lunes, 12 de agosto de 2019

TIEMPO NUEVO INTERNACIONAL (MIAMI), DE ADDHEMAR H.M. SIERRALTA - AÑO 11 Nº 354, DEL 12 DE AGOSTO DE JULIO DE 2019


 
TIEMPO NUEVO 

Internacional 

  Por  Addhemar Sierralta 
 
Año 11 Nº 354
 

  Miami 12 de agosto de 2019
 
  
PUNTO DE VISTA.

Por Addhemar H.M. Sierralta (Perú).

EN U.S.A. TRUMP SE PERFILA COMO GANADOR

Aunque parezca prematuro, tanto los sondeos como la lógica, están apuntando a que el presidente Donald Trump sería reelecto en el 2020.

El fracaso de los debates, de los más de 20 candidatos demócratas, las divisiones en ese partido debido a los planteamientos de los candidatos de izquierda del mismo partido, que son inviables y absurdos en muchos casos están abriendo los ojos a los militantes ese partido.

Por otro lado la situación económica positiva, los bajos niveles de desempleo, el planteamiento de una nueva política de inmigración por parte de los republicanos que puso en evidencia que fue en el gobierno de Obama que no se hizo nada para ello y se deportó a más siete millones de ilegales, asimismo  quedó en claro que en ese gobierno demócrata hubo cerca de 8 veces más ataques con armas y muertos que en el actual gobierno, han puesto en evidencia que lo dicho por Trump es más cierto que las “fake news” diseminadas por la prensa.

MENTIRAS MUNDIALES 

Mucha de los medios de prensa internacionales callan y no dicen la verdad como en lo siguiente:

1.    Se indica que U.S.A. quiere el petróleo de Venezuela o Irán. Falso porque es ese país de Norteamérica quien es el mayor productor petrolero, muy por encima de los países mencionados.
2.    Se señala de los éxitos de Cuba  y Venezuela. Otra mentira porque el fracaso de sus gobiernos comunistas llevó a sus pueblos a la miseria, además que se han destrozado las libertades y derechos humanos. Para muestra véase el gran éxodo de ciudadanos cubanos y venezolanos –que aún continúa- mientras a nadie con dos dedos de frente se le ocurre emigrar a la isla o al país llanero.
3.    Se pinta como éxito socialista a los sistemas de gobierno de los países nórdicos.
Algo cómico porque esos países tienen territorios pequeños y poca población y tienen un sistema capitalista con empresas transnacionales con respetables ingresos que permiten un promedio per cápita muy bueno. Y ello no es gracias a la ideología de izquierda.

QUÉ DEBIERA HACER EL PRÓXIMO GOBIERNO PERUANO

El futuro del Perú depende de las características del nuevo gobierno y de las acciones que tome. Para ello se tiene que desterrar los odios y rencores, la improvisación y la corrupción y mantener una democracia con instituciones fuertes e independientes. Se debe procurar ir hacia una Política de Estado donde los objetivos se aprueben concertando entre todas las fuerzas políticas.

Es obvio que se requiere una nueva demarcación regional y municipal, asimismo volver a la bicameralidad y exigir mejor preparación profesional a los congresistas y ministros de estado.

También se debe establecer una visión en la que prevalezcan los conceptos de ciencia y tecnología. Eso implica que se tenga mayor cantidad de profesionales de esas áreas en las responsabilidades más relevantes.

Entre las acciones fundamentales se debe considerar la salud preventiva, la educación de calidad, la disminución de los ministerios y burocracia, la seguridad ciudadana y el cambio de matriz energética.

De importancia será establecer metas de alto nivel para desarrollar los sectores agropecuario, industrial, minero y de saneamiento y construcción. Es menester realizar todo ello con calidad que nos lleve a ser competitivos internacionalmente.

Esto es solo un pequeño resumen de lo que anhelamos los peruanos para garantizar el futuro de nuestras familias.



