lunes, 21 de octubre de 2019

21 DE OCTUBRE DE 1879: EDISON ENCIENDE LA BOMBILLA ELÉCTRICA - POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN

 
Construcción y forja de la utopía andina
 
OCTUBRE, MES DE LA SALUD,
LA ALIMENTACIÓN, LA GESTA
DE ANGAMOS; VIDA Y EJEMPLO
DE MARIO FLORÍAN Y LUIS
DE LA PUENTE UCEDA
 
CAPULÍ ES
PODER CHUCO


SANTIAGO DE CHUCO
CAPITAL DE LA POESÍA
Y LA CONCIENCIA SOCIAL


*****
 
21 DE OCTUBRE,
JOSÉ DE SAN MARTÍN ESTABLECE
LA PRIMERA BANDERA DEL PERÚ


He visto volar a las parihuanas en bandada, al amanecer y desplegadas toda la inmensidad de sus alas, en el camino a Incahuasi, en Parinacochas, en el departamento de Ayacucho, en un viaje onírico, después de capacitar a maestros en Coracora, y a fin de conocer el nevado del Sarasara, y siquiera mirar de lejos su cumbre, lugar donde fue encontrado el cuerpo de la niña denominada Sarita, inmarcesible entre la nieve, después de varios siglos de ser entregada en sacrificio a este Apu en los tiempos del incanato.
El vuelo de las parihuanas que nos acompañó en el viaje desde Chumpi hasta llegar a orillas de la laguna de Incahuasi, tenía como fondo arrebolado al lucero del alba y la luna creciente en el cielo límpido de la alborada, hecho que se sedimenta en el alma y que para mí constituye una experiencia sobrenatural teniendo a la vera del camino los maizales en flor.
Y que lo relaciono a cómo don José de San Martín concibió la bandera del Perú al quedarse dormido a la vera de la playa en Paracas, luego del desembarco de la Expedición Libertadora, y ver de nuevo pero ya en la dimensión de los sueños lo que había visto en la realidad, y que era el vuelo de las parihuanas rojiblancas, teniendo como fondo el firmamento pero ya no del mundo físico sino el espiritual y de las utopías por venir, que es donde luce izada y flamea más que nunca toda bandera verdadera.
Por eso, aprecio mucho que la bandera del Perú tenga en su fondo todos los elementos que tiene, y que parten y se funden desde el momento y el lugar en donde fuera concebida: en primer lugar, tiene la inmensidad del mar y el rumor de las olas puesto que a la vera del océano fue que San Martín se quedara dormido y la imaginara; recoge la imagen de unas aves mitológicas como son las parihuanas, y no de una sino de una bandada de ellas.
Asimismo, tiene como escenario la bóveda sideral, porque son aves en vuelo, pero no del cielo real sino del de la ilusión y los sueños, que para mí es mucho más importante; y sus colores simbolizan la pasión de nuestras creencias, el rojo de la sangre de nuestros sacrificios, como el fuego inextinguible del amor de nuestras vidas en aras de algo superior, que esto y mucho más está contenido en el color rojo de nuestra bandera.
Como en el color blanco está contenida la paz, la pureza inmarcesible del alma, la transparencia para afrontar cualquier reto de la vida siempre con valerosos y plenos de candor; como también valoro mucho que nuestra bandera sea un sueño de un hombre que además de libertador fue un hombre que puso, por delante de todo, la bondad humana.
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN


*****
 
21 DE OCTUBRE DE 1879


HOY EDISON
ENCIENDE
LA BOMBILLA
ELÉCTRICA

 
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA


EL POSTE
DE LUZ
DE M I CALLE


 
Danilo Sánchez Lihón
 
 
"La luz
es la sombra de Dios".
Albert Einstein
 
A Don Pablo Alcántara, gestor de la luz eléctrica de mi pueblo,
siendo alcalde de Santiago de Chuco en el año 1954,
época de esta historia a duras penas confesable.
 
 
1. Árbol
que crece derecho
 
Yo amaba aquel árbol de mi comarca, que mi padre adquirió porque se lo pedí y el comprendió que algo muy hondo había entre mí y ese árbol, y que era inhiesto, fresco y rumoroso, y hacia donde me dirigía cada tarde para leer bajo sus ramas.
Pero pasan los días y las semanas y los postes de luz avanzan por uno y otro sector y contorno del pueblo, menos por nuestra calle. El problema es que el poste tiene que estar ubicado a mitad de cuadra, justo delante de nuestra casa, casi delante de nuestra puerta, y se piensa que a nosotros corresponde donarlo.
Además, tenemos el árbol alto, recio y derecho como el que se necesita. Pero, lo que me incomodaba es que ese árbol sea el mío.
Subido, como al principio, a la mesa de trabajo de mi padre le pregunto qué puede significar todos los alcances del aforisma que yo mismo he entretejido, y cuál es:
nunca su corazón es deshecho”.
Creo que, con mucha intención, él me dice:
 
