TIEMPO NUEVO
Internacional
Por Addhemar Sierralta
Año 13 Nº 447
https://tiemponuevonews.wordpress.com/
Miami, 6 de diciembre de 2021
CRISIS Y PROBLEMAS DE ALTO RIESGO.
Por Addhemar H.M. Sierralta (Perú).
La situación de las amenazas de China para atacar Taiwán, de Rusia para invadir Ukrania, el pésimo manejo por parte de U.S.A. de la retirada de las tropas de Afganistán, las desastrosas negociaciones con Irán que sigue tratando de tener armas nucleares, el retirar a las FARC colombianas de la lista de organizaciones terroristas, la pobre reacción de las situaciones en Cuba, Nicaragua y Venezuela así como los silencios ante la situación en Chile y Perú nos permiten señalar que la imagen de los Estados Unidos de América ante el mundo se viene deteriorando.
Tanto China, Rusia, Irán, Cuba, Nicaragua y Venezuela han perdido el respeto a U.S.A. Igualmente los aliados de los norteamericanos, tanto en Europa como en Asia y en el Medio Oriente perciben que podrían presentarse situaciones de mucho riesgo.
Todo lo anterior se agrava porque dentro del país norteamericano existe una crisis económica, política y social lamentable. La inflación, el mal manejo de la industria petrolera, el desastre migratorio, un mal manejo de la pandemia del covid-19, los enfrentamientos internos entre grupos sociales y la infiltración izquierdista en el partido demócrata son una muestra fehaciente que el gobierno de Biden hace agua, por no decir que es un desastre. Lo que podría agravarse si se aprueba el gasto “social” que plantea y las modificaciones impositivas.
Se viene generando una tensión interna e internacional que puede devenir en serios conflictos con Rusia, China e Irán, así como una inacción para detener la penetración izquierdista en América Latina. Si Biden no cambia sus políticas y decisiones puede poner en grave riesgo la paz del mundo. Tal como viene actuando se percibe su derrota electoral en las elecciones de medio termino y posiblemente en las próximas presidenciales.
RMP; “QUEDA POCA ESPERANZA PARA PEDRO CASTILLO”.
Nota de La República de Perú acerca del programa de TV de Rosa Maria Palacios. La vacancia del presidente se discutirá el martes 7 del presente en el Congreso.
En Sin guion, Rosa María Palacios explicó que búsqueda de diálogo de Pedro Castillo con los líderes políticos no tendría buenos resultados si el mandatario sigue ofreciendo discursos demagógicos y ahuyentando a la inversión privada. “Es sombrero, no corona”, recalcó.
El intento de vacar a Pedro Castillo por parte del Congreso continúa, por lo que el mandatario se reunirá con líderes políticos antes de la votación para admitir a debate la destitución. Según la Presidencia del Consejo de Ministros, el jefe de Estado mantendrá estos encuentros desde este viernes 3 hasta el lunes 6 de diciembre.
Rosa María Palacios señaló que Castillo Terrones se deberá reunir con César Acuña, Yonhy Lescano, Vladimir Cerrón, José Luna Gálvez, Hernando de Soto, Rafael López Aliaga y Keiko Fujimori; es decir, los contendores que poseen fuerzas políticas en el Congreso y decidirán cómo votarán sus bancadasel próximo 7 de diciembre.
“Pedro Castillo no puede manejar el país, mucho menos, hacer una dictadura chavista, castrista, comunista o cualquier otro sueño de Vladimir Cerrón. El presidente tenía que inclinarse hacia el centro y buscar pactos con APP, Somos Perú, Podemos, con Juntos Perú lo logró, pero a regañadientes”, explicó.
La letrada precisó que esta búsqueda de diálogo entre líderes políticos es un contraataque bastante tardío y complicado, que podría no lograrse si Pedro Castillo persiste con discursos demagógicos entorno a la corrupción.
Agregó que en el ordenamiento jurídico peruano ya hay un sistema de justicia (Contraloría, Fiscalía de la Nación, Congreso), el cual, según la Constitución, pone límites al presidente de la República y no las rondas campesinas, como ha sugerido Castillo.
“Es sombrero, no corona. No sé si realmente el presidente se da cuenta de la situación en la que está (...) No sé como van a ir las reuniones de este fin de semana, pero queda poca esperanza para Pedro Castillo”, acotó.
¿Y la inversión privada?