LA DIÁSPORA LATINA MAGAZINE 

Por Jorge Yesahayahu Gonzáles Lara (Perú).

Libro, editado en U.S.A., está disponible en la edición digital ISSU. 

Este proyecto surgió de las conversaciones y los diálogos diásporos sobre la cultura gastronómica y las identidades en las diásporas en la era de la globalización. Las cocinas y la cocina peruana han creado rutas gastronómicas y los inmigrantes han creado los espacios sociales gastronómicos en los países que han elegido como su lugar de residencia, y son un espacio de convivencia y de intercambios de gusto, sabores y diálogos.


Los peruanos en el exterior y los inmigrantes de diversas épocas y generaciones han preservado su cultura en la cocina gastronómica y han compartido con otros inmigrantes creando espacios de interculturalidad. La reconstrucción de la identidad nacional desde afuera ha convertido los platos gastronómicos en bandera de identidad cultural desde afuera en las diásporas. Los que se identifican culturalmente con la cocina étnica de sus pueblos de origen y comparten en los espacios sociales. 


Mi profundo agradecimiento a Gerardo Alcántara, mi profesor y amigo catedrático de la Universidad Mayor de San Marcos, quien motivo este proyecto. Igualmente a José Carlos Luque Brazan amigo y catedrático de la Universidad Autónoma de México, quien siempre animo la idea de un libro de cultura gastronómica. A mi amigo y colega Jesús Ríos quien abrió las puertas desde El Diario Long Island Al Día y sus comentarios y prologo gastronómico. A mi amigo y colega Enrique Soria por sus comentarios y la especial presentación. 


Mi especial agradecimiento a Luis Ramírez Sarmiento, Jorge Bedregal La Vera y Addhemar Sierralta quienes contribuyeron con sus ensayos y marcaron un hito en la gastronomía peruana por la originalidad de los mismos. 

Y desde Perú mi agradecimiento a mi amigo y colega Arturo Quispe Salazar, Director de la Revista Interculturalidad por su optimismo y certera critica en sus análisis. 
Mi agradecimiento a, David Toledo, Isabel Clostre, Linda Di Leo, Víctor Presinal, Esperanza Soto, Javier Champa, Rosa Amelia Pérez, Melvi Dávila, Gerardo Renique, Freddy Roncalla, Carmen Fuentes y Hansel Barrenechea, por sus diálogos abiertos y comentarios. 

En Miami mi agradecimiento a Marita Astete, Alba Bolaños Azcuy, Chef, Nitza Mendoza, Chef, Javier Flores, Chef, German Gonzales, Bettina Rodríguez, Federico Martínez, MD. Roxana Corcuera, Magali Seguil, Alejandra Feldman, Patricia Herrera, Eladia Montañez, Enrique Chauca, Enrique Soria, Carlos Rebolledo, Elizabeth Rodriguez, Arturo Enamorado, Magaly Aguilera, Augustin Ranguni, Elisa Rosas, Martin Arce, Fernando Alfaro, Carluka Suarez, Francisco Gómez, Teddy Cubillos, Dayana Aldana, Christian Villavicencio, Dayamy Rodriguez, en especial a un amigo latinaomericano, Luis Suárez, al alcalde Roberto Martell, y a el periodista y amigo Roberto Bustamante quien me motivó a retomar este proyecto, por sus diálogos y comentarios abiertos que han enriquecido mi trabajo.
Una de dedicación especial a una mujer especial, Irina Herrera Díaz , mi esposa, mi compañera de vida quien fue la motivadora de este proyecto, a mis sobrinas Paola y Allison Buitrón, a mi hermana Norma y a Elizabeth Asher Feldman una entrañable pionera del Pisco.




LA PATRONA DE LOS CHUTITOS.

Por Alfonsina Barrionuevo (Perú). 

Un blanco lucero cubre desde arriba el templo de la Virgen de Sapallanga, Junín. Un lucero que fugará con la última bengala de sus amorosos vecinos. Sus devotos, que pintaron la noche con acuarelas.

