CÓMO
FORMAR
LECTORES
Danilo Sánchez Lihón
1. Inmediato
y eficaz
¿Cómo formar niños lectores? Es ahora la preocupación
general de los maestros. ¿Qué hacer para constituir una sociedad lectora? ¿Cuál
es la fórmula profesor?
Preguntan anhelantes, bien intencionados, pero
esperando una respuesta que señale un camino fácil, escueto e infalible. Y no
hay en este campo respuestas fáciles, escuetas ni infalibles.
Siempre que me preguntan si hay una clave, una fórmula
o un principio contundente para hacer niños y jóvenes lectores, porque todos
quisiéramos esas cápsulas, pastillas o grajeas de eficacia directa, yo les
digo:
La única fórmula que yo conozco es la motivación, la
fascinación y el enamoramiento que podamos despertar hacia los libros. La
disposición a que ellos estén lo más a la mano posible con sus dosis de
aventura, magia, prodigio y amor.
Porque todos en verdad ansiamos encontrar el
mecanismo, la llave y el dispositivo por el cual logremos un efecto
inapreciable, cual es dotar de un don especial a una persona con la
contundencia con que funcionan las modernas tecnologías, logrando en el ser un
efecto inmediato y eficaz.
2. Todo
es sosiego
Todos buscamos el interruptor del foco para que fluya
y se encienda la luz, o la manija del grifo para que fluya el agua. Pero ese
efectismo no funciona en el ser humano cuya formación siempre será una siembra
paciente, amorosa y de resultados insospechados, muchas veces pródigos. Porque
el ser humano no es una cañería, ni una instalación ni un cableado de alambres
como los de un edificio o de un robot sino una realidad muy honda, vasta y
compleja.
Entonces en la lectura no hay del todo fórmulas,
amuletos ni talismanes. Tampoco conjuros, porque es una actividad más bien
ordinaria, paciente, tenaz y perseverante, que encuentra sus hallazgos mediante
la obstinación y la calma.
Sin embargo, cuando hay mucha avidez por querer asirse
a uno de esos hechizos, yo construyo la
siguiente imagen. Les digo: Miren. Miren allá, en esa dirección. Miren. ¿Qué
ven? Una casa, un hogar. Hay luces encendidas. Es un ambiente de tranquilidad y
reposo. Vamos acercándonos. Hay luz en las habitaciones. ¿Qué creen que está
sucediendo? Todo es sosiego, placidez y penumbra. Al parecer no está ocurriendo
nada. No obstante, está acaeciendo algo extraordinario en el alma y en el
interior de los personajes que allí se encuentran.
3. ¿Dónde
están?
¿Quiénes son? Acerquémonos con la cámara de nuestra
mirada. Estamos entrando. No hay nadie en los dormitorios ni en la sala.
Ingresaremos a la cocina.
Allí, ¿qué hay? ¿Quiénes están? Se encuentra la madre
preparando algo en la hornilla, en la bicharra aldeana que está encendida. Pero
en un rincón está la abuela que tiene en su regazo a una niña y le está leyendo
un libro.
La lectura es evocadora, conmovida, trascendente. La
nieta mira las imágenes, mira las palabras. De cuando en vez voltea a observar
y moverse los labios de la anciana. Y pregunta:
– Abuela: ¿Todo esto que me lees está aquí, adentro de
este libro? Todos esos animales, dioses y aventuras que me cuentas, ¿dónde
están?
– Aquí, de aquí los estoy extrayendo con mi voz.
La niña sigue absorta en la lectura. Y de vez en
cuando, mira por la ventana, pregunta a la abuela sobre algo vinculado a la
historia que la abuela va descorriendo con su voz pausada y sabia.
4. Henchida
y profusa
Ese libro no puede ser de matemáticas ni de química,
ni de estadística ni siquiera biología. Mucho menos es el libro de texto para
el examen trimestral o de fin de curso. Es un libro de emociones y
sentimientos. Es un libro mágico.
Este es un libro libre, un libro verdadero, porque la
palabra libro deviene de libertad, de la capacidad de retozar y de escoger y
elegir libremente. Eso significa liber o
libro
Es entonces un libro de fantasía el que tienen entre
manos, quizá de cuentos de hadas y en donde se recrean historias fantásticas o
cotidianas.
