martes, 2 de diciembre de 2014

2 DE DICIEMBRE: DÍA MUNDIAL PARA LA ABOLICIÓN DE LA ESCLAVITUD - FOLIOS DE LA UTOPÍA: TÚPAC AMARU QUE ES LA LIBERTAD - POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN

 
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
 
2014 AÑO
DE LA BATALLA DE LA LECTURA Y
ESCRITURA POR LA CONSTRUCCIÓN
DE UN MUNDO MEJOR
 
DICIEMBRE, MES DE LAS MONTAÑAS,
DE LOS DERECHOS DE LOS ANIMALES;
DE LOS MIGRANTES, Y DEL NACIMIENTO
DEL DIOS NIÑO EN LA NAVIDAD
 
CAPULÍ ES
PODER CHUCO
 
*****
 
AULA CAPULÍ
VIERNES 5 DE DICIEMBRE
7 PM
 
MESA DE DEBATE:
“¿CAMBIO CLIMÁTICO O
CAMBIO DEL SISTEMA?”
 
PANEL DE EXPOSITORES
 
RAMÓN NORIEGA
ROGER RUMRRILL
WALTER VÁSQUEZ VEJARANO
JULIO YOVERA BALLONA
 
CONDUCCIÓN:
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
 
JR. MANCO CÁPAC 440 INT. B
MAGDALENA DEL MAR
CUADRA 29 AV. BRASIL
TOCAR TIMBRE DE LA DERECHA
DETRAS DE LA REJA, SOBRE CAJA
DE CORREOS DONDE DICE: "PUNKU"
 
Ingreso libre
Se agradece su gentil asistencia
 
*****
 
CAPULÍ SE ADHIERE
A LA GRAN MARCHA
POR EL CAMBIO
 
MIÉRCOLES
10 DE DICIEMBRE 10 AM.
 
CONCENTRACIÓN BRIGADA
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
 
CAMPO DE MARTE
PARA DESPLAZARNOS HASTA
LA PLAZA SAN MARTÍN
 
COORDINADORES GENERALES:
 
RAMÓN NORIEGA Y
MAGNA DE LA CRUZ
 
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2 DE DICIEMBRE
 
 
DÍA MUNDIAL PARA
LA ABOLICIÓN
DE LA ESCLAVITUD
 
 
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
 
 
 
TÚPAC AMARU
QUE ES
LA LIBERTAD
 
 
 
Danilo Sánchez Lihón
 
 
1. Saldrán
por la boca
 
Túpac Amaru decretó la abolición de la esclavitud negra por primera vez en América el 16 de noviembre de 1780, 83 años antes que lo hiciera Abraham Lincoln recién en 1863 en los Estados Unidos, e incluso 70 años antes de la abolición de la esclavitud en las colonias francesas, ocurrida en 1848.
 
Pero Túpac Amaru también decretó la libertad de toda América de cualquier dependencia; y eliminó las diferentes formas de explotación indígena, especialmente la mita en las minas y los trabajos forzados en los obrajes.
 
Por estas tres libertades el suplicio de Túpac Amaru además de las “onze coronas de fierro con puntas muy agudas que se han de poner en la cabeza…”, y del “collar de hierro con  dos platinas muy pesadas y rodeado de puntas muy agudas…”, para que se le introdujeran por el cuerpo…
 
Lo atroz fue que “por la parte del cerebro se le introducirán tres puntas de Fierro ardiendo que saldrán por la boca en demostración de los tres bandos que mandó publicar”, artefactos con los cuales permanecerá en exhibición todavía vivo todo un día en la Plaza de Armas del Cuzco.
 
2. Sus seres
queridos
 
¿Quién maquinó todo este horror? El Visitador José Antonio de Areche, personaje vil y depravado mental, representativo de todos los funcionarios de su época, por eso tiene éxito y asciende.
 
Es adulador y genuflexo. Todo lo hace por recibir honores, reconocimientos, y por elevar su graduación en la estructura jerárquica del sistema establecido.
 