El día de su fiesta la mañana se descuelga entre una lluvia de oros y el pueblo se alhaja con el son argentino de las campanas. Los peregrinos, que caminan buscando sus huellas, sacuden el rocío de sus galas y prenden en su rostro una lámpara de júbilo.

Se afirma que ella llegó a la comarca en setiembre por un camino de agua y dejó que unos niños de pies descalzos y pobremente vestidos la llevaran en una rústica anda de ramas de eucalipto. La sorprendieron junto al manantial donde estaba lavando los pañales de su guagua. Los niños se sentaron en la hierba para hablarle y ella les contó muchas cosas que no sabían. ‘Quiero que venga el señor cura y que los vecinos hagan mi casa aquí’, les pidió cuando se despidieron. ‘Si, señora bonita. Estaremos felices de que vivas con nosotros’. ‘Uds. cumplirán porque son puros’, fueron sus palabras y sintieron un soplo dulce en sus mejillas. 

El señor cura y el alcalde de un pueblo vecino acabaron por ir al paraje ante la insistencia de los muchachos. ‘¡Cómo nos hayan engañado recibirán unas buenas palmadas!’, dijeron en tono de burla. A un metro del manantial hallaron la imagen de una Virgen de piedra, pequeña como el sueño de un gigante, e hicieron traer unas andas para trasladarla a su iglesia. Cuatro hombres robustos se ofrecieron para cargarla, más no pudieron ni moverla. Pesaba como clavada en la ch’anpa. ‘Nosotros la llevaremos’, dijeron los niños y la levantaron como si fuera una pluma. Pero, luego volvió a pesar. ‘Es que ella dijo que quería tener su casa aquí’, recordaron. Así tuvo que ser. En su homenaje hay siempre qarachakis, pastorcitos de pies descalzos, de ropas oliendo a cabra pero de alma limpia.

Las callejas huelen todavía a ponche y las gentes apuran su dedal de aguardiente o guarapo, para cortar la madrugada y se alegran de ese modo mientras las mujeres abrigan al tiempo con velas que arden pidiendo alguna gracia. Los mayores hablan, al calor de los fogones, de cuando el valle del Mantaro era una laguna que agitó el espejo de sus aguas para que el arco iris no pudiera admirar su belleza. De su pecho convulsionado por la ira salieron dos amarus, serpientes gigantescas con alas que echaban fuego por las fauces y que la golpearon con sus colas. La laguna huyó despavorida al cielo y en su lecho vacío apareció una enorme wanka. A su lado estaban los primeros seres de su mundo, el Taita y la Mama.

El día camina de puntillas entre nubes rosa y las priostas colocan en cada esquina de la plaza  una mesita con arco de ramas de café y flores de la selva. Al pasar los caminantes besan con unción la punta de uno de los mantos de la Virgen, dejan una limosna y se llevan una varita de romero y un alaipan, diminuto panecillo bendecido en una misa.

Desde las vísperas los frailes dominicos de Santa Rosa de Ocopa celebran en el altar de la iglesia decenas de misas hasta que la santa señora sale en  procesión. Cuestan cien soles las rezadas, quinientos y mil soles las cantadas, con casullas de trama dorada según la economía de los fieles. Para la Virgen todos son iguales y valen más las misas de los pobres porque son ternura reunida de centavo en centavo, de migaja en migaja, para poner en sus manos sus lágrimas y en su pecho sus anhelos.

Su recinto, prácticamente una ermita, conserva por dentro su adorable vejez,  sus santos de madera y sus altares sencillos. Hace calor con los miles de velas que arden día y noche para alumbrar el camino de la Virgen de Cocharcas, quien llegó por un camino de piedra, de nubes, de agua y de flores.

A las doce, cuando el sol parece un quinto de oro caído sobre los cerros las campanas tienden en el aire su alfombra de repiques llamando a los danzantes. Los negritos, evocación de los esclavos que sudaban sangre en los barcos de los negreros portugueses,  cogen con delicadeza las cintas de sus andas. Ahora no hay más esclavos y ellos con sus trajes de luces y sus chicotillos de plata parecen señores.

