miércoles, 20 de octubre de 2010

TELÚRICA DE OCTUBRE: 22 AL 24 EN SANTIAGO DE CHUCO, HOMENAJE A LUIS FELIPE DE LA PUENTE UCEDA - ¿QUÉ ES EL BESO?: POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN

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CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA


Construcción y forja de la utopía andina


TELÚRICA DE OCTUBRE:

22
AL 24, EN SANTIAGO DE CHUCO

EN HOMENAJE AL HÉROE:



LUIS FELIPE DE LA PUENTE UCEDA, DEVOTO DE SU PUEBLO


PROGRAMA:

EN SANTIAGO DE CHUCO



Santiago de Chuco: Plaza de Armas - Foto: Nalo Alvarado Balarezo


VIERNES 22 DE OCTUBRE

2 pm. Arribo a Santiago de Chuco

6 pm. Acto de apertura del homenaje a Luis de la Puente Uceda en la Plaza de Armas

7 pm. Concierto multitudinario de SILA ILLANES - Plaza de Armas de Santiago de Chuco

9 pm. Paseo de Antorchas a cargo de las instituciones educativas.

10 pm. Participación en la verbena preparada por el Colegio Nacional Manuel Encarnación Saavedra.

SÁBADO 23 DE OCTUBRE

9 am. Puesta en marcha del Plan Lector con el libro de homenaje a Luis de la Puente Uceda, a cargo de Danilo Sánchez Lihón

10 am. Distribución del libro “Piedra bravía”, a los alumnos de Educación Secundaria de los colegios César Vallejo y Manuel Encarnación Saavedra.

6 pm. Conferencia Magistral: “Vigencia del mundo andino en la modernidad y globalización", a cargo de José Pablo Quevedo, Poeta peruano residente en Alemania.

7 pm. Recital de homenaje: “Yo amo a mi la patria querida”, a cargo de María Anatolia Aldave.

8 pm. Mesa redonda: “Significado y trascendencia de la gesta de Luis de la Puente Uceda”.

DOMINGO 24 DE OCTUBRE

9 pm. Participación en la ceremonia de izamiento de la bandera nacional en la Plaza de Armas, con la actuación de Eugenia de la Puente, hija del héroe del pueblo.

oooOooo


PLAN LECTOR, PLIEGOS DE LECTURA


¿QUÉ ES EL BESO?


Por Danilo Sánchez Lihón


1. Hacia arriba el cielo añil

– Desde aquí puede verse, allá abajo en la hondonada, el pueblo de Santiago de Chuco.

– ¡Qué maravilla!

– ¡Qué hermosura de paisaje! Parece un diamante engarzado en una diadema de esmeralda, con fulgores de plata y dorados.

Y hacia arriba el cielo añil. Y bogando en él, el tul de las nubes blancas.

– Y miren alrededor, explica Luis de la Puente Uceda, toda la gama de colores en las flores y en las espigas.

Algunos guerrilleros que aún duermen en el vehículo, se despiertan:

– ¡Oye, qué belleza más impresionante!

– Nunca pensé que hubiera tantas variedades y tonalidades de verdes.

– Y que hasta el mínimo retazo de tierra esté sembrado. Hasta en las piedras crecen flores.

– Qué increíble. Un panorama así no lo he visto ni en las películas. ¡Con razón la gente de aquí tiene tanto vuelo!


2. Camino al altozano

– Voy a avanzar un poco más por la carretera hasta un punto que hay más abajo, desde el cual se puede apreciar mejor el pueblo y el paisaje. ¡Ajá! Ya estamos. Aquí es. A este lugar se lo conoce como “La curva del camino donde lloró César Vallejo”.

“Y esto fue al regresar desde Lima, en mayo del año 1920, y divisar al frente, en aquella colina, el cementerio en donde yacía ya enterrada su madre que él había dejado viva, hecho que lo refiere en su libro Escalas melografiadas.

“Este conjunto de casas, que ya se ve desde aquí, es el extremo alto del pueblo, formando parte del barrio Santa Mónica.

“Y la prolongación que se ve acullá, al fondo, camino al altozano aquel, es el barrio San José, ¿lo ven?

“En la cima de la colina, aquel heptágono nítido en el horizonte, es el panteón, que está en subida, como una ascensión al paraíso, es el decir de la gente en Santiago de Chuco.”

