miércoles, 11 de septiembre de 2013

11 DE SEPTIEMBRE: VALLEJO Y SU TIERRA NATAL - ENTREVISTA A DANILO SÁNCHEZ LIHÓN - POR MARA L. GARCÍA

 
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
 
2013 AÑO
EVANGELIO VALLEJO DE LA SOLIDARIDAD
Y UNIVERSALIDAD DEL MUNDO ANDINO
 
SEPTIEMBRE, MES DE LA PRIMAVERA,
DE LOS DERECHOS CÍVICOS
DE LA MUJER, EL NIÑO Y LA FAMILIA
 
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES
DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
 
VALLEJO
EN EL ALMA
 
RECITAL DE
FREDERIK
SOTOMAYOR CARRANZA
 
MIÉRCOLES 2 DE OCTUBRE
6.30 PM.
CASA DE LA LITERATURA PERUANA
ANTIGUA ESTACIÓN
DESAMPARADOS
 
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PRESENTACIÓN
DEL LIBRO DE POESÍA
 
ALHELÍ
 
DE
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
 
SÁBADO 2 DE NOVIEMBRE
6 PM.
CASA DE LA LITERATURA
PERUANA. ANTIGUA ESTACIÓN
DESAMPARADOS
 
7.30 PM.
AULA CAPULÍ
 
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CONVOCATORIA
 
XV ENCUENTRO INTERNACIONAL
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
TELÚRICA DE MAYO, 2014
 
LIMA:
MARTES 20
Y MIÉRCOLES 21
 
TRUJILLO
JUEVES 22
 
SANTIAGO DE CHUCO
VIERNES 23
SÁBADO 24
Y DOMINGO 25
DEL MES DE MAYO
 
*****
 
Teléfonos Capulí:
420-3343 y 420-3860
99773-9575
 
capulivallejoysutierra@gmail.com
dsanchezlihon@aol.com
 
 
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11 DE SEPTIEMBRE
 
 
 
VALLEJO
Y SU TIERRA
NATAL
 
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
 
 
POETA UNIVERSAL
QUE ESTÁ LIGADO
A SU TERRUÑO
 
 
ENTREVISTA
A DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
 
 
DE MARA L. GARCÍA, PHD
BRIGHAM YOUNG UNIVERSITY
UTAH, EEUU
 
IV PARTE
 
 
MG.: ¿Cuál es el reto de Capulí en el marco de la sociedad contemporánea?
 
DSL: Ante el ruido sin contenido del mundo actual, ante los sonidos estridentes sin orden ni concierto, ante la algazara electrónica que apabulla y no deja ya ni pensar, ante la mala intención de trivializar lo trascendente y hacer de lo trivial, de lo vano e inútil lo significativo y el eje de nuestras vidas como es el comprar y vender, ante la abrumadora interferencia de falsos y erráticos mensajes, ante la distracción sin valores, nos hemos propuesto fijar hitos, piedras de toque y referencias hacia las cuales volver para meditar, apoyándonos en ellos para mejor querer y amar al Perú, a la humanidad y a la vida; de manera total y convencida, así como para tratar de comprender nuestro país abrupto, complejo y abismal, entremezcla de sangres y latidos, de renuncias y albedríos.
 
MG: Y, ¿cuáles son?
 
DSL: Vallejo, el mundo andino, el alma matinal, el trabajo y la dedicación hacia los jóvenes y niños, el amor y el compromiso con la tierra natal, la defensa del patrimonio de los pueblos, la cultura del reconocimiento y la gratitud, la capacidad de organizarnos como colectivo y tejido social, en realidad son muchos. Porque hay muchos falsos temas de preocupación, muchas cortinas de humo. Y hay monstruos que pretende devorarnos: la globalización que parece haber capturado gustos, preferencias, percepciones e instintos de la gente, pero eliminando y descartando la conciencia, su sensibilidad, los principios y el humanismo indispensable, fenómeno tiene en sus manos y para cumplir sus propósitos a las tecnologías avasalladoras y a los poderosos y enajenados medios de comunicación.
 
MG: En esta perspectiva, ¿por qué Vallejo es un poeta universal?
 
