sábado, 23 de octubre de 2021

LA INGENIERIA Y LOS INGENIEROS: ABSTRACCIONES AL BORDE DE LA CORNISA - POR FRANSILES GALLARDO (CAJAMARCA)


LA INGENIERIA Y LOS INGENIEROS: 
ABSTRACCIONES AL BORDE DE LA CORNISA

El técnico de nuestros tiempos. El ser humano actual y en especial el Ingeniero de hoy, ha ido perdiendo gradualmente su capacidad de contemplación.  De asombro. De meditación. De su entorno vivencial natural.

No se interesa por observar la naturaleza. Salvo algunas situaciones medio ambientales, post suceso. 

No se embelesa admirándola. No hace mínimos esfuerzos por comprenderla. No asimila las grandes lecciones ni las que parecen rutinarias. 

Esas, que en todo instante. Cotidianamente. La pacha mama nos brinda, en toda su creación.

Un árbol. Creación de la madre naturaleza. Un simple y solitario árbol. Enhiesto en la variada y agreste topografía de nuestra tierra.

Contemplarlo y filosofar sobre su existencia, es llenarse de ciencia, arte e ingeniería.

Un árbol de cualquier variedad. Tamaño. Grosor. Dureza. Crecido en el arenal. Sobre los riscos. Dentro de los fangos. De tallo rastrero. Arbusto. De doscientos años. Con fruto. Sin frutos. En la jungla o solitario.

Un árbol. Una planta. Simplemente un vegetal.

Cavilar sobre su forma de pervivencia, es abstraerse en un mundo pleno de ingeniería. Su contemplación y análisis nos brindan las más reales, vastas y simples soluciones de ingeniería.

En un árbol está toda la ingeniería. Con toda su amplísima variedad de especializaciones.

Un simple árbol y su extrema capacidad para resistir las fuerzas de los vientos. En todas direcciones. De todas las velocidades. En cualquier momento. El estadío eólico tendría mayores respuestas.

La resistencia estoica a los sismos. De cualquier magnitud. En cualquier suelo. Bajo cualquier circunstancia. La sísmica y sus preguntas.

Resistir heroico la furia de los huaycos. De los deslizamientos. De los temporales. La geología y sus interrogantes.

La erosión del viento. Las lluvias. Los ventiscales. De los elementos químicos. Radioactivos. El medio ambiente y sus conjeturas.

Ese árbol tan débil y flexible en sus hojas y en sus ramas superiores. Que vibran al vaivén de los vientos y no se quiebran. Los materiales y sus diseños aprenderían mucho. 

El aumento de grosor y resistencia de las ramas a medida que se acerca al tronco, hasta volverse parte de él. El diseño y sus variantes.

Se arraiga entre la tierra y extiende sus raíces en amplitud para alcanzar mayores volúmenes de líquidos y nutrientes.

Profundiza sus raíces para obtener mayor estabilidad y firmeza para responder, enhiesto, a las agresiones de los elementos externos de la naturaleza.

Además. Aves que anidan entre sus ramas. Aves. Animales. Insectos que necesitan de su cobija. También es ingeniería.

Otros animales que alivian sus ardores bajo su sombra en el calor estival. O se guarecen de lluvias y tormentas del tiempo.

Contemplar la belleza externa de un árbol. Desde arriba. Desde afuera. Es apreciar la belleza del arte en su mayor dimensión.

Contemplar la estructura y solidez interna de un árbol. Desde abajo. Desde adentro. Es apreciar la ingeniería en su verdadera dimensión.

Procesos. Actividades. Procedimientos. Cálculos. Croquis. Belleza. Arte. Solidez. Es ingeniería.

El caos y la perfección en su real dimensión. En un solo elemento. En todos los elementos.
En un árbol están integradas todas las ramas. Las especializaciones en las que ha sido seccionada la ingeniería. 

Las especialidades, que sólo pequeños grupos de escogidos pueden dominar. Que se han convertido hoy, en esenciales para la técnica actual.

En este mundo de creciente especialización. La tecnología y la tecnificación se ahogan en sí mismas. 

Saber más de menos cosas. Cotidianamente.

La visión del Ingeniero. Con la tecnología y las exigencias de adaptación a la velocidad de los cambios en la vida cotidiana. La amplitud de su visión primigenia. Se estrecha cada día más. Hacia un campo específico de su ejercicio profesional. 

Su visión de mundo se angosta. Se limita. Irremediablemente.

Volvamos a mirar un árbol.

Todos los seres humanos. También.