martes, 11 de diciembre de 2018

TIEMPO NUEVO INTERNACIONAL (MIAMI), DE ADDHEMAR H.M. SIERRALTA - AÑO 10 Nº 340, DEL 11 DE DICIEMBRE DE 2018

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TIEMPO NUEVO 
 
Internacional 
 
por  Addhemar Sierralta 
 
Año 10 Nº 340
 
 
Miami 11 de diciembre  de 2018
 

UN REFERENDO SIN RUMBO.

Por Addhemar H.M. Sierralta (Perú).

En Perú se realizó el domingo último un referendo para modificar aspectos contemplados en la Constitución del país. Los primeros resultados –a boca de urna- serían, ante cada una de las cuatro consultas, los siguientes:

1. ¿Aprueba la reforma constitucional sobre la conformación y funciones de la Junta Nacional de Justicia, antes Consejo Nacional de la Magistratura? 

SÍ 87.1% 
NO 12.9%  

2. ¿Aprueba la reforma constitucional que regula el financiamiento de organizaciones políticas? 

SÍ 85% 
NO 15%  

3. ¿Aprueba la reforma constitucional que prohíbe la reelección inmediata de parlamentarios de la República? 

SÍ 85.2% 
NO 14.8%  

4. ¿Aprueba la reforma constitucional que establece la bicameralidad en el Congreso de la República? 

SÍ 14.9% 
NO 85.1%

A primera vista el resultado constituiría un aparente triunfo del actual presidente Vizcarra, quien apoyó el SI, SI, SI y NO. El gran derrotado –por ahora- es el Congreso de mayoría fujimorista que tiene a su lideresa Keiko Fujimori detenida por supuestos lavados de dinero de sus fondos de campaña. 

Pero los porcentajes mostrados se refieren a los votos válidos hasta el momento. Parece que un 27% no fue a votar, un 6% fueron nulos y un 10% (votos del extranjero) no han sido contados aún. Esto significa que ese 85% es sobre un 57% aproximadamente y que en todo caso solo un 48% estaría realmente de acuerdo.

Estos resultados darían mayor influencia al gobierno de turno en los puntos 1y 2 mientras que limita la elección de congresistas con mayor experiencia y tener una Cámara de Senadores que permita mejores filtros al legislar, lo que existe en los países democráticos más desarrollados del mundo, al haberse aprobado los temas 3 y 4.

También la opinión pública, muy influenciada por la prensa, saborea una victoria mientras que la oposición considera que este referendo no tenía razón de ser y más bien ha sido impulsado, por lo bajo, por los movimientos de izquierda que buscarían crear el caos y conquistar el poder en el 2021. Estos movimientos alentaron, previamente, que se cerrara el Congreso y al no lograrlo apostaron por el referendo y pretenden posteriormente cambiar la Constitución, como sucedió en Venezuala con Hugo Chávez.

La similitud con el caso Venezuela se daría porque involucraría el apoyo de grupos de poder –aparentemente beneficiados por Odebrecht- que en un gobierno de la izquierda buscarían mantener su fortaleza económica.

Lo real es que el referendo y su entorno viene distrayendo al pueblo mientras el gobierno poco hace para dirigir al país. Antes, parte de la distracción se centró en “la lucha contra la corrupción” pero con acusaciones a los fujimoristas y apristas en temas de posibles delitos de menor gravedad que los que cargarían sobre sus espaldas el ex presidente Toledo, el ex presidente Humala y su esposa Nadine Heredia y la que fuera alcaldesa de Lima, Susana Villarán, entre otros como PPK, etc., acusados de recibir millones de dólares de Odebrecht y del gobierno chavista (los Humala).

Vizcarra sigue manteniendo su popularidad, más del 60% de apoyo, mientras existe incertidumbre sobre el futuro del Perú. No sería la primera ocasión que el pueblo se equivoca con su voto. Falló antes al elegir a Alan García, Toledo, Humala, PPK y a la Villarán. 

Esperemos que Dios ayude al Perú para no seguir el camino que llevara a otros países al caos.


 UN PUNTO DE VISTA SOBRE EL PERÚ.

Por Carlos Arnillas Denegri (Perú).

Un amigo nos hizo llegar esta nota de Carlos Arnillas, escrita en noviembre del 2017, que explica mucho de la situación ennuestro país.