Quien explica estos detalles es Luis de la Puente Uceda, y lo hace a su comando de campaña, a cuyos integrantes ha invitado a pasar la fiesta del mes de julio, dedicada al Patrón Santiago el Mayor, de quien él es devoto.


3. Cariño henchido de...

Han llegado en el Día del Alba y por la noche se confunden en los festejos.

Después de la Luminaria los jóvenes son invitados a los bailes que se realizan en unas y otras casas donde se brinda, se canta y se baila.

Los guerrilleros están alegres, salvo cuando escuchan alguna letra de canción que hable de despedida.

Es de noche y Luis de la Puente Uceda departe rodeado de sus coterráneos quienes se han reunido para saludarlo y compartir con él en el Club Progreso, que él fundara.

En un momento de la conversación todos callan mientras él habla:

– Nací, me crié y siempre vuelvo a mi tierra de origen, mi pueblo colmado de sol, de maceteros en las ventanas y en los muros, de ternura expuesta y desvelada en los corazones. Y, sobre todo, de cariño henchido de fe en nuestro Apóstol Santiago el Mayor.


4. La misma luminosidad que alumbra la conciencia

“Amo mi terruño, luminoso, cristalino, conmovedor.

“Me gusta despertar al rayar el alba en mi pueblo, y escuchar al amanecer cada ruido por minúsculo que sea, como el de una escoba barriendo sobre las piedras. ¡Qué excelsitud!

– “Abro la ventana y el sol reverbera en el techo y en las paredes enjalbegadas de blanco. Y todo alrededor es una alfombra verde de campos sembrados.

“Mientras miro las tejas rojas, con una flor de musgo o liquen blanco, como nuestra bandera nacional, la neblina se levanta y cubre algunos campos y los árboles lejanos.

“Amo los tejados.

“¡La transparencia del aire en sus calles empinadas! Es la misma luminosidad que alumbra la conciencia, cuando esta se imbuye de ideales.


5. Los aleros ensimismados

“Y siempre me repito estos versos que aprendí de memoria en mi primer libro en la escuelita inolvidable de este mi pueblo:

Los gallos cantan
se anima el día.
Un grillo olvida
su último croído.
Desde algún nido
aquí un pichón pía.
Así duerme o así
despierta la vida.”

Allí termina de hablar. A todos saluda. A todos atiende.

Ahora bordonean las guitarras y se canta: “Alhelí, alhelí”, “Te vi, te quise y te amé”, “Paloma blanca”.

Se lanzan proclamas. Se hacen promesas y juramentos. Y todos, ya para despedirse, se abrazan. Luis de la Puente vuelve a cantar con voz rijosa, ilusionada, alzando el rostro hacia los aleros ensimismados.


6. ¡Viva la revolución!

Y entona aquella canción que tanto se la dice a los balcones en las serenatas en Santiago de Chuco, y que expresa:

Han brotado otra vez los rosales
junto al muro del viejo jardín,
donde tu alma selló un juramento,
amor de un momento,
que hoy lloró su fin.

Todo parece conturbarse y conmoverse cuando él canta: los magueyes de las cerchas, los rincones confidentes y la leve claridad del alba en el horizonte.

Más los años al pasar
me hicieron comprender,
que tan solo es ilusión,
lo que amamos de verdad.

De a verdad, ¿qué nos pasó? ¿Por qué, entre nosotros, se interpuso el olvido? Sin embargo,

cuando en los rosales

renacen las flores
los viejos amores
con sus madrigales
tornan como entonces a mi corazón.

– ¡Viva la revolución!
– ¡Que viva!


7. Serio e impenetrable

– No olviden. Mañana partimos. Cada uno tiene asignadas las funciones que ha de cumplir.

“Llegaremos por distintas rutas y en el tiempo que he fijado al valle de La Convención, en donde encenderemos la antorcha de la revolución.

“Ya les he dado en clave los contactos que tenemos en Trujillo, Lima y Cuzco. Ahora, ¿alguna pregunta?”

– Tocan la puerta, comandante.

– ¿A esta hora? Y, ¿quién puede ser?

– Gonzalo, cubre desde el balcón, lista tu arma. Walter, tú baja y ve quién es, con mucha cautela. Todos listos a saltar.

