miércoles, 4 de agosto de 2021

LAS FALLAS COMO ÉXITO EN LA INGENIERÍA - ESCRIBE FRANSILES GALLARDO

 

 Foto Fransiles Gallardo

 LAS FALLAS COMO ÉXITO EN LA INGENIERÍA

Fransiles Gallardo

  Al Ing. Héctor Gallego Vargas,

In memorian

 Los pequeños objetos como las grandes estructuras, pueden contener errores y horrores en su diseño, fabricación, construcción, implementación o mantenimiento, estos defectos conducen a fallas de diversos grados y magnitudes.

En los elementos más grandes o más impresionantes las fallas son desastrosas, porque cuanto más imponentes sean las estructuras, más feroces son las consecuencias de estas fallas.

Identificar una falla es importante para entender a la ingeniería. El diseño y el método de la ingeniería para resolverlos, tienen como propósito, evitarla. Equivocarse, cometer un error, es el germen de aprender y enseñar. El fracaso reconocido y analizado, procura la certeza de ser seguido del éxito en nuevos objetos señala, el Ing. Héctor Gallegos Vargas, en su libro La Ingeniería, El éxito de las fallas.

El término Falla proviene del latín “fallere” y La Real Academia de la Lengua Española la define, como “un defecto material de una cosa que merma su resistencia”. Falla es una condición no deseada, que hace que el elemento no desempeñe la función para la cual fue diseñada. Una falla, no necesariamente, produce colapso o catástrofe.

Una minúscula y a veces impredecible falla; puede ser el inicio de un estrepitoso fracaso; a veces de dimensiones incalculables y al autor, puede volverlo famoso, pero para mal, y por mucho tiempo.

Las consecuencias de una falla no son iguales ni tienen las mismas connotaciones. En algunas circunstancias no pasa de ser un simple defecto, un corregible error o una sacrificada víctima “en aras de la ciencia”, como precio por la investigación y los experimentos, “prueba y error”, le llaman.

En el tratamiento de las Fallas, la honestidad y el manejo ético del problema, es determinante, indica en su libro el ingeniero Gallegos.

La aceptación de esa falla, su análisis y la enseñanza que genere a posteriori, medido a través de la inteligencia, la humildad y la autocrítica severa y honesta; pueden originar en la persona, en el profesional competente y en la sociedad que lo rodea grandes esperanzas, realizables sueños, mejores logros, grandes enseñanzas y, en consecuencia, mejores experiencias personales, profesionales y humanas”.

Foto Fransiles Gallardo

El ingeniero Héctor Gallegos Vargas (1933-2021) fue un brillante ingeniero civil, graduado en la antigua Escuela de Ingenieros y en su larga experiencia profesional se desempeñó como proyectista, diseñador, consultor, supervisor, profesor universitario; pero fundamentalmente fue un investigador. Gremialmente, fue Decano Nacional del Colegio de Ingenieros del Perú.

Escribió y publicó una decena de libros, entre ellos, este último de la zaga “La Ingeniería, El éxito de la Fallas”, que cometamos.

El fracaso existe. Es la otra cara de moneda. Siempre acecha, se inmiscuye en las decisiones dentro de las más de mil, que diariamente tomamos.

El Ingeniero Gallegos hurga en los valores humanos, para decirnos con total franqueza, donde está lo ético de un fracaso:

Si uno sabe de su error, debe reconocerlo. Confesarse culpable. Ayudar a resolverlo. Asumir las responsabilidades. Luego, precisarlo, examinarlo, evaluar correcciones y registrarlo. Se trata de no repetirlo. Después, lo más difícil, hacer conocer en detalle toda la información a la integridad de la comunidad de ingenieros. Este constituye un aporte educativo crucial que enriquece a la profesión y la dignifica ante la sociedad”.

