domingo, 25 de diciembre de 2016

TIEMPO NUEVO INTERNACIONAL (MIAMI), DE ADDHEMAR H.M. SIERRALTA - AÑO 8 Nº 294 DE 24 DE DICIEMBRE DE 2016

 
 
TIEMPO NUEVO 
 
Internacional 
 
por  Addhemar Sierralta 
 
Año 8 No. 294
 
  Miami, 24 de diciembre de 2016 
 
 

FELIZ NAVIDAD Y EXCELENTE AÑO 2017.

A nuestros lectores y amigos colaboradores les deseamos una Feliz Navidad y un magnífico año 2017.

Esperamos que junto a su familia reciban bendiciones de nuestro Señor y que sus deseos para el próximo año se plasmen exitosamente. Igualmente que los esfuerzos de paz en el mundo y las políticas en pro del desarrollo de  nuestro país se concreten.

Asimismo les anunciamos que el próximo año entrará en funcionamiento nuestra página Web donde podrá leer TIEMPO NUEVO Internacional. Oportunamente les indicaremos la forma de ingresar a ella.


PUNTO DE VISTA.

Por Addhemar H.M. Sierralta (Perú).

EN PERÚ SE REQUIEREN ACCIONES CLARAS.

La cobardía de mucha gente para decir las cosas como son –llámese hipocresía, temor o defensa de ideologías que ni conocen- confunden al ciudadano que muchas veces se siente desconcertado.

Hay situaciones reales que se tratan de evadir como que los fujimoristas –gústenos o no- son mayoría en el país y en el parlamento. Que los izquierdistas –con sus desacuerdos y todo- son minoría que busca impresionar a los incautos con sus consignas: cierren el Congreso, nueva Constitución, vacancia del Presidente de la República, etc. Y si agregamos que están prestos a continuar organizando marchas y conflictos sociales para entorpecer la economía del país es imprescindible llegar a acuerdos de gobernabilidad.

Esperemos que las coordinaciones del gobierno con las distintas fuerzas políticas den positivos frutos. Necesitamos políticas de estado para dirigir con cierto la economía, la educación, la salud y la seguridad ciudadana.

Por otro lado los proyectos de educar a nuestros niños en lo referente a la sexualidad y el género a temprana edad, los otros proyectos acerca del matrimonio homosexual y el aborto deben considerar la forma de pensar de las grandes mayorías en nuestro Perú. Respecto a los grupos que apoyan la amnistía a los terroristas y su intento de participar en la vida política del país no se debe ceder ni un milímetro en los intentos de esos asesinos que buscan infiltrarse en los jóvenes y en las universidades.

Finalmente hay que poner énfasis en combatir la delincuencia mejorando a la policía y en repotenciar a las fuerzas armadas que deben estar listas para mantener la seguridad interna desarrollando actividades de inteligencia reales. Tal vez sería conveniente tener en el Ministerio de Defensa a gente preparada y no a quienes participaron en la Comisión de la Verdad y no tienen formación adecuada.


NACE UNA ESPERANZA EN ESTADOS UNIDOS.

La elección de Donald Trump, la formación de su gabinete con gente de primer nivel y con experiencia empresarial, militar y política hacen nacer una esperanza para el pueblo norteamericano. Ello se refuerza con las declaraciones recientes del presidente electo en lo referente a inmigración, economía, seguridad interna y externa. Estas son sensatas a diferencia de lo expuesto en campaña y de las críticas de sus opositores. El nuevo gobierno promoverá la inmigración que contribuya al desarrollo y la seguridad y no lo contrario.

Otro aspecto que refuerza la confianza reside en su actitud para establecer acciones contra ISIS y mejorar los servicios secretos así como expandir la potenciación nuclear, una nueva política en Cuba y  dar confianza a los inversionistas para entrar en una etapa de franco desarrollo.

En cuanto a la política exterior, contra lo previsto, se estima que las relaciones con México, Rusia, China e Israel serán mejores al posicionar nuevamente a los Estados Unidos como potencia que detente el liderazgo internacional. Es obvio que quienes critican duramente al nuevo gobierno son los comunistas y los musulmanes extremistas. Dentro de las nuevas políticas se deberá establecer un mejor control y vigilancia de la gente que viviendo en U.S.A. socava los ideales del mundo  libre apoyando a esos dos colectivos perniciosos.

Como consecuencia del advenimiento de Trump se vislumbra que, en Europa y América Latina, se debilitarán los gobiernos de izquierda y emergerán los de derecha. Esto, más que al ascenso del nuevo presidente norteamericano, debido al fracaso de los gobiernos de izquierda y sus políticas que han empobrecido a sus ciudadanos como en Cuba y Venezuela. Es probable que tenga también que revisarse los objetivos de la ONU que está infiltrada y poco contribuye a mantener la paz.


U.S.A. DEBE FORTALECER Y EXPANDIR CAPACIDAD NUCLEAR DIJO TRUMP.

El presidente electo de EE.UU., Donald Trump, se mostró hoy partidario de "fortalecer y expandir" la capacidad nuclear del país hasta que "el mundo entre en razón" respecto a las armas atómicas.

Así lo dijo el presidente electo en un mensaje por Twitter, un sistema que está utilizando intensamente para expresar opiniones, revisar algunas ideas o plantear principios antes de que llegue a la Casa Blanca, el 20 de enero próximo.
  
"Estados Unidos debe fortalecer y expandir en gran medida su capacidad nuclear hasta el momento en el que el mundo entre en razón con respecto a las armas nucleares", afirmó Trump en su mensaje, sin mayores explicaciones.

El comentario aislado de Trump se conoce poco después de que el presidente ruso, Vladímir Putin, hiciera un llamamiento en Moscú para reforzar el potencial nuclear del país, según dijo en una reunión con la plana mayor del Ministerio de Defensa de Rusia.

Putin recalcó el fortalecimiento del potencial de las fuerzas estratégicas rusas debe llevarse a cabo, ante todo, "mediante la incorporación de sistemas de cohetes capaces de superar de manera garantizada los actuales sistemas de defensa antimisiles y aquellos que se encuentran en desarrollo".