– ¿Qué ocurre?

– Una chiquilla me ha entregado este Escapulario del Apóstol Santiago, para Aldo.

– ¡Pobre hembrita! Ya se ilusionó. –Dice en voz alta un compañero.

El rostro de Luis de la Puente, en la sombra, se demuda y turba, serio e impenetrable.


8. Es lógico

Y pregunta a los demás:

– A ustedes, ¿cómo les fue?

– Yo diría que a mí, como a Aldo, me fue excelente, comandante. Ha sido un viaje glorioso. Conquisté a una damita y la he besado. Pero si usted viera la preciosura que es.

– ¡Bravo! –Festejan sus amigos.

– A mí también me fue triunfal, comandante. He bailado, he tomado unas copas, moderadamente como usted nos recomienda. Y, ¡qué le digo!, no he ahondado mucho en una relación, pero también diré que besé a la chiquilla con quien más he bailado.

– Yo sí le soy sincero, he estado triste comandante. Todo lo veía con nostalgia. Hubiera querido beber pero, al igual que a Ernesto, usted nos recomendó mucho al respecto.

“Y, además, no hubiera estado bien. Había una chiquilla con la cual surgió cierta atracción, pero la cosa no pasó de allí.

“La melancolía me ha embargado, la verdad, sin que esto signifique dudas respecto a la decisión ya tomada. Eso en absoluto”.


9. ¡Cómo le voy a decir eso!

– Es que Alfredo es poeta, comandante. Él escribe a escondidas.

– Yo sí lo he pasado de albricias, comandante. La chiquilla se llama Carmen y ha sido una conquista completa. Ella incluso espera que nos sigamos viendo. La pobrecita no sabe que mañana, por más que pregunte por mí yo ya estaré lejos: y seré viento, niebla, cierzo. Pero ¡no me quejo!

– ¿Verdad? ¡Esa chica es linda! –Le dice un compañero.

– ¡Este pueblo es de niñas hermosas!

– ¿No es cierto? Es preciosa. Y me ha confesado que conmigo ha sido su primer beso.

– ¿Si?

– Y pobrecita, ¡ha llorado!

– Lástima que ya nos vamos.

– Pero, ¿qué le dijiste para que pudiera aceptarte?

– Tú sabes, ¡siempre hay que florear un poco!

– ¿Le expresaste que ya te ibas?

– ¡Cómo le voy a decir eso! ¿A qué mujer la convences diciéndole que ya te vas?


10. Es de noche

Es de madrugada y Luis de la Puente Uceda se pasea entre las camas, donde están acostados y conversando los jóvenes que forman su círculo de comando.

Cuando todos han expresado lo que querían decir, se le oye hablar a él.
Y todos guardan profundo silencio:

– Ustedes se ufanan de haber conquistado a una y otra jovencita, ¿no?

“¿Van a quedarse? ¿Van a continuar ese cariño? ¡No!

“Entonces, ¿Por qué lo hacen? ¿Por divertirse? ¿Por tener una aventura?

“Si hubieran podido pasaban a dejarlas un hijo. ¿Eso es responsable? ¿Se sienten solos, vacíos, les domina el ego? ¿Qué les pasa?

Lo que han hecho es reaccionario; es del orden viejo y corrupto que queremos cambiar; esto es: mentir.

“Vamos a luchar por amor a la justicia y a la verdad. Nuestra lucha es moral. Vamos a instaurar el amor legítimo entre los seres humanos. Y ese amor es para no tener amores equívocos.

“¿Se puede entonces engañar? ¿Y se puede prometer sabiendo que no se va a poder cumplir? ¡No!


11. En el principio del mundo

Y se pasea por entre las camas. Sus pasos son firmes, parejos y acompasados.
El piso de madera del amplio dormitorio cruje bajo sus pasos.

Es de noche y la oscuridad es intrincada, pero todos están con los ojos abiertos. Nadie los cierra. Escuchan atentos.

– Porque les digo, ¿qué es el beso? Es comunión, aliento confundido; respiración que se hace una sola.

“Es juramento. Y se jura cuando hay que sobrellevar sacrificios tremendos.

“Es hacer una sola saliva y de allí fermenta un solo destino. De allí que todo beso es germinal.