Durante los últimos treinta años surgió en el Perú, junto a la izquierda tradicional, una corriente de pensamiento progresista de las canteras de la Pontificia Universidad Católica del Perú, compuesta mayoritariamente por profesionales y académicos de clase media alta y de la oligarquía quebrada luego de las expropiaciones del régimen dictatorial del General Juan Velasco Alvarado.
Se inició enarbolando las banderas de los derechos humanos -en la época del terrorismo- con un claro sesgo de benevolencia hacia los movimientos subversivos, sobre todo con el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru - MRTA, que inicialmente fueron considerados “luchadores sociales” en la Europa de los 90s. Satanizaron a las fuerzas del orden y a los gobiernos que combatieron a Sendero Luminoso y al MRTA, presionando a la justicia para que castigara a los militares que se enfrentaban a los sediciosos.
Esta izquierda pituca se enquistó inicialmente en las Organizaciones No Gubernamentales – ONG’s que funcionaban en el Perú con fondos provenientes de países europeos que, erradamente, creían que en el Perú se libraba una guerra en favor de los pobres. Así surgieron DESCO, Proética, IDL, La Comisión Andina de Juristas, el Movimiento Manuela Ramos, la Comisión Nacional de Defensa de los Derechos Humanos y otros organismos de fachada, creados y manejados hábilmente por Diego García Sayán y una veintena de intelectuales que se repartieron los cargos, en los que aún se mantienen inamovibles.
Son justamente este grupo de intelectuales, a los que se les bautizó como la “izquierda caviar”, simbolizando irónicamente a un grupo, que en nombre de la justicia social, se va encaramando en puestos claves de la administración pública, defendiendo fieramente los cargos que ostentan.
Se trata de los niños bien, que se portan mal. Son sectarios, se creen dueños de la verdad absoluta, ya que el resto son brutos. Son miembros de una izquierda, que no necesariamente está comprometida con lo que predican. Su poder ha llegado, incluso, a los medios de comunicación masiva, desde donde actualmente digitan sus odios y simpatías.
Es importante resaltar que la izquierda caviar no es patrimonio nacional, ya que existe en otros países. Apareciendo por primera vez en Francia, bajo el nombre de “gauché caviar”. En Suiza son conocidos como los “Toscana Zosi”; en Inglaterra como los “Champagne socialist” y en Estados Unidos, Tom Wolf los bautizó como “Radical Chic.” Ellos actúan coordinadamente, para presionar a los gobiernos de turno, para que se sometan a sus caprichos e intereses de grupo, promoviendo corrientes internacionales como la “Ideología de Género”.
Son especialistas en organizar y digitar marchas y protestas callejeras, en lavar banderas y otras actividades bulliciosas, que al politizarse envilecen el acceso a la justicia. Durante los últimos tiempos vienen librando una ardua lucha contra el indulto a Alberto Fujimori. Así mismo para que se condene, por delito de lesa humanidad, a los 35 marinos sentenciados en el 1986 por el caso “El Frontón”.
Insólitamente el Tribunal Constitucional, recientemente ha reabierto el caso bajo la figura de “lesa humanidad”, consagrada recién en el Derecho Internacional en el 2002; es decir, pretenden aplicar dicho dispositivo después de 16 años de la condena a los marinos, con una retroactividad insólita. Algo similar fue lo realizado por el Vocal Supremo, César San Martín, al sentenciar a Alberto Fujimori. Sin embargo, ningún tribunal peruano, ni la Comisión Internacional de Derechos Humanos, ha reclamado algo para que también se aplique esa figura a los terroristas, que tanto daño han hecho al país, y que uno a uno vienen saliendo de las cárceles, para seguir promoviendo su nefasta ideología.
Cabe resaltar que fue en los gobiernos de Valentín Paniagua, Alejandro Toledo y Ollanta Humala, donde alcanzaron su máximo esplendor, extendiendo sus tentáculos, particularmente en el Poder Judicial, el Ministerio Público, la Procuraduría General de la República, y el Tribunal Constitucional, no dudando que también estén encaramados en el actual régimen, que lamentablemente mantiene al grueso de la administración pública Humalista.


 
AUSENCIAS Y CONDUCTAS BOCHORNOSAS. 

Por Enrique GuillermoAvogadro (Argentina).

"Muchos jueces son absolutamente incorruptibles;
nadie puede inducirles a hacer justicia"
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Bertolt Brecht


En medio de la reactivación de las causas judiciales por corrupción, que amenazan con llevar a la cárcel a encumbrados empresarios y funcionarios de relevancia, todos los cuales dicen haber padecido cegueras direccionadas que les impidieron ver los cuantiosos y estrafalarios movimientos de dineros non sanctos que realizaban sus subordinados y pasaban por delante de sus narices en bolsos de todo tipo, una dolencia que al parecer resultó epidémica y común entre los jefes de Gabinete de los Kirchner, me siguen haciendo ruido algunas escandalosas ausencias en la larga lista de quienes han sido llamados a contar sus historias por el Juez Claudio Bonadio.

Me refiero, claro, al camaleónico Alberto Fernández, al inefable Anímal Fernández y al siempre resbaloso Sergio Massa, tres espléndidas muestras de cuántas volteretas se pueden dar dentro de la sopa del famoso movimiento sin caerse nunca del plato, tan hondo él. Pero en la planilla de esa generala me falta tachar también a dos empresarios, cómplices del peor y más grande desfalco que sufrimos los argentinos durante el kirchnerismo, a los cuales nadie parece haberles preguntado nada, pese a las obvias respuestas que pudieran dar para esclarecerlo: Enrique y Sebastián Eskenazi.

He escrito mucho sobre ambos, desde la época en que "compraron" el 25% de YPF para su mandante don Néstor (qepd) y, desde entonces, me ha llamado la atención que nadie investigara a Petersen Energía (de Australia) ni a sus homónimas españolas para descubrir quiénes son sus verdaderos y ocultos dueños. La más reciente, cuando un fondo especulativo inició una demanda contra nuestro país ante los tribunales de Nueva York por una suma que podría alcanzar una cifra sideral; puse por título "Cristinita, ¿otros US$ 5.000 MM?" a esa nota, que puede leerse en mi blog.

