lunes, 19 de septiembre de 2016

19 DE SEPTIEMBRE, 1826: HOY NACE ANTONIO RAIMONDI - FOLIOS DE LA UTOPÍA: EL PERÚ COMO DESTINO - POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN


 

CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
 
2016 AÑO
CONSTRUCCIÓN DE CONCIENCIA
Y CONCRECIÓN DE SOLUCIONES
 
SEPTIEMBRE, MES DE LA PRIMAVERA,
DE LOS DERECHOS CÍVICOS
DE LA MUJER, EL NIÑO Y LA FAMILIA
 
CAPULÍ ES
PODER CHUCO
 

SANTIAGO DE CHUCO
CAPITAL DE LA POESÍA
Y LA CONCIENCIA SOCIAL
 

*****
 
LOS TRIGALES EN FLOR


– Yo debo agradecerle a él, – dice en público Diana Chávez Llamoga, en la última reunión del Aula Capulí, tenida en la casa de Amelia Melgar, –haberme hecho conocer Santiago de Chuco.
– ¿Y entonces, qué imagen tienes ahora de la tierra de Vallejo, luego de haberlo conocido? –Le pregunto yo ingenuamente a quien es profesora y compositora musical, quien integra y se ha vuelto fervorosa de Capulí.


– ¡Que en todas sus tiendas venden pan! –Me dice sonriente.
– ¿Así?
– ¡Claro! Siempre hay canastas y vitrinas en donde se exhibe el pan. Y es que allí se debe producir mucho trigo, ¿no?
Pero yo ya no respondo. Estoy sumergido en el pan de mi pueblo.
– ¡Te estoy preguntando!
– ¡Sí, Santiago de Chuco es zona triguera!
Pero ya mis ojos y mi alma están vagando en los campos dorados de tallos y espigas de trigo que mece el viento al amanecer. Ensimismado en el color amarillo mate combinado de verde suave que hacen los trigales en flor al mediodía y al atardecer. Rozando mi frente y mis mejillas en las barbas de las espigas que solemos pasar por nuestro rostro para que barra de él toda sombra. O hundido en las parvas en donde se trilla y se ventea el grano sabio y bueno para nuestras vidas.


DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
 
*****
 
19 DE SEPTIEMBRE, 1826
 
 
HOY NACE
ANTONIO
RAIMONDI
 
 

FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
 
 
EL PERÚ
COMO
DESTINO
 
 
 Danilo Sánchez Lihón
 
"En el libro del destino del Perú,
está escrito un porvenir grandioso".
Antonio Raimondi
 
 
1. Rigor
y consagración
 
A Antonio Raimondi, quien nació en Milán, Italia, el 19 de septiembre del año 1826, el Perú fue un país que le fascinó desde niño, y lo eligió para venir y consagrarse a él.
Y desde que lo soñó supo cómo hacerlo. ¿De qué modo? Estudiando y proyectando al mundo la riqueza de aquella cultura, cuna de civilizaciones extraordinarias, y que sin embargo permanecía aún oculto, misterioso e indescifrable.
Nadie precisa dónde adquirió sus admirables y hasta asombrosos conocimientos sobre la naturaleza en casi todos los campos; así: en botánica, zoología, geología; ni cómo pudo acumular tanta sabiduría en química, física, mineralogía, así como en otros campos incluida la biología, la medicina e incluso sus vastos conocimientos sobre el cosmos.
Ninguna universidad ni centro especializado de su época registra su nombre, concluyéndose que toda su formación era la de un autodidacta, quien investigaba por sí mismo con un rigor y una consagración totales y únicos, pero para que todo confluyera en un solo punto: el Perú.
 
2. País que él
soñó y amó
 
 
Su dedicación al estudio del mundo de la naturaleza solo tenía un asidero en su mente y en su espíritu: el Perú. Cualquier otra realidad le parecía superflua.
Había programado antes de embarcarse hacia este país de América del sur, consagrar dos años de estudios exhaustivos dedicados solo al Perú.
La guerra que vivía Italia en ese momento se lo impidió, viaje que lo fue postergando no tanto por el conflicto mismo, sino por la causa que él defendía como miliciano alistado en el movimiento de resistencia popular.
Luchaba por la libertad de Italia frente a la invasión y tropelía cometida por las tropas austriacas comandadas por el Mariscal Radetzky, a las cuales se opuso la heroica defensa, encabezando las huestes patriotas los legendarios líderes Mazzini y Garibaldi.
Sin embargo, él tenía claro su destino cuál era el Perú; eso jamás lo puso en duda. Y nunca cuestionó esta elección, naturalizándose peruano, en donde fue un ciudadano telúrico, con devoción por nuestro país, consagrado a estudiarlo y venerarlo, país que él soñó y amó entrañablemente hasta el final de sus días.
 
