jueves, 4 de diciembre de 2014

EN EL ANIVERSARIO DE LA MUERTE DEL INMORTAL JOSÉ MARÍA ARGUEDAS - POR LUZ SAMANEZ PAZ, PRESIDENTA DE ASOLAPO INTERNACIONAL

EN EL ANIVERSARIO DE LA MUERTE DEL INMORTAL JOSÉ MARÍA ARGUEDAS

LUZ SAMANEZ PAZ, Presidenta Internacional de ASOLAPO
 
JOSÉ MARÍA ARGUEDAS ALTAMIRANO, este hombre prodigioso, nacido en Andahuailas (Apurímac-Perú), arrancado del Ande, tenía la piel de sepia i la mirada tan negra, dentro de cuyo cráneo las ideas se precipitaban llenas de furia i con frecuencia lanzábance en una vorágine de relámpagos. ARGUEDAS, fue dejándonos entre afirmaciones i negaciones, entre luces i sombras su mensaje. Era un cuerpo transido de dolor i de hambres, al que la tragedia esencial del INDIO, le había saturado las entrañas desde niño. era el hombre que este nuestro pueblo escogió, para reivindicar a su raza andina, para cantar su tristeza i esperanza i sonreirle a la muerte, para que el mundo sepa quiénes somos, qué dolor nos hiere i qué ideal sostiene nuestras ansias. ARGUEDAS era nuestro i no podía ser de nadie más. ¿Qué otro pueblo andino, sino el nuestro podía haber creado una mente tan llena de pavores, de miedos, de iras, de ideas, de gracia?  La sustancia de su genio, los grandes vuelos de su espíritu, cuando perfilaba su magnífica figura intelectual, proviene i solo debe provenir de una raza como la nuestra; forjada por los rayos, bañada por las lluvias, amasada por la Pachamama, que eslabona una sucesión de vértebras nacionales, sobre la curva dorsal del planeta.
 
ARGUEDAS, es una raza geológica de agro i tierra, templada en los fuegos del Ande i ese amor a nuestros indios con los que vivió, ese amor a sus montañas, a sus nevados, a sus árboles, a su pasado tan persistente, tan doloroso, que no se mitiga sino, cuando nos sentimos por fin abrazados en el corazón profundo de la Pachamama, porque estamos formados de nuestra madre universal, de nuestra Madre Tierra, por lo tanto somos tan eternos  como ella, no tenemos otra misión de eternidad, pero nos basta para existir i resistir todos los embates de la vida.
 
Porque ARGUEDAS, llevaba en su rostro la tristeza, en sus ojos la luz de la mañana i en su corazón todo el dolor i la angustia de su pueblo andino, de los más olvidados i maltratados, de los más pobres i despojados. Lo cual le permitió sentirse andino, ver quiénes sufrían la miseria i el olvido. Intentó romper las ataduras de la impiedad, deshacer cadenas opresoras, liberar a los oprimidos. Su heroica misión en la vida, era reivindicar a la raza indígena, era su amor a la justicia.
 
Justamente, en homenaje a dos insignes personajes, el XXVIII Encuentro Internacional de Poetas, Escritores y Artistas de ASOLAPO, se denomina "ERNEST HEMINGWAY Y JOSÉ MARÍA ARGUEDAS", a realizarse en julio de 2015, en Miami Beach (USA).
 

A JOSÉ MARÍA ARGUEDAS

LUZ SAMANEZ PAZ

JOSÉ MARÍA ARGUEDAS,
voz andina, voz de piedra,
cortada a trazos
por el grave perfil
del pensamiento.

Deshojas tus sentimientos
en el aire caliente
de tus narraciones,
teñidas a veces de sangre.

Peregrino de siglos
otorgaste a los hombres,
con tu acento de Biblia:
más henchida de protestas,
más grávida de universo,
el dictado de la reivindicación
de tu pueblo andino.

Tu alma dialogaba
con la Pachamama,
que era preludio de poemas
que se deshojaba en waynos.

JOSÉ MARÍA ARGUEDAS,
eres un ser arrancado del Ande,
endurecido en la carne i en el hueso,
macerado a golpes de infortunio,
al que  la tragedia esencial
de nuestra estirpe andina,
le había saturado las entrañas,
abrazándole, ardiéndole en la sangre.

Eres el hombre
que este nuestro pueblo escogió...
para revalorar a la raza indígena,
para cantar su tristeza i esperanza.