Pero este español peninsular descastado y bastardo, qué desprecio tan absoluto nos tenía. Imaginó el cadalso, azuzó al pueblo, diseñó pacientemente el holocausto de una familia, de lo que era un clamor justo y el sentir de toda una nación.
 
La muerte de José Gabriel la dibujó en un papel, hizo un plano minucioso del martirio, lo graficó dibujando las bestias que arrancaban los miembros del cacique, y luego arrastraban por las calles los pedazos sanguinolentos.
 
Y para el hijo del jefe sublevado, Fernando de apenas 12 años, determinó el castigo más sutil, el más espantoso y perverso que mente humana haya podido concebir jamás: él tenía que ver morir torturados a todos sus seres queridos, incluidos su madre y su padre.
 
Y después de esas escenas de horror ver si le era posible vivir. Como vivió decretó que cargado de cadenas y a pie marchara hasta Lima para sufrir cárcel ominosa en el Real Felipe, y luego en una mazmorra del continente africano. Al final enloquecido de pena se suicidó.
 
3. La vida
de todos
 
El castigo que diseñó para Fernando era vivir con la carga atroz de lo que había visto. Que él cargara todas las horas de su vida por todos los caminos el horrendo espectáculo. Quiso de esa manera perpetuar su obra maestra. ¡Nunca se ha arrastrado más el alma humana sino para concebir esta iniquidad en el alma de un niño!
 
Y todo por querer sus padres romper nuestras cadenas y librarnos del oprobio, vernos libres, dignos y felices; por el anhelo de justicia y libertad para todos los seres humanos de la tierra.
 
¿Tendría alma ese hijo de puta? ¿En qué antro nacería? ¿Y no sale azufre en donde cayeron sus despojos?
 
Además, ¿cuál era su cargo? ¿Cuál su título? ¡El de Visitador! Y el concepto de Visitador qué grotesco resulta en este caso, porque ya señala para nosotros su condición espuria e ilegítima. Es el Visitador José Antonio de Areche. 
 
Y qué macabra resulta su resonancia del vocablo. Porque es foráneo, su procedencia es ajena, es un intruso y entrometido en estas tierras. Y sin embargo gobierna la vida de todos nosotros en este reino. Es la autoridad para quien no hay un solo obstáculo a su antojo.
 
4. Por querer
liberarlo
 
Pero es apenas ¡un Visitador! ¡Es alguien que está de visita! Lo tenemos aquí como gorrero, allegado, y como avenido. ¡Y hace las atrocidades que hace! ¿No es curioso que un visitador en nuestras tierras cometa tremendas crueldades y tropelías? ¡Es alguien que visita pero su poder es absoluto! ¿No nos ocurre lo mismo ahora con algunas empresas mineras, pero también de otras especies como en el rubro de la telefonía?
 
Uno ve su firma y aparenta ser un hombre normal, ordenado, razonable y claro, ¡siendo en ser tan abominable! Normal para el horror. Ordenado para lo macabro. Razonable para ser un artista de la iniquidad. Claro para la infamia y la ignominia. Todo lo preparó con especial exquisitez, imaginando el pánico y el sobresalto que produciría en Fernando el contemplar cortarle la lengua y ahorcarlo a su hermano Hipólito de 18 años, luego ver la pateadura que hicieron los esbirros en el vientre y en los senos a su madre. Y la torcedura del garrote en su cuello. 
 
Con un soldado a su lado para que le hiciera levantar la cabeza y abrir los ojos a culatazos a fin de que mirara. Y el descuartizamiento del padre, para que tenga de por vida todo eso reflejado en el alma. ¡Y todo ese sacrificio solo por querer por darnos libertad! “Aquí solo hay dos culpables –le dijo Túpac Amaru a Areche, cuando este insistía en que delatara–: tú por explotar a mi pueblo y yo por querer liberarlo”.
 