DSL: Es universal porque abarca mundos, planos de realidad, eras geológicas, épocas históricas. Y en todos esos planos es trascendente. Porque en un solo verso de Vallejo hay varios ríos. ¡Qué digo ríos, mares! ¡Qué digo mares, cosmos! Como por ejemplo cuando dice: "Murió mi eternidad y estoy velándola". ¿Cuántos cosmos hay allí dentro? ¡Muchos, así como mares y ríos! ¿Tres? ¿La muerte, la eternidad, el velar? ¿Sólo tres? ¡Hay muchos mundos dentro de esa frase e innumerables ríos! Cada uno de esos huecos negros tiene varios cosmos. Como por ejemplo: "murió". Quiere decir que antes vivió. Y si aceptamos que implícito en "murió" está el "vivió", quiere decir que en vivir hay otros varios cosmos: vivió cómo, con quiénes, hacia qué destino. Pero lo que sigue ya es supremo: "Y estoy velándola". Pero no hagamos una cuantificación sino al contrario: una cualificación, un ponernos en la emoción, en el sentimiento y en la palpitación. Digo, ¿la vida no podría ser definida con ese verso? Que la vida no es otra cosa que la muerte de nuestra eternidad y que estamos velándola. Porque, ¿vivir no es velar nuestra eternidad?
 
MG: De acuerdo.
 
DSL: Pero poeta universal también significa que puede ser interpretado desde todos los ángulos y credos, desde todas las ópticas, escuelas, corrientes y doctrinas. Así hay un Vallejo que las personas lo asumen como cristiano cabal, evangélico y transido de Dios. En cambio hay otros que lo identifican como un marxista y materialista dialéctico íntegro y confeso que asume y hasta traspasa esos dogmas. Y hasta hay quienes lo reconocen y lo afilian como un iluminado, un yoga y hasta como un guía espiritual. Y él no necesitó explícitamente afiliarse a estas corrientes, ni declarar esto o aquello sino que se revela como tal. Yo no necesito decir por ejemplo: soy peruano, sino que es lo que yo trasparento, en lo que siento, pienso y digo, y me revelo como tal. De allí que aquellos que hacen alarde o postulan que su interpretación es la única válida y sacrosanta en relación a César Vallejo en realidad lo reducen, lo confinan y empequeñecen, y le quitan el valor de poeta universal que tiene y que es de a verdad. Porque poeta universal es que tiene las mayores, máximas, plurales y opuestas significaciones.
 
MG: Ciertamente, caben todas las interpretaciones. Para mí Vallejo es al mismo tiempo local, nacional y universal.  Es de Santiago de Chuco, del Perú y del mundo entero.
 
DSL: Pero también Vallejo hoy día significa una cosa y mañana otra. Para alguien significa esto y para el otro lo opuesto. Y todo esto en vez de ser contradictorio es coherente y completa una interpretación. Quizá esas sean las claves de la universalidad de César Vallejo: ser cuantioso y esencial pese a la brevedad de su obra poética. Tener un valor constante que se adapta al cambio de los tiempos. Ser en quien encuentran asidero las más diversas posturas e incluso aquellas que son contrapuestas. También universal es el salto de ser aldeano a ser universal, que en el caso de Vallejo tiene un atributo añadido, cual es que no perdió jamás lo aldeano, lo ingenuo y hasta lo pueril. Antenor Orrego varias veces repite este epíteto en relación a César Vallejo, que era en algunos rasgos pueril, como algo tan debajo de la mano, pero a la vez como un don inalcanzable, que a pocos o a nadie con el genio de César Vallejo se lo da, cual es el ser ingenuo, natural hasta el punto de lo simplista, elemental o escolar.
Universal también es haber sometido el lenguaje a una fragua ardorosa, como él lo hizo en la cárcel de Trujillo en donde pudo contemplar desde adentro, en donde pudo mirar desde el fondo un texto verbal en las manos y que eran sus poemas titulados inicialmente como Cráneos de bronce. A los cuales pudo mirar desde la oscuridad a la luz; desde el encierro a la libertad; desde el haberlo perdido todo a tener que volver a reencontrar algo poco a poco y reconstruir lo inhallable. Él tiene una frase que bien puede resumir esta índole o categoría de lo universal cuando dice que hay que tener: "sentimiento oceánico de todo".
 
MG: ¿Cuál es la obra de Vallejo que más le ha impactado, y por qué?
 
