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Un saludo para las maravillosas integrantes de la Policía Femenina de
Investigaciones del Perú, al Celebrar un Aniversario de su creación; se
encuentren donde se encuentren pásenla siempre felices, y en esas
celebraciones han de recordar con mucho agrado, todas las experiencias
vividas sirviendo a la sociedad peruana con Honor y Lealtad.
Viva la Policía Femenina de Investigaciones del Perú
Viva la Policía de Investigaciones del Perú
Viva el Perú
Dios las bendiga hoy y siempre y les de larga existencia.
JOSÉ GUILLERMO SOLSOL PALOMINO, "CABALLERO CADETE", CON HONOR Y LEALTAD.
Viva la Policía Femenina de Investigaciones del Perú
Viva la Policía de Investigaciones del Perú
Viva el Perú
Dios las bendiga hoy y siempre y les de larga existencia.
JOSÉ GUILLERMO SOLSOL PALOMINO, "CABALLERO CADETE", CON HONOR Y LEALTAD.
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POLICÍA DE INVESTIGACIONES DEL PERÚ
Por Idalia del Pozo Gonzáles
Ni
una sola hoja en blanco tiene tu brillante historia, amada PIP, todas
están llenas de gloria; ni siquiera unos puntos suspensivos de tregua
concediste al crimen organizado los 365 días del año; por eso tu noble
Misión: “Investigar y Denunciar los Delitos, e identificar a las Personas Naturales”,
es como el fuego bendito que nunca se extingue en la memoria colectiva,
porque tus pasos en los caminos del accionar policial fueron firmes e
infinitos, y se reflejan lumínicos en los principios rectores de la
morfología papilar: Perennidad, Variedad e Inmutabilidad. Por eso los
duchos detectives del ayer jamás pierden de vista los lóbregos rincones
donde se agazapa el delito, en todas sus formas, y así será hasta el final de los tiempos.
En estos momentos escucho tu Himno sagrado: “Detectives peruanos cantemos, con delirio y al pie del altar, de esta Patria, que tanto queremos, nuestras glorias y hazañas sin par…”, y mientras escribo con la mano derecha, la izquierda acaricia tu venerable Placa Insignia, la Smith & Wesson 38 y la modesta marroca, y en el recuerdo tose fatigada la carcochita, arranca a las justas y se apaga a mitad del camino, y tenemos que salir a la carrera al llamado del deber que nunca espera, siguiendo el dicho del célebre criminalista francés Edmond Locard: “El tiempo que pasa es la verdad que huye”. Ni qué decir de las viejas Remington, cuya negra cinta remendábamos con las uñas para darle unas horas más de vida al caer la madrugada. Después de la dura jornada salía impecable el Atestado Policial. Luego un sorbo de aire y a seguir cumpliendo el deber con HONOR Y LEALTAD.
Recuerdo que en los bajos fondos murmuraban: “Ahí pasan los tiras, los rayas”, otros más discretos decían: “Allí va la rayería, los tirantes”. Algunos más osados nos llamaban “Los brujos”. Pero también escuché en los desfiles de la Av. Brasil el 29 de julio de cada año, palabras que elevaban el ánimo: “Allí pasan los gallardos detectives peruanos; ya resuena en el aire el Himno del Detective Peruano…”.
Jamás se perderán en las celdas del olvido tus combativas dependencias policiales, porque se hicieron leyendas vivas en el agobiante batallar operativo, técnico y científico: La Brigada, el GEIN, Homicidios, Desparecidos, la DIP…. También tus grandes unidades, la DIR, tus deltas, tus sectores, tus estaciones a lo largo y ancho de Lima Metropolitana, y tus jefaturas departamentales y provinciales en todo el territorio patrio.
Cómo olvidar a nuestra Alma Mater, el CINPIP, venerado santuario del saber policial donde lo primero que leí fue el versículo bíblico: “Dios pone un sello en las manos de los hombres, para que se reconozcan sus obras en la Tierra” Job y Eliú 37:7. Después vendrían las clases memorables de los maestros e instructores al amparo de connotados estudiosos de las ciencias policiales, entre ellos: Sir Francis Galton, Juan Vucetich Kovacevich, Alphonse Bertillon, Cesare Lombroso, Enrico Ferri, Edmund Mezger, Juan Evangelista Purquinje, Henry Faulds, Federico Olóriz Aguilera, Edward Henry y Hans Gross.
Sé que te hirieron en el corazón amada PIP; pero hoy, 31 años después, respetables personalidades claman tu presencia en las trincheras de la función policial, mientras otros olvidan que después de la descarga fulminante alzaste vuelo como el cóndor de los Andes, y ahora tu alma transita inmortal los confines de Dios. Bendita seas por siempre, gloriosa POLICÍA DE INVESTIGACIONES DEL PERÚ.
RECUERDOS GRATOS
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