El presidente ruso señaló que también las fuerzas estratégicas convencionales deben ser elevadas a un "nuevo nivel cualitativo, que permita neutralizar cualquier amenaza militar contra Rusia".

Trump se encuentra en Florida disfrutando de las fiestas navideñas y realizando reuniones con vistas a la formación de su Gobierno, que tiene completado en gran medida.

En el programa que figura en el sitio del Equipo de Transición Presidencial se afirma, entre otras cosas, que Trump reconoce la amenaza que a largo plazo representan "las ideologías radicales que dirigen e inspiran el terrorismo".

"Una Administración Trump también reconoce las amenazas catastróficas planteadas por las armas nucleares y los ataques cibernéticos", agrega el programa.

Trump, añade, se asegurará de que la potencia nuclear estadounidense "se modernizará para garantizar que siga siendo un elemento disuasorio efectivo".
Fuente: EFE

CHÁVEZ, LULA Y OTROS LÍDERES DE IZQUIERDA DE AMÉRICA LATINA 

FUERON UNOS VULGARES LADRONES.

Por Gustavo Coronel (Venezuela).

Colaboración de Gustavo Coronel que cobra actualidad por el caso Odebrecht. Deberían ser investigados por una organización internacional.

La evidencia se acumula sobre el carácter hamponil del liderazgo de izquierda latinoamericano que manejó la política regional durante los primeros 12 años de este siglo. Esta evidencia demuestra que estos líderes no eran simples autócratas, limitados a abusar del poder en sus países, sino que formaron una alianza bien planificada para saquear las riquezas de la región, con el propósito de mantenerse indefinidamente en el poder. Esta pandilla de ladrones y traidores a sus naciones estuvo liderada por Hugo Chávez debido a su uso pródigo del cuantioso ingreso petrolero venezolano, el cual llegó a ser de naturaleza aluvional durante varios años, permitiéndole distribuir inmensas sumas de dinero venezolano a  sus secuaces y promoviendo toda clase de negociados intercontinentales a fin de generar fondos para los propósitos políticos de la pandilla.  

Esta pandilla de ladrones y parásitos latinoamericanos, hoy esencialmente inexistente debido a la muerte o a  la salida del poder de la mayoría de sus miembros,  estuvo integrada por Hugo Chávez, Lula da Silva, Néstor y Cristina Kirchner, Daniel Ortega, Raúl Castro, Dilma Rousseff, Ollanta Humala, José Mujica, José M. Zelaya y Evo Morales. Rafael Correa obtuvo beneficios de esa podrida alianza pero nunca se integró definitivamente a la pandilla. Fernando Lugo recibió beneficios también pero no tuvo tiempo de disfrutarlos. Con mayor o menor grado de intensidad los ex-presidentes latinoamericanos arriba nombrados se confabularon para tratar de atornillarse en el poder mediante el uso y abuso de los recursos financieros de sus países, ayudándose mutuamente y colaborando con frecuencia  en la comisión de crímenes financieros y políticos, los cuales comienzan a ser enjuiciados hoy en día en Brasil, Peru, Argentina, Uruguay y, más tímidamente, en Venezuela.  

Esta alianza de hampones -presidentes fue algo sin precedentes en América Latina. En el pasado la región había tenido presidentes corruptos y/o dictatoriales: Fidel Castro, Los Perón, Pinochet, Trujillo, Somoza, Velasco Alvarado, Rojas Pinilla, Pérez Jiménez, los Duvalier padre e hijo, Bucaram y otros. Con la sola excepción de Fidel Castro, ninguno había pretendido ir más allá de sus fronteras para formar una alianza regional de dictadores. La llegada de su pupilo Hugo Chávez al poder en Venezuela le dio a Fidel Castro las armas financieras de las cuales había carecido para promover la formación de una gran alianza  de dictadores o corruptos de izquierda, la cual pudiera mantenerse en el poder el tiempo suficiente para lograr transformar la región latinoamericana en un bloque político anti estadounidense, de corte “socialista”. Este gran diseño duró poco, debido a la enfermedad de Castro. Sin un ideólogo de estatura la Alianza se convirtió  en una mafia sedienta de poder, unos y de riquezas, otros.       

Hoy en día las autoridades argentinas, brasileñas y uruguayas, así como la oposición en Venezuela, han ido revelando la magnitud de la corrupción de estos ex-presidentes, quienes tenían importantes vasos comunicantes para protegerse mutuamente y suministrarse recursos a expensas de sus pueblos, con la finalidad de perpetuarse en el poder.

Las conexiones de Lula da Silva y José Mujica en torno a contratos petroleros están siendo investigadas en Uruguay. Las numerosas conexiones de los Kirchner y su pandilla con la pandilla de Chávez en Venezuela son ampliamente conocidas en Argentina, donde la ex-presidenta Cristina Fernández de Kirchner está siendo sometida a juicio y parte de sus bienes han sido congelados. La relación de los Kirchner y Chávez se basó en importaciones venezolanas desde Argentina con groseros sobreprecios y la compra de bonos argentinos por Chávez para beneficiar a los Kirchner y a sus amigos banqueros venezolanos.

La relación entre Chávez y Lula da Silva se basó en los grandes contratos dados por Chávez a las empresas constructoras brasileñas, contratos donde Lula percibía una tajada. Odebrecht recibió 32 contratos de Chávez (y de Maduro) por unos $40,000 millones. Para cristalizar este negociado Chávez y Lula celebraron 55 reuniones durante el período presidencial de Chávez.  Esa gente de Odebrecht está en la cárcel en Brasil pero en Venezuela nadie ha sido tocado. Ayer mismo (Diciembre 16, 2016) Lula y su esposa eran acusados de lavado de dinero ante un tribunal de Brasil.

Mujica y Chávez se relacionaron a través de empresas como Aire Fresco S.A., empresa del entorno presidencial de Mujica, la cual tenía el monopolio de intermediación en todos los convenios comerciales entre los dos países y cobraba comisiones por tal actividad.