A comienzos de la semana pasada, en la vorágine desatada por la finalmente exitosa reunión del G-20, pasó desapercibida una noticia penal económica. El Banco de San Juan -también propiedad de esta próspera familia, al igual que el de Santa Cruz (¡oh, casualidad!)- y sus directivos fueron condenados por la Justicia federal a pagar una multa de US$ 17 MM por simular operaciones cambiarias, mediante la falsificación de documentos y firmas de sus clientes, para derivar los fondos al mercado negro en beneficio propio.

Como se ve, el saqueo continúa, pero quienes lo encabezan -¿dónde está Jorge Brito, eterno operador de la corrupción?- siguen gozando de una pasmosa tranquilidad en sus mansiones, al igual de aquéllos para los que actuaron como testaferros.

Pero el epígrafe de esta columna hoy va dirigido, con todo cariño, a dos ministros de la Corte Suprema de Justicia: Elena Highton de Nolasco y Horacio Rosatti. Ambos cambiaron el voto con que habían resuelto el caso "Muiña" a favor del condenado por aplicación de la ley más benigna, y ahora decidieron que a los militares y civiles que combatieron y triunfaron en el campo de batalla contra la subversión y el terrorismo no les corresponde ninguno de los derechos que la Constitución, teóricamente, garantiza para todos los habitantes de la Argentina.

Para dar razón a esa injustificable pirueta se ampararon dando constitucionalidad a una "ley interpretativa" de este año que, haciendo verdaderos malabares idiomáticos, nos explicó, retroactivamente, qué habían querido decir los legisladores de entonces cuando sancionaron la ley del 2x1 (cada día en exceso del máximo de prisión preventiva se computa doble). Se sumaron así a Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti, que ya habían votado así en la discusión anterior, para constituir una nueva e indigna mayoría.

Los pendones del honor quedaron, a partir de ese fallo, sólo en manos de Carlos Rosenkrantz, el Presidente de la Corte que, a contrapelo de su propia ideología, votó en disidencia por respeto a la ley y a la Constitución, que debieran ser la única razón de los jueces.

Los dos mil ancianos, vergonzosos presos de esta rara y deficitaria democracia seguirán, entonces, muriendo en las inmundas cárceles donde los mantiene la cobarde y pusilánime actitud de todo el arco político y de todos los poderes del Estado, que inexplicablemente tiemblan de miedo frente a una izquierda violenta pero insignificante a la hora de contar los votos.

Ese mismo pavor, y la estupidez congénita de algunos, se expresa hoy a gritos contra el protocolo de seguridad establecido por la Ministra del área, Patricia Bullrich, para defender la vida de los ciudadanos y de los propios policías contra los delincuentes que, arropados en la impunidad que les garantizan los jueces de la puerta giratoria, pululan en nuestras ciudades.-

Mauricio Macri, finalmente, ha descubierto que sus actitudes pseudo-progresistas están atentando contra la base electoral del PRO y, ante el giro copernicano que está sufriendo la política en el mundo entero, ha decidido capitalizar al menos una parte del "efecto Bolsonaro", que está cambiando el perfil de muchas sociedades, incluyendo curiosamente a la andaluza. Sobre todo, ha percibido que cualquier figura, por muy desconocida que sea, puede transformarse, en muy poco tiempo, en un fenomenal competidor si monopolizara esas banderas en la Argentina.

Bs.As., 8 Dic 18


 EL VUELO DE LAMPALLEK.

Por Alfonsina Barrionuevo (Perú).

¡Buena tierra la que tiene Chiclayo para florecer con una fuerza que anima el espíritu de sus hijos! Sigue infundiendo energía a sus pobladores desde que era una esmeralda incrustada en el anillo de sus cerros. En 1552 Pedro Cieza de León evocó con admiración sus valles de Cinto y de Collique. No aspiró el aroma de sus sembrados, no sintió el hechizo de su sol ni los ímpetus de su viento que jala estrellas al atardecer, pero le llegaron versiones que registró en sus papeles de cronista. Llegó tarde y no pudo conocer al señor de la  comarca. El si-ek Chiklaiep, emparentado quizá con los señores de Sipán, que debió observar a los primeros doctrineros que levantaron una “ramada” o capilla en el lugar.

Alguien dijo que el nombre de Chiclayo proviene de una calabaza. No se dio cuenta que los nombres no se originan de hechos sin mayor valor. Su origen debió ser otro. Quizá el nombre del régulo que fue un gobernante excepcional, de grandes dotes o también de sacerdote de alto rango. Walter Sáenz Lizarzaburu decía que era como “un gran puerto interior”, un centro de atracción donde se realizaban innumerables operaciones comerciales, trocando productos de la sierra con los de la costa. Es decir un mercado de varias regiones que generaba un movimiento inusitado. De todo su esplendor quedan vestigios importantes que esperan su momento para reaparecer. Ya llegará la escobilla de un arqueólogo que descubra  sus secretos. Sin embargo, sigue su pulso comercial casi febril.