2. Bajo
la luz
 
– Un significado que deriva de dicho aforismo es que quien afronta con coraje toda situación, por difícil que ella sea nunca su corazón es deshecho. –¡Entonces él sabía el conflicto por el cual yo atravesaba!
– ¿Crees que si yo obsequio mi árbol para el poste de luz se interrumpe su crecimiento que es derecho? Y, si es así, ¿por qué ha de ser justo el más derecho el que ha de sacrificarse?
– Porque así es siempre, el más derecho tiene como destino y signo en su vida el sacrificio. Pero, creo que así será derecho para siempre.
– ¿Muerto?
– No. Porque hay otras maneras de permanecer. Porque se consagrará de cómo es ahora. Y ayudará a vivir.
– Haber, ¿cómo?
– Ayudará a que la gente bajo la luz del poste no se tropiece en las piedras. A que alguien lea bajo la luz la receta de un médico.
– Entonces, ¿tú apruebas a que yo regale mi árbol?
– Depende de ti. Pero creo que, sólo sirviendo, como lo haría si fuese poste de luz, será para siempre derecho.
 
3. Ahogaron
mi pena
 
Las palabras de mi padre han puesto en claro lo que yo había estado pensando. Esa noche fueron convocados los vecinos y les anunciamos que nosotros donaríamos el poste para instalar definitivamente la luz eléctrica en nuestra calle.
No quise ver cuando lo cortaron, pero lo fuimos a traer desde la chacra del molino, muy cerca de la curva de La Colpa, en la salida de la carretera de Santiago de Chuco hacia Trujillo, una noche de luna.
Es una noche de luna, en que la carretera reverbera de blancura. Estamos mis padres, mis primos, casi todos los niños del barrio con sus padres los vecinos de la cuadra.
Pensé que no iba a soportar su caída y me alejé del sitio, pero mi padre me reclamó diciendo que a mí me correspondía dar el primer y el último hachazo en su tronco.
La alegría de los niños que correteaban por el campo, la emoción de tener el poste con luz encendida en nuestra calle, se convirtió en fiesta de risas, de apuro, de ilusión que ahogaron mi pena.
 
4. Gritos
de júbilo
 
– Ahora tendremos luz en nuestra calle y pronto ya podremos tener luz en nuestra casa! –Oí decir a mi madre.
El ruido de la caída del tronco en el suelo, con sus ramas y sus hojas, me despertó de mis pensamientos, justo cuando mi padre ponía su brazo en mi hombro y me decía:
– La vida, hijo, también es sacrificio.
– Es demasiada vida la de un árbol. Y siento mucho también mi sufrimiento.
– Pero nunca olvidarás que contribuiste a hacer la luz en la calle frente a la casa donde vives.
Arrastramos el árbol con ramas y todo desde la orilla del río a la vera del camino.
Moverlo y ponerlo al borde de la carretera consumió los últimos gritos de júbilo y bromas que habíamos tenido guardadas para esa noche.
 
5. Son
las doce
 
A una voz de mando jalamos todos, y así lo hemos traído de trecho en trecho, oyendo en cada descanso cómo se hacían más hondas las horas.
Los sapos croan y los grillos arañan las sombras con su ruido estridente.
Así como al principio creíamos que no íbamos a poder con el peso que tiene el árbol, poco a poco hemos ido cobrando confianza y haciéndonos fuertes ante el reto de arrastrarlo. Y vuelve la alegría.
Mi madre, para ayudarnos a jalar ha amarrado con su pañolón a mis dos hermanas aún bebitas en el lomo del árbol, sobre las ramas.
Ríen y reímos todos de verlas cual duendes, y en ese afán ponemos toda la fuerza en jalar porque les hace gracia.
Pero de un momento a otro ya no las encontramos porque han rodado entre las ramas.
Esto nos asusta y después nos hace desternillarnos a carcajadas.
 
6. Y
esta noche
 
Son las doce de la noche y recién descansamos en la curva donde cayó el camión de don Sinforiano y murió Pedro, el hermano del Goyo Grados.
Sentados a descansar nos entretenemos escuchando el deslizarse del agua en la quebrada y con la mirada correteamos las luces de las luciérnagas.
Cerca del amanecer dejamos el árbol al frente de nuestra casa, para más tarde cortar sus ramas, desprender la corteza y embrearlo, mientras un peón ya hace el pozo al borde de la acera en donde quedaría plantado para siempre.
Antes de ponerlo en pie se clavan, a poca distancia de la punta, los aisladores, que son del color de los huevos de las perdices.
Y ya cuando está parado, se pasan y tiemplan los cables que rozan los aleros vetustos de las casas. Se colocan el brazo y el foco.
¡Y esta noche ha encendido la luz, ligeramente unos pasos más arriba de la puerta de mi casa, en plena mitad de la cuadra!
 
7. Podrá perder
ramas y nidos
 
Debajo de su reflejo jugamos hasta muy tarde, y cantamos todos los niños del barrio.
Los adultos han sacado sus bancas y silletas y están conversando felices, haciéndonos compañía en nuestros juegos.
Yo contemplo la luz, la bombilla luciente y la luna que boga serena. También la alegría de todos.
E imagino lo qué podrá sentir un árbol en esa nueva vida de sacrificio que le ha tocado vivir.
Y para mi consuelo cobra sentido el lema y tintinea en mi mente ya toda una estrofa, que dice:
Árbol que crece derecho,
podrá perder ramas y nidos
su corteza y todos sus trinos
pero su corazón no será deshecho.
 
 
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