DSL: Cuando yo estudiaba la educación primaria y el colegio secundario en Santiago de Chuco, el libro Los heraldos negros era nuestra Biblia. Sentíamos con mis compañeros que no había expresión más honda ni más exacta del significado de la existencia, ni más entrañable en sentimientos y en contenidos como el amor, la muerte, el hogar, el paisaje que los versos de ese libro. Cada frase la sabíamos de memoria y la saboreábamos con una profundidad excelsa. Además, con el privilegio de tener toda esa realidad que él evocaba al frente. Y con toda la humanidad que él convocaba con su verbo y que estaba a nuestro alrededor. Más aún la ventaja mía de ser del mismo barrio y de la misma calle que él recreaba punto por punto.
 
MG: ¿Cómo cuáles?
 
DSL: Como estos: “Murió doña Antonia, la ronca, que hacía pan barato en el burgo… Murió mi tía Albina, que solía cantar tiempos y modos de heredad, en tanto cosía en los corredores… Murió un viejo tuerto, su nombre no recuerdo, pero dormía al sol de la mañana, sentado ante la puerta del hojalatero de la esquina… Murió Lucas, mi cuñado en la paz de las cinturas, de quien me acuerdo cuando llueve y no hay nadie en mi experiencia… Murió el músico Méndez, alto y muy borracho, que solfeaba en su clarinete tocatas melancólicas, a cuyo articulado se dormían las gallinas de mi barrio…” Y algunos poemas de Trilce, aquellos referidos al hogar y a la casa, a la familia y a los hermanos que nosotros los recitábamos llorando.
 
MG: Realmente es un privilegio.
 
DSL: Esta dimensión que yo he vivido de manera intensa indudablemente es una dimensión desconocida para los demás y he allí mi responsabilidad también de haber nacido y crecido en Santiago de Chuco: que por ser esos poemas inspirados por esa geografía pude sentir la emoción profunda que tiene esa poesía entrañable, íntima y vibrante. Y lo digo porque no hay testimonios de que eso le haya ocurrido a alguien en ninguna otra parte y debe ser porque esos poemas están fusionados con esa tierra que es la mía, aunque no deje de sorprenderme otro hecho cuál es cómo estos poemas pueden sentirlo ciudadanos filipinos o vietnamitas en donde Vallejo es leído devotamente, lo que nos da un signo más de esa universalidad de la cual hablábamos antes.
 
MG. Sin lugar a dudas es enaltecedora la experiencia de tener la realidad inmediata que es la que inspira el poema y que César Vallejo evoca.
 
DSL: Como es también apabullante. Porque yo pensaba entonces que nada podía haber más alto ni profundo. Y que ya no podía haber más qué decir. Que todo ya estaba dicho y contenido en esos poemas. Que era imposible superarlos, o que alguien alcanzara expresión más trémula. Yo mismo me sorprendo distante de aquella emoción primigenia, candorosa y estremecida como ninguna. Intensa hasta el borde del delirio, del paroxismo y la adoración y no solo de parte mía sino de mis compañeros de estudios, por los poemas de Los heraldos negros. Pero cada obra de César Vallejo es impactante: Así, Trilce en cuanto a renovación del lenguaje y el encuentro de claves respecto a la inserción del hombre en el espacio y tiempo, que marcan a un Vallejo juvenil, buscador de la palabra y el giro inesperado, hasta exótico, de la frase rebuscada, intencionada en su propósito estético y conceptual, aunque contiene también este libro poemas de lo entrañable, del mundo íntimo y familiar. Pero logra esa hondura. En cambio el Vallejo oceánico es el de Los poemas humanos y España, aparta de mí este cáliz, es el poeta maduro, de la palabra justa, sin adornos, cargada de un dolor natural e inevitable que reúne los principios con los finales. Ahí hablan loa elementos terrestres, habla el espíritu, habla la historia humana sintetizada en símbolos infalibles y que además pertenecen a la vida sencilla, como la cuchara en el poema que empieza: Solía escribir con su dedo grande…
 
MG: Usted ha tenido una experiencia en el medio mismo donde se germinaron los poemas. Tal vez ¿es Santiago de Chuco el elixir que enriquece la lectura de los poemas de Vallejo, especialmente la de Los heraldos negros?  ¿Es esta hermosa tierra andina y su gente el complemento para entender la cosmovisión de vallejo?
 