Chávez y Ortega se relacionaron a través de la empresa ALBANISA, centro de colosal corrupción, la cual recibía productos petroleros de Chávez para revenderlos en Nicaragua a grandes ganancias para la familia Ortega.

Chávez promovió el intento de Zelaya de perpetuarse en el poder en Honduras mediante la maniobra de una Constituyente. Zelaya fue expulsado del poder por el Congreso hondureño y entró a ser un empleado de Chávez, quien le asignó un jugoso salario,  un avión de PDVSA para su transporte y a Aristóbulo Istúriz como una especie de secretario.

Chávez financiaba abiertamente a Evo Morales y hasta le dio $30 millones por televisión en una ocasión, “para sus gastos”. Morales, muy sonreído, le preguntó a Chávez: “¿son mensuales, presidente?” Cheques venezolanos eran repartidos a alcaldes y militares bolivianos por Evo Morales sin ningún rubor.

El más perverso caso de traspaso de riqueza venezolana a país alguno se dio con Cuba. Durante la presidencia de Hugo Chávez se llevó a cabo la transferencia de no menos de $50,000 millones de dinero venezolano a la Cuba castrista. Mientras esta transferencia masiva de dinero a Cuba se llevaba a cabo Castro tomaba control del gobierno venezolano a través de su tutoría a Chávez. Los cubanos se insertaron en todas las ramas del gobierno. Chávez convirtió a Venezuela en una colonia cubana, una tragedia que ha continuado con aún mayor intensidad durante la etapa de Nicolás Maduro en el poder.

La dimensión de esta alianza continental de ladrones a los más altos niveles políticos es un hecho que no ha sido investigado todavía en su horrorosa dimensión. El robo material involucrado ha sido enorme pero aún peor ha sido la traición de estos líderes a su deber con sus pueblos. Este es, casi seguramente, el mayor crimen político  jamás cometido en nuestra región latinoamericana. 


LA MUERTE DE FIDEL.

Por Mario Vargas Llosa (Perú).

El 1 de enero de 1959, al enterarme de que Fulgencio Batista había huido de Cuba, salí con unos amigos latinoamericanos a celebrarlo en las calles de París. El triunfo de Fidel Castro y los barbudos del Movimiento 26 de Julio contra la dictadura parecía un acto de absoluta justicia y una aventura comparable a la de Robin Hood. El líder cubano había prometido una nueva era de libertad para su país y para América Latina y su conversión de los cuarteles de la isla en escuelas para los hijos de los guajiros parecía un excelente comienzo.

En noviembre de 1962 fui por primera vez a Cuba, enviado por la Radio-Televisión francesa en plena crisis de los cohetes. Lo que vi y oí en la semana que pasé allí –los Sabres norteamericanos sobrevolando el Malecón de la Habana y los adolescentes que manejaban los cañones antiaéreos llamados “bocachicas” apuntándolos, la gigantesca movilización popular contra la invasión que parecía inminente, el estribillo que los milicianos coreaban por las calles (“Nikita, mariquita, lo que se da no se quita”) protestando por la devolución de los cohetes– redobló mi entusiasmo y solidaridad con la Revolución. Hice una larga cola para donar sangre e Hilda Gadea, la primera mujer del Che Guevara, que era peruana, me presentó a Haydée Santamaría, que dirigía la Casa de las Américas. Esta me incorporó a un Comité de Escritores con el que, en la década de los sesenta, me reuní cinco veces en la capital cubana. A lo largo de esos diez años mis ilusiones con Fidel y la Revolución se fueron apagando hasta convertirse en críticas abiertas y, luego, la ruptura final, cuando el “caso Padilla”.

Mi primera decepción, las primeras dudas (“¿no me habré equivocado?”) ocurrieron a mediados de los sesenta, cuando se crearon las UMAP, un eufemismo –las Unidades Militares de Ayuda a la Producción– para lo que eran, en verdad, campos de concentración donde el Gobierno cubano encerró, mezclados, a disidentes, delincuentes comunes y homosexuales. Entre estos últimos cayeron varios muchachos y muchachas de un grupo literario y artístico llamado El Puente, dirigido por el poeta José Mario, a quien yo conocía. Era una injusticia flagrante, porque estos jóvenes eran todos revolucionarios, confiados en que la Revolución no solo haría justicia social con los obreros y los campesinos sino también con las minorías sexuales discriminadas. Víctima todavía del célebre chantaje –“no dar armas al enemigo”– me tragué mis dudas y escribí una carta privada a Fidel, pormenorizándole mi perplejidad sobre lo que ocurría. No me contestó pero al poco tiempo recibí una invitación para entrevistarme con él.

Fue la única vez que estuve con Fidel Castro; no conversamos, pues no era una persona que admitiera interlocutores, solo oyentes. Pero las doce horas que lo escuchamos, de ocho de la noche a las ocho de la mañana del día siguiente, la decena de escritores que participamos de aquel encuentro nos quedamos muy impresionados con esa fuerza de la naturaleza, ese mito viviente, que era el gigante cubano. Hablaba sin parar y sin escuchar, contaba anécdotas de la Sierra Maestra saltando sobre la mesa, y hacía adivinanzas sobre el Che, que estaba aún desaparecido, y no se sabía en qué lugar de América reaparecería, al frente de la nueva guerrilla. Reconoció que se habían cometido algunas injusticias con las UMAP –que se corregirían– y explicó que había que comprender a las familias guajiras, cuyos hijos, becados en las nuevas escuelas, se veían a veces molestados por “los enfermitos”. Me impresionó, pero no me convenció. Desde entonces, aunque en el silencio, fui advirtiendo que la realidad estaba muy por debajo del mito en que se había convertido Cuba.

