viernes, 15 de mayo de 2015

15 DE MAYO: DÍA MUNDIAL DE LA FAMILIA - FOLIOS DE LA UTOPÍA: LA SILLA VACÍA - POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN



CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
 
2015 AÑO
DE LA DEFENSA DE LA VIDA
Y DEL PLANETA TIERRA
 
MAYO: MES DE LOS TRABAJADORES,
DEL LEGADO DE LA PAPA DEL PERÚ
AL MUNDO, Y DEL MAESTRO ENCINAS
 
CAPULÍ ES
PODER CHUCO
 

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INGRESO LIBRE
E INVITACIÓN A ESTAR PRESENTES
EN LA JORNADA DE LIMA DEL XVI CAPULÍ

 El ingreso a la jornada cultural
que se desarrollará en Lima el día 19 de mayo
del año en curso, 2015, en el marco del XVI Encuentro
Internacional Capulí, Vallejo y su Tierra,
es de ingreso libre.
Asiste desde las 9 am.
al Centro Cultural de la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos, situado en el Parque
Universitario, en el Centro Histórico de Lima, donde se
llevará a cabo este certamen internacional, y comparte
experiencias con fervorosos vallejistas asistentes
procedentes desde diversos países del mundo
Se otorgarán certificados
a quienes acrediten su asistencia en la secretaría
técnica del certamen, abierta en la puerta del Salón de
Grados, o Capilla de la Virgen de Loreto de este Centro
Cultural donde se llevará a cabo dicho certamen.
¡Asiste y expresa así
tu adhesión a quien constituye la inagotable reserva
moral del Perú eterno. ¡César Vallejo, presente!
 

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¿POR QUÉ CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA SE EMPEÑA
EN VOLVER UNA Y OTRA VEZ A SANTIAGO DE CHUCO
EN UNA FERVOROSA PEREGRINACIÓN ANUAL?


 Carlos Manuel Castillo Mendoza
 
Danilo: Sé del empeño que pones para llevar adelante Capulí, Vallejo y su tierra.  Sé lo que ello representa para  la alegría colectiva en nuestro Santiago de Chuco entrañable. Se lo que significa sembrar valores en el espíritu de las personas, a partir de la palabra de César Vallejo, en estos tiempos de materialismo sin freno. Sé también de las incomprensiones que ese empeño trae aparejado para ti.
Pero, por encima de todo, me reconozco como uno de los que aprendió mucho en el Aula Capulí en el marco de la palabra de nuestro paisano César Vallejo y cómo, gracias a tu docencia, fui descubriendo  mis posibilidades de decir con el poeta lo que me gusta y no me gusta de este mundo.
Valoro tu perseverancia y el que sigas remando y remando mar adentro en la seguridad de que es la mejor manera de no perder identidad y pertenencia.
Con mi saludo y mi aliento en este empeño que ya tiene un lugar en el corazón de los que aspiramos un Perú mejor; y, con la finalidad de ayudar en este esfuerzo, te remito mi modesta reflexión, como otras veces, con la finalidad de ir configurando el enfoque teórico de lo que constituye nuestro Capulí, Vallejo y su tierra. Con mi abrazo,

