domingo, 26 de mayo de 2019

26 DE MAYO: NACE EL PADRE FERNANDO ROJAS MOREY - FOLIOS DE LA UTOPÍA: UNA VIDA QUE ES EJEMPLO - POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN

 
 
Construcción y forja de la utopía andina
 
2019 AÑO
DEL TRIUNFO DEL BIEN
 
MAYO: MES DE LOS TRABAJADORES,
DEL CAPULÍ, DEL LEGADO DE LA PAPA DEL PERÚ
AL MUNDO, Y DEL MAESTRO ENCINAS
 
CAPULÍ ES
PODER CHUCO


 
SANTIAGO DE CHUCO
CAPITAL DE LA POESÍA
Y LA CONCIENCIA SOCIAL


 
CAMPAÑA PERMANENTE
POR EL CUIDADO DEL CLIMA Y
DE NUESTRO MEDIO AMBIENTE
 
CAMPAÑA:
¡CONSERVEMOS EL TESORO
DE NUESTRO VALIOSO E INAPRECIABLE
PATRIMONIO CULTURAL!
 
*****
ARROBA Y HERMANA
Como gotas de vino generoso
son las perlas del árbol capulí;
sus hojas, cual mil corazones,
al cielo serrano le roban la luz.
Vestidas de novias, sus flores galanas
se tornan en notas de tierna canción,
rasguean guitarras de amores lejanos,
en noches de amigos y alegre emoción.
Danilo, el poeta, se inspira en el fruto,
gustando la vida de amargo dulzor;
amargo es el trago de los avalares,
es dulce el ensueño; es dulce el amor.
Ensueño es la meta, un tanto lejana;
no más a deriva: la mano al timón;
la mar es bravía, la noche es oscura,
prendamos la llama, la fe y el amor.
El viento, la lluvia, el río, el camino,
Vallejo y su tierra, el hombre y la flor,
subvierten las almas en pos del misterio
que entraña el destino y azuza el dolor.
Levemos las huestes con nuestra proclama:
"Vallejo y su Tierra”, la flor capulí,
es fuerza que enrola, arroba y hermana
a hombres humanos de nuestro Perú.
Trepado en el Ande, lo dijo el profeta,
gritando: "no mueras" "si estás por morir";
y el pueblo yacente, en trance de muerte,
se arropó de aurora y comió el capulí.
FERNANDO ROJAS MOREY, PBRO.
Chepén, mayo del 2018
*****
26 DE MAYO

 
NACE
EL PADRE
FERNANDO ROJAS MOREY


 
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA


 
UNA VIDA
QUE ES
EJEMPLO

Santiago de Chuco
 
 Danilo Sánchez Lihón
 
 
He aquí mi siervo a quien yo sostengo,
el elegido, el preferido de mi corazón.
He puesto mi espíritu sobre él y por él
las naciones conocerán mis juicios.
No clamará, no gritará ni alzará
en las calles su voz. No romperá
la caña quebrada ni aplastará
la mecha que está por apagarse.
Isaías
 
 
1. El hombre
de carne y hueso
 
Fernando Rojas Morey hunde las raíces de su emoción y compromiso humano de sacerdote en la doctrina social de la Iglesia, que tiene sus antecedentes más ilustres en San Pablo de Tarso.
Y, más recientemente, en el Papa Juan XXIII, el «Papa bueno», quien, siendo de humilde extracción campesina, accedió al trono de Pedro, entre los años 1958 y 1963. Y su identificación ahora con el Papa Francisco que hace el denodado esfuerzo por acercar a la iglesia hacia las urgentes verdades humanas.
Y lo hizo para consagrarse en la historia con el Concilio Vaticano II, que puso nuevamente a la Iglesia Católica en la perspectiva de tener que comprometerse socialmente.
Y principalmente con el hombre tierra, con el hombre gleba, con el hombre de carne y hueso, de aquí y de ahora, y no únicamente con el hombre aura, alma o espíritu.
 
