miércoles, 2 de marzo de 2011

ECUADOR: CRONICA DE UN DESLUMBRAMIENTO INCESANTE - MI HOMENAJE AL POETA HORACIO HIDOVRO PEÑAHERRERA - POR LUIS IDELSO ALBITRES MENDO

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ECUADOR
: CRONICA DE UN DESLUMBRAMIENTO INCESANTE

Mi homenaje al poeta Horacio Hidrovo Peñaherrera

Por Luis Idelso Albitres Mendo

América Latina, cuya fascinante historia, tradición milenaria y fabulosa geografía, la convierten en un auténtico paraíso, es privilegiada en todas las artes. Sobresale en literatura, arquitectura, danza, artes plásticas y artesanía en general.También descuella por su sabrosa gastronomía y el jolgorio de su música.

Los políticos actuales aún no reconocen con sinceridad el papel trascendental de la cultura y el arte. Desdeñan este importante rubro a la hora de los programas y proyectos gubernamentales.


La cultura, indiscutiblemente, trae progreso y lo acrecienta. Mientras más culto un pueblo, afianza con mayor fuerza su avance en todos los campos, y de hecho, lo consolida. Mientras lean más, enriqueciéndose de cultura y nutriéndose de arte, los pueblos crecerán mucho más.


En Latinoamérica, inexorablemente, cada vez se entiende mejor esa gran verdad. Y aunque lenta y tardíamente, da gusto que se hayan incrementado los Ministerios de Cultura. Ecuador y otros países de la región ya los tienen desde hace algún tiempo. En Perú, se acaba de crear, con gran expectativa.


¡ Y claro ! Cómo no voy a asombrarme constantemente si esta es la cuarta vez que llego a este maravilloso país y cada vez es una fuente riquísima que nutre mis querencias y encandilamientos. Descubro nuevos atributos y semejanzas reiterativas entre Ecuador y Perú. Procedemos de pueblos que en esencia son muy parecidos: la misma calidez de nuestra gente, costumbres, tradiciones, artes y hasta comidas. En realidad, toda Latinoamérica es una sola. ¡Por Dios! ¡Ya es hora que nos unamos mucho más!

Venir a Ecuador constituye una fiesta, recibir atenciones y cortesías excepcionales visitando diferentes ciudades en la ubérrima Manabí, con panoramas y amigos diferentes, disfrutar la belleza y afabilidad de sus mujeres, la bonhomía de los varones y el especial acento, pleno de exquisitez, que ponían los anfitriones, abrumaban nuestro anhelante espíritu.


Cada fecha, una delicia nueva en alimentos y vivencias extraordinarias que se tornaban música para el alma. El excelente clima reinante, un agradable calor, influye y se mimetiza en su gente, generosa y hospitalaria.


Es decir, una permanente sucesión de impactos, entre recibimientos cálidos y visión de paisajes exóticos, el comienzo de una amistad sin fin.


Fue en Chiclayo, Perú, donde conocí a Horacio Hidrovo Peñaherrera, acendrado poeta ecuatoriano, reconocido en toda América Latina, en un Encuentro Internacional organizado por José Guillermo Vargas Rodrígez, Presidente de la Casa del Poeta del Perú. Gracias a la gentileza y a la recomendación de Pepe Vargas, Horacio me invitó a Manta, Ecuador.


Mi primer viaje al Ecuador (2007) fue una sucesión de interrogantes y alegrías intempestivas desde los Puestos de Control de ambos países. Partí de Lima en la noche, vía Ormeño. Al día siguiente, al arribar a Guayaquil, me sorprendió el caudaloso Guayas, río inmenso que parte a la ciudad en dos. Cruzamos por un largo puente, hasta llegar al terminal terrestre y encontrar luego, en el aeropuerto local, un ómnibus de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manta (ULAM) que nos llevaría a Manta donde Horacio nos estaba esperando.


Allí, instalado por primera vez en este país hermano, con motivo de uno de los tantos Encuentros Internacionales, fraternicé con varios poetas y artistas. Damas y varones, personas maravillosas procedentes de países diversos como Argentina, Puerto Rico, México, Venezuela, Colombia, Chile, Brasil, Uruguay y otros.


En los recitales y tertulias, cada uno manifestaba su propia personalidad con matices carismáticos y fraternos. Con ellos viví días extraordinarios, recorriendo las ciudades más importantes de Manabí.


En cada sitio visitado procuraban ofrecernos lo mejor de sí, ya en comidas, atenciones y sobretodo exhibiendo con orgullo la producción de sus poetas, la algarabía de su música y el colorido de sus danzas, interpretados por niños y adolescentes, de primaria y secundaria. No sólo en las ciudades, también en las comunidades rurales aledañas.


Me llamó la atención, en esta primera vez, observar cómo la exuberante vegetación de las montañas cercanas llega casi hasta la orilla del mar y la increíble semejanza entre dos pueblos: Ecuador y Perú.


En mi segundo viaje(2008), mis recuerdos me remiten a Machala, junto al gran escritor ecuatoriano Santos Miranda Rojas, novelista de renombre continental y al joven poeta peruano Santiago Risso. Este evento binacional fue organizado por Santos Miranda, quien presentó un estupendo libro de cuentos, Santiago Risso nos regaló un recital de sus poemas y por mi parte, presenté una veintena de óleos y acrílicos.