En los arcos con encaje de crepé los waqrap’ukus, cornetas de cuerno, levantan su ronco bramido. Las cuadras enanas de Sapallanga se hacen largas al paso lento de los cargadores que siguen a mujeres de cotón, hombres de caras pavonadas de luces, cuadrillas de inkas con mantos de tricomía, chutos que hacen guardia a pallas vestidas de primavera y chonguinos como caballeros virreinales. El camino parece sembrado de música, en la paz alborotada del pueblo que ama a rabiar a su patrona y dispara su alegría en una fecha de antología.




MAÑUCO, EL PEQUEÑO VIDENTE. 

 Por Armando Alvarado Balarezo “Nalo” (Perú).

Mañuco, más que un niño hiperactivo era un infante de enorme vitalidad imaginativa. Despierto y locuaz desde sus primeros balbuceos; paraba haciendo preguntas a todo el mundo sobre el acontecer diario. Un "popurrí" de hechos anectóticos marcan sus párvulos años en Chiquián.

En los albores de la década del sesenta, Mañuco estaba en todas las jugadas que le deparaba el destino. Infalible en las tareas comunales: reparto de agua, techas de casa, siembra, riego, chacmeo y cosecha en Huacacorral, construcción de pircas, palincas y tapiales, faenas de limpieza de reservorios y canales; etc.

Siempre listo para poner el hombro, pecho y espalda en los avatares cotidianos del pueblo. No tenía vocación de político ni de ideólogo de palinca. Su dicho de aliento fue y sigue siendo: ¡Manos a la obra shay!.

En los meses de lluvia, rayos, truenos y relámpagos, dejando de lado: zancos, trompos, cangas, aros, lecherongasrunrunes, corría con su lampita al hombro hacia Agocalle, para ayudar a proteger con ripio las casas solariegas del huayco que bajaba incontenible de Umpay Cuta Cuculí.

Experto en el uso del shoguet y en el lanzamiento de globos y cuilumpis carnavaleros en las calles chiquianas, fue perseguido por las damiselas a pedrada limpia, salvándose de milagro en cada una de sus arremetidas, gracias a las bendiciones recibidas como acólito, monaguillo y "santo varón" en las misas y procesiones de Semana Santa.

En el mes primaveral recorría Chiquián vendiendo votos para el reinado, no de una, de todas las candidatas sin distingos de edad, tamaño ni poder económico; concursos donde no siempre lograban cetros y coronas las chicas más populares por su belleza, sino las nietas de los abuelos que vendían una vaquita o empeñaban los aretes de la bisabuela para comprar el mayor número de votos; muchos padres se jugaron el sueldo del mes para tener una reina, o en el peor de los casos una damita en casa. Mañuco nunca subió al carro alegórico vestido de paje real, él prefería caminar pegadito al vehículo dando enérgicas hurras con los puños en alto. Tampoco se disfrazó de chambelán de quinceañera. Optaba por contemplar la fiesta desde la ventana del salón, parado de puntillas sobre una piedra en la vereda de la calle.

En el intercambio de figuritas nos mantenía al tanto del llenado de álbumes en cada barrio. ¡Jupash va ganando por goleada, a Tocho y a Genaro sólo les falta la figurita 111¡, así nos alertó una vez, por lo que los niños de Jircán salimos volando alborotados como perdices a la tienda de don Manzueto Santos Flores, con la esperanza de abrir el sobrecito y hallar el número esperado. No recuerdo si alguien lo consiguió. 

Mañuco andaba con un paquete de figuritas en el bolsillo más deshilachado del pantalón comando escolar, todas quintuplicadas y ajadas hasta el centro. “Me falta unita”, decía ahíto de optimismo, mas nunca  nos mostró un álbum lleno, ni siquiera una munapada de lejos. Años después su abuelita Pacucha nos mostró el álbum: solamente 107 figuritas estaban pegadas, le faltaban 293. En el recuadro del arisco 111, Mañuco había pegado con mazamorra de tocosh un trébol de la suerte.