Carlos Manuel Castillo Mendoza

Porque en estos tiempos de relativismo moral, violencia cotidiana, de “la maldición de los recursos naturales” (Sachs y Warner) y la corrupción que nos invade de arriba abajo, es urgente responder con el ejemplo de vida de aquellos que nos precedieron para demostrar a las generaciones jóvenes y recordar a nuestros compatriotas, que el Perú no siempre fue así y no puede seguir siendo así; que nuestra patria es grande no solo por sus recursos naturales que fluyen sin cesar, sino por la valía de sus hombres y mujeres que lo construyeron con esfuerzo, imaginación, reciprocidad y buen gusto.
No se trata de ir únicamente a pisar las piedras, ver la casa y sentir el viento que acompañaron la persona del poeta César Vallejo en su pueblo natal, vamos también al rescate de los valores morales que nos enseñaron nuestros padres, esos que hoy parecen oscurecer ante una modernidad que pretende llevarse de encuentro todo vestigio de humanismo, fraternidad y amor. Y para ello la vida y la palabra de nuestro poeta mayor son como los cimientos de una nueva patria para nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos.
Es conocido el diálogo “Gorgias” de Platón donde describe que en cierta ocasión su maestro Sócrates mantuvo una discusión casi dramática con un joven arrogante y fanfarrón llamado Caliclés. El tema fue éste: ¿Qué es mejor, cometer una injusticia contra otro o padecerla uno mismo? Por supuesto, Caliclés decía que es mucho mejor cometer injusticias que sufrirlas. Aún más: sostenía que son los debiluchos y amargados quienes se están quejando de lo “injustos” que son los fuertes, es decir, los audaces que se atreven a hacer lo que les apetece, caiga quien caiga. Caliclés estaba decidido a ser todo lo injusto que le diera la gana, faltaría más, consideraba humillante que otro le sometiese a su voluntad en nombre de la ley, el respeto o de lo que fuera.
El filósofo en cambio, pensaba todo lo contrario: si alguien nos hace una fechoría no por eso nos volvemos peores ni perdemos la virtud de vivir el bien. Es el otro quien se mancha, no nosotros. Lo único que estropea nuestra vida son las injusticias y abusos que cometemos voluntariamente nosotros mismos. Son esos actos los que nos hacen peores, no las que padecemos por culpa de los demás.
Hoy, que los medios de comunicación nos presentan cada día las aventuras de nuestros Caliclés criollos, que asumen como hombre grande, poderoso e inteligente a aquel que obra según su voluntad y solo por ella, sin darse cuenta que placeres y bienes materiales son momentáneos, perecederos y nunca nos satisfacen plenamente; cuán importante es retomar las enseñanzas del filósofo que, sin duda, César Vallejo entendió y describió muy claro en su cuento Paco Yunque al poner de un lado a Humberto Grieve defendiendo su derecho natural a la superioridad y al dominio, y del otro lado a Paco Yunque el niño desprotegido y necesitado a ser defendido por la ley y la piedad del compañero como lo fue Paco Fariña. Como si naturaleza (physis) y ley (nómos) fueran realidades totalmente opuestas, sin advertir que la ley (consenso social para garantizar la convivencia racional) ordena y direcciona la naturaleza y, si queremos ir a un nivel superior, el amor al prójimo es la categoría que nos hará ser verdaderos seres humanos. Entonces, trabajar en esos valores nos permitirá avanzar en la evolución, el progreso, el humanismo, la inteligencia, la salvación y la fe.
El XVI Encuentro Internacional Itinerante Capulí, vallejo y su tierra en Lima, Trujillo, Huamachuco y Santiago de Chuco es una oportunidad más para seguir construyendo nuestra utopía: la fraternidad que cimentó la patria y debe retornar al centro de nuestra vida cotidiana; es un ir al mundo andino para renovar nuestro quehacer, lo que nos hará pasar de la fuerza y la oportunidad a la justicia y finalmente a la caridad; eso, y solo eso, nos permitirá llegar cada vez más lejos en un desarrollo que no se circunscribe únicamente a lo económico (que siempre termina beneficiando a unos pocos) sino que esencialmente nos llevará al rescate de nuestro ser social, estético, ético y espiritual.
Esto es Capulí, Vallejo y su tierra, este es su reto y esta su utopía, y para ello convoca a los hombres y mujeres de buena voluntad que no buscan acomodarse a esta situación materialista y deshumanizante, sino que se esfuerzan, como decía el poeta, por “amar, de grado o fuerza.” Caliclés jamás entendería expresiones como estas:
Amémonos
los vivos a los vivos, que a las buenas cosas muertas será después. Cuánto tenemos que quererlas y estrecharlas, cuánto. Amemos las actualidades, que siempre no estaremos como estamos.
Trilce LXX
Lima, 14 de mayo del 2015

 
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15 DE MAYO
 
 
DÍA MUNDIAL
DE
LA FAMILIA
 
 
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
 
LA
SILLA
VACÍA

 
Danilo Sánchez Lihón
 
 
Hermano…
donde nos haces
una falta sin fondo.
César Vallejo
 
 
1. Ella
sufre más
 
– ¡Júrame, que no me vas a dejar aquí! –Le dice repentinamente Juvenal a mamá que está ordenando un sobre con papeles.
– ¿Por qué dices eso, hijo?
– Yo no quiero quedarme aquí, mamá.  –Alega.
– ¡Pero tan ilusionado que has estado con tus estudios! ¿Y ahora qué pasa, hijo?
– ¡Te suplico mamá, no me dejes! ¡Te lo ruego, mamá! –Dice de repente llorando.
Al principio ha sido tan entusiasta de seguir sus estudios aquí en Trujillo, pero ahora ante la inminencia de quedarse a estudiar solo ha empezado a angustiarse y a llorar inconsolable.
– Me voy a morir si tú me dejas, mamá. No quiero quedarme solo, sin ti, sin papá, sin mis hermanos.
Mamá, que tiene la misma sombra en el alma al principio quiere consolarlo, pero finalmente también llora apretándolo contra su pecho, con un rictus de tormento y dolor en todo su ser.
Y no sabe o no puede siquiera decirle una palabra de alivio, porque ella sufre más y peor. Y yo lloro también.
 