Durante la inauguración, en el antiguo Muelle de Puerto Bolívar, perteneciente a la Casa de la Cultura de Machala (El Oro), la amena conversación, las luces reflejadas en el mar, la silueta de la isla que se perfilaba al frente nuestro y el generoso vino, se fusionaron en una inolvidable noche de franca camaradería y amistad.


Fue mi primera visita a Machala, antes de partir hacia Guayaquil, de paso a Manabí, rumbo a Manta y Portoviejo, donde Santos y Horacio me atendieron con magnanimidad y mis cuadros quedaron para ser exhibidos posteriormente.


Mi tercer viaje (2009) fue uno de los más memorables pues, gracias a la invitación de Horacio, realicé una exposición pictórica de 23 obras mías, entre óleos, acrílicos y collages, nada menos que en la prestigiosa galería de arte "La Casa de Horacio", ubicada en una amplia avenida en el corazón de Portoviejo.

Esta vez fueron de la partida los poetas de Esmeraldas, liderados por José Sosa, indiscutida voz poética de gran calidad y otros poetas sobresalientes, amén de una hermosa dama poseedora de una voz lírica excepcional.


Fue en esta oportunidad que conocí, con mayor detenimiento, el Museo de Arte en el campo de Sasay. Su paisaje me deslumbró. Además de las imborrables vivencias en una singular noche de poesía y arte, iluminada apenas por faroles y linternas. Nítidas en mis retinas permanecen las imágenes de personas encandiladas y absortas frente al desfile de voces, experiencias, testimonios, poemas y canciones de propios y extraños.


Horacio tuvo la brillante idea y el coraje de crear un Museo Rural de Arte, ubicándolo nada menos que en un bellísimo paraje de Sasay, muy cerca de su Santa Ana natal, a orillas de un riachuelo y en medio de una lujuriante vegetación. Su fascinación por el arte y la obstinación que siente porque el arte llegue al campo, añaden a la belleza natural de este lugar un nuevo esplendor.


Esta iniciativa resalta la estrecha relación entre el hombre, la naturaleza y el arte. Conlleva una profunda reflexión. Conocer este original museo en medio de un exuberante verdor, ilumina e inspira a cualquiera. Es una expresión clara de una vigorosa conexión del hombre con el bosque, es decir con las montañas y la vegetación. Y esto trae a colación las lecciones dejadas por los antiguos pobladores de América en su relación con la naturaleza a la cual fervorosamente llamaban Pachamama.


El cuarto viaje a Ecuador(2010), tuvo un carácter fuera de serie. Por primera vez llegó a Manta una delegación de cubanos y ellos insuflaron la alegría y el desenfado. Damas cubanas cuya poesía era avasallante y cuatro jóvenes cubanos especializados en improvisaciones, tal como nuestos payadores y decimistas lo practican por estos pagos.

Lo atractivo fue el contrapunto, la creación al vuelo y sobretodo las voces, tanto tenores como barítonos. Gustaron mucho a todos los públicos. La novedad de esta cuarta visita también fue la notable actuación, en los diferentes escenarios, de la privilegiada voz de Angel Oyola, fabuloso lírico proveniente de Guayaquil.


El final de fiesta en Puerto López fue espectacular. Disfrutar de un paseo marítimo, observar el retozar de las ballenas fue algo inusitado y fenomenal, pues, con suerte, alcanzamos a ver algunas, en plena danza nupcial, pues en la superficie sólo se veían aletear las colas y el guía lo describió en tal sentido.


Por todo ello, en esta cuarta oportunidad y en la emblemática galería LA CASA DE HORACIO (Portoviejo), rodeado de ilustres invitados, venidos de toda América Latina, vaya nuestro efusivo homenaje a Horacio Hidrovo Peñaherrera, poeta, escritor, reputado catedrático, viajero incansable y estupendo promotor cultural. Estamos en realidad ante un auténtico campeón de la integración latinoamericana.


La casi decena de Encuentros Internacionales de Poetas y Artistas, fundados con mucha euforia por Horacio, patrocinados por la ULEAM (Universidad Laica Eloy Alfaro de Manta) y auspiciados por su rector el Dr. Medardo Mora Solórzano, ya se han convertido en una gratísima tradición, a tal punto que acrecientan el entendimiento entre nuestros pueblos y enriquecen ¡Qué duda cabe! la fraternidad entre nosotros. De hecho, estas actividades ya se han institucionalizado, han ganado un valioso espacio en la programación anual o bienal de la prestigiosa ULEAM. La continuidad de estos eventos se hace imprescindible.


¡Qué manera tan efectiva de lograr la integración latinoamericana, Horacio! ¡Y cómo conmueves con tu amistad y tu entrañable poesía!

Junto a ti, en tu Santa Ana nativa, sentimos aquella fuerza interior que nos aferra a la tierra que nos vio nacer y aprendemos a querernos, a valorarnos y a sentir la grandeza de la amistad en la patria grande que es Latinoamérica y ¿por qué no ?, a nivel planetario, tal como tú nos diste ejemplo, pues la poesía es el lenguaje que nos conecta con todos los hombres y concede el milagro de solidarizarnos y hermanarnos con toda la humanidad



Horacio Hidrovo Peñaherrera


Fuente:

L.I Albitres

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