En ocasiones lo vi uniformado de miliciano, cuidando de los niños depredadores el "Huerto de Judas" de Semana Santa. Para poner orden asustaba a los que pugnaban por una calabacita en botón o un par de oquitas huancachas, blandiendo su chicote de chiligua sin lograr un chasquido de huaraca siquiera. Fue el mejor asistente que tuvo don Julián Soto Valverde.

Solidario en las circunstancias luctuosas: en los velorios brindando sus manos pispadas durante el reparto del cafecito fraterno, y en los entierros portando el agua bendita en una jarrita o balanceando el incienso, al lado del sacerdote de raída sotana.

Participaba como actor de reparto en las veladas del barrio, nunca como estrella fugaz. Narrador imparable en los cuentos de vereda del Jr. Leoncio Prado. Atento en los ensayos de los diablitos, negritos, jijas, viejitos, huarastucoj y de las comparsas del Inca y del Capitán, aprendizaje que décadas más tarde le serviría para interpretar danzas nativas al son del memorable "tincunacunacun cuna cuncun".

Cada 15 de agosto avisaba de puerta en puerta a los vecinos de Jircán la llegada del Inca buscando pallas para la fiesta de Santa Rosa. Después corría y se sumaba a la comparsa y pasaba sacando pecho con la frente en alto, caminando junto al arpa con su ponchito habano terciado.

En las fiestas costumbristas iba delante de las bandas de músicos, de las orquestas y del bombito de don Antonio Padua Toro, nuestro recordado pregonero.

Entendido como ninguno en el uso del pulgar derecho como manija de inflador, ayudaba a don Bonifacio Peña a encender las lámparas "Petromax" a querosene, que iluminaban las principales arterias del pueblo.

Fue el inventor de la pelota de fuego que abrigó nuestras noches frías en la canchita de cascajo y champa de Jircán. Muchos ponchitos resultaron chamuscados por las patadas que en llamarada emulaban al emperador romano  Lucio Domitio Claudio Nerón.

No se alejaba de los coheteros que elevaban avellanas al cielo avivando el entusiasmo de la fiesta patronal. Mañuco ayudaba a levantar castillos de fuegos artificiales en la plaza de armas y en el colocado de los temidos tendidos de bombardas en en el estadio de Jircán.

Durante el desfile de faroles del mes patriótico, derribaba todo lo que encontraba flotando a su paso con su compacto avión de duro cartón y fleje de acero, forrado con inofensivo papel crepé blanco.

Nadie como él recogiendo caramelos despostillados regados en el piso a la hora de la Entrada de la fiesta de Santa Rosa (guerra de caramelos), esquivando las patas de los caballos y de las mulitas saltarinas, con elasticidad insuperable.

En las tardes taurinas comandaba el batallón de niños que oteábamos con los ojos desorbitados los encantos de las musas de faldellín que estaban paradas trémulas en las palincas ante la arremetida de un bravo jirishanquino. También anunciaba la llegada de las bandas de músicos, toros y madrineras para las corridas de septiembre.

Todas las tardes nos ponía al tanto de los paisanos que arribaban de Lima, Huacho, Supe, Barranca y Pativilca en los autobuses de Landauro y TUBSA, y de Huaraz en la góndola azul de Keclin.

Durante la llegada, permanencia y despedida de los excursionistas, no se separaba de ellos, ídem de los alpinistas que permanecían aclimatándose en Chiquián, antes de retar al temido glaciar Carnicero.

Como hábil ayudante en las labores de amasijo, y experimentado vendedor de empanadas y periódicos, fue amigo de los mercachifles, sobre todo de los amigos “chunchos”, y en ocasiones fungió de  “gancho” en los juegos de azar durante la fiesta patronal de agosto. También hacía de mago en el "circo ambulante de Culantro y Perejil", donde a falta de guantes blancos y sombrero de copa, sacaba conejos tronando sus dedos. Entraba y salía de la carpa de los gitanos como Pedro por su casa, con un cigarrillo apagado entre los labios.