La ruptura sobrevino cuando estalló el caso del poeta Heberto Padilla, a comienzos de 1970. Era uno de los mejores poetas cubanos, que había dejado la poesía para trabajar por la Revolución, en la que creía con pasión. Llegó a ser viceministro de Comercio Exterior. Un día comenzó a hacer críticas –muy tenues– a la política cultural del Gobierno. Entonces se desató una campaña durísima contra él en toda la prensa y fue arrestado. Quienes lo conocíamos y sabíamos de su lealtad con la Revolución escribimos una carta –muy respetuosa– a Fidel expresando nuestra solidaridad con Padilla. Entonces, este reapareció en un acto público, en la Unión de Escritores, confesando que era agente de la CIA y acusándonos también a nosotros, los que lo habíamos defendido, de servir al imperialismo y de traicionar a la Revolución, etcétera. Pocos días después firmamos una carta muy crítica a la Revolución cubana (que yo redacté) en que muchos escritores no comunistas, como Jean Paul Sartre, Susan Sontag, Carlos Fuentes y Alberto Moravia tomamos distancia con la Revolución que habíamos hasta entonces defendido.

Este fue un pequeño episodio en la historia de la Revolución cubana que para algunos, como yo, significó mucho. La revaluación de la cultura democrática, la idea de que las instituciones son más importantes que las personas para que una sociedad sea libre, que sin elecciones, ni periodismo independiente, ni derechos humanos, la dictadura se instala y va convirtiendo a los ciudadanos en autómatas, y se eterniza en el poder hasta coparlo todo, hundiendo en el desánimo y la asfixia a quienes no forman parte de la privilegiada nomenclatura.

¿Está Cuba mejor ahora, luego de los 57 años que estuvo Fidel Castro en el poder? Es un país más pobre que la horrenda sociedad de la que huyó Batista aquel 31 de diciembre de 1958 y tiene el triste privilegio de ser la dictadura más larga que ha padecido el continente americano. Los progresos en los campos de la educación y la salud pueden ser reales, pero no deben haber convencido al pueblo cubano en general, pues, en su inmensa mayoría, aspira a huir a los Estados Unidos, aunque sea desafiando a los tiburones. Y el sueño de la nomenclatura es que, ahora que ya no puede vivir de las dádivas de la quebrada Venezuela, venga el dinero de Estados Unidos a salvar a la isla de la ruina económica en que se debate. Hace tiempo que la Revolución dejó de ser el modelo que fue en sus comienzos. De todo ello solo queda el penoso saldo de los miles de jóvenes que se hicieron matar por todas las montañas de América tratando de repetir la hazaña de los barbudos del Movimiento 26 de Julio. ¿Para qué sirvió tanto sueño y sacrificio? Para reforzar a las dictaduras militares y atrasar varias décadas la modernización y democratización de América Latina.

Eligiendo el modelo soviético, Fidel Castro se aseguró en el poder absoluto por más de medio siglo; pero deja un país en ruinas y un fracaso social, económico y cultural que parece haber vacunado de las utopías sociales a una mayoría de latinoamericanos que, por fin, luego de sangrientas revoluciones y feroces represiones, parece estar entendiendo que el único progreso verdadero es el que hace avanzar la libertad al mismo tiempo que la justicia, pues sin aquella este no es más un fugitivo fuego fatuo.

Aunque estoy seguro de que la historia no absolverá a Fidel Castro, no dejo de sentir que con él se va un sueño que conmovió mi juventud, como la de tantos jóvenes de mi generación, impacientes e impetuosos, que creíamos que los fusiles podían hacernos quemar etapas y bajar más pronto el cielo hasta confundirlo con la tierra. Ahora sabemos que aquello solo ocurre en el sueño y en las fantasías de la literatura, y que en la realidad, más áspera y más cruda, el progreso verdadero resulta del esfuerzo compartido y debe estar signado siempre por el avance de la libertad y los derechos humanos, sin los cuales no es el paraíso sino el infierno el que se instala en este mundo que nos tocó.
Nueva York, diciembre de 2016.

FIDEL CASTRO.

Por Andrés Oppenheimer (Argentina).


Publicado en El Nuevo Herald de Miami.

No es elegante criticar a alguien que acaba de morir, pero viendo los mensajes de jefes de estado de todo el mundo exaltando la supuesta valentía del recién fallecido gobernante cubano Fidel Castro, hay que decir la verdad: Castro fue todo menos un valiente. Por el contrario, fue un cobarde.

En primer lugar, fue un cobarde porque no permitió una elección libre en 57 años, desde que asumió el poder en 1959. Sólo alguien que tiene miedo de perder no se anima a medirse con otros en elecciones libres.

En segundo lugar, Castro fue un cobarde porque nunca permitió un solo periódico independiente, o estación de radio o televisión no gubernamentales. Sus críticos ni siquiera tenían acceso a los canales oficiales. Era como si no existieran.

Castro daba la enorme mayoría de sus entrevistas a periodistas, modelos o figuras deportivas que le rendían pleitesía. Y las pocas entrevistas que dio a los periodistas serios fueron monólogos, en los que él hablaba todo el tiempo.

Recuerdo que a finales de la década de 1980, cuando le pedí al premio Nobel colombiano Gabriel García Márquez que intercediera por mí para pedirle una entrevista con Castro, se rió y me dijo: “¿Para qué quieres una entrevista con Fidel? El nunca dice algo en una entrevista que no haya dicho en uno de sus discursos de cinco horas”.

El temor de Castro de perder su imagen omnipresente de Máximo Líder era tal que había prohibido a los medios hablar sobre su vida privada. Tenía que ser retratado como un semidios que había sacrificado su vida para el bien público. Durante décadas, el nombre de su esposa y sus hijos fueron un secreto de Estado.

En un viaje a Cuba a principios de la década de 1990, un periodista del diario Juventud Rebelde de la juventud comunista me dijo que había sido reprendido por su jefe por tratar de publicar una foto de Castro comiendo en una cena. El comandante nunca podría ser mostrado comiendo, me dijo el periodista.

Incluso las circunstancias de la muerte de Castro pueden haber sido un montaje gubernamental: los medios oficiales cubanos dicen que murió el 25 de noviembre, que es el mismo día en que Castro y sus guerrilleros salieron del puerto mexicano de Veracruz en el yate Granma en 1955 para iniciar su insurrección armada en Cuba.