2. Los clarines
de un himno
 
Fernando Rojas Morey entronca su misión de fe con Jacques Maritain y Teilhard de Chardín, con las Conferencias Episcopales de Medellín y Puebla.
Y con todos aquellos que aquí o allá pugnaron por una iglesia al servicio de los pobres.
 El último poema de la sección «Versos populares» de su libro “Caminos y esperanza”, se titula «Venceremos» y lleva este epígrafe inquietante: «Doce años de persecución».
Ahora bien, como corresponde, «Venceremos» tiene el redoble y los clarines de un himno y de un choque dialéctico.
Esta pugna se establece –teológicamente– en la lucha del bien y del mal y la síntesis final, cual es el camino de redención que es Cristo.
 
3. Pero
venceremos
 
Dice Fernando Rojas en “Venceremos”:
Tantas son las fuerzas del infierno
Arrecia el mal tarde y mañana».
Pero venceremos:
...En lo alto del madero
estás tú, Señor Jesús, nuestro remedio.
La voz de tu resurrección...
Ilustres pensadores cristianos han sido mucho más drásticos en reclamar este compromiso de la fe en relación con la condición humana.
En torno a ese compromiso, León Bloy decía este anatema: «Todo cristiano sin heroísmo es un puerco».
 
4. El silencio
del amor
 
Sé que una manera de admirarle y agradecerle al Padre Fernando Rojas, es luchando por los pobres, pero sin rabiar ni maldecir.
Porque en nuestra historia hemos errado mucho, odiando. Hemos distraído el tiempo en el encono más que en el silencio del amor.
Después de imbuirnos de fe, de fortalecernos en la lucha, de hacernos conscientes de la misión de no decaer en la búsqueda del bien social, que es anhelo de Dios, sería muy digno expresar con él lo mismo, lo que dice en sus versos:
De mí que dijera
al fin de esta trama,
soy padre, soy hijo,
hermano que os ama.
 
5. No ceses
de amar
 
Y, más profundamente, Fernando Rojas nos está diciendo siempre: ¡no ceses, no te canses, no te desilusiones de amar y luchar por un mundo mejor!
Así estés en la agonía y el estertor, así estés soportando todas las catástrofes, así estés enterrado bajo todos los despojos, víctima de todos los abusos e infamias, ¡no cejes de amar!
Porque hay un maestro, quien además es Dios, omnipotente en su poder, que podía fulminar el mundo con una sola orden salida de su boca.
Pero él en la cruz no quiso ni calmar su dolor, ni vengar su afrenta, ni castigar el error ni la infamia.
Y soportó. Él permitió antes ser abofeteado y escupido, después coronado de espinas, luego clavado de manos y pies y finalmente ser crucificado.
Antes que oponerse, tomar venganza o siquiera defenderse.
 
6. Una patria
mejor
 
Aquel maestro prefirió santificar el signo de la cruz con un mensaje de amor.
Pero el amor que se trasiega, –como el Padre Rojas lo dice– en «Trabajo eficiente y veraz».
Paul Claudel así definía la santidad:
La victoria del amor sobre nuestra mortalidad humana.
Y eso es lo que hace y lo que logra Fernando Rojas Morey.
Dentro de este contexto hace una invocación cual es la de forjar una patria mejor.
Un país en donde:
La justicia encuentre su cauce;
no prosiga su curso el error»
«hombres justos repueblen la tierra,
hombres justos de un nuevo Perú.
 
7. Peruano
en el cantar del alma
 
Es fortalecedor que hombres como Fernando Rojas no sólo tiendan sus alas a lo trascendente y al reino de lo sagrado, sino compartan experiencias, expectativas y anhelos con la gente común y corriente:
Mi alegría es como la música del Ande,
que pulsa el corazón en sus entrañas...
peruano soy en el cantar del alma;
soy tierra y cielo, mar y gota, selva y páramo,
soy instante, rutina y novedad... sin calma.
Resulta muy interesante su emoción y sentimiento a favor de una realidad, de una estructura y proyecto como es el de una patria mejor.
 
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