La economía ha crecido a un nivel superior a lo que se proyectaba (13.5%). Palacios indicó que el precio del cobre ha sido favorable para la minería, exportaciones y, por tanto, para los ingresos del Estado peruano. Por lo que calificó como una pésima noticia el anuncio de que Las Bambas cerrará sus operaciones al no tener garantías.
“No puedes estar sometido al chantaje, a la extorsión de personas que se apropian de la carretera y exigen que les pagues plata por pasar. Simplemente no van a pasar, así como hizo Antamina y miren que bien se resolvieron las cosas”, detalló.
Durante un acto oficial, Castillo Terrones aseguró que su gobierno dará seguridad jurídica, sin embargo, minutos más tarde manifestó que en enero el Ejecutivo revisará contratos con empresas privadas. “Por eso quieren vacar al presidente, porque no quieren que toquen sus intereses”, declaró.
“¿Quién lo eligió emperador? El presidente no contrata en nombre del Estado, son los ministros quienes tienen facultades. ¿Qué contratos?”, cuestionó.
JUSTICIA
Por Enrique Guillermo Avogadro (Argentina).
“Los hechos son testaturudos”. Vladimir Ilich Uliánov, Lenin.
La Argentina, que desde hace décadas vive un “subdesarrollo sustentable”, genial definición de Vicente Massot, está asistiendo a una marcada inclinación del ángulo de la pendiente por la que desliza hacia el abismo final. Si bien la casta política ha sido gran responsable de esa degradación institucional, la mayor cuota corresponde a la Justicia, cuyos miembros han tolerado que los virus de la corrupción y de la politización la enfermaran tan gravemente. Hay una vieja máxima republicana que reza: “con una Justicia eficiente, rápida e independiente, todo es posible; sin ella, nada lo será”; por haberla ignorado, así estamos.
En el terreno judicial, desde el sábado se han producido dos hechos importantes. Me refiero, claro, al indignante sobreseimiento de Cristina Fernández dictado por la mayoría del Tribunal Oral Federal N° 5 (Daniel Obligado y Adrián Grünberg) sin realizar el juicio oral y público que ordena el Código Procesal Penal y mientras aún faltaba producir prueba pedida por la propia defensa de la beneficiada; y al absurdo procesamiento del ex Presidente Mauricio Macri, por el Juez subrogante de Dolores, Martín Bava.
Los primeros invocaron un principio clave para resolver así, con el honroso voto en contra de Adriana Palliotti: la existencia de una ley más benigna; malintencionadamente, olvidaron que esa ley había sido modificada cuando los delitos imputados continuaban cometiéndose por varios años más; el fallo será apelado por el Fiscal Diego Velazco, y será la Sala I de la Cámara de Casación, que ya se ha pronunciado en el sentido de la necesidad de realizar el juicio, quien resolverá. Quedará, por supuesto, la posibilidad de recurrir a la Corte Suprema, que debiera expedirse en breve plazo para evitar que todo se transforme en la anhelada impunidad.
Obligado, que ahora se amparó en ese principio legal para proteger a su patrona, es el mismo Juez que lo negó a todos los militares que, imputados de lesa humanidad, cayeron bajo su imperio, en procesos viciados por la indudable falsedad de los testimonios y por el desconocimiento de garantías tales como la de juez natural, de irretroactividad de la ley penal, etc., y a los cuales les extendió arbitrariamente la prisión preventiva sin atender a sus edades (76 años, en promedio) ni a sus condiciones de salud.
Por su parte, Bava dispuso el procesamiento de Macri sin contar con prueba alguna que lo vincule con el presunto (aún no probado) espionaje a los familiares de los marinos del ARA San Juan. Mientras, obedeciendo el antiguo apotegma peronista (“al amigo, todo; al enemigo, ni justicia”), otro Juez federal, Marcelo Martínez de Giorgi, hace como que investiga la denuncia derivada de las muchas carpetas, con transcripciones de conversaciones de opositores, frutos de escuchas ilegales, que fueron encontradas en la casa de la PresidenteVice en Calafate durante un allanamiento ordenado por el fallecido Juez Claudio Bonadío.
Cambiando de tema, esta misma semana fuimos informados por la UNESCO del resultado de las pruebas realizadas a nuestros alumnos primarios: fuimos un faro luminoso en el mundo desde fines del siglo XIX, cuando la educación pública erradicó el analfabetismo; hoy, el derrumbe es total, y los chicos que llegan al secundario ni siquiera comprenden los textos que leen y, mucho menos, acceden al conocimiento de las ciencias duras.