¿Habrán trucado la fecha de su muerte para mostrarla como un viaje heroico hacia el más allá, que coincide con la fecha del inicio de su gesta revolucionaria hace seis décadas?

Tercero, Castro fue un cobarde porque no permitió ningún partido político independiente. Segun la Constitución cubana redactada por Castro, sólo el Partido Comunista –que él presidió durante décadas– está permitido en la isla.

Castro usó el embargo comercial estadounidense como una excusa para prohibir partidos políticos independientes o libertad de reunión. Incluso después de que entregó la presidencia a su hermano Raúl, aunque siguió siendo una poderosa figura detrás de bambalinas, el régimen cubano intensificó la represión a los oposición pacífica a pesar de la normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba que inició el presidente Obama en 2014.

Según la Comisión de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional de Cuba, un grupo no oficial, los arrestos políticos documentados se han disparado de 6,424 en 2013 a 9,125 en lo que va de este año.

En cuarto lugar, Castro fue un cobarde porque nunca permitió a las instituciones financieras internacionales monitorear o verificar las alegres estadísticas económicas de su gobierno.

Castro se jactaba de que Cuba redujo la pobreza y mejoró la salud y la educación, y gran parte de la prensa internacional se lo creyó sin cuestionamientos. Pero a diferencia de la mayoría de los países, Castro nunca permitió que el Banco Mundial u otras instituciones internacionales creíbles realizaran estudios independientes en la isla.

Se jactaba de los avances educativos de Cuba, pero nunca permitió que Cuba participara en las pruebas del Programa de Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA). De hecho, muchos estudios demuestran que otros países como Costa Rica hicieron más progreso social que Cuba, sin pagar el precio de ejecuciones masivas, encarcelamientos y exilios.

En quinto lugar, Castro nunca permitió a organizaciones internacionales de derechos humanos llevar a cabo investigaciones in situ sobre los abusos contra los derechos humanos. Según el grupo de investigación Cuba Archive (cubaarchive.org), Castro fue responsable de 3,117 casos documentados de ejecuciones y 1,162 casos de ejecuciones extrajudiciales. En cualquier otro país, habría sido declarado un criminal de guerra.

Lo siento, pero no me impresiona para nada la narrativa convencional de que Castro fue un valiente revolucionario que desafió a 10 presidentes de Estados Unidos y sobrevivió a innumerables intentos de asesinato.

Los líderes valientes son aquellos que tienen el valor de competir con otros en elecciones libres. Castro era un cobarde que nunca se atrevió a permitir que su gente ejerciera sus derechos básicos, y que condenó su isla a la miseria.

Su muerte tendría que ser un recordatorio de que no hay tal cosa como un dictador bueno. Ya se trate de un autócrata derechista como Augusto Pinochet o de un izquierdista como Castro, todos los dictadores son malos y, en el fondo, cobardes.


EL AÑO DE LOS SIETE VELOS.

Por Enrique Guillermo Avogadro (Argentina).

"Que gane el quiero la guerra del puedo, que los que esperan no cuenten las horas, que los que matan se mueran de miedo". Joaquín Sabina

El Gobierno, me parece, está pecando de innecesaria humildad. Se niega a contarnos qué han significado, en especial para el interior del país, algunos de sus más importantes logros. Así, no habla de la grandiosa recuperación de la industria metalmecánica, del record en el área sembrada, de la sideral cosecha que se espera y del gigantesco ingreso de divisas genuinas que traerá aparejado, de la recuperación de los valores de tierras e inmuebles, de la sorprendente venta de tantas camionetas para el trabajo, de la prosperidad que se palpa en los pueblos y ciudades que dependen del campo, etc., y se concentra en las malas noticias que la economía produce todavía, ampliadas por las voces opositoras y por los caraduras del "círculo rojo" empresarial, que aún se niegan a invertir y apostar por el país, mientras continúan reclamando mayores protecciones aduaneras.

Estamos a dos semanas, casi los minutos finales, de un año que fue para los argentinos en general, incluyendo al Gobierno, muy complicado; al respecto, pongo a su disposición un trabajo del Dr. Juan Carlos Sánchez Arnau, titulado "La pobreza en Argentina 2016", por su esencial contribución al análisis del tema. Y, hasta que llegue el pitido final de este primer tiempo, aún es posible que se complique todavía más por obra y gracia de algunos salvajes kirchneristas que, mientras son alimentados con dinero del Estado, siguen ilusionados con obligar a Mauricio Macri a renunciar y huir en un helicóptero. Destaco que el Partido Justicialista no comparte ese interés por desestabilizarlo, tal vez porque por el momento carece de alguien capaz de constituirse en su único líder o nuevo macho alfa.

Ahora bien, si los ministerios de Seguridad y las distintas policías, que cuentan además con un -aunque viejo- extenso informe que había preparado el Gral. Milani, ahora procesado por enriquecimiento ilícito, para Daniel Scioli cuando éste era candidato a Presidente, sigo sin entender por qué ya no están presos quienes instigan públicamente a saquear comercios en el Conurbano, puesto que esa conducta constituye en sí misma un delito, con prescindencia de que no encuentren un clima propicio para tales desbarajustes. A esta hora, ya deberían estar tras las rejas personajes como Fernando Esteche, Luis D'Elía, Hebe de Bonafini, algunos ex intendentes de las zonas conflictivas y, posiblemente, algunos en actividad.

También podría contribuir a generar situaciones incómodas el trámite en el Congreso de la modificación del mal llamado impuesto a las ganancias (debiera ser "a los ingresos", como en el resto del mundo). Desde hace décadas, este tributo, el más justo y redistributivo de todos, se transformó en un dislate, pero el kirchnerismo lo convirtió, durante sus doce años en la Casa Rosada, en un verdadero calvario para los trabajadores registrados: al negarse a ajustar su base imponible -mínimo no imponible, otro error de nombre- al ritmo de la inflación galopante, prácticamente no dejó a nadie exento. Pero, si la CGT, tal como amenazan las ramas del transporte, decidiera realizar un improbable paro general para reclamar la sanción, seguramente no haría una contribución a la paz social.

