jueves, 19 de noviembre de 2020

19 DE NOVIEMBRE: DÍA INTERNACIONAL DEL HOMBRE - FOLIOS DE LA UTOPÍA: SER UN HOMBRE - POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN



 



CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
 
  NOVIEMBRE, MES DE LA GESTA
DE TUPAC AMARU; LOS DERECHOS
DEL NIÑO; VIDA Y EJEMPLO DE
J.M. ARGUEDAS Y MANUEL SCORZA

 


  CAPULÍ ES
PODER CHUCO


 
SANTIAGO DE CHUCO
CAPITAL DE LA POESÍA
Y LA CONCIENCIA SOCIAL


 
*****
 
 
¿Y QUIÉN ES UN HOMBRE?

– Y. ¿para ti quién o qué es un hombre? –Escuché preguntar a una de las dos personas que conversaban sentadas en la esquina, risueños y jocosos, intercambiando ideas.
– Un hombre, para mí, es quien mira de frente. –Sentenció uno de ellos, seguro y en serio.
– Explícate, ¿cómo, así?
– Quien mira de frente es que no lo hace ni hacia arriba para adular ni en una actitud mendicante, ni hacia abajo para ofender en una actitud humillante ni despótica. Ni subordinada pero tampoco prepotente ni abusiva.
– Comprendo. Alguien que mira sin dobleces ni hipocresías, sinceramente con toda la verdad en sus ojos y en sus entrañas.
– Sí. Alguien que no esconde, ni busca subterfugios ni evade su realidad y su mundo. Porque quien incurre en eso no mira de frente y, consecuentemente, no es un hombre.
– Porque mirar de frente es tener horizonte, futuro, proyecto. Es abrazar a los demás porque es una actitud abierta, plural y fraterna.
– ¡Mirar de frente es ser justos, generosos, seres morales!
Por eso, miremos de frente y empecemos a ser: ¡hombres de a verdad, como lo es un niño!


 DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
 
 
*****
 
19 DE NOVIEMBRE
 
 

DÍA
INTERNACIONAL
DEL HOMBRE

 

FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
 
SER
UN
HOMBRE
 
 
Danilo Sánchez Lihón
 
 
Hombre, te amo
no porque bajaste de una estrella
sino porque nos distes
herramientas, medios, llaves
para abrir las puertas de la luz.
León Felipe
 
 
1. La flor
y su aroma
 
El valor más alto de un ser humano antes que cualquier título o cargo o rango, es el de ser un hombre en el sentido cabal y verdadero del vocablo.
Y es que no nacemos como tales, sino que nos hacemos seres humanos en un largo proceso de decantación, de madurez, experiencia y sabiduría.
Y la cualidad o virtud más acrisolada que define la condición humana es la bondad. Solo quien la asume, lucha por incorporarla a su vida y la practica cotidianamente cumple con tocar la dimensión de ser un hombre.
Y ser un hombre bueno es orientarse en todo por el bien, que es la flor, el aroma y la fragancia más genuina de todo lo creado, sabiéndolo reconocer e incentivándolo en sí mismo y en los demás.
Ya que no todo son certezas en la vida. Pero hombre es quien tiene y cultiva tenaz y empecinado la noción del bien. Quien hace el bien en sus actos y en sus obras.
 
2. Y todo
se concreta en obras
 
Ser un hombre es quien ampara, protege y cobija. Quien pone su brazo y sostiene el don de vida. Es el árbol en el cual se guarecen y anidan las aves.
Es baluarte y viga maestra. En quien todo se traduce en obras verdaderas y tangibles. ¡Y todo se concreta en bienes que se aprecian y conservan!
Así, los hombres que abrieron el camino y los puentes por donde hemos transitado. Y aquellos que diseñaron la carretera por donde el ómnibus ha discurrido, para construirla tuvieron que caminar hasta la extenuación, sufrir hambre y sed.
Tuvieron que creer mucho en su empeño, no dormir por páramos y abismos en los cuales arriesgaron siempre la vida.
Y, para después concretarse esta autopista, ¿cuántos sacos de arena, cemento y asfalto han tenido que cargar a las espaldas y en hombros por punas ariscas?
 
3. Y el libro
que leo
 
¡Cada canal de agua en la cuneta, las chorreras ya encauzadas que bajan desde las inhiestas montañas; y el drenaje bajo la losa asfáltica, como la señalización de la vía!
¿Dónde durmieron los trabajadores que cincelaron esta maravilla en la roca viva?
¿No es acaso toda puna y páramo la región por donde hemos venido, en donde la respiración se agita y el aliento se entrecorta?
Para construir cada estación y plantar cada poste y letrero en el sendero muchos han ofrendado sus vidas.
¿Y cuántos impuestos de gente sencilla ha irrogado poder construirla? ¡Pan que se extrajo de la boca de niños famélicos, y medicinas que no pudieron ser compradas por invertir los fondos en este portento!
¿Y el libro que leo? ¿Aquel que lo escribió? ¿Cómo lo hizo? ¿El desvelo a medianoche, la vigilia en las madrugadas, la tensión y el agobio de su autor porque esto y lo otro salga bien, acaso son obvios?
 