La Provincia de Buenos Aires es el paradigma de esa catástrofe. Su gobierno entregó la política educativa a los gremios más ideologizados y salvajes, cuya máxima expresión es Roberto Baradel, gran capitán de los “trabajadores de la educación”. La “cuareterna” fue su ideal, y la pandemia la excusa para ni siquiera asistir a las escuelas, en las cuales la proliferación de maestros y suplentes (40% de ausentismo) para los mismos cargos docentes impide mejorar salarios y exigencias, y todo ello en uno de los países que, en la región, destina mayor presupuesto a la educación. Pese a ser el kirchnerismo socio político de Rafael Correa, el ex Presidente prófugo de Ecuador, no imitó su política educacional; éste hizo dictar una ley, aún vigente, que dispone que sólo puedan enseñar quienes merezcan las mejores calificaciones en los institutos de formación, todos de excelencia.
La nueva carta/misil emitida por Cristina Fernández, en la que transfirió la responsabilidad de un eventual acuerdo con el FMI -que, como condición previa, requiere de un plan económico creíble que contenga una reducción del gasto público y de la inflación- a su mandatario, el MemePresidente (que ha pedido al organismo que, antes de firmar, haga un insólito mea culpa por el crédito otorgado durante la administración de Macri) y, sobre todo, a la oposición. Intenta quitarse el sayo del ajuste y reservarse el derecho a veto para conservar su capital simbólico; lo construyó su propio marido mintiendo descaradamente cuando, para cancelar la deuda con el FMI, que cobraba un interés del 4% anual pero exigía auditar las finanzas públicas, nos endeudó con su socio Hugo Chávez al 15%, repartiendo entre ambos los “beneficios”.
Si la Justicia fuera proba, nada de todo esto podría haber sucedido, puesto que los jueces hubieran puesto límites. Hoy nos queda la esperanza: un inminente fallo de la Corte Suprema, ya demorado seis años, que restituya la composición del Consejo de la Magistratura (responsable de la elección y la remoción de los magistrados) a lo establecido en la Constitución de 1994. Esperemos que no sea, una vez más, vana.
Bs.As., 4 Dic 21
ANÉCDOTAS HISTÓRICAS:
DE LA MARISCALA A CUATRO AREQUIPEÑAS DE FUSTE.
Por Juan Guillermo Carpio Muñoz (Perú).
Recopilación de nuestra amiga Maigualida Pérez, escritora venezolana.
La historia del Perú siempre se ocupa de los inquilinos del Palacio de Gobierno, pero casi nunca de sus consortes o esposas. Se piensa que ellas, que no han sido elegidas por la ciudadanía, deben permanecer en las sombras y nunca deben de mandar, influir o gobernar, en otras palabras, se postula que no deben meterse en la cosa pública. Pero, bien sabemos que en cualquier pareja de esposos, las mujeres no solo están de adorno, o para la administración o el trabajo de casa, o para el débito conyugal; sino que opinan, critican, reflexionan, ayudan, estorban, se inmiscuyen, influyen, sugieren, presionan y hasta mandan en la actividad laboral que desempeña el esposo. Y esta forma de vida de cualquier pareja no hace excepciones, ni cuando el esposo trabaja de Presidente de la República.
Bastaría mencionar que tuvimos a Francisca Zubiaga de Gamarra, por algo (y mucho) conocida más como La Mariscala, o Doña Pancha. Impetuosa y atractiva cusqueña que en vísperas de la batalla de Ayacucho se casó con el entonces Jefe del Estado Mayor del Ejército Patriota: Agustín Gamarra Messía quien, producida la independencia, fue caudillo militar que en su actuación política varias veces presidió el Estado Peruano.
