Danilo Sánchez Lihón
Son caminos y puertas
de entrada
a lo más maravilloso que
hay
en la vida y el universo.
1. Vuelo hacia
lo trascendente
Las
Bibliotecas Escolares son espacios para dar pábulo a las inquietudes
más trascendentes del ser del niño y del joven en las instituciones
educativas, mediante el cultivo de la buena lectura.
No
necesariamente, ni de manera principal, su misión es dar apoyo a las
tareas escolares, aunque ha habido corrientes y tendencias prestas a
concebirlas de ese modo, como recursos para el aprendizaje y de apoyo al
desarrollo del currículum.
Pero
no. Ellas han de ser los oasis, los remansos y manantiales primigenios,
los asideros libres a toda opción de lo que es forzoso, obligatorio y
programado, defendiéndolas más bien como espacios de recreación y de
libertad para desarrollar el ámbito del espíritu, donde se fomente la
lectura creadora y propicie que cada niño y joven encuentren su propio
destino y vuelo hacia lo más significativo y trascendental de su ser.
En
tal sentido, la biblioteca escolar asimismo tiene una posición
privilegiada para ser el núcleo que enlace, integre y coordine
actividades en relación al Plan Lector, y que involucre al conjunto de
la institución educativa, separados por divisiones de grados, secciones y
aulas, como de estamentos de estudiantes, docentes y administrativos.
2. Libres
y en confianza
Para tales propósitos la Biblioteca Escolar ha de reunir algunas condiciones básicas, como las siguientes:
Calidad:
Hay que presentar y ofrecer los buenos libros. Esto implica tener un
criterio amplio y formado que oriente la adquisición de las joyas
literarias de todos los tiempos.
Cantidad.
Se ha de buscar los medios para reunir un número abundante de textos en
sus múltiples formatos y en proporción al alumnado asistente.
Variedad:
Los libros de la biblioteca han de dar respuesta a los intereses de
niños de diferentes edades, niveles de madurez e inquietudes. Hay que
buscar temas, estilos, autores y géneros variados y diversos.
Organización:
Es conveniente adoptar un sistema de clasificación sencillo, eficaz y
comprensible, en donde los estudiantes mediante la modalidad de
estantería abierta seleccionen lo que más les interesa y gusten leer.
Calidez:
La Biblioteca Escolar tiene que ser un espacio acogedor, grato y
estimulante, en donde los niños y jóvenes se sientan invitados a
permanecer, atraídos también por una decoración alegre, dinámica y
estimulante, que les permita sentirse bien, libres y en confianza.
3. Empuña
el libro
En
donde con los libros hemos de lograr que los niños amplíen su
sensibilidad, adquieran conocimientos y vivan experiencias
enriquecedoras sobre aspectos fundamentales de la vida y sorprendentes
del universo.
Lograr
despertar con ellos la curiosidad por el mundo de la naturaleza, del
arte y de la ciencia, sin olvidar lo vertebral que es el ámbito de la
cultura, de los valores y de las concepciones del mundo.
Qué
importante el vínculo de la Biblioteca Escolar con el ámbito del acervo
cultural, con las costumbres y tradiciones de los pueblos, con la
valoración de todo lo nuestro y con la identidad nacional.
Considerando
al bibliotecario como un promotor de cultura, como un líder y un
orientador social. Como alguien que señala rutas, que asume la realidad,
la comprende y con su accionar ayuda a transformarla.
Como aquel que la explica apoyado en la experiencia y en el conocimiento, tal como lo advierte Bertold Brecht, al señalar:
Empuña el libro, hambriento: es un arma.
Estás llamado a ser un dirigente.
4. ¿Quiénes
somos?
En
tal perspectiva y a fin de contribuir a dilucidar el horizonte de la
Biblioteca Escolar he aquí algunos alcances en torno a su deontología,
partiendo de alentar para ella más bien una propuesta cultural.
Proponiendo
cultivar en ella sobre todo nociones de vida que el niño y joven las
requieren, y ya que somos una cultura de una riqueza excepcional.
¿Por
qué entonces no la hacemos más vigente y de manera cotidiana recreando
con niños y jóvenes memoria e identidad, valorando este ancestro como
nuestro mayor tesoro e imponiéndonos desarrollar en ella:
Un saber ser.
