EL PORVENIR
NOS DEBE
MIL VICTORIAS
DISCURSO EN LA
INAUGURACIÓN
DEL HOMENAJE MUNDIAL
A LUIS DE LA PUENTE
Danilo Sánchez Lihón
1. Es
un juramento
¡Jóvenes!
¡Militantes de un mundo nuevo! ¡Ciudadanos!
Estamos aquí puntuales en el día y en la hora en que
nos convoca el Comandante General de la Esperanza, de la honestidad, de la
palabra exacta y precisa, el combatiente del alba, Luis Felipe de la Puente
Uceda.
Estamos aquí porque el porvenir erigiendo como
estandarte a Luis Felipe es un desafío a cumplir, es una deuda pendiente, es
una herida abierta.
Estamos aquí porque esta es una cita de honor con la
historia, con nuestro pasado, presente y futuro.
Es más: es una cita con la ética de la vida, no
importa cuántos somos, no importa cuántos estemos –como en este caso que somos
muchos–, lo que importa es que estamos.
En gran parte es un homenaje y en gran parte es una
promesa. Es un juramento que hacemos a nuestras vidas. Y aquí estamos para afrontarlo.
2. Campos
de batalla
Este es un homenaje al hombre ejemplar, al hijo leal a
su tierra, al ciudadano de virtudes acrisoladas, al ser humano que supo
encarnar ideales y no quedarse en el mero discurso de salón o de café. Es un
homenaje al ser moralmente intachable.
Porque así como Santiago de Chuco es Capital de la
Poesía del Perú, aprobada por Ley del Congreso de la República, que votó por
unanimidad reconociendo este atributo, con iguales razones también debemos hacerla
Capital de la Conciencia social e Histórica, teniendo héroes como Artemio
Zavala, Carlos Miñano Mendocilla y Luis de la Puente Uceda.
Y antes de ellos las páginas gloriosas de quienes
lucharon por la independencia del Perú.
Y el contingente heroico de hombres que en lo más
adverso y desgraciado de una contienda, donde estaba en juego la dignidad de la
patria, ofrendaron conscientes sus vidas.
Tal y como fue el Batallón Libres de Santiago de Chuco
que unieron al hervor de su sangre en Huamachuco a la de miles de otros
hermanos que la derramaron en los campos de batalla.
3. Inspira
y unge
Nos reunimos aquí para celebrar una victoria. Una
herencia insigne que nos fortalece como hombres y nos hace invencibles.
Estamos aquí porque hay victorias que la muerte n
enceguece ni nubla, sino al contrario, que la muerte ilumina, como es el caso
del Comandante del Alba Luis Felipe de la Puente Uceda.
O sino, ¿por qué este espíritu de júbilo, de fiesta y
alegría? ¿De exaltación y hasta de dicha compartida?
Que nos deja una herencia inacabable, que nos unge de
un aura, principalmente a los chucos.
Para quienes como reza nuestro lema: Vallejo es la
visión, De la Puente la acción y Santiago de Chuco e la cuna.
Y que es nuestra cuna no solamente de quienes hemos
nacido aquí en nuestra querencia, sino de todos aquellos a los cuales nuestro
pueblo los inspira y los unge.
4. Símbolo
vibrante
Como cuando venimos en las Telúricas de Mayo que
organiza Capulí, Vallejo y su Tierra y muchos ciudadanos del mundo se hacen
hijos adoptivos de nuestra tierra a la cual acogen con dedicación, esmero y
cariño entrañable.
Porque nos reunimos para celebrar una victoria moral
que al final es lo que cuenta.
De esa victoria indestructible por la intensidad del
sacrificio y la inmolación Luis Felipe de la Puente ya nos hablaba cuando lo
anuncia al decir:
“Nuestro sacrificio tendrá el valor de constituirse en
símbolo”.
¿Y símbolo de qué, a fin de no traicionarlo? Símbolo
vibrante de una nueva identidad política y social, luminosa e incontaminada,
decidida y consecuente, reivindicando la honradez, la decencia y la dignidad.
5. Un
nuevo día
Imperativo moral, donde es él, debe ser él, un centro
orientador de conciencias, y anuncio de un nuevo día a nivel universal.
De allí el lema de nuestro homenaje, el de ser universal
no por los que concurran circunstancialmente sino de lo que nos corresponda
alentar.
Aparentemente la suya fue una derrota, pero bien
mirada no es tal, o no es así.
Al contrario es una inmensa victoria. Por eso este
ambiente y aire de triunfo.
Porque en el fondo es una contundente victoria al enemigo.
Porque, ¿cuál es el enemigo? El enemigo es la desidia,
la apatía y la indiferencia ante la injusticia la corrupción y los ideales que
se tuercen.
6. Pleno
de esperanza
Y es una victoria por el hecho de que estamos aquí
reunidos. Y él después de 50 años, continúe tan vivo y vigente. Victoria de un
hombre puro, intachable y sano.
Por eso vamos a ganar esta batalla. Han sido tantas
las derrotas que no nos queda otra opción que a partir de ahora solo tener victorias.
Y una de esas victorias es contar en el Perú de hoy,
en tiempo presente, con un hombre símbolo como es él; cabal, íntegro, amante de
su pueblo como es Luis de la Puente Uceda.
Victoria para la cual alzamos y están de pie las
banderas de lucha que él erigiera.
Porque eso es lo que nosotros le debemos a Luis d la
Puente, una victoria definitiva, tenemos entonces que triunfar en todo.
Triunfar y vencer en hacer un país digno, hermoso y pleno
de esperanza.
7. Herencia
gloriosa
Hemos perdido muchas oportunidades y ya no podemos
fallar.
Tenemos que forjar un nuevo Perú, construir la utopía
andina.
Hagamos que la historia de nuestro pueblo fulgure como
lo hace la estrella matutina que siempre brilla en el cielo de Santiago de
Chuco.
Con hijos señeros e insignes como es Luis Felipe de la
Puente Uceda que son luceros en el alba.
Ejemplo de coraje, de pundonor, da verdad acrisolada,
para aliento de niños y jóvenes del Perú y el mundo.
Homenaje y promesa a la cual todos estamos convocados,
sin distingos y sin cartas de presentación previas.
Como reza el lema de Capulí, con Vallejo como emoción
y visión, Luis de la Puente como práctica y acción, y Santiago de Chuco como
cuna, útero y matriz,
Y en donde es un compromiso moral que sigan naciendo
hombres luz como es nuestra herencia gloriosa.
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