La Mariscala era una mujer guapa, de carácter fuerte, imponente, diestra amazona, ágil de pensamiento, firme y hasta inflexible de voluntad, intuitiva e intrigante. Con una mirada ella detectaba a los posibles rivales o enemigos de su esposo y de inmediato los cuadraba, los apartaba o neutralizaba. Cuando Gamarra invadió Bolivia para desalojar a Sucre, ella lo secundó, pero no como la delicada consorte que con sacrificio viaja a su lado llena de mimos, no; ella, montada en intrépido caballo, comandó una parte de la tropa que capturó la plaza; así como cabalgó por todo el centro y el sur de nuestro agreste país en innumerables campañas que libró al lado de su marido. Tiempo después sofocó una revuelta con una frase que dirigió a los soldados rebeldes y que la pinta de cuerpo entero: Cholos ¿ustedes contra mí? Después, en plena guerra con Colombia, fue lugarteniente de su marido en el golpe de estado contra La Mar. Cuando su esposo fue Presidente, ella mandaba en presencia y ausencia de su marido y no solo en asuntos públicos, sino que a los más altos jefes militares los tenía en jaque (hecho por el cual civiles y militares le dieron el rango militar supremo: La Mariscala). En las ocasiones que estaba al mando de la tropa solía vestir atuendo militar adecuado a su condición de mujer (en esa época ni remotamente se soñaba que las mujeres podrían ser militares). Conoció también las derrotas militares y políticas, la penuria de los destierros, una vez, para salvarse en Arequipa de una turba popular que la perseguía, no tuvo reparos en tirarse de una azotea hasta el patio de una casa vecina, salir ilesa y escapar sola hasta Islay. No perdió la serenidad ni la dignidad ni cuando estaba en el destierro en Valparaíso y sentía que le quedaban unos instantes de vida: perfumó su dormitorio, vistió con su mejor traje, se puso sus joyas más estimadas, dictó su testamento en que ordenó que le extrajeran el corazón cuando muriera y se lo enviaran a su distante esposo, pidió que la dejasen sola y murió, cuando apenas tenía treinta y dos años de agitada vida.
Quienes estudiamos la historia del siglo diecinueve peruano, sabemos que los siguientes cuatro caudillos militares fueron los principales protagonistas de los vaivenes políticos de la turbulenta época en que aconteció la independencia nacional, los golpes de estado, “revoluciones” y cuartelazos de la época guanera que precedió a la guerra con Chile: Castilla, Vivanco, Echenique y Salaverry. La enemistad que cultivaron Castilla y Vivanco, Vivanco y Echenique, Echenique y Castilla, fue de antología y marcó a sangre y fuego esa etapa de la historia patria. Los cuatro fueron presidentes de la república y actores insoslayables de esos tiempos. Y, los cuatro, agárrense feligreses, fueron casados con damas arequipeñas. Es decir, como ásperamente decían nuestros antepasados para lastimar los oídos superferolíticos: los cuatro fueron arequipeños por derecho de monta.
El Mariscal don Ramón Castilla y Marquesado, quien nació en Tarapacá el 31 de agosto de 1797, era arequipeño de nacimiento ya que, en esos tiempos, Tarapacá, Arica, Tacna y Moquegua, eran comprensión de la intendencia de Arequipa. Don Ramón, fue casado con la dama arequipeña Francisca Diez Canseco y Corbacho y Abril; nada menos que sobrina del prócer de la Independencia nacional y destacado arequipeño José María Corbacho, hermana de Pedro Diez Canseco y Corbacho y Abril, el arequipeño que ocupó la Presidencia de la República en tres interinatos (justamente en estos años que son en los que discurre la historia del presente capítulo de Texao), y destacados parientes que sería largo enumerar. Los esposos Castilla Diez Canseco no tuvieron descendencia.
Manuel Ignacio de Vivanco Iturralde, nacido en Lima en 1806, se casó con la arequipeña Cipriana de La Torre y Luna Pizarro, quien por la vía materna fue sobrina del arequipeño, clérigo y político notable Francisco Javier de Luna Pizarro, Presidente de la Primera Asamblea Constituyente del Perú, entre otros parientes destacados. Cipriana fue inteligente, impetuosa y luchó de consuno con su marido en los riesgosos avatares de su prolongada y accidentada trayectoria política. Conoció de victorias, destierros, intrigas, campañas esforzadas. Muchas fueron sus etapas de soledad, privaciones, sobresaltos, sacrificios y, pocos los episodios de victoria y de tranquilidad.
José Rufino Echenique Benavente, que nació en Puno en 1808, fue esposo de la arequipeña Victoria Tristán de Echenique. Con el apoyo manifiesto de Castilla, Echenique sucede a Castilla en la Presidencia. Echenique en el poder hace manga y capirote de los dineros públicos y en Arequipa una rebelión popular alentada por vivanquistas, desafía y combate a su gobierno. Castilla, quien prácticamente llevó a Echenique al poder, se plegó a la rebelión arequipeña y consiguió ponerse a la cabeza del movimiento insurreccional, para después marchar sobre Lima y triunfar.