Francisco Pizarro lo entregó como encomienda al maestre de campo Blas de Atienza en 1536. Unos cincuenta años más tarde fue nombrado corregidor Juan Bautista Nano y dio fe de la donación del terreno que recibieron los franciscanos para su iglesia y convento. La actual catedral de Chiclayo, donde fue entronizada la Virgen de la Paz, está sobre uno de los cementerios del poblado que quedó atrás. Cuando se fundó Lambayeque parece que Chiclayo ya existía. Uno de los descendientes del señor que poseyó la comarca habría sido José Leonardo Chiclayo, a quien se nombraba como de los naturales más adinerados, según refiere Augusto León Barandiarán. Se explica que éste hiciera valer los derechos de su hija Angela Chiclayo o por pertenecer a la nobleza norteña prehispánica.

Sus calles más antiguas se trazaron en una forma desordenada, anárquica y en eso reside su gracia. Están en el centro de la ciudad, desafiantes, y nadie ha pretendido enderezarlas. Para el viajero son encantadoras y con más personalidad que las amplias avenidas que parten de su plaza.

Chiclayo tiene muchos atractivos estrella. A unos kilómetros Zaña, ´la ciudad maldita´, con los cascarones soledosos de sus principales iglesias. Etén, que es una de las ciudades eucarísticas del mundo, donde se registró un prodigio. La aparición  del Niño Dios durante la elevación de la hostia por dos veces en el siglo XVIII. Lambayeque, se engríe con un templo magno, San Pedro, que le ganó el calificativo de la Perla del Perú. Monsefú, centro de artesanías de paja, hilo y bambú. Mórrope, donde el lunes se convierte en “domingo chiquito”para visitar a los muertos. Túkume, donde construyó una inmensa mansión Thor Heyerdahl que soñó con limpiar aunque fuera una sola de sus doce monumentales pirámides. Y, Mochumí, con el interior de su iglesia pintada de colores. Además de otras ramadas o capillas con vigas de algarrobo pintadas de yeso que tienen un ambiente místico. 

Es increíble que Miguel Cabello de Balboa, dueño del tristemente famoso Leoncito, el lebrel que podía despedazar setenta indios por día batiendo un indeseable record, se hiciera cura. No interesa que quisiera limpiar tanta sangre de sus manos, sino que recogiera, entre 1580 y 1586, la fabulosa historia de “un padre de campañas”, el legendario Ñan Lap o Naymlap, que llegó con un esposa y un séquito selecto de servidores en enormes balsas para establecerse en las cercanías del río Fakisllanga,  hoy Lambayeque, llevando un ídolo de piedra verde llamado Lampallek. Según la leyenda, cuando el señor Naymlap envejeció, los sacerdotes ocultaron su muerte y se difundió la leyenda de que le  nacieron alas y voló al cielo. 

Mientras Cliclayo recibía en el virreinato a los compradores de azúcar, algodón y tabaco, haciendo grandes negocios; Lambayeque gozaba de su condición de ciudad señora con una gran vida social. Allí tuvo lugar la primera declaración de Independencia en 1820. En sus mejores tiempos tuvo el prestigio de su alfajor de tres hojas con manjar blanco que se deshacía en la boca, Al comercializarse dio paso al macizo king kong, que se fabricaba allí o en Chiclayo para el mundo, pues, es de exportación; junto a otras golosinas como las rosquillas con baño de azúcar, las galletas de coco y los palillos de ajonjolí. 

Es necesario salvar las pocas casonas que le quedan, con patios abiertos y ventanas de rejas. La famosa Casa de la Logia, de buen trazo arquitectónico y un larguísimo balcón tallado, es histórica. Todas hacen honor a la legendaria tierra de los Eskuñain, Maskuy, Llankol, Kuntapallek, Allakunpi, Nofannech, Mulunsian, Lanipatkun y Fenpellek, antiguos señores de esas tierras cuyos nombres perduran.

 
GOTAS MALVADAS (Relato).

Por Andrés Fornells (España). 

Siendo todavía adolescente, con acné en mi cara y con todavía bastante inocencia en mi corazón, salí un día al monte a buscar espárragos silvestres, considerados por mí, hechos en tortilla por mi madre, un muy exquisito manjar.

De pronto descubrí la presencia de un anciano de cuerpo encorvado que estaba buscando lo mismo que yo. El anciano era, por su derrotado aspecto, sin la menor duda un vagabundo. Iba vestido con ropas muy deterioradas y sucias. Iba barbudo y su apelmazado y enmarañado pelo delataba que llevaba mucho tiempo sin lavarlo ni peinarlo.

Nos saludamos. Me apiadé de él pues solo había recogido cuatro espárragos, por los cuarenta y pico míos, y le entregué mi fajo. Él se mostró extraordinariamente sorprendido y usando conmigo modales antiguos quiso saber:

—¿No los quiere usted, joven?
 
Para que no entendiese que le tenía lástima y pudiera parecerle ofensiva tal cosa, encogí los hombros, displicente, y respondí:

—No. No los quiero. Estaba dando un paseo y me entretenía cogiéndolos. Y la verdad es que no pensaba hacer nada con ellos.

—Oiga, pues muchas gracias, yo me los comeré asados sobre una lata, con una chispa de sal. Están buenísimos así —mostrándose ilusionado mientras los encerraba en sus manos temblorosas y muy estropeadas.

De pronto el cielo, muy nublado desde que salí de casa, soltó un par de gotas de esas que se notan bien porque son de tamaño considerable.