Un saber estar.
Un saber hacer, y
Un saber conocer.
A
lo cual habría que agregar desde nuestra perspectiva el saber crear y
el saber ser solidarios, como una respuesta a la pregunta de ¿quiénes
somos?
Apoyando
sobre todo el desarrollo de la identidad en nuestra comunidad,
alentando e implementando al mismo tiempo toda acción que tienda a
lograr la interacción cultural con otras comunidades.
5. Más unida
y fraterna
Pero,
además de afianzar una identidad a través de la lectura el reto es
avanzar hacia la universalidad, reto imprescindible en el mundo
contemporáneo. Ya que no podemos únicamente preocuparnos de lo propio
sin cultivar una acción correspondiente a nuestro ser universales en el
contexto de la globalización.
No
podemos hacernos ínsulas baratarias, compartimientos estancos, ni
Atlántidas sumergidas; hay que afianzar la identidad, pero a la vez
promover el dialogo y contactos entre las diferentes culturas. Siendo la
regla de que una verdadera y bien orientada identidad encuentra una
ubicación correcta a nivel universal, y nos permite ventajas en el
diálogo intercultural.
No
podría ser de otro modo, que seamos únicos y originales, por un lado,
pero a la vez universales por otro. Ya que al ser legítimamente nosotros
mismos encontramos nuestra universalidad, hallándose en el fondo de
nuestro ser la conjunción de estos dos factores.
Siendo
posible todo ello ya que es en las bibliotecas en donde es dable soñar,
en donde se acunan los más acrisolados mundos nuevos, utopías y anhelos
de un mañana mejor, como de un orden más óptimo entre seres humanos
como de una sociedad más unida y fraterna.
6. Otro reto
es integrar
De
mano en todo ello con la lectura, en donde hemos de alentar a ser
creativos, no lectores pasivos, ni imitadores, ni seguidores de modas y
corrientes, de emociones o pensamientos; sino forjadores y creadores por
nosotros mismos de actitudes propias, válidas para nosotros mismos y
siempre hacedores de cultura, como en realidad lo somos, autores de
nuestro destino y dueños de nuestros actos y de nuestros porvenires.
Siempre
recurriendo a nuestro acervo de mitos, leyendas y cuentos folclóricos,
por sobre aquella literatura banal, prestada y fatua de los que se
arrojan incondicionales al mercado como si se arrojaran a la nada.
Conciliando
identidad y desarrollo, he ahí la clave. Conquistando un saber ser
individual y una cultura que es identidad colectiva, donde ambas deben
conciliar y conjugar armónicamente.
Y,
ya que desde la invasión española hasta nuestros días vivimos
escindidos, en un mundo dividido en el que la desconexión y hasta el
enfrentamiento han determinado vivir en un país fragmentado, atravesado
por hondas y lacerantes divisiones, otro reto es integrar, concibiendo
toda biblioteca como factor de cohesión.
7. La
cohesión
Este
rol de punto de enlace de la Biblioteca Escolar es fundamental, como
también su función permanente en lo que es conciliar, tender puentes,
ejerciendo labor integradora en lo artístico, científico y cultural, así
como a fin de impactar en el niño con las maravillas que hay en los
diferentes campos del saber y quehacer humano.
Esta
función de cohesión es importante ya que en el hombre común y corriente
priman una serie de prejuicios derivados de las circunstancias antes
descritas, por ejemplo, los opuestos y contrarios: serrano-costeño,
blanco-indio, alto-bajo, capitalino-provinciano, ciudad-asentamiento
humano, pueblo joven-barrio residencial, etc.
Sintetizando,
aludimos a tres factores esenciales que debemos resolver en el cimiento
de nuestra formación: identidad, universalidad y cohesión,
respetándonos unos a otros, amando el suelo que nos vio nacer, valorando
y sintiéndonos orgullosos de ese gran patrimonio cultural que somos y
tenemos.
Siendo
así nuestra labor es ardua y hermosa desde la Biblioteca Escolar: que
los niños y jóvenes conozcan a través de la lectura todo aquello que nos
de identidad, universalidad y cohesión de aquí al futuro, y
permanentemente.
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