El Gobierno logró en ese debate indudables pero fugaces triunfos: consiguió que Sergio Massa quedara pegado a los personajes más denostados de la anterior administración (Kiciloff, Recalde, etc.), el ex Ministro de Economía debió confesar que había cometido un sideral error en el cálculo del impacto fiscal del proyecto que tiene media sanción de Diputados y, al introducir la posibilidad de no vetar la ley si fuera sancionada así, obtuvo el apoyo de gran cantidad de gobernadores, todos peronistas, para evitarlo. En el balance final, dentro de la interna del PJ, el mayor beneficiado fue el Gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, cuya conducta se constituyó en la mayor muestra de racionalidad.

Pero ese éxito deberá ser rápidamente olvidado, ya que necesitará volver a negociar con el Frente Reciclador (¡genial definición de Fernando Iglesias!) para obtener las leyes que necesita; aunque triunfara en las elecciones legislativas del año próximo, Cambiemos no obtendrá la mayoría en ninguna de las cámaras del Congreso. De todas maneras, no olvidemos que la negociación es la base fundamental de la democracia.

Los velos que menciona el título de esta nota se refieren a los de la corrupción que, aquí y en varios otros países de la región, fueron cayendo desde que comenzó el año y expusieron ese rasgo esencial del populismo criminal. No fue una casualidad que nuestra emperatriz patagónica se reuniera esta semana, en San Pablo, con Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff, ya que la cabeza del PT está ya en el ojo de la tormenta desatada por las investigaciones de la justicia brasileña sobre las coimas que, desde las empresas públicas y privadas, fueron pagadas a políticos de todos los partidos. Es claro que los tres están buscando armar, desde el llano, un escudo protector y venderlo a las izquierdas mundiales de escritorio para mantenerse fuera de la cárcel, disfrazados de víctimas del imperio, como hacen con Milagro Salas; cuentan, sin duda, con la colaboración de otros próceres de ese siniestro relato: Correa, en Ecuador; Morales, en Bolivia; Ortega, en Nicaragua; y el inefable Maduro, en Venezuela.

Que no se hayan sumado Bachelet (Chile), Castro (Cuba) ni Temer (Brasil) habla de los problemas que este trío padece. La primera afronta un clima sumamente adverso, derivado del negociado de su nuera y su hijo; el gerente caribeño, aún de duelo, pisa con cuidado los huevos del descongelamiento operado por Obama y las amenazas latentes surgidas con el triunfo de Trump; y el propio Presidente en ejercicio está inmerso en la peor crisis política que recuerde la historia verde-amarela, a la cual se suma la fuerte recesión que golpea a su economía, que repercute negativamente sobre el resto de los países. Ninguno, entonces, tiene tiempo, ni ganas de acompañar la aventura de los ladrones que ya están en el llano.

El próximo lunes 19 será para sacar balcones, puesto que se celebrará en la Sala I de la Cámara de Casación (Figueroa, Hornos y Borinsky) la audiencia para determinar si se abre, finalmente, la investigación sobre la denuncia del asesinado Fiscal Nisman contra Cristina Elizabet Fernández, Héctor Timerman y varios más (entre otros, nuevamente Esteche y D'Elía) por traición a la patria, encubrimiento al terrorismo y asociación ilícita. Se presentarán el Fiscal General De Luca, un conspicuo integrante de "Justicia Legítima", que pretende cerrar el caso, y la DAIA, que exige la apertura.

Esta es la causa que más preocupa a la ex Presidente por su repercusión internacional; por eso, su principal escudero judicial, Carlos Zannini, desarrolla tantos esfuerzos -y desembolsa tanto dinero- para impedir que se investigue, después que la cerraran dos veces, sin siquiera escuchar las miles de horas de grabaciones interceptadas, el Juez Rafecas y la Sala I (Freiler y Ballesteros) de la Cámara Federal.

La que tiene en sus manos es mi última nota del año, ya que sólo volveré a escribir a partir del sábado 7 de enero. Entonces, sólo me cabe desearle, a usted y a los suyos, una feliz Navidad; o feliz Janucá, si es usted uno de mis muchos amigos judíos. Sigo siendo optimista, y tengo la certeza de que 2017 será el año de la recuperación de nuestro querido país, al que tanto hemos maltratado.

 Bs.As., 17 Dic 16


ANIVERSARIO DE BODA (Microrrelato).

Por Andrés Fornells (España).

Germán y Paula llevaban cuarenta años casados. Eran un matrimonio muy bien avenido que había entrado en ese periodo en que las parejas de larga duración han caído en la monotonía y los sostiene únicamente el amor que han sabido mantener, unas veces más vivo, y otras menos, a lo largo del tiempo cuidándose y respetándose mutuamente.

Una mañana Germán, a la salida de la consulta del médico, se detuvo en una floristería y compró un bonito ramo de flores. Cuando Germán llegó a la casa y le entregó a Paula, su mujer, este ramo de flores, ella gratamente conmovida le dijo con voz a la que ponía temblores la emoción.
—Cariño, en cuarenta años que llevamos casados es la primera vez que te acuerdas de la fecha de nuestra boda, aunque lo has hecho con una semana de antelación. Hoy estamos a ocho y nosotros nos casamos un quince de este mes; un quince de mar-zo.
Su marido forzó una sonrisa y se calló que de nuevo había olvidado su aniversario de boda. Él había comprado las flores porque al salir de la consulta pensó en lo muchísimo que la quería, y no en el tiempo que llevaban casados.
—Bueno, algún año tenía que ser el primero —dijo contento con esta oportunidad de quedar bien—. Siempre tuve mala memoria. Ya lo sabes.
—¿Qué te ha dicho el médico sobre esos continuos dolores de estómago que padeces?
Aunque le costaba mentirle, esta vez Germán lo hizo para evitarle a su mujer la pena de saber que le habían diagnosticado un cáncer maligno y dado un máximo de seis meses más de vida.
—Nada. Que no tienen importancia. Me ha recetado unas pastillas que me irán bien. 
—¿Lo ves, aprensivo? Ya te dije yo que no sería nada grave lo tuyo.
—Siempre tienes razón en todo, Paula. Ven y dame un abrazo muy fuerte. Hoy me siento especialmente cariñoso.
Y el matrimonio se dio un abrazo muy fuerte, muy fuerte, y Paula se tragó las lágrimas que acudían a sus ojos. Llevaba demasiados años viviendo con Germán para que él pudiera engañarla ni siquiera una vez.
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 ORACIÓN NAVIDEÑA.