El vagabundo me dejó estupefacto al exclamar notándolas también:

—Ya están esas malvadas fastidiando.

—¿Por qué llama malvadas a las gotas de lluvia, porque nos mojan? —quiso saber mi curiosidad despertada.

—No sólo por eso, sino porque no importa donde ponga yo el colchón sobre el que duermo allí en mi chabola, que siempre consiguen por las numerosas goteras caer encima del colchón y de mí con lo perjudicial que es para la salud dormir sobre algo mojado.

Apiadado de él, y creyendo debía felicitar a mi activa inteligencia por lo que acababa de ocurrírseme le dije:

—¿Ha probado usted a protegerse con un paraguas, señor?

—Me protejo con dos paraguas, pero así y todo esas malditas gotas encuentra algún agujero en el techo de uralita y tablas para caer sobre mi colchón y sobre mí, y mojarnos.
No se me ocurrió nada más que decirle, aparte de que lo sentía y, despidiéndome de él eché a correr, pues yo odiaba mojarme por lo fácilmente que me resfriaba.

Regresé un par de veces a aquel mismo sitio con la esperanza de volver a encontrarme al viejo vagabundo aquel. No lo encontré y tuve que traerme de vuelta a casa los dos chubasqueros que con mis ahorros le había comprado.

Mis padres me habían enseñado que quién no practica la caridad, la solidaridad y la empatía, es porque no ha terminado de desarrollarse por completo como ser humano.

Si le ha gustado este relato quizás le guste también leer mi libro “MADRE LEÍA NOVELITAS DE AMOR” . Capítulos gratis pulsando este enlace:


(Copyright Andrés Fornells)


 DEL MISTI CON ARDOR (Cuento).

Por Addhemar H.M. Sierralta (Perú).

En posición fetal, de costado, y sobre el espacio destinado para las maletas que siempre hay en la parte alta de los closets de los hoteles, entre madera y techo me encontraba escondido y asustado. Supe como se sentirían las sardinas enlatadas. Unas frazadas me servían de parapeto y camuflaje. Rogaba no ser descubierto.

Tres golpes en la puerta y una voz seria fue el detonante que me impulsó a buscar con rapidez dicho refugio en el closet de la habitación de Enith.

-Señorita, por favor abra la puerta. Me han dicho que un hombre se ha metido en su pieza y queremos verificarlo.

-¿ Verificar ?- respondió Enith con tono indignado mientras me hacía señas para que me escondiera en el closet.

-Si, el señor que vino con usted dice que podría ser peligroso.

-Acabo de regresar de la piscina y no he visto a nadie- contestaba como ganando tiempo 
para que pudiera ocultarme.

Una vez ubicado en mi compacto escondite y a puerta cerrada ella dijo:

-Si desea pase y verifique- indicó resuelta y retadora  la bella arequipeña.

Abrió, con molestia fingida, la puerta de la habitación, la del baño …. y la del closet.

-Mire donde quiera y verá que no hay nadie ni en el baño ni en el closet o cree que estará bajo mi cama- espetó con energía y gesto adusto. Mientras yo maldecía sin dejar de pensar en la astucia de aquella pequeña mujercita que me estaba demostrando con su habilidad que tenía  para mucho más en la vida.

El botones del hotel, sorprendido y confundido, sólo atinó a mirar ligeramente y a pedir disculpas. Se marchó azorado tras un portazo de Enith que parecía estar con la “nevada” mistiana. Ella puso llave a la puerta y estallando en una carcajada me indicó :

-Ya puedes salir de allí.

Desmadejándome de la incómoda posición salí de mi refugio y solamente atinamos a abrazarnos y reir. Aún estábamos en ropa de baño y todavía pasaríamos más sustos. Sólo el recuerdo de los abrazos y besos en la piscina nos incitaban a seguir juntos en la noche de aventura.

-Mejor cambiate. Puedes saltar por la ventana que da al jardín, así no te verán salir de mi habitación.

Y tenía razón. Ella, antes de que yo saliera, abrió la puerta de su cuarto y miró hacia el pasadizo. Allí permanecía  como guardia suizo, vigilante, su jefe Abel.

Saltando como canguro llegué al jardín y me deslicé hacia una de las hamacas alrededor de la piscina. Me recosté en una de ellas y dejé pasar unos minutos. Para mi felicidad ya no habían bañistas. Tan solo un mozo recogía  unos vasos de las mesas. Ya el frío de la noche dejaba sentir su visita con un ligero viento. Me pusé a hacer ejercicios como para demostrar tranquilidad. Saltaba y luego me secaba el cuerpo con la toalla. Terminado este acto, más de temor que artístico, crucé el comedor del jardín  e ingresé a los salones del hotel. Al pasar rumbo a la escalera –mi habitación estaba en el segundo piso- vi a Abel que seguía vigilando. Me miró con alguna sorpresa y yo seguí con parsimonia fingiendo no verlo. Llegué a mi cuarto y con un gran suspiro de alivio me recosté en la cama.  Instantes después el agua de la ducha contribuyó a retomar mi tranquilidad.

Poco después, y ya repuesto de los sustos del closet, bajé al comedor. Divisé en la sala a Enith conversando con Abel y los pilotos y asistentes de vuelo del avión de LANSA. El encuentro amoroso con la inquietante characatita  quedaría postergado. Recordé, al saborear un suculento lomo saltado, que todo había comenzado el día anterior.