Alguna vez me comentaron, que el ingeniero Gallegos diseñó una estructura para una gran obra, sus cálculos estaban correctos y su diseño también; pero la supervisión manejaba valores mayores de seguridad y exigía un anillo de seguridad estructural alrededor. Aceptó, sin exigir resarcimiento económico y con su dinero contrató a una empresa para la construcción de esta exigencia estructural.

Honestidad y prédica con el ejemplo.

La experiencia no es patrimonio único de la edad, las canas o de las arrugas; de los que mucho miraron y no vieron o de los caminantes sin camino, tampoco de quienes nunca se equivocaron; pues probablemente nunca hicieron nada.La experiencia es la acumulación de fracasos y detalles para la solución de los retos y la sumatoria de fragmentos de trabajo, sostenidos en el tiempo.

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Dentro de la casuística, son veinte aleccionadores acontecimientos, que el ingeniero Héctor Gallegos Vargas en su libro La Ingeniería, El éxito de las fallas, describe y analiza con la sapiencia de un trotamundos de la ingeniería.

El Puente sobre el Río Quebec:

El ingeniero Theodore Cooper extendió innecesariamente la luz prevista de 480 a 540 metros. El constructor no recalculó la estructura, que por el peso propio incrementado, lo deformaría. Cooper sostuvo que las deformaciones, eran previas a la instalación.

El 29 de agosto de 1907, dos elementos en compresión se pandearon y arrastraron a la estructura, 69 trabajadores no sobrevivieron.

El Titanic:

Era el trasatlántico más grande y lujoso, jamás construido. La noche del 14 de abril de 1912, chocó contra un iceberg en lado de estribor y se hundió en menos de 3 horas. Murieron 1512 personas y es considerada una de las catástrofes marítimas más grandes, en tiempos de paz.

El trasatlántico no disponía de suficientes botes salvavidas y estructuralmente los compartimientos estancos, debían ser elevados y equipado con doble casco hasta la línea de protección.

El Puente Tacoma Narrows Beidge:

El 7 de noviembre de 1940, cuatro meses después de abrirse al tránsito, se produjo su espectacular colapso. Su estructura de 2 km de largo y 1 kilómetro de luz, quedó sumergido en el fondo del río, en Washington.

Colapsó, porque esta obra penetró en el rango de la inestabilidad aerodinámica. Su destrucción se originó, cuando el puente vibró torsionalmente, por las ráfagas de viento de 60 km / hora.

La gran represa de Aswam:

Demoró 10 años su construcción y fue inaugurada en 1971. Se invirtió un billón de dólares y su objetivo era regular el sistema de riego del río Nilo y producir energía.

La gigantesca obra fue calificada como “Maravilla del Mundo”. Tiene 111 metros de altura y 1 mil metros de ancho. El espejo de agua es de 480 km de largo y 16 km de ancho.

Técnicamente impecable. Ambientalmente y financieramente, un fracaso y un retroceso.

Las grandes fallas no analizadas en el proyecto fueron:

La adquisición de1 millón de toneladas de fertilizantes, para compensar los 40 millones de toneladas de limo, que el libremente el río Nilo depositaba.

La desaparición de la pesca marina en el delta del Nilo y del mar Mediterráneo por la falta de nutrientes, que se depositan diariamente en el fondo de la represa.

La producción de energía eléctrica no satisface la demanda de esta zona del África.

La explosión del transbordador espacial Challeger:

A los 73 segundos de despegar en Cabo Kennedy, el 26 de enero de 1986 explosionó, muriendo 7 astronautas del proyecto.

El lanzamiento se hizo con una temperatura de -2 grados bajo cero, que congela al agua. Debido a esto, un insignificante pero crucial sello anular, que impedía la fuga de combustible al congelarse, perdió flexibilidad. Lo mismo sucedió con el sello anular alterno, fugando el combustible que fue encendido por las llamas de la combustión impulsora, originando la inevitable explosión.