Por José Beltrán Peña (Perú).

Nuestro amigo, el escritor peruano Beltrán Peña, nos hizo llegar esta colaboración alusiva a la Navidad que compartimos con ustedes.

 PERDÓN NIÑO JESÚS

(ORACIÓN)

Oh Jesús, que sagradamente
renaces cada año con bendición,
te escribe con amor un gran pecador
en nombre de todos los humanos
de tu planeta llamado Tierra.

Te pido entre lágrimas y oraciones
perdón por no poder cumplir
totalmente los diez mandamientos:
Porque miento a diestra y siniestra
con alevosía y a veces piadosamente;
porque robo aunque sea las palabras
y las fantasías de mis congéneres;
porque juro en tu nombre en vano
y a veces por el de mi madre para subsistir;
porque a veces me alimento insaciablemente
con gran gula porque no sé si mañana lo haré;
porque a veces me acuesto pensando en mujer ajena
y sueño los más lindos ensueños sin tiempo;
porque amo el poder de diferentes formas
me gusta ser reverenciado, escuchado y atendido;
porque tomo como pretexto las fiestas religiosas
para lucrar y realizar todos los actos inhumanos;
porque dejo a mis padres en el silencio del hogar, o
porque estorban los abandono en un asilo;
porque me gusta asesinar los sueños y la felicidad
de los niños y jóvenes para que el mundo sea mío;
porque me hago propietario de los bienes de la tierra
a costa y paciencia del verdadero dueño, que eres tú.

Perdón Niño Jesús, mi pobre y hermoso niño,
porque tu nacimiento se ha tergiversado
y se ha dejado de lado tu sagrada palabra, y
si no te merecemos y te hemos traicionado
no nos salves, te comprenderemos.
¡Perdón Niño Jesús!

Amén.
                             

EL PONCHITO DE NAVIDAD.

Por Armando Alvarado Balarezo –“Nalo”- (Perú).

Tan pronto culminé el Segundo Grado de Primaria en Chiquián, viajé a Tupucancha, escenario de mis vacaciones escolares.

Cuando recogía flores de achupalla en el paraje de Shajsha para el nacimiento navideño que estaba construyendo junto al puquial, escuché un sollozo agudo que venía de una oquedad rocosa. Me acerqué. En el interior un zorrito pequeño estaba tiritando echadito, sin fuerzas para levantarse. Tenía una patita lastimada. Le puse mi ponchito, cogí unas matas de paja y cubrí su cuerpecito helado. Froté su frente intentando aliviar su dolor, y me marché, dejando un pan junto a su boca.

Llegué a casa entrada la noche.

Antes de merendar mi abuelita Catita me preguntó por el ponchito. Aduje que lo había dejado olvidado en una cuevita de Shajsha, y que retornaría temprano a recogerlo.

Después del desayuno salí de Tupucancha con mi abuelita. Ella intuyendo algo decidió acompañarme a Shajsha.

La oquedad donde dejé al zorrito estaba vacía. Del ponchito: ni una hilacha. Mi abuelita, observando el montículo de paja, me miró extrañada, pensativa...

A punto de retornar a casa avistamos al zorrito. Estaba rengueando cuesta arriba con mi ponchito puesto. El animalito se paró y volteó la mirada hacia nosotros. Luego se internó en los roquedales. Finalmente mi abuelita sonriendo me dijo: “Tu amigo está contento con el ponchito que le has obsequiado por Navidad. Vámonos a casa, no lo molestemos”.

Al despertar el 25 de diciembre encontré bajo la almohada un ponchito nuevo.


RICITOS NEGROS (Narración).

Por Addhemar H.M. Sierralta (Perú).

Hace 46 años un accidente de aviación cerca de Navidad conmocionó al Perú y el mundo . Esta narración, en parte testimonial, nos recuerda una historia real.

Parecía de noche y el viento soplaba sin cesar. La tormenta obligaba a que los pasajeros se colocaran el cinturón de seguridad. Faltaba poco para llegar a Pucallpa y Ana María recorría el pasillo del avión para calmar a los pasajeros más nerviosos. Ella había pasado situaciones parecidas al volar sobre la selva peruana y era una de las aeromozas más preparadas de la compañía. Cerca del ala, una jovencita de unos 17 años, con lentes, se abrazaba a su madre. Tenían tipo extranjero. Les dijo que no se preocuparan porque todo pasaría.