DSL: Yo no he vuelto a sentir ni tampoco tengo el registro de algún amigo intelectual que haya referido una emoción tan grande por Los heraldos negros, salvo la que encuentro en las páginas que escribe Antenor Orrego donde hay retazos de esa exultación, pero no tanto como lo vivimos nosotros en Santiago de Chuco, en que con mis compañeros de colegio lo decíamos a gritos por los caminos. O lo recitábamos y modulábamos a solas ante cualquier paisaje que nos conmoviera. Y es que todo coincidía con los poemas. Los heraldos negros en su mayoría fueron escritos en Santiago de Chuco. Relato todo esto para graficar mi devoción y mi deuda con Los heraldos negros y Trilce, en lo que tienen de candoroso, inocente y de emoción profunda. Y que lamentablemente no la he vuelto a sentir en ninguna lectura que he hecho fuera de Santiago de Chuco, pero aquí le rindo mi tributo haciendo estas remembranzas que en el momento en que las estoy evocando vuelvo a conmoverme y hasta a tiritar.
 
MG: Y, ¿cuál es su opinión con respecto a sus poemarios posteriores? ¿Son más abarcadores y globales?
 
DSL: Los otros tres libros de poemas de César Vallejo sí ya son catedrales góticas, en el sentido de que en ellos está Dios. O hay en ellos un espíritu trascendente que en el caso de Trilce puede ser el lenguaje pero suficientemente poderoso como para ser una divinidad. Son templos, por ser las máximas realizaciones del genio humano con el estremecimiento de que son mucho más que arte o literatura, son mucho más que poesía a secas, con ser estas dimensiones supremas y acrisoladas, que incluso ya no pertenecen a un autor sino a la especie humana. Los poemas humanos y España, aparta de mí este cáliz, nadie jamás se atrevería a decir que tienen una influencia de tal o de cuál autor. O que pertenecen a tal o cual corriente literaria; o a tal o cual doctrina filosófica, política o ideológica. No. Esas obras ya están más allá de todo. Esos libros están ya fuera de toda casilla, escuela, movimiento o corriente literaria. No. Sería una irreverencia hasta pretender pensar en un rasgo así, puesto que rebasan toda dimensión. Y es que son nervio puro, con pulso libre, con aliento entrecortado, con vida plena y en vilo, con creación absoluta, con compromiso sustancial por todo, que surgen absolutos, sin que nada ni nadie pueda atajarlos o detenerlos, se han dado para la gloria humana.
 
MG: Son obras fundamentales.
 
DSL: Ambos libros son totales. Forman parte ya de la naturaleza, de la vida, del cosmos. Son como el sol, la luna o las estrellas. No son abarcables. Ambos libros no hay brazos, ni mente ni corazón para contenerlos. Son como el mundo, que intuimos, o sopesamos. O lloramos a tientas solo porque lo imaginamos que tienen un centro inalcanzable, insondable, inapelable, por un lado. Y tienen también una expansión igualmente incalculable hacia los bordes. Los dos libros forman parte de lo que son nuestros huesos, o nuestra ilusión, entelequia o utopía. No sé cómo explicar lo que pienso y me pierdo en este razonamiento. Y es que eso son: más allá de toda comprensión humana. Solo podría de España, aparta de mí este cáliz, decir que es militante, que es un libro apostólico, de fe, de credo, de misa santa. Es un libro sagrado. En él han quedado eternizados el estertor de un pueblo, la agonía y la esperanza de la humanidad para todos los siglos venideros.
 
MG: Usted es conocido en el Perú y en el extranjero como un icono del vallejismo por su trabajo sobre césar vallejo y su entrega a Capulí, Vallejo y su Tierra.  ¿Cómo se siente ser un símbolo del vallejismo?
 
DSL: Yo le ruego eximirme, por favor, de responder esta pregunta.
 
MG: Ha sido un gran privilegio tener este intercambio de opiniones con un icono del vallejismo.  He tenido la oportunidad de leer parte de su numerosa obra: crítica, poesía y narrativa y no dejo de maravillarme. Muchas  gracias profesor Danilo Sánchez Lihón por su valioso tiempo y por concederme esta entrevista.
 
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