miércoles, 23 de diciembre de 2015

NOCHEBUENA DE DONES - POR EDMUNDO TORREJÓN JURADO


NOCHEBUENA DE  DONES (*)

Por Edmundo Torrejón Jurado

Nochebuena
de los dones.
¡Salve!, Adviento
que tutela
los espacios
y el dios tiempo.

¡Oh!, el evento
asaz insigne
de la mies
por Dios
Gestada.

El esoterismo
soberbio
del pan místico
en el sino
del hombre ideal
y sus obras.

Los senderos
anhelados.

Los rumbos
de sus demandas
en busca
del éxtasis
sacro:

Las Pagodas
de sapiencia:
Dentro el hombre
el propio hombre.
Dentro el hombre
se busca al hombre
¡La introspección
revelada!

En el Muro
de Jehová,
¡los mil lamentos!
el consuelo
de las cartas:
¡Los buzones
de las grietas
indagando
los amparos!

Sinagogas
confidentes:
¡Oh!, la miel
de la esperanza,
¡Ay!, la hiel
de la zozobra
en los surcos
de la historia.

Maná insigne
en el desierto.
sabio oasis de la Cábala.

¡Oh!, la luz
del Tabernáculo
encumbrando
Nueva Alianza
para un futuro
de edenes.

Las cimitarras que rigen
el patrocinio del Sura.

¡Oh!, Mezquitas
de galaxias.

Del Salat al
sabio almuédano.

¡Oh!, el alminar
de los sinos
impenetrables,
¡lacrados!

En La Roca
nació al álgebra
del misticismo
de fuerza.

Las Catedrales
de esclavos:
¡El inquisidor
de los  ritos!

Las Basílicas,
aureolas:
De tiaras
y de peculios,
de báculos
y de sandalias.

¡Ay!, Laberintos
de incienso,
fútil gloria
de la  mirra.

¡Grandilocuencia
de dogmas!
¡mil papiros
sin amparo!

Nochebuena
de los dones.

¡Verdaderos, cardinales!

Lo esencial
se reconcilia,
con el cosmos,
los plantíos,
con los hombres
sin cobijo,
con las mentes
y los torsos
sin la carga
de los libros
o vestuarios.

Los atriles
consagrados,
-inicio
y fin de la Historia-
son sinopsis
esta noche
de salmos
elementales.

El Primordial
de los mensajes
vence
a las efímeras
deidades.

¿Quién otorga
Su Armonía.
al devenir
del universo?

Nochebuena
de los dones.

En el candil
asaz sencillo
de un pesebre
de migajas:

¡Salve!, al Niño
que es la fuerza
¡del Amor
sin vanas
ciencias!

¿Dónde emerge
lo esencial
de las Verdades
pactadas?:

¡En un establo
de ternuras!

¡Leal
regazo de pobreza!

Niño-Dios
son tus pañales
en ésta noche
de verdades:

¡El ennoblecer
a los hombres!
¡El purificar sus caminos!

El donar
el Gran Grial
de tu desprendimiento
infinito:

¡Redención del universo!





          Xanadú de San Isidro, diciembre de 2009



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(*) Del poemario CRISOL DEL ÁNGELUS