2. Salimos
en puntillas
 
Es que hasta ahora, basta que uno solo faltara en nuestra casa y ya estábamos averiguando a cada momento:
– ¿En dónde está?
– ¿Por qué no viene?
– ¿Tiene que demorarse tanto?
– Y, ¿a qué hora vuelve? –Sea chico o grande, papá o mamá.
A partir de este rapto sorpresivo que ha tenido Juvenal, sentimos que en todo momento vigila estrictamente cada movimiento nuestro.
Está pendiente de cada uno de nuestros pasos. Si salimos a comprar corre tras de nosotros. Si entramos él entra. Si nos sentamos él se sienta. ¡Pobre Juvenal!
Según ha prometido nada del mundo hará que nos volvamos sin él.
– ¡Júrame, mamá que no me vas a dejar!
Y mamá sin poder hablar, también sufre viéndolo sufrir.
Nuestro ómnibus de regreso ha partido a medianoche cuando él estaba dormido. Salimos en puntillas de pies. Mis tías, dueñas de la casa donde se queda, nos ayudan a escapar.
 
3. La vida
no ha sido vida
 
El ómnibus nos ha llevado por calles oscuras a esa hora de la madrugada.
El amanecer no apaga nuestros sollozos, ni seca nuestras lágrimas, ni borra de nuestros ojos su imagen.
Después nos contaron que al despertar y no encontrarnos se golpeaba la cabeza contra el muro y mis tías desesperadas tenían que abrazarlo rogándole que sea fuerte, que él es el hermano mayor y un ejemplo para una cadena de chiquillos.
Que sus padres lo adoraban. Que en la casa no le iba a faltar nada. Que era como un hijo. Pero él no se calmaba.
Estuvo gimiendo en los brazos de mi tía Blanca, y tuvieron que darle pastillas con engaños de que bebía agua, hasta que se quedó dormido y suspirando en su sueño.
Nosotros todo el camino de regreso fue igual o peor y hasta intentamos bajarnos del ómnibus para regresarnos a Trujillo.
Y la vida no ha sido vida durante estos nueve largos meses en que él ha estado ausente y que para nosotros ha sido una eternidad.
Pero hoy regresa. Y esta es una inmensa felicidad.
 
4. Papá
en la cabecera
 
¡En realidad no sabíamos ni nos imaginábamos antes cuánto sufriríamos por no tenerlo entre nosotros!
Cuando mi madre amanece contenta y hace en la cocina alguna fritura que nos llena de alegría, nos sentamos a la mesa.
Y al estar sirviendo, dice repentina secándose las manos:
– ¿Estará desayunando mi hijo?
– ¿Estará abrigado?
– ¿Estará contento?
Y ahí nos viene la pena. Y ya nada es igual. O cuando llega la hora del almuerzo, escuchamos su llamado:
– Ya, bajen hijos a comer. ¡Avisen a su papá! ¡La mesa está servida! ¡He hecho algo rico!
Y es que hay cuy con mote de trigo y papas revueltas. Y caldo de cordero humeante, ¡que a mí me gusta tanto! Al centro de la mesa hay habas verdes, cancha ¡y choclos!
Papá en la cabecera de la mesa acaba de sentarse. Y esperamos todos con la cuchara en la mano su orden para iniciar la comida.
 
5. Voltear
para verla
 
En lo más alegre volteamos a ver a alguien que está derramando lágrimas.
– ¿Algo te duele?
Es la pregunta, llena de ansiedad y zozobra. Y se oye una voz quebrada:
– ¡Mi hermano!
Es la respuesta, entre gimoteos.
Allí sentimos cómo se nos encoge el corazón en el pecho. Se mueven los ojos en nuestras órbitas tratando de que las lágrimas no se desborden.
Y si tenemos algo en la boca y lo queremos pasar se atraganta en el nudo que tenemos en el cuello y sentimos que es amargo pasarlo.
Pero mamá es quien más resiste y disimula su pena. Cuando está sirviendo algo sabroso tenemos que voltear para verla:
– ¿Pero tú mamá, a qué hora te sirves y vas a comer?
– Ahorita. Aquí está mi plato.
– Pero haber, ¡come mamá!
– ¡Ya!
– ¡Come, mamá!
 