El pequeño vidente:

Acertado en los pronósticos cuando jugaba el Cahuide o el Tarapacá con un equipo de menor ralea, siempre se cuidaba de no dar una cifra, solamente decía “será por goleada”, y como era de esperarse, así resultaba el score, pero en “Los clásicos Cahuide / Tarapacá” se hacía humo, inubicable en las calles del pueblo; hasta que un buen día fue descubierto en la tribuna del Cahuide, pese a estar con una bufanda hasta la nariz. Allí fue obligado a dar su pronóstico, y no tuvo más remedio que decir:

- Ganará 1 a 0.

- ¿Pero qué equipo? -le preguntaron desesperados en coro los niños cahuidistas.

- El Cahuide –dijo trémulo, casi susurrando.

Durante el partido los niños Gelacio Valderrama Ramírez y Patuco Allauca Calderón, hinchas hasta el tuétano del invencible Cahuide, lo sujetaron de los brazos para que no huya hasta que culmine el partido. Para su desdicha el travesaño del Tarapacá impidió que se abriera el marcador en 3 ocasiones. Ni bien el árbitro dio el pitazo final, empezaron a apanar a Mañuco por el empate, felizmente un niño conciliador terció: "De repente ha perdido momentáneamente sus poderes mágicos, démosle otra oportunidad". Y dejaron de apanarlo, bajo amenaza de ser linchado si fallaba en otro “Clásico”. Fue el primer bullyng andino en el estadio de Jircán. Frente a este error de cálculo nunca más pronosticó resultado alguno, ni acudió como espectador, viéndose obligado a cambiar de rubro.

Viene a mi memoria el domingo 7 de agosto de 1960. Al culminar la Misa un grupo de niños nos sentamos a charlar en el muro de la pileta de la plaza de armas. Mañuco  se nos acercó, y señalando con un guiño a una jovencita que pasaba, nos dijo:

- Esa costilla está con calzón verde.

Ante su asombro fue asido fuerte del brazo por un niño grande, siendo llevado a rastras hasta la jovencita. Aquí el diálogo que logramos escuchar a unos metros de distancia:

- Primita, ¿con qué color de calzón estás?

- ¿Y por qué, ah?

- Por nada primita, es una preguntita para ganar una apuesta –y la jovencita le habló al oído a su primo.

Ambos retornaron al grupo, y el primo nos dijo que Mañuco había acertado, motivando que los demás niños lo retemos pensando que sólo era un golpe de suerte. Entonces Mañuco, con ciertos aires de adivino, señaló con el índice derecho a 3 chicas que salían de la iglesia, y dijo:

- La más grande tiene calzón morado, la mediana azul y la pequeña tiene calzón de bayeta blanca.

Picones, en lo que restaba del domingo, y valiéndonos de nuestras hermanas y primas, los niños presentes en la pileta, averiguamos si Mañuco había acertado o no. Entrada la noche nos juntamos en el barrio, y media docena de datos fiables le devolvieron el título de  vidente que perdió durante un “Clásico Cahuide / Tarapacá” en el estadio de Jircán.

Pero como no todo dura eternamente, dos años después, en una pinquichida de la Fiesta de Santa Rosa, la palma derecha de una palla de Mishay silbó en el aire antes de aterrizar con fuerza en el rostro pálido de Mañuco, y en cuestión de segundos el espejito "miracalzón" quedó hecho añicos junto a la punta de los zapatos aquinos del pequeño vidente.

Fuente:Un trocito DEL MISMO TRIGO.

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« ¡ PAPI !, ¡ PAPI !... ¡ TENGO MIEDO ! » 

(Cuento).

De autor anónimo, nuestro amigo Julio Suárez Lorca nos hizo llegar este cuento que compartimos con nuestros lectores.