Felipe Santiago Salaverry del Solar fue casado con la arequipeña de nacimiento Juana Pérez de Palza e Infantas, quien desde temprana edad vivió en Tacna. Justamente cuando Felipe era Sub Prefecto de Tacna se conocieron y casaron. Dada la breve como fulgurante trayectoria política de Salaverry, solo pudieron vivir en matrimonio tres años. En ellos, Juana vivió de sobresalto en sobresalto, por la desmedida audacia y ambición política de su esposo. Ella, con estas palabras conmovedoras, enrostró a Salaverry su conducta desbocada: “Creo que en tres años que eres casado nunca has pensado que tienes familia a quien hacer partícipe de tus desgracias. Como te he conocido indolente para mí, y por otra parte siempre entregado a asuntos públicos, y solo pensando en soldados y en guerras, he querido hacer los oficios de padre, no solo de madre, y unas veces por súplicas y otras veces por reconvenciones, hacer que fijes una pequeña pero segura subsistencia.” En los últimos momentos de su vida, Salaverry reconoció su abandono familiar, cuando en una carta, patética y tierna, que dirigió a su esposa, le dijo románticamente: “Te he querido cuanto se puede querer y llevo a la eternidad un pesar profundo de no haberte hecho feliz. Preferí el bien de mi patria al de mi familia, y al cabo no me han permitido hacer ni uno ni otro.”
Si la vida y las luchas intestinas de estos cuatro caudillos militares estuvieron tan entrelazadas, como tan plagadas de celos, competencias, intrigas, acuerdos, negociaciones, peleas, envidias, recelos, desconfianzas, etc. Si los cuatro caudillos tuvieron por esposas a cuatro arequipeñas de fuste que, por lo menos tres, intervinieron decididamente en los quehaceres políticos de sus cónyuges, es dable suponer que gran parte de estas vidas tensas y azarosas tuvieron un componente de emulaciones, desplantes y rivalidades femeninas que, como se suele decir, eran procesiones que iban por dentro.
Que conste que aquí menciono a las arequipeñas que fueron primeras damas solo en las primeras décadas de nuestra vida republicana; pues tiempo después hubo otras arequipeñas que tuvieron esa condición: Jesús de Itúrbide y Villena (esposa de Nicolás de Piérola), María Magdalena Ugarteche Gutiérrez de Cossío (esposa de Mariano Ignacio Prado), las hermanas María Josefa y Julia de Castresana y García de La Arena (esposas, sucesivamente de Eduardo López de Romaña), María Jesús Rivera (esposa de José Luis Bustamante y Rivero) y María Delgado Romero (esposa de Manuel Odría); de las que me ocuparé en su momento.
LA CHICA DEL PARAGUAS CON MARIPOSAS
(MICRORRELATO).
Por Andrés Fornells (España).
Hacía dos años que Santiago y Virginia se habían conocido en un café del Barrio Latino, una noche de intensa lluvia. Entre ambos surgió una inmediata, irresistible atracción, un amor incendiario, esa clase de amor especial que solo surge entre personas marcadas por el destino. Santiago y Virginia vivieron, durante unos pocos días, una pasión devastadora. Se amaron como solo pueden amar, una única vez en la vida, los seres especialmente afortunados.
Ella le confesó, con infinita tristeza, la última noche que pasaron juntos, que tenía dada su promesa de matrimonio a un joven maravilloso, al que no quería ni podía destrozar el corazón faltando a su compromiso.
—Y no te importa, para evitar destrozar el corazón de ese joven, destrozar el corazón mío —se quejó Santiago, transido de dolor.
—No sufras, por favor —suplicó Virginia entre lágrimas—. Me mata verte tan abatido.
Hablaré con él. Si renuncia a mí, volveré a nuestro café un sábado noche con lluvia, llevando en mi mano este paraguas de las mariposas que a ti tanto te gusta.
Santiago, otra noche más, llegó al café donde Virginia y él se conocieron dos años atrás. Llovía intensamente. Santiago iba con el cuello de su gabardina subido y cubierta la cabeza con su viejo sombrero. Colocó éste encima de una mesa vacía desde la que tenía una perfecta visión de cualquier persona que llegase de la calle. Su esperanza sobrevivía, en aquella fecha, aunque cada vez más debilitada.
Iba Santiago por el segundo brandy cuando entró en el local un hombre desconocido. El alma se le encogió cuando descubrió que el recién llegado llevaba en su mano un paraguas femenino con mariposas estampadas. Se puso inmediatamente de pie. Temblaba todo su cuerpo sacudido por el agorero ventarrón de la fatalidad. El recién llegado se fijó en su persona y caminó directo hacia él. Mostraba un rostro notablemente demacrado y unos ojos tristísimos.