6. Uno y otro se va
agachando
 
– ¡Qué! ¿Me van a exigir?
– ¡Sí, mamá!
– Ya estoy comiendo.
– ¡A ver!
– Pero primero empiecen ustedes.
– No. Tú, mamá.
Y lo hace. Y todos miramos. Se lleva el primer bocado y ahí se detiene.
– ¡Pero sigue comiendo, mamá!
– ¡No puedo! ¡No puedo! ¡No puedo!
Gime, se lamenta y se encoge a llorar.
Y ahí se queda agachada, mirando primero la lejanía. Y después solo vemos su espalda sacudiéndose de dolor.
Entonces cesa el tintineo de todas las cucharas o tenedores en los platos. Y todos volteamos a ver, y a tratar de encontrarlo en el lado que permanece vacío donde se sienta Juvenal.
Ahí nos miramos los hermanos. Y, uno y otro se va agachando y empiezan a caer grandes goterones al mantel y hasta a la sopa caliente.
 
7. Nuestro
gozo
 
Y si vamos pasando los alimentos porque hay que disimular la pena, lo hacemos con un golpe como de piedra endurecida en el pecho y que no deja respirar.
Y hay un silencio sepulcral que nada lo interrumpe. Y una silla vacía. Y un aire hueco en nuestros corazones.
Papá entonces dándonos valor, trata de consolarnos y nos anima comentando:
– Él está bien. –Dice, haciendo suave y enterneciendo su voz.
Y vuelve por undécima vez a leer textualmente la carta que coge de la repisa o busca en el fajo que se guarda en la alacena.
Y volvemos a oír los párrafos ya sabidos de memoria de la última misiva que él remitiera.
Papá es recio, pero también se le humedecen los ojos cuando lee. Y siempre culmina con aquello de:
– Debemos enviarle nuestro gozo y buen ánimo, porque su hermano disputa el primer puesto del mejor colegio de La Libertad, como es el San Juan, con Alberto Cahuano, un estudiante magnífico.
– Pero, ¿quién está ganando, papá?
 
8. Él
es
 
– Por ahora Cahuano. Pero su hermano está ahí pisándole los talones. Pero, ¡qué gracia! Cahuano allí tiene a toda su familia en Trujillo que lo apoya. En cambio su hermano está solo luchando como un gladiador.
– Nos tiene a nosotros.
– Pero, ¿a quién tiene cerca? ¿En quién piensa? ¡En nosotros! ¿Y nosotros vamos a estar llorando? Él está dejando bien el nombre de su familia, de su pueblo y de la serranía.
– ¡Del ande, papá!
– Sí, del ande, porque somos andinos. Por eso no debemos estar tristes ni llorar. Por eso debemos estar contentos. Él es juicioso, él es...
Y ahí se le quiebra también la voz. Carraspea, disimula y vemos que sus lágrimas ya están a la altura de la comisura de sus labios.
– El día 22 reparten las libretas, el día 23 se embarca y el día 24 estará aquí entre nosotros.
– ¿Y cuántos días faltan papá?
– Apenas, ¡un mes!
– Pero ese mes felizmente ya transcurrió, y hoy día llega.
 
 
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CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
 
TELÚRICA DE MAYO, 2015
 
LIMA:
MARTES 19
 
TRUJILLO:
MIÉRCOLES 20
 
HUAMACHUCO
JUEVES 21
 
SANTIAGO DE CHUCO:
VIERNES 22
SÁBADO 23
Y DOMINGO 24
 
TODO EN EL MES
DE MAYO, 2015
 
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HOMENAJE MUNDIAL A
LUIS DE LA PUENTE UCEDA
 
HÉROE, DEVOTO DEL APÓSTOL,
DIRIGENTE, BUEN CHUCO,
PAISANO, HOMBRE HONESTO
 
23 AL 25 DE OCTUBRE DEL AÑO 2015, EN
SANTIAGO DE CHUCO, SU TIERRA NATAL
 
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