5. Y
lo dulce
 
Los textos de la época al relatar cómo fue jalonado Túpac Amaru teniéndolo suspendido en el aire como una araña y no poder romperle los miembros, dicen de aquel español energúmeno, que después de varios instantes, recién “se apiadó”.
 
¡Qué horrorosa suena esta palabra aplicada de este modo! ¡Qué chirriante y hasta macabra resulta algo que significa lo tierno y lo suave, lo calmo y lo dulce! 
 
Y detallan que desde su tribuna envió entonces una orden para que se proceda a degollarlo y cercenarle los miembros. ¡De esa piedad solo era capaz!
 
¡Donde hasta el lenguaje mismo en estos casos se retuerce, se contorsiona y estalla!, al utilizar para este hecho la palabra “apiadarse”. ¡Cómo resuena sarcástica, cómo ofende y latiguea en plena cara una palabra tan lábil! 
 
¡Y cómo agrede y resiente! ¿Apiadarse es ordenar que procedieran a degollarlo? ¿Apiadarse es ordenar que se lo descuartice? Areche es vil y cobarde, de instintos sanguinarios, con un odio irrefrenable a todo lo indígena.
 
6. El aparato
del Derecho
 
Ha habido crímenes en la historia que se han perpetrado en la ofuscación del momento. Y se ha ocultado por vergüenza al escarnio. Y hasta quedó vedado el lenguaje en que se perpetraron estos hechos, casi siempre utilizado en su versión y naturaleza oral con que se ordenaba cometer esas fechorías de lesa humanidad.
 
Sin embargo en este caso no, es al contrario. Todo se hace por escrito, de modo prolijo, siguiendo un proceso judicial ante notarios. ¿Por qué? ¡Porque no hay horror ni hecho salvaje mayor o mayúsculo que este! Y que se comete apelando a los principios del Derecho y bien encajado sobre el aparato formal de la justicia.
 
¿No constituye todo esto otro horror y quizás mayor que todo lo anterior? Pero es más: todo se hace en nombre de Dios y de lo más sacrosanto: de la iglesia, y hasta de Jesús el Redentor. 
 
Incluso Areche antes de los degüellos, de tomar asiento en un palco especial para corroborar que las ejecuciones se cumplan asiste a los oficios religiosos, permanece en la iglesia compungido, escucha misa y ora a la divinidad.
 
¡Es más, las crónicas anotan que reza por el alma de aquellos a los cuales ha condenado y va a ejecutar!
 
7. ¡No podrán
matarlo!
 
Todo se hace con actas, notarios y registros bien elaborados, lo que aumenta la culpabilidad de estas decisiones. Todo es legal e impecable, lo que da prueba de que además hay otro culpable: la institucionalidad establecida en pleno, el orden imperante, el modelo y el sistema que nos rige.
 
Porque, ¿no podían darse cuenta que Fernando es inocente en todo? Que él ¿no ha complotado en nada? Pero se ordena que observe cómo se mata a su familia hasta la cuarta generación, es decir a los que aún estaban por nacer. Se arrodillan delante de Cristo y no reconocen al Cristo que tienen delante.
 
¿Acaso igual que a Cristo a Túpac Amaru no le coronaron la cabeza? Aunque esta vez ya no con espinas sino con fierros hechos especialmente en la herrería para que se incrusten ardientes en su cráneo hasta salirle por la boca. 
 
¡De eso no podremos olvidarnos jamás! Porque Areche tiene una especial fascinación por causarnos todo el pavor posible hasta ahora, y todo el horror inimaginable en el alma de los indios como escarmiento. 
 
Y en Fernando, hijo de Túpac Amaru, como un símbolo de que ni lo puro con el orden estatuido podía salvarse. ¡Y como complacencia de un ser execrable cuya semilla se ha expandido! ¡Y todo por nuestra libertad! Que, como decía el poeta Alejandro Romualdo, ¡No podrán matarlo!
 
 
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