Santiago presintió al instante el significado que tenía la presencia de aquel hombre desconocido. Especialmente cuando, convencido de que él era la persona que buscaba anunció, con voz quebradiza al detenerse junto a su mesa.
—Virginia me pidió viniera a verte.
—¡Virginia ha muerto! —Santiago soltando un alarido de dolor.
Los dos hombres se abrazaron compartiendo la misma desdicha, tal como había sido el último deseo de la adorable mujer que ambos habían amado con toda su alma.
Fuera del establecimiento, se intensificó la lluvia como si un ser sobrenatural quisiera manifestar con esta alteración pluvial su invisible presencia.
(Copyright Andrés Fornells)
PERUANISMOS ALGO ANTIGUOS PARA RECORDAR.
Por Addhemar H.M. Sierralta (Perú).
Hace algunas semanas conversando con mis hijos y algunos amigos recordamos ciertos peruanismos de los padres y abuelos. Muchos aún se utilizan por las personas mayores y otros, simplemente, ya no. Algunos responden a lo que indica el diccionario de nuestra lengua pero otros tienen acepciones algo distintas pero relacionadas. Hoy haremos memoria de algunos.
Esperpento, se dice de una persona fea, ridícula por su desaliño, pero también se le usaba para mencionar a alguien que estaba demacrado o visiblemente delgado, cuasi enfermo. Otra expresión similar era enclenque. Al niño vestido con ropa de grande las viejas de la casa le decían cunene y al muchacho malcriado y callejero, mataperro. Y al pobretón, patacala.
Al decir que algo era pura fufulla se intentaba señalar que era algo falso o algo de poca significación. Mientras que paparruchada era una mentira. La expresión de rechupete implicaba que la cosa estaba deliciosa como para relamerla. Una cuchufleta era una broma o chanza o algo cualquiera.
El tentempié era algún bocadillo a media mañana para aguantar hasta el almuerzo. Mientras que se usaba morisqueta, no solo para indicar una mueca, sino para inquirir un asunto.
Un tetelemeque era una persona sin energía, sin personalidad. También alguien similar recibía el nombre de bobencio o bobalicón. Pichiruchi era un pobretón o sin oficio ni beneficio ubicado en un bajo nivel. Y tagarote se usaba para aquel que tenía poder, alto nivel o posición. Empingorotado se decía a quien era un alzado o creído. Un zarrapastroso era un cuasi mendigo y también aquel que no tenía dignidad y estaba pisado; un arrastrado.
Si alguno hacía una acción mala y perversa, un error tremendo, metido la pata, había cometido una barrabasada (derivación posible de un acto de Barrabás, el ladrón libertado en lugar de Jesucristo).
Y la expresión se armó un toletole, quería decir que se presentó un lío, una trifulca, un problema o batahola, es decir un chongo según los usos actuales. También se usaba la expresión: se armó la de Dios es Cristo.
El chismoso era denominado el correveidile. Al muy viejo se le decía carcamán. Si alguien venía con delicadezas, o comportamiento afectado o engreído, estaba con melindres.
En otra oportunidad continuaremos con más peruanismos o modismos de nuestro pueblo, los de antaño o los más recientes.
INSTANTES DE MIEL.
Por Addhemar H.M. Sierralta (Perú).
Un poema amazónico para compartir con nuestros lectores.
INSTANTES DE MIEL
Brisa tenue acaricia la noche adormilada. Tibieza en el río. Brillan las anguilas danza tu cabello claro enmarañándose en aquel cuerpo-junco excitante acobrado.
Amanecerás a mi lado como otras veces dormitarás en la hamaca hasta la lluvia de la mañana y en la memoria común anidará el barco blanco y antiguo que nos llevara en viajes de a dos surcando el Amazonas plasmando en realidades sueños hoy esfumados.
Recuerdo aún la pícara sonrisa el rostro aletargado la esplendorosa desnudez de aquellos aporcelanados senos maravilloso epílogo del plácido reposo de los encuentros de amor.
Nuevas aguas y lluvias muyunas y cochas el barco no existe tampoco la hamaca ni los combatientes en éxtasis mas cuando cierro mis ojos en la oscuridad frente al viejo malecón aparece la visión de los instantes de miel que nos pertenecieron sólo a los dos.
|