sábado, 16 de mayo de 2015

DÍA MUNDIAL DE LA FAMILIA - POR CARLOS RODOLFO ASCENCIO BARILLAS (ASOLAPO - EL SALVADOR)



DÍA MUNDIAL DE LA FAMILIA

La familia es la célula principal de  la sociedad, el fin y el objetivo del estado, y por ende constituye el pilar principal de la civilización humana, los derechos, de la mujer, los  derechos del hombre, los derechos de los niños, la niñas, en general de la familia en su conjunto, tienen y deben ser protegidos por los gobiernos del mundo es por ello que se hace un reconocimiento en El Día Internacional de la Familia de las Naciones Unidas ha inspirado una serie de actos de sensibilización, entre los cuales destaca la celebración de esos días en el plano nacional. En numerosos países, ese día ofrece una oportunidad para poner de relieve los distintos ámbitos de interés para las familias.

Promover la igualdad de género y los derechos de los niños en el contexto familiar. También hace hincapié en la prevención de la violencia doméstica, a través de leyes y medidas de actuación justas. En el 2015, la celebración del Día Internacional de las Familias tiene como objetivo la familia, como el eje principal de toda la existencia.

El Día Internacional de la Familia se observa cada año el día 15 de mayo desde 1994. Esta fecha fue proclamada en 1993 por la Asamblea General de las Naciones Unidas haciendo eco de la importancia que la comunidad internacional le otorga a la familia. El Día Internacional de la Familia es la ocasión propicia para promover la concienciación y un mejor conocimiento de los procesos sociales, económicos y demográficos que afectan a este importante núcleo de la sociedad.

Carlos Rodolfo Ascencio Barillas


 

“HOGAR" 

Rodolfo Ascencio Barillas 

Yo he vagado por los laberintos del mundo

Y he gemido en las quejas del viento,

Y en las miserias de solitarios cementerios

Y en abrojos cósmicos de pantanos siderales

Y la vida que atascó torbellinos de tormentos.

Yo he visto llorar la primavera

Y horizontes ardientes inundan tus mustios ojos.

Yo he visto el sol besar la pálida mejilla de tu encanto

Y el azul púrpura de los espesos bosques,

Y cuanto más añoro volver a mis años de infancia

Más me alejo de las lunas doradas de mi tierra.

Yo caminé por los senderos equivocados del dolor

Y vi el amado terruño que me vio nacer

Y quise regresar para contemplar la luz de tus ocasos

Y el despertar en la aurora de tus ojos.

Hoy quisiera recuperar el llanto que dejé de llorar

Y la alegría que la lluvia provoca tu aliento.

¡Oh, cómo han pasado los años!

La vida se me ha ido en breves horas

Y ahora después de tanto, tanto tiempo

He regresado a mi hogar, a mi pueblo,

A la tierra que extraño el ombligo en mis ojos

Y que dio la ternura que mudan las hojas verdes,

Y a las límpidas aguas del riachuelo

Y a los hermosos recuerdos de mis anhelos

He vuelto para escuchar los consejos de mis padres

Y besar la roca en el corazón forastero

Por fin he regresado a mi casa, a mi pasto

Y a mis sueños de vientos.

En mi hogar, viviré junto a mis tristezas

Y con las nostalgias de mis hermanos

Y los cimientos que mi voz silenciosa lloraba,

Y mirar los infinitos cielos de las montañas

Y escuchar las quejas de mis lamentos

Y llorar las tristezas de mi pasado.

Yo he vuelto a suspirar junto a tu pecho

Y a soñar con mi gente amada

Y a sentir el olor de las flores

Y los helechos entre las piedras

Y las frías noches oscilantes de estrellas

¡Oh! mi hogar, mi bella ternura,

Que arrulló mis ausentes sueños de infancia

En este valle de heladas montañas

Vuelvo a acariciar la silueta de tu rostro

Y volver cuando aun me esperas, mi hogar

Ahora puedo morir en paz… 





“TERRUÑO”



Yo he visto llorar la hermosa primavera

Con   lágrimas de abrojos místicos orbitales

Yo he visto el sol, besar la pálida mejilla de los atardeceres

Y el azul púrpura  que anida en  mi indoblegable pecho,

Yo caminé por los senderos de una bella juventud

Era la eterna juventud que me vio nacer

Y que pasó con las huellas de mis lejanos horizontes,
Hoy he contemplado con mis ojos la luz
de los policromos ocasos

Para acariciar  la aurora de los indefectibles amaneceres.

Yo quisiera recuperar el tiempo que dejé  pasar

Y la alegría que  provocaron los sueños de mi infancia.

¡OH, después de treinta años, cómo han pasado los rubores!

Toda mi vida se me ha ido en breves horas

Y mis días se  desvanecieron con las acuarelas incognoscibles del siglo;

Y me espera el camino claroscuro de mi reencuentro

Con la eterna luz de Dios celestial.

Pero he vuelto, ahora después de tanto, tanto tiempo

Regreso a mis viejas esperanzas que mis anhelos olvidaron,

Yo he regresado a mi infancia, a mi estrella

A mi riachuelo a mi árbol y a mi aurora

Yo he regresado donde mi madre, mi padre

Mis hermanos, mis amigos

Y a los amores que siempre me amaron

Yo he regresado para besar los equinoccios de las montañas

Y volver a vivir la brisa de los calidos veranos

Yo he regresado al terruño de todos mis  ensueños

A mi cerca, a mi surco, y a mi loma

Yo he visto con los cielos de mi alma;

La lluvia llorar con lagrimas de viento.

Yo quiero morir contemplando mi dulce terruño

Y sentir la inmensa felicidad de mis eternos amores

Y dormirme con los cristales de la luna

Y con las estrellas, que destellan  nostalgias  a mis besos

Y a los mares sin fronteras que dibujaron ríos de ilusiones

Y a las promesas de mis férreos  fervores

     ¡Ho¡ Mi terruño, mi terruño, mi eternidad…



Por Carlos Rodolfo Ascencio Barillas

Poeta Salvadoreño