En donde aparece lo sublime y prodigioso junto con lo
casero, habitual y cotidiano, tal cual acontece en la vida en donde nos ocurre
lo sagrado de manera imprevista, casual y casi siempre sorprendente.
Muchas veces sin que nosotros ni siquiera lo
percibamos, o nos percatemos de ello, como por ejemplo es el hecho de vivir o
de seguir existiendo, como también el de padecer los cuentos sin darnos cuenta
que vivimos dentro de ellos o los vamos haciendo con nuestros propios pasos.
Si se repitiera esta imagen muchas veces y en muchos
hogares estaremos sin duda esbozando buenas conductas lectoras y estaremos
teniendo de aquí a un tiempo una sociedad lectora henchida y profusa.
5. Llenos
de visiones
¿Qué fórmula entonces utilizar para formar niños
lectores? Leerles cuentos. No únicamente contarles sino leerles. Que ellos vean
que salen de esa cajita mágica que son los textos escritos.
Enfatizando en la importancia de dar cabida y abrirle
un lugar a la literatura infantil en la educación inicial, primaria, secundaria
y superior, espacios de los cuales por ahora está expulsada, que antes los tuvo
pero que ahora no los tiene y se los niega sistemáticamente, porque
lamentablemente prima en la escuela lo tecnológico, lo cognitivo y utilitario.
En relación entonces a la pregunta de cómo formar
lectores he aquí la respuesta concreta: leyéndoles de manera vivaz y apasionada
cuentos plenos de poder. Esta es la importancia que tienen los cuentos y la
literatura infantil en la promoción de la lectura la misma que es de una
importancia total, absoluta e inestimable.
Es la puerta de ingreso para que haya lectores
fascinados por leer. Es la playa a la cual nosotros arribaremos luego de esta
travesía, llenos de visiones y convencidos de haber vivido y capaces de hacer
vivir transformando el mundo y construyendo otro mejor.
6. Grandes
cambios
Siendo ello es el punto de partida y el punto de
llegada. En donde los textos sean cuentos como cometas en los cuales se elevan
y los hagan personas maravillosamente completas e integrales y hasta mágicas.
Porque es la lectura entretenida, grata y placentera
la forma más propicia acerca de cómo introducir al niño en el dominio del
universo de los libros, para así hacerlos pronto personas seguras de su
ubicación en el mundo y empoderadas en la realidad.
Sin embargo, pese a todas estas evidencias hemos
descartado la literatura infantil en la formación de los maestros primarios y
secundarios del país, situación ante la cual nos preguntamos:
¿Hay otras formas de cómo se puede hacer amar el libro
y la lectura a niños y jóvenes? De mi parte la respuesta es sincera: Las pueden
haber, pero esta es la principal.
Es importante entonces ver las mejores propuestas de
cómo utilizar la literatura infantil para incentivar al niño a la lectura.
Todo ello a fin de encender esas mentes y conciencias
asombradas y para siempre flechadas y que han de volverse los portaestandartes
de las grandes causas y cambios para bien de la humanidad.
7. Ahora
y siempre
Volviendo a la pregunta inicial, sentar cuerpos de
principios en los cuales creer, ¡esa es la consigna! Orientarse en la vida por
de hitos remotos, por vuelos sublimes y vidas extraordinarias, es una de las
claves.
Con los libros y la lectura colocar todos los tiempos
y todas las culturas en las palmas de las manos de niños y jóvenes, ¡esa es
parte de la fórmula!
De lo que se trata es que desenredando los cuentos que
escuchamos en la infancia nos capacitemos mejor para la vida. Y con ello
escribir el libro propio, pero con nuestros pasos.
Y regresando a la imagen con que empezamos este
artículo, la clave de todo lo dilucidado está en la escena de un padre, una
madre, un abuelo o una abuela leyéndole a un niño un libro alzado en el regazo.
Cabe imaginar que se lo hace con voz confidente y un
lazo de amor inmenso; en complicidad por la historia que se comparte.
Y mirando las páginas del libro donde las
ilustraciones apenas son un pretexto para volar por el inmenso cielo azul, y
anhelar que se repita muchas veces la imagen que hemos descrito como el núcleo
de este cometa suspendido en el cielo azul e infinito, ahora y siempre, y que
se llama Perú.
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