Almorzaba frente a la piscina con mi jefe. En una hora saldríamos de  Tacna a Arequipa luego de terminar nuestra labor con éxito. Era cerca de mediodía y el avión debía salir a la 1 y 30 p.m. Había cierto apuro pero no como para dejar de deleitarnos con las hermosas bañistas. Entre ellas destacaba una muy bien fabricada. Coqueta y sabiendo que la mirábamos pasó frente a nosotros y nos obsequió con una cautivante sonrisa.

-Ingeniero, mire que buena que está. Usted debería abordarla-dijo mi jefe.

-Claro que me gustaría pero estamos contra el reloj-contesté mientras me ponía de pie-voy a preparar mis maletas y bajo enseguida.

Maletas en mano, y en plena escalera, nos topamos cara a cara Enith y yo. Yo bajaba y ella subía apresurada. Fue un instante que tuvimos. Intercambiamos nombres y teléfonos. Me enteré que era de Arequipa y viajaría  a esa ciudad en el mismo vuelo que nosotros. 

Nuestras miradas dijeron mucho más de lo que deseábamos. Rumbo al aeropuerto la imagen de Enith ocupaba mis pensamientos. Luego en el avión ella estaba sentada sola. Su acompañate la dejó para irse a la cabina. El ingeniero Carpio, mi jefe, volvió a insistir:

-Vaya a sentarse junto a ella, ingeniero. Esta es su oportunidad-me dijo con cierta picardía. El no sabía de nuestro encuentro en la escalera del hotel y en menos de lo que canta un gallo estaba sentado al lado de Enith.

-¿ Se puede?

-Por supuesto.

-¿ No tendrás problemas con tu cancerbero ?

-Viajará en la cabina. Está molesto conmigo.

-Bueno si es así … estemos juntos-y sin más tomé asiento a su lado y empezamos a conversar. Yo , ante la eventualidad de un posible retorno de su acompañante,  busque concertar lo más pronto una cita para esa noche. Lo logré y con una sonrisa de satisfacción le pregunté, luego, sobre su viaje a Tacna.

Me contó que su acompañante era el gerente de LANSA en Arequipa y que ofreció ponerla como asistente de vuelo si aceptaba “una prueba” viniendo con él a Tacna. Pero con lo sucedido la noche anterior Abel se había molestado con ella. El destino determinó  que se molestaría  más.

Ya cerca del aeropuerto una comunicación del capitán de la nave detuvo nuestra amena conversación.

-Estimados pasajeros les habla el capitán para anunciarles que, por razones de mal tiempo en el aeropuerto de la ciudad de Arequipa, nos vemos obligados a retornar a la ciudad de Tacna. Allí permanecermos hasta el día siguiente y al llegar estaremos anunciándoles la hora del nuevo vuelo. Muchas gracias por su comprensión y lamentamos este involuntario incidente.

Este anuncio, a través de los altoparlantes del avión nos determinó a cambiar de planes. Nos comunicaríamos por teléfono más tarde para coordinar vernos. Me gustó la idea y a ella también. Me imaginaba un magnífico encuentro. Decidí regresar a mi lugar al lado del ingeniero Carpio y en buena hora tomé dicha decisión porque en unos instantes más regresó Abel, de la cabina de la nave, y fue directo a sentarse al costado de Enith.

De nuevo en Tacna.  La noche prometía  ser interesante. A eso de las seis de la tarde encontré a  Enith en el   “lobby” del hotel. Estaba sola y me invitó a darnos un chapuzón en la piscina. No tengo ropa de baño, le contesté. Pero eso no es problema, aún están abiertas las tiendas y puedes comprar una… te acompaño si quieres, me dijo con una sonrisa que obligba decir si. A los pocos minutos recorríamos el centro en busca de una truza. Regresamos ya entrada la noche.

Aquel baño en la piscina, que a esa hora quedó exclusiva para los dos, fue algo delicioso. Disfrutamos nadando, abrazándonos, besándonos y haciendo otras cosas más, sensual preámbulo para lo que intuíamos sería una real noche de inmenso placer.  Decidimos emprender la marcha a su habitación. El resto es conocido. Mi escondrijo en la parte alta del closet permitió  reirme de mi mismo cuando degustaba el café al finalizar mi cena. Del susto pasé a un jocoso recuerdo. Regresee a mi habitación.
Unos minutos después Enith me llamó por teléfono :

-¿ Qué haces ?

-Pensando en ti.

-Yo también. Ah … te cuento que me han invitado para ir a Arica. A jugar en el casino.

-Me parece muy bien, seguro te divertirás.

-Ay tontito … por supuesto que les dije que no. Que prefería dormir porque estoy cansada.

-Entonces,  dulces sueños.

-Eres tonto o te haces … claro que quiero ir a la camita … pero contigo.

-¿ En tu habitación o en la mía ?

-¡ Estás loco ! Tenemos que ir a otro sitio.

-Me parece bien.

-Yo te aviso cuando se vayan para Arica y nos encontramos en el  “lobby”.

-Espero tu llamada.

-Si … un beso.
-Lo mismo chiquita.