“Es unir los destinos que vienen desde lugares distantes, separados y remotos. Es un largo camino.

“Es un encuentro en el principio del mundo. Es remontarse juntos al comienzo de la vida, al porvenir y al final de todo, si lo hay, porque lo seguro es el inicio. Todo final es incierto.


12. ¿Por qué luchamos?

– El beso es más que la unión sexual, en cuanto a identificación. Y en cuanto a entrega tiene significado mayor.

“Nada desnuda tanto como el beso, porque está muy cerca de la memoria y la utopía.

“Está en la parte del rostro y de la cabeza.

“Y, sin dejar de ser pasión, está alumbrado por la razón del cerebro y del corazón.

“Es habla callada. Es cuando las palabras entran en silencio. Es llegar al gran manantial. Es por el beso que seremos juzgados y salvados.

“Jesús fue traicionado con un beso. Por eso Jesús es desolación absoluta y total. A Jesús, que es el pueblo, hay que reivindicarlo también con un beso adorable hacia los pobres del mundo.

“Ya que vale preguntarse: ¿por qué luchamos? ¿Por el afán de disparar? ¡No! Por hacer un mundo cierto, sincero y cariñoso. Porque todo sea verdad, transparencia y solidaridad”.


13. Es cuando los vigías duermen

– Luchamos por el honor, por la nobleza, por la dignidad.

“Luchamos porque el beso no sea ni frivolidad ni mucho menos mentira.

“Por eso hacemos la revolución para que todo sea auténtico y legítimo.

“Para que los hombres confiemos los unos en los otros.

“Porque lo que importa es el ser, lo que se hace moral y ser en la persona humana.

“La vida no es broma ni burla, señores. Y no es para gastarla ni dejarla escurrir entre los dedos.

“Es para llenarla de verdad. No es lo efímero. La vida es trascendente.

“Es devoción para orientarnos hacia los ideales. Y adoración para no desfallecer.

“El beso es deponer todas las armas. Es bajar todas las guardias. Es cuando los vigías duermen. ¿Me escuchan?”

– ¡Sí, comandante!


14. Fuera de eso no hay nada

– Y, finalmente, ¿qué es el amor?

“¿El amor hay que concebirlo como conquista, como arrebato? ¡No!

“El amor es encuentro, creación compartida, comunión sacrosanta.

“¡Es consagración!

“No es aventura ni deliquio pasajero. No es un frenesí momentáneo, ni tampoco una quimera. Menos es jugar, aprovecharse o divertirse con ello.

“La vida tiene que ser verdad siempre. Fuera de eso no hay nada.

“Subiremos a las montañas, para acortar la distancia entre lo eterno y lo terreno, por eso lo arriesgamos todo.

“Hemos venido a decir adiós a algo sacrosanto. Vamos a atravesar una prueba suprema, enfrentar a uno de los ejércitos más poderosos de América Latina.

“Lo que no debemos permitirnos jamás es traicionarnos a nosotros mismos.

“Esta es una despedida. Y que en la despedida no se vuelva a mentir. ¿Está claro?”

– Bien claro, mi comandante!


15. Un destello de luz en las pupilas

Y continuó paseándose ya en silencio, largo rato. Mientras, poco a poco, sus colaboradores se fueron quedando dormidos.

Ya el sol del amanecer dora las espigas. Y los guerrilleros dan la vuelta a la curva de la Piedra bruja, cuando el sol se pinta en las cumbres de Conra.

Y he aquí que vuelve a detenerse en “La curva del camino donde lloró César Vallejo”, y a contemplar desde la altura el pueblo de Santiago de Chuco.

Ya es el retorno. Y he allí nuevamente el pueblo en la hondonada.

Contemplan largo rato aquel pueblo.

Un diamante en un collar de perlas, incrustado entre las rocas y la hondonada de los ríos.

¿Qué hay en ese conjunto de casas enclavadas en una cadena de cerros ariscos? ¿Qué hay pegado a esas piedras?

Es un destello de luz en las pupilas. En varios rostros temblorosos lágrimas ndómitas surcan sus mejillas.


Texto que puede ser reproducido citando autor y fuente

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Santiago de Chuco - Foto: Nalo Alvarado Balarezo

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