El desastre de Chernóbil:

Es considerado el accidente nuclear más grave de la historia. Sucedió el 26 de abril de 1986 en Priopiat, Rusia, durante la simulación de un corte de energía eléctrica.

Un súbito aumento de potencia en uno de los reactores, produjo sobrecalentamiento del núcleo, originando la explosión del hidrógeno en su interior.

Se calcula que el material radiactivo liberado es de 500 veces mayor, al diseminado por la Bomba de Hiroshima en 1945. Murieron 31 personas y evacuaron a 135 mil.

Las Torres Gemelas del World Trade Center:

La mañana del 11 de setiembre del 2001, 2 aviones de 200 toneladas cargados con 100 metros cúbicos de combustible, destruyeron a las Torres Gemelas del Trade Center en Manhattan, Nueva York.

La explicación oficial fue:”el acero, como barra de refuerzo es muy vulnerable al fuego; a temperaturas relativamente bajas se deforma, y si la temperatura aumenta, se amelcocha (sic) y hasta se derrite, perdiendo su competencia resistente”.

Las barras de acero se protegen con barreras anti fuego, como el concreto.

Lo que ocurrió, fue el colapso de las Torres en su plomo, originada por la pérdida total de resistencia de los elementos verticales de sustentación, en uno o varios niveles, produciendo un colapso progresivo.

La protección contra el fuego fue construida defectuosamente. Roberston, el proyectista estructural, entre sollozos dijo:”si hubiera engrosado los perfiles de hubieran salvado una, diez, cien, mil personas más”.

La versión oficial señala que las Torres, estaban mal diseñadas y construidas.

Pero existe una versión extraoficial: La de la conspiración.

Fuga de Petróleo en el Golfo de México:

El 20 de abril del 2010 explotó un pozo petrolero y su plataforma. Murieron 11 personas y desató el peor derrame de crudo marítimo en la historia de Estados Unidos. La marea negra cubrió un área de 180 mil km2 destruyendo la flora, fauna y la economía de millones de personas.

Los ingenieros de British Petroleum, demoraron 106 días para recoger los 8 millones de toneladas de crudo, vertidos sobre el mar del Golfo de México.

Reflexión final:

El testimonio del ingeniero estadounidense Florman, es ilustrativo.

“En uno de mis primeros trabajos me encargaron diseñar y adquirir puntales de madera, para soportar el encofrado de una estructura de concreto. Hice los cálculos y comparé los consumos de madera. Finalmente ordené comprar una camionada de puntales de 3 metros y de 6” x 6”.

El ingeniero supervisor furioso dijo: ¿Quién es el idiota que ha comprado estos puntuales? Me identifiqué como el idiota y le pregunté cuál era el problema. ¡No sabes que en obra se usan puntales de 4” x 4”! Le expliqué sobre mis cálculos estructurales y económicos, óptimos.

Me volvió a llamar idiota. ¡El puntal de 6” pesa 60 kilos y los obreros se niegan a cargarlos; pero los de 4” pesan menos de la mitad y un trabajador lo transporta con facilidad¡…¡Si quieres la prueba en directo, ven y carga uno de los troncos que has ordenado!

Finalmente:

Mi personal congoja y reconocimiento al ingeniero Héctor Gallegos Vargas, maestro universitario y uno de los calculistas y estructuralistas, más importantes del país.

Gracias infinitas, infinitas gracias querido Héctor, porque sin conocer de mí, desde el Decanato Nacional publicaste mi libro Entre Dos Fuegos, Historias de Ingenieros.  

Foto Fransiles Gallardo

 

Fransiles Gallardo, Ingeniero Civil, Master en Gestión pública en Madrid, estudios concluidos en Maestría, escritor, compositor, poeta.

Premio Nacional de Poesía Gremio de Escritores del Perú, 2015

Reconocimiento Colegio de Ingenieros del Perú, 2012

Premio Amauta Gremio de Escritores del Perú, 2019

Siete libros publicados, incluido en varias antologías