¡Papi, tengo miedo!... ¿Puedo dormir contigo?

¿Qué pasó mi niña?, ¡ya es de noche, ve a dormir!... ¡Ya es muy tarde!

Pero papi, ¡se oyen ruidos muy feos en mi cuarto!...

Me levanté y abandoné la cama para ir con mi pequeña a su cuarto, encendí la luz: Ves... ¡no 
hay nada aquí para temer!.

¡Pero papi, cuando apagas la luz se escuchan ruidos muy feos!...

¡Ves, no se escucha nada!, ahora ya duérmete por favor, que mañana hay que madrugar...

¡Papi, no te vayas!... ¡quédate conmigo!...

Está bien mi amor, pero sólo por esta noche, ahora ya duérmete por favor...

Me acosté en la cama con mi pequeña y la abracé...

¡Jorge, Jorge!... ¡Despierta, levántate ya!... ¡Es tarde!... ¡Otra vez te quedaste dormido en el cuarto de la niña!... ¿Hasta cuándo vas a impedir que se vaya?... ¡Déjala ir de una vez!, hace un año que murió y todas las noches vienes a dormir aquí, a su habitación; ¡acéptalo de una buena vez!...

¡Ya voy amor!...

Si tan sólo le dijera a mi esposa que mi niña viene todas las noches con miedo a buscarme, tal vez recordaría, que al año siguiente de su muerte ella se suicidó del dolor...

Hace años que vivo entre sus dos fantasmas... Tal vez también, yo sólo sea un espectro y... ¡aún no lo he notado!...



HISTORIAS ROMÁNTICAS: 

EL PRÍNCIPE DE EGIPTO, Y AZAHARA EL GRAN AMOR DE SU VIDA

 (RELATO).

Por Andrés Fornells (España).

El príncipe de Egipto, hijo primogénito del rey de uno de los imperios más importantes de Oriente, se alzó en armas contra su padre. Era un joven, hermoso, sabio y justo. Los innumerables súbditos descontentos, empobrecidos y maltratados por su progenitor, le siguieron incondicionalmente. Y durante semanas mantuvieron durísimas, terriblemente cruentas batallas contra el muy poderoso, numeroso y bien armado ejército del tiránico soberano.

El valor, la capacidad de sacrificio y de sufrimiento de los sublevados les permitió por fin conseguir la victoria. Derrotado el ejército del soberano, se apresó a éste y encerró en un calabozo.

Pasados unos días, necesarios para restablecer la paz en todo el territorio y ajusticiar a los traidores y verdugos que habían gobernado y ejecutado sin piedad a inocentes bajo el mandato del destronado rey, el príncipe de Egipto visitó, por primera vez desde que terminó la contienda, al hombre que le había dado la vida.

A éste. la amargura de la derrota, le había quitado la arrogancia de la que siempre había hecho gala y, con falsa humildad, le preguntó a su hijo:

—¿Por qué razón alzaste al pueblo contra mí y mi ejército?
 
Su primogénito le dirigió una mirada en la que se mezclaban la censura y la compasión al verlo tan desmejorado y hundido. Y le dijo endureciendo de nuevo su actitud:
 
—La razón fue que tú ordenaste ejecutar a la única mujer que he amado en mi vida. Y eso ya te dije, nada más enterarme de tu crimen, que no te lo perdonaba.

El hombre abatido, que había pedido su reino, le dio una explicación que creía justificaba su criminal acción:

—Era una simple campesina. No te convenía en absoluto. Yo te tenía preparada una boda con la más hermosa y rica de las princesas de este mundo. Yo pensaba en tu bien.
 
—Eso te ha llevado a la perdición, padre, darle la máxima importancia a la riqueza y ninguna importancia al amor. Por eso nunca nos amaste, ni a mi madre, ni a mis hermanos, ni a tu pueblo.
 
—¿Qué vas a hacer conmigo? —tembloroso y asustado el monarca destronado.
 