4. ¿No he leído
que renunció a todo?
 
¿No he leído acaso que el poeta que lo compuso renunció a todo halago y comodidad? ¿Qué el escritor que urdió estos versos sufrió hambre y sed? ¿Que incluso fue arrestado y puesto en la cárcel por deudas a fin de concluir este volumen que yo leo en paz y tranquilo? ¡Y del cual me sirvo mirando extenderse el valle desde la ventana y bajo mis pies!
Y el pensador que escribió este ensayo, para ser coherente con sus ideales ¿acaso no sufrió persecución? ¡Fue expulsado del país y murió en el exilio en una patria extranjera y en total ostracismo! ¿Acaso no sé qué la vida de este otro maestro, fue de un sacrificio enorme por ser íntegro, coherente y sin cortapisas?
¡Y quienes editaron el libro, la prolijidad puesta para hacer los márgenes, el espaciado de las letras, la combinación de tipografías, la colocación de los capitulares y las viñetas! ¿Acaso no suponen un arte exquisito? Así como para hacer el contorno del lomo del tratado que acaricio complacido: ¿no ha costado renuncias, desvelo y hasta sacrificio consagrarse a todo ello?
 
5. Ser
agradecidos
 
¿Y en la biblioteca donde me lo prestan, las personas no hacen sobretiempo para clasificar y catalogar cada pieza bibliográfica trabajando altruistamente con un sueldo mísero?
Así también esta calle por donde paso. En ella hay un muro y sobre el artesonado un friso. ¿Puedo dejar de apreciarlo, y aún más: dejar que se derruya? Tengo que hacer algo.
He aquí un balcón con balaustres y talladuras que evocan un estilo de tiempos idos, y una vida que debo rememorar devotamente, siquiera como estampa conmovedora. ¿Puedo dejar que se pierda?
El pontón de esta esquina, el lapislázuli de la cornisa, tal y como están puestos hacen un panorama de sublime belleza.
El frontis de esta casa, el material y la forma de esta puerta, los adobes de que está hecha, son documentos de una vida pasada y constituyen nuestra cultura más prístina y acrisolada.
Los aleros del techo y la teja que lo cubre, no puedo reemplazarlos por materiales que adulteren la identidad de este patrimonio.
 
6. Igualmente
preciosas
 
El remate de este zaguán, el azulejo en la pared de entrada, el acabado de la puerta, son esenciales. y constituyen todo un legado
El rellano en la escalera, las cenefas en la pared son únicas en el mundo.
Y de otro lado, los muros de una calle no pueden ser ensuciados con inscripciones, ni propaganda, ni grafitis.
Ni puedo, si algo ha caído, dejarlo tirado sin recogerlo. Todo aquello que afee y denigre mi ciudad, sea la fisonomía de sus calles como la actitud de su gente me afecta sobremanera.
Si luce bien me favorece. Si su presencia es adversa me perjudica. Todo lo que está mal hay que corregirlo, para complacernos con la perspectiva de sus aleros y tejados.
Y, en segundo lugar, para hacerme digno beneficiario de estas obras, debo yo legar otras igualmente preciosas que hagan el bien a todos quienes compartimos este mundo.
 
7. Gran
compromiso
 
Y ofrendarla a los demás, sin esperar recompensa, tal y cual me valgo de ellas porque se me lo brinda generosamente, sin pagar lo que tanto ha costado.
Preguntándonos inquietos: ¿qué defendí de lo que vino hacia mí como un encargo y ahora lo traspaso incólume y aún más enaltecido?
Igual que la luz, el agua, el teléfono, el libro, la calle y la ciudad en que vivo, ¿y de todo lo que me valgo? ¿Cuál es mi aporte, mi contribución y mi cuota a mi comunidad y a mi historia?
Además de ser personas honestas, con responsabilidad cívica, ¿cuál es mi ofrenda creativa?
Por eso, construyendo ahora esta vía tan lejos de ustedes, tan lejos de ti, amor mío, hoy día de Año Nuevo, pienso en todo lo que es ser un hombre.
¡Esto que hoy me aleja de estar junto a ustedes, es mi pequeño gran sacrificio!
Gracias por reconocer el sencillo beneficio de lo que hacemos como legado a los hombres que vendrán mañana.
 
 
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