3. Su cuerpo
y su alma
 
Él cuenta que aún niño había un cactus peruano que él solía abrazar y hasta conversar con él cuando visitaba ese espacio.
Era un cactus con toda su imagen arisca, majestuosa, hierática, símbolo de nuestra cultura, indomeñable.
No era una figura lírica sino épica. No era aquel cactus representativo de lo poético sino lo dramático. No era una imagen de lo dulce ni complaciente sino de lo fuerte y doloroso.
Cuenta que un día encontró que estaban mutilando a aquel árbol gigantesco. Le afectó mucho este hecho, como si lo hicieran con su cuerpo y con su alma.
Cuenta que esto le causó una profunda impresión y estuvo todo el tiempo pendiente de cada detalle y permaneció todo el día vagando por los senderos del recinto sin acordarse de comer ni de todo lo que tenía que hacer.
 
4. Le atenazó
una angustia
 
Finalmente a principios del año 1850, cuando frisaba los 24 años de edad, termina embarcándose hacia el Perú desde Génova en el bergantín La Industria.
Arribó al Callao seis meses después el 28 de julio del año 1850, gobernando en aquel momento de la historia de nuestro país don Ramón Castilla, viviéndose un período de gran estabilidad y bonanza.
Desde que llegó se olvidó de todo, incluso de su equipaje que solo lo recogió días después, dedicándose a caminar las calles, avizorando el paisaje; enamorado, deslumbrado como si pisara rosas.
Vivía cada detalle y rasgo que se presentara, pleno de emoción, la misma  que cada día se fue acrecentando más y más, fascinación que lo acompañó en cada momento de su vida hasta morir en San Pedro de Lloc el 26 de octubre del año 1890, a los 64 años de edad.
Solo le atenazó una angustia: no culminar su obra sobre “El Perú”, que él proyectó en 20 volúmenes y que solo alcanzó a publicar apenas el primero
 
5. Sanguínea
y visceral
 
¿Cuál es su tema? ¿Cuál su contenido, su asunto, su trama y su fondo? El Perú, ese es su sueño, vocación que no la descubre al final ni al medio de su vida sino al principio, en su infancia en que siente la atracción por nuestra cultura mítica y mágica.
Y porque le da la impresión que hay aquí un tesoro oculto, un punto que es clave para cambiar o rediseñar la historia, para que el hombre y la civilización sean mejores.
Elección del Perú que era consciente, lógica y natural, como también instintiva, sanguínea y visceral. Y fue con ese aliento que se dedicó a viajar durante veinte años por todos los pueblos caminos y lugares poblados y despoblados de nuestro país.
Solo para mencionar un detalle: fue el primero después de ser habitado por los Incas que llegó a Machu Picchu, razón por la cual Hiram Bingham le rinde su homenaje.
 
6. Hasta los libros
y muebles
 
Fueron incontables los descubrimientos de Raimondi en flora, fauna y mineralogía, siendo sus estudios la clave para el desarrollo de la geología y minería en el Perú.
Sus aportes en el campo de la arqueología y antropología son enormes, siendo quien descubrió y la trajo a Lima a la Estela de Chavín, que lleva su nombre y que es básica para el estudio de la cosmovisión andina.
Lamentablemente su obra que él mismo empezó a editar quedó trunca por la desgracia que significó la invasión de Chile a nuestro país, en donde se derrumbaron todos sus proyectos, se perdieron la mayoría de sus materiales recolectados.
Fue en esa circunstancia que se frustrara la edición completa de su obra y se suspendiera su labor en la Facultad de medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, la misma que fue saqueada y hasta los libros y muebles fueron embarcados rumbo al país del sur.
 
7. En el libro
del destino
 
Raimondi, refiriéndose a su último viaje al interior del país, señalaba:
"Heme aquí, después de infinitos peligros, llegando sano de cuerpo y espíritu al puerto de salvación. Aquí heme, por fin, rico de materiales y conocimientos sobre el país, tesoro para mí de incalculable valor, recogidos puedo decirlo así a costa de mi sangre y de mi juventud. Actualmente una sola idea me atormenta y es la continua duda de que no me alcance la vida para dar cima a mi atrevida empresa, ¿cuál es esta?: dar un conocer el Perú a los peruanos y al mundo".
Su fe en el Perú, su convicción de que hay un signo providencial en este suelo es grandiosa.
Si bien su obra no alcanzó a ser culminada su fervor  inquebrantable por el Perú es extraordinario, además de su legado científico.
Su confianza en los días que vendrán es un valioso legado moral de parte de quien escribiera: "En el libro del destino del Perú, está escrito un porvenir grandioso".
 
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