
universalidad. ¿Y qué más universal que el niño?
Los
cantos y epopeyas nacionales, como por ejemplo los poemas romances
castellanos, la Ilíada y la Odisea, la Canción de Rolando, el Mahabarata
y el Ramayana, como todas las obras fundacionales de los pueblos y las
culturas son clásicos y de manera esencial obras también para niños.
Colocadas
en esa misma órbita y perspectiva encuentran significación y
trascendencia y hasta encanto obras como "El Quijote", "Cien años de
soledad” o "El señor de los anillos".
3. Ríada
y canal
Sin
embargo, hay barreras formales a superar en relación a los clásicos de
otros tiempos para volverlas obras de lectura para niños, y eso es un
trabajo filológico que logre convertir la lengua arcaica en un idioma
actual y moderno; clarificando la codificación, como hizo el poeta Pedro
Salinas con el Cantar del Mío Cid.
Como
también es importante en la presentación de la obra misma disponer de
ayudas para una feliz orientación en el contexto histórico y social,
como adecuando la presentación editorial de tal modo que se las haga más
amigables para niños y jóvenes.
Vencidas
estas dificultades la literatura clásica es apta para niños de todas
las edades. Y al lado de esta literatura canóniga tenemos otra vertiente
con la cual hay una relación de vasos comunicantes mucho más estrechos y
fluidos.
Esta
ríada y canal es la literatura popular, compuesta de mitos, leyendas,
cuentos folclóricos. Pero también por los romances, consejas, rimas,
nanas, jitanjáforas, chuzas, cantilenas, candombes, glosolalias, y
adivinanzas. Todos ellos géneros de riquísima y enorme importancia y que
están aparentemente perdidos para el panorama de la literatura
convencional.
4. Literatura
fresca
Y
la literatura popular es principalmente literatura oral que rejuvenece
cada día en los hogares más humildes, recreada por los seres humanos
aparentemente menos provistos de recursos que les permitan ser los
trasmisores de este arte acrisolado.
Compuesto
en lo tocante a géneros narrativos, mayormente de mitos, leyendas,
cuentos populares, fábulas; los mismos que se renuevan en los hogares
también más frecuentemente del mundo rural, agrario y campesino.
En
comunidades del interior de las grandes urbes, aún no deglutidas
completamente por el esquema de la globalización contemporánea y cuyos
elementos aún están vivos para el mundo de los niños.
Es
esta una literatura fresca, enteriza y total que repercute con grandes e
intensos significados en el ser integral del niño, donde se juntan
razón, emoción, memoria, volición, al lado de la deletérea fantasía.
Porque,
¿qué niño o persona con alma de niño no escucha o lee con fruición las
sugestiones previas acerca del mundo y la vida plasmadas en la mitología
como producto acrisolado del imaginario estupendo de los pueblos?
5. Aquel
que existe
Son características que definen a la literatura infantil:
a. Los temas; con los cuales se identifica el niño.
b. El lenguaje; asequible pero a la vez mágico.
c. La fantasía; que relumbra, hechiza y sorprende.
d. El humor; fino, inteligente, ocurrente.
e. La aventura; que aumenta según el trajinar los caminos.
f. El heroísmo; que lucha por el anhelo de hacer un mundo mejor.
g. La esperanza; que sostiene y alienta la vida.
Reunir
todo ello en el acto creador de la literatura supone arrojo, entereza y
extraordinario valor. Implica también trabajo con el lenguaje a fin de
alcanzar sencillez, candor y limpidez.
Porque
para ser auténticos se tiene que hablar desde el niño íntimo y
recóndito, pero además en un código natural y de acuerdo a las
expectativas, intereses y preferencias del niño concreto, aquel que
existe y está ligado fervorosamente a la vida, pero también a los
sueños, al mundo de la imaginación y de las utopías.
6. Raíz
y tronco
Se hacen presentes y se muestran tangibles entonces en la literatura infantil los siguientes ejes y paradigmas:
a. El espíritu de infancia, que define la esencia del arte.
b. El niño interior que sustenta y le da emoción artística.
c. El niño real y concreto que existe socialmente.
Una
obra literaria para niños con relación a los textos de la literatura
general tiene una elaboración más fina y depurada, más quintaesenciada,
con más valores, siendo uno de ellos la sencillez, como su carácter
directo, casi siempre breve.
Máximo
Gorki repetía una sentencia cual es que para escribir para niños hay
que hacer lo mismo que para adultos, sólo que hay que hacerlo mucho
mejor.
De
esta comprensión se desprenden conclusiones eminentes que bien pueden
dar lugar a programas que se pueden desarrollar en el ámbito del aula,
de la escuela, de la comunidad y de la sociedad en general, tomando en
consideración el siguiente factor fundamental:
Que la literatura infantil es la literatura esencial, genuina y auténtica. Es la raíz y tronco de todas las demás literaturas.
7. Ser
niño
Pero
también que la literatura infantil se remite al niño no reducido a una
edad del hombre sino al espíritu del hombre en general.
Y
que el espíritu del mundo es un espíritu de infancia, puesto que el
mundo cada día nace con los atributos de ser nuevo, asombroso, original y
henchido de encanto.
Vale
insistir y ya para terminar, que la infancia no es un período de
nuestra vida que quedó atrás sepultada entre el cúmulo de años gozados o
padecidos, y a la cual a veces volvemos a recordarla o con añoranza o
displicente indulgencia.
La
infancia no es una edad o un peldaño en la evolución de la existencia
en los seres humanos, sino que ella es la esencia del hombre en todo su
transcurso y devenir. Porque la vida solo merece ser vivida con los
atributos del alma espléndida de lo que es el niño, inclaudicable,
asombrada y siempre esperanzada.
Y
asumiendo la moral inmensa de obras como “Alicia en el país de las
maravillas” que recrea el universo en la dimensión de los sueños y del
alma de lo que es ser niño.
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