—¿Qué ves desde la ventana de este calabozo en el que mandé te encerraran?
 
—Un simple descampado —fue la respuesta que recibió de su interlocutor.
 
—Pues ahí voy a ordenar, en ese descampado, se edifique el mayor palacio-mausoleo del mundo. Será tan hermoso, tan extraordinario que maravillará al mundo entero. Y dentro de él enterraré el cadáver de mi amada Azahara. Y el castigo que tu recibirás, de por vida, será verlo construir y, cuando esté terminado, presenciar los millones de visitantes que, venidos de todas partes de la tierra admirarán la fabulosa obra que yo habré dedicado a la única mujer que amé, y que podré amar jamás.

Así fue como el príncipe de Egipto consiguió que su nombre y el de su amada siguieran unidos por los siglos de los siglos.



HACIA UN PAÍS DE VERDAD 

(Narración).

Por Addhemar H.M. Sierralta (Perú).

Era un país de fantasía. Allí se soñaba que Dios era nativo y nos regaló la maravilla de las maravillas. Tener costa, sierra y montaña. Además un mar excepcional, paisajes hermosos, una rica fauna y flora. Es decir un paraíso con agua, nieve, desiertos, junglas, un pasado de orgullo, papas, lúcumas, yucas, variedad de peces, frutas deliciosas, es decir lo máximo. También contaba con minerales como el oro, plata, cobre, zinc, etc. Parecía que todo lo mejor se concentraba en aquel lugar privilegiado. Pero algo no caminaba o no encajaba en aquel esplendoroso territorio. Todo no podía ser lo máximo.

Desde miles de años la gente era dominada por los denominados hijos del sol, luego por los conquistadores venidos de Europa, y de dominio en dominio, de esclavitud en esclavitud, nació la desconfianza, la lucha por liberarse unos de los otros, se dieron dominadores y dominados, se generaron abusos, odios y rencores. Se ejercía la discriminación y nació la envidia y el poner zancadillas a quien destacaba. En realidad un conglomerado de seres humanos, que viviendo en un pseudo paraíso, se olvidaron de hacerlo desarrollar con inteligencia y con amor.

Y este país, después de mucho batallar, empezó tímidamente a crecer. Pero nuevamente grupos desquiciados, con ideas foráneas no aplicables, intentaron hacerlas prevalecer. Unos de derecha, otros de izquierda. Pero aunque los mayoritarios, aquellos que querían ver el progreso y la paz se mantenían siempre silenciosos, temerosos, tal vez por los rezagos de antaño.

Tanta belleza, tanta riqueza y prevalecía el temor, muchos engaños se daban para asustar a la mayoría trabajadora. La ignorancia de muchos y la maldad de algunos pocos dirigentes volvían a generar caos y temores.

Y ese país de fantasía dormía y dormía. Tal vez Dios, que tanto le había dado, se cansaría de la forma en que su gente actuaba.

Y Dios, un día, miró al interior de ese país de las maravillas. Y dijo a su gente: “Pongan amor y no odio, trabajen sin envidia y ayúdense todos, sean blancos, negros, cholos, chinos, vengan de donde vengan…estudien, sean solidarios, sean buenos padres y madres, cuiden con cariño a vuestros hijos, hagan de los matrimonios cuna de ejemplo y estabilidad. Sean industriosos produzcan lo mejor que tengan y procuren crecer como seres humanos que es más importante que tener recursos naturales o bellezas en los paisajes. Y manténganse siempre agradecidos y amantes de Dios”.

Y se silenció la voz de Dios. La gente escuchó y empezó a entenderse. Dejaron desavenencias y maltratos, trabajaron en concordancia y unidos para mejorar a cada ser viviente y buscar un bien común en libertad. Floreció el amor y entonces el país dejó de ser una fantasía.


 
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Fuente: 
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Addhemar Sierralta
 
Año 11 Nº 354 de 12 de agosto de 2019
 
 

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