En realidad en sólo unos minutos estarían aterrizando, si es que podemos, pensó Ana María. Ojalá pase la tormenta y podamos salir de Pucallpa al instante. Aún me falta comprar un par de regalos. En eso se remeció el avión y sintió como caer al vacío. La gente gritaba. Quien debería estar ahora es la gorda pero la conchuda se hizo la dormida. Ya me las pagará. Además su marinovio, el capitán, la va a requintar. Bueno … me falta comprarle a mi tía y a  mi vecinita que pasará la Navidad en casa … ojalá  regresemos antes de las tres de la tarde y podré alcanzar algunas tiendas abiertas. Siempre los 24 de diciembre son agotadores para quienes compran sus regalos a último minuto. Otro remezón del avión y se abrió un compartimiento sobre la madre e hija que continuaban abrazadas. Se acercó a cerrarlo y vio que entre bolsos de mano y paquetes de regalo había un panetón “D’Onofrio”. Le dio algo de hambre. Ya era más del mediodía. Cerró el compartimiento, miró su reloj : 12 y 35 de la tarde . Creo que hay unas tajadas de queque en el repostero. Y se dirigió hacia la zona de alimentos del avión … seguro que si fuésemos a Talara los comeríamos con  Addhemar … cerró sus ojos mientras caminaba y pensó en los ojos verdes de su amigo especial … en su próximo viaje a Australia … allí hay más hombres que mujeres y tal vez encuentre novio … que lástima que mi ojiverde se casara … y se hizo la noche para todos. Un rayo con su enorme fuerza destructora rompió la aeronave en mil pedazos … Ana María no llegó a saciar su hambre … los ojos verdes de su amigo daban vueltas …. vio colores rojo, plata, amarillo, sintió un calor inmenso y luego le pareció estar sobre el verde manto, volando como una ave… Feliz Navidad escuchaba en coro … el rostro de su madre, de su padre, de toda su familia giraba alrededor de ella. Luego todo se hizo negro. Llegó la eterna noche de verdad.

Mi bella ricitos negros hubiera sido una buena esposa. Cuando la conocí, en uno de mis tantos vuelos en LANSA, me obsequió con la mejor de sus sonrisas y sus ojos negros, penetrantes, grandes como los de un cervatillo tierno, se hacían chinitos cuando reía. Eran ojos brujos, hipnotizadores. Su cabello largo, a veces con cola de caballo, otras recogido, era luminoso, sedoso y de un negro intenso como la noche. Pero siempre sobre sus mejillas y antes de sus orejas pendían, bamboleantes, sus ricitos negros con los que ella jugaba coquetamente. Y yo aprendí a descifrar los mensajes que ellos me brindaban. Una piel canela aporcelanada y un talle esbelto, como de reina de belleza, completaban la real hembra que era Ana María.

Lo más interesante de ella, no era precisamente su belleza, sino aquel espíritu de servicio y gran corazón que mostró siempre. Una inteligencia y espiritualidad que cautivaban a poco de charlar con mi ricitos, como le decía con cariño.

Por esos días había conocido en Talara a quien sería mi esposa. Ana María cuando llegaba en sus vuelos a esa ciudad me pasaba la voz por teléfono y yo de inmediato iba a verla al aeropuerto. En algunas oportunidades subía al avión a tomar un trago o un refresco con ella. Otras lo hacíamos en el comedor y bar del aeródromo. Sabía que me gustaban los dulces y me guardaba algunas rebanadas de queque tipo inglés.

En verdad nos sentíamos muy atraídos. Incluso, en  uno de mis viajes a Lima, me invitó al departamento de su amiga, una sobrina del general Málaga Prado, quien condujo la toma de Talara aquel 9 de  octubre de 1968. Era frente al Campo de Marte. Me presentó, también, a sus compañeras aeromozas y la más amiga era la gordita, quien tenía una relación sentimental con uno de los capitanes, padre de una chica casada con un ingeniero de Talara. Casi siempre su amiga y el aviador coincidían en los vuelos.

Demás está decir que nos teníamos un especial cariño. Ella comprendió lo de mi matrimonio y se puso feliz cuando nació mi primer hijo. Por eso, junto con una prima y otra amiga aeromoza, querían irse hasta Australia a “cazar maridos”, como lo decían bromeando y con alboroto. Ana María, mi ricitos, fue por mucho tiempo mi correo para los envíos de cartas y dinero a mi esposa y  mi mamá, quienes residían en Lima. Tu hijo es precioso, me dijo emocionada un día. Lo conocí, se parece a ti y me besó en los párpados. Ojalá tenga mi hijo y sea tan bonito, agregó.

Jamás tuvo un disgusto conmigo, nunca estaba de mal humor, era muy cariñosa y comprensiva. “Señorita Santisteban, podría reemplazar a fulanita, la necesitamos para un vuelo especial …”, y ella siempre dispuesta, como ocurrió aquel día, víspera de la Nochebuena de 1971.

Muchas semanas después de la desaparición del avión, en el que viajaban 92 personas, todos pensaban que no había sobrevivientes. Dios quiso que una jovencita se salvara. Era Julianne Koepcke, de 17 años, una alemana que viajaba con su madre para pasar Navidad con su papá, un especialista en vida natural. Sobrevivió gracias a sus conocimientos de la selva, inculcados por sus padres, y a una bolsa de panetón que le sirvió de alimento junto con frutas y hortalizas que recogía en su terrible recorrido por la selva.

Mi ricitos debe seguir volando. Debe seguir soñando con viajar a Australia y tener un hijo como el mío. Algún día comprará los regalos pendientes y degustaremos queques con bebidas gaseosas en su nave en la eternidad. Lo único seguro es que en cada viaje que realizo ella me atiende, me cuida, me da ánimo. Me habla de mi familia, de mis hijos, que debo cuidarme. Que se siente orgullosa de lo que he logrado y que está reconfortada al saber que siempre tuvo razón : “Valió la pena conocernos … los momentos vividos fueron hermosos … y sabes - me dice con ternura - tus hijos son los míos”.

La tormenta pasó. Lo obscuro se hace luz y aparece el sol esplendoroso, lento, es otro mediodía como aquel 24 de diciembre. Concluyo de escribir y siento que Ana María está a mi lado, coqueta, sonriente, con sus ojos achinados y deja que juegue con sus rizos negros. Durante mi sueño, de la última noche, ella no se cansó de decirme : “Addhy … escribe sobre mi … acuérdate de tu ricitos …"  Cierro mis ojos y las lágrimas quieren brotar … tonto, estoy bien, los niños grandes no deben llorar … y una sensación extraña sobre mis párpados y un aliento delicioso me dice que está besándolos como cuando conoció a mi hijo. Ricitos, tampoco me equivoqué contigo … gracias.

 

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Fuente: 

TIEMPO NUEVO INTERNACIONAL
 
Addhemar Sierralta
 
Año 8 No. 294 de 24 de diciembre de 2016