Para hacer algo de tiempo empecé a leer el periódico local. Imaginaba que sería una maravillosa noche de placer. Enith era una chica cuya belleza se plasmaba en su forma de mirar y caminar. Era muy cariñosa además de, estar bien dotada por la madre naturaleza, al poseer un cuerpo excepcional. Cuando estaba por acabar mi lectura recibí la llamada de mi bella y en pocos minutos estuvimos rumbo en busca de otro hotel donde pasar los momentos esperados.

A unas cinco cuadras de la calle principal nos ubicamos en un hotelito pequeño. Nos identificamos a la entrada como Juan Aguayo y señora, obviamente nombres falsos. Pedimos no ser molestados. Al fin solos y sin problema alguno. Podíamos dar rienda suelta a nuestros deseos contenidos por tantas horas, desde el día anterior. Por lo menos eso pensamos. Desnudos en la cama . Caricias van y besos vienen. De pronto sentimos voces, gritos, pitos … silencio … nos sobresaltamos … tocan la puerta de la habitación … quién es, pregunto … la policía señor … si, qué desean … sus papeles por favor … qué ocurre … estamos haciendo una redada persiguiendo a unos maleantes, por favor su identificación … ya nos registramos en el hotel … está bien pero díganos su nombre y número de libreta electoral … Juan Aguayo y mi esposa, el número es 0662435 y … está bien señor, y usted señora está bien … si, muy bien, contestó  Enith algo asustada y mortificada … gracias sigan, buenas noches.

Esta interrupción trajo por tierra nuestro entusiasmo. Nos vestimos y salimos del hotel. Caminamos, esa noche, como nunca. Abrazados hicimos turismo silencioso. Amanecimos contándonos nuestras vidas, aprendimos mucho uno del otro. Con las primeras luces de la mañana retornamos al punto de partida de la noche anterior. Segunda oportunidad frustrada.

Con bastante sueño llegamos al aeropuerto esa mañana. El viaje lo hicimos tratando de dormir un poco. Concertamos una cita para las 7 de la noche en casa de ella. Al final de tanta peripecia tacneña llegamos a la ciudad blanca, Arequipa. Mi jefe preguntaba si había hecho algo con ella. Cuando le conté lo ocurrido casi le da un ataque de risa. “A la tercera será la vencida, muchacho”, me dijo mientras me palmeaba la espalda.

La casa de Enith, ubicada cerca del antiguo convento de Santa Catalina, también tenía sus buenos años. Llegué puntual y me recibió en la sala una linda chiquilla de unos 15 años. Era Cármen la hermana menor de la bella characatita. “Mi hermana está bañandose y ya viene. Toma asiento por favor “y su encantadora sonrisa denotaba una coquetería muy excitante.
De inmediato Carmencita se sentó a mi lado y me preguntó:

-¿ Qué le viste a mi hermana ? 

-Ella es muy hermosa y …

-Muy puta también.

Sorprendido por el juicio que hizo de su hermana no entendía  que ella dijese tal cosa de Enith. Definitivamente no me parecía una prostituta. Conmigo había actuado normalmente.

-No debes decir eso de tu hermana. Ella es una buena chica.

-Buena soy yo … acaso no te das cuenta al verme, ¿ te gusto?

-En verdad estás muy bonita y …

No me dejó terminar y me estampó un beso en la boca como la mejor de las expertas.

-Deja a mi hermana y quédate conmigo … ella no te conviene … además tiene un hijo … seguro que no te contó nada.

Otra sorpresa para mi. En efecto Enith no me dijo que tenía un hijo. Pero en esos instantes apareció en la sala y en brazos traía a un niño, que supuse sería su hijo.

-Ay discúlpame por la demora. Estaba tomando una ducha y vistiendo a mi hijo. Quería que lo conocieras lo mismo que a mi hermanita.

-Si, si ya la conozco. ¿ qué edad tiene tu hijo?

-Dos años recién cumplidos. Veo que ya conoces a Carmencita, sabrás que ella es mi adoración,  ¿ acaso no es linda ?

Algo confundido al darme cuenta que el aprecio entre las hermanas era muy diferente. Enith quería a su hermana y Cármen parecía que la detestaba. Unos minutos después, pretextando dar de comer a su sobrino, se marchó Carmencita llevando al bebé en sus brazos.

Enith preguntó si saldríamos a algún lugar en especial. Le dije que iríamos a cenar y luego a dar una vuelta.

-Me parece bien, pero sabes una cosa, quiero quedarme contigo hasta mañana.

-Buena idea, así que adelante.

Y salimos después que se despidió de su hijo y de su hermana.  Jamás volví a ver a Carmencita. Supe luego de mucho tiempo que se metió de monja. Para mi fue una sorpresa.

Un hospedaje cerca al río nos sirvió para pasar la noche. Hicimos el amor por fín. No fue un encuentro destacable pero si muy cariñoso. Además un frío  tremendo atentó contra nuestro entusiasmo. Para felicidad nuestra repetimos el encuentro pero, a mi sugerencia, en un hotel en la Plaza de Armas. Allí pudimos desquitarnos de las ansias guardadas y dar rienda suelta a instantes de éxtasis maravillosos. La characatita valía su peso en oro. Era una magnífica amante.

Pasaron cerca de tres años antes que volviera ver a Enith. Ella había llegado a Lima y previamente me escribió para encontrarnos en un hotelito de medio pelo ubicado en la Avenida Petit Thouars. En esa ocasión me contó lo de su hermanita y me obsequió una 
foto de ella y otra en la que estaba con su hijito. Pasamos una noche de maravillas y al final, poco antes de irme, me dijo:

-Estoy contenta de verte, pero siento también pena.

-¿ Por qué ? 

-Porque no se si te vuelva a ver. Tu eres muy bueno y me hubiera encantado ser tu pareja. 
Pero tienes un porvenir por delante y algún día te casarás. Serás felíz. Sólo quisiera que siempre tengas un buen recuerdo mío.

-¿ Y por qué dices eso ?

-Mañana en la noche me voy de viaje a Panamá.

-¿ Por cuánto tiempo ?

-Ya no regresaré … tal vez en muchos años … pero podré enviar plata a mi casa para que mantengan a mi hijo.
-¿ Y su padre ?

-No me recuerdes a ese hijo de puta … me pegaba y me abandonó … destrozó mi vida.

-¿Pero qué ocurrió?.
-Me obligó a trabajar como puta para él.

Esa noche Enith lloró. Me abrazó y me dijo que me acordara de ella como la mujer enamorada de mí.

-Yo te quiero pero es un amor imposible. Nunca aceptarías  a una mujer como yo.

-Tu eres buena.

-Eso es lo que crees. Por favor vete antes que no pueda más.

Y entre sus llantos y mi sorpresa dejé a Enith en compañía de sus recuerdos. Pensé que su hermana tuvo razón. Pero no llegaba a entender muchas cosas. Sólo quedaba como cordón umbilical de esos encuentros la señora  Petra. Ella era la dueña del hotelucho que la conocía desde Arequipa, según me explicó en un momento.

La vida me llevó a alejarme de Lima por mucho tiempo. En realidad como dijo Enith alcancé una buena posición, me casé, tuve mis hijos, una familia normal. La curiosidad hizo que una noche, al pasar frente al hotelucho de nuestro último encuentro, me detuviera a preguntar por la señora Petra.

-Por favor,  ¿ está la señora Petra ?

-Si, de parte de quién- preguntó una escuálida chica.

-De un antiguo amigo, de Arequipa dígale.

Salió la veterana Petra. Me hizo pasar a una salita en penumbras. Le recordé mi amistad con Enith y le dije que quería saber qué había sido de su vida …se fué hace mucho a  Panamá …viajó para ser bailarina … mejor dicho copetinera … y cayó en la mala vida … terminó prostituyéndose … al principio enviaba dinero para su hijito … después dejó de hacerlo … supe que estaba muy enferma … después nada …¿ algo le pasó ? , inquiríí ligeramente angustiado ante el relato de la vieja … en su última carta puso unas líneas para usted …déjeme ir a buscarla.

Al rato regresó Petra con un trozo de papel. Encendió una lámpara y me pidió leérlo porque ella estaba corta de vista. 

“…mi querida tía,  no se si esta sea mi última carta. Estoy muy enferma, por favor cuida de mi hijo y ve por mi hermanita que aunque está en el convento siempre necesitará de alguien como tu. También quiero pedirte un favor. Algún día, si vieras al muchacho de los ojos verdes,  aquel que te conté que quise tanto y que también te gustaba,  ese que estuvo la noche antes de mi viaje  en tu casa, dile que siempre lo quise, que fue el amor más puro que tuve y que por amor no quise nunca cargarle un peso grande, como éramos yo y mi hijo. Dile que siga su camino pero que me recuerde con cariño. Dale un beso de mi parte. A mi hijo dile que siempre lo llevo en mi corazón. Cuéntale que su madre trató de hacer lo mejor para su educación. Se que está estudiando y deseo llegue a ser un hombre de provecho. Me siento mal, los médicos no dan con mi enfermedad y cada día estoy más flaca. Cuídate y que Dios los bendiga. Tu sobrina que te quiere. Enith”. Al concluir la carta estaba llorando. Petra se acercó y me dio un beso. Es el beso que te dejó mi sobrina hijo. Y llorando nos abrazamos. Regresé esa noche a casa pensando en aquella muchacha alegre y guapa que encandilaba de solo verla.

Pasó más tiempo. El hotelucho se convirtió en un lugar de citas de amor. Petra había  muerto de vieja. Su hijo, a cargo del local, me narró de la enfermedad de su madre. Falleció del corazón, dijo. En cuanto al hijo de Enith, me contó que llegó a terminar la carrera de abogacía y trabajaba en Arequipa. Su prima nunca más se comunicó con ellos. Supo por noticias de una amiga de ella, una prostituta charapa que retornó de Panamá,  que fue encontrada muerta en un hotel de la forma más misteriosa. Nunca se resolvió el caso. Para unos fue suicidio, para otros homicidio, pero pudo ser también una intoxicación por medicamentos porque Enith estaba muy enferma. Cerré los ojos y dije una oración. 
 

  
 
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Fuente: 

TIEMPO NUEVO INTERNACIONAL
 
 
Addhemar Sierralta
 
Año 10 Nº 340 de  11 de diciembre de 2018