sábado, 24 de noviembre de 2012

VÍCTOR NOLBERTO UNYÉN VELEZMORO: UN CHIMBOTANO ILUSTRE - POR HUGO TAFUR, ESCRITOR PERUANO RADICADO EN EL JAPÓN


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VÍCTOR NOLBERTO UNYÉN VELEZMORO:
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UN CHIMBOTANO ILUSTRE
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Hugo Tafur (peruano)
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Cuando el mar esta calmado, “como una taza de leche” dicen los hombres de mar, se percibe una fresca y tenue brisa marina, en ese momento, mirar a Chimbote desde la cima del “Cerro de la Juventud”, desde la "Cruz de la Paz", es sencillamente alucinante; la bahía “El Ferrol”, al despuntar el sol matinal o por la tarde cuando se pierde en el ocaso, es un tornasol de colores, como si el pincel del Altísimo se solazara con la belleza de su creación y efectuara instantáneos toques magistrales para iluminar con el oro de su luz la bahía más hermosa del planeta. Resulta increíble ver nacer a Chimbote cada día, la noche, asistida por la luna, lo pare entre pañales de neblina y luz, mientras una bóveda tachonada de estrellas nos deslumbra con sus luces iluminando la madrugada porteña;  en las islas, las aves marinas guardan solemne silencio y en la bahía, juguetones delfines comienzan a desperezarse… Chimbote nace fuerte y robusto, su primer vagido taladra el oído y remece las bases de sus islas y sus cerros aledaños, es el rugido de un león marino clamando justicia, es el eco sordo de una sirena de barco anunciando su ingreso a la rada de la patria, es “El Despertar de un Coloso”… Chimbote, puesto de pie.

Chimbote, "tierra de promisión"... pintada por
el pincel de Dios (foto de internet)

Así, con este título telúrico, nace por segunda vez como chimbotano, Víctor Unyén Velezmoro, quién a partir de ahí, puesto de pie, se erguiría como uno de los personajes más ilustres  de nuestro puerto, por su lucha, por su entrega, por su fe, por su amor a Chimbote. Hacía poco tiempo, yo que siempre lamentaba no haberlo tenido con nosotros en el grupo garcilasista del 61, vibraba de alegría y orgullo con su “Evocación a Chimbote” en las manos, de su aljaba de aedo, disparaba tiernos, vibrantes y románticos poemas que denunciaban su gran amor a la tierra que lo vio nacer a la vida; y con esta segunda obra, “El Despertar de un Coloso”, literalmente expresó un grito viril en el silencio apático de los chimbotanos, pues despertó la conciencia y el orgullo de haber nacido en esta “Tierra de Promisión” que don Enrique Tovar, vaticinó como de gran futuro. Víctor Unyén, en su obra, reconstruía el pasado y señalaba el presente con claridad meridiana, subrayando la injusta postración de nuestro puerto y la reivindicación que éste largamente merecía por ser un obrero laudable, su bien ganado prestigio de “Puerto Pesquero más Grande del Mundo”, la industria básica siderúrgica ya instalada y porque aparte de la belleza de su geografía y la riqueza ictiológica de su mar, Dios lo había dotado de naturales condiciones estratégicas, que hacían de la bahía “El Ferrol”, un lugar óptimo para planificar y construir el puerto industrial más grande de Sudamérica, base del desarrollo de nuestra patria, era una bendición a la que había que ponerle atención.

Dany, su amada esposa, sustento moral
 e inspiración del aedo chimbotano

Chimbote, desde hacía mucho tiempo, con todos sus pergaminos y riquezas, ilustraba la sentencia del sabio Antonio Raimondi, era “un mendigo sentado en un banco de oro”; y peor todavía, pese al esfuerzo y algunas buenas intenciones, nuestro puerto se había constituido en el botín deseado de gente de paso, la falta de planificación y la indiferencia lo estaban convirtiendo en una cloaca ambiental y social; en nuestra hermosa bahía se vertía todas la inmundicias posibles y en nuestra sociedad, malas autoridades y malos moradores sin arraigo y sin amor a Chimbote, aceptaban e imponían sin remordimientos, lacras que tornaron a nuestro puerto, en una ciudad violenta, delincuencial y fétida… muchos de sus hijos, en otras ciudades, tenían dificultad afirmar ser chimbotano, porque el concepto sobre la ciudad era nefasto. Contra esa deplorable situación y con la autoridad que le daba el ser un chimbotano auténtico, de raza y estirpe, alzó su voz en “El Despertar de un Coloso”, ese aedo, que un día no muy lejano, sería reconocido como el orgullo viviente de Chimbote.

En el Congreso de la República, en el 173
 Aniversario de la Creación Política de Ancash

No pretendo con esta crónica, relatar la biografía de este ilustre chimbotano, sí expresar mí alegría de saber que allá en mi Chimbote querido, mi amigo Víctor Unyén Velezmoro,  sorteó con éxito a la adversidad, con esa fuerza y fe que le viene de la profundidad de sus ancestros, con el apoyo de su familia, de galenos especializados y de manera especial de su amada Dany, su esposa. Esta crónica la comienzo a escribir, hoy sábado 31 de octubre de 2009, en mi departamento de Sukedo Higashiyama Cho, de la ciudad Ashikaga Shi, donde vivo aquí en Japón, luego de haber sido sacudido por la breve lectura de los títulos de la notas que se me habían acumulado en mi correo por estar de viaje, haciendo una serie de lucubraciones me fui a duchar y cambiar, no podía creer que mi amigo, Víctor Unyén, tuviera cáncer, no aceptaba la idea de perderlo y me puse a orar en silencio pidiéndole a Dios por su salud… este era un año infeliz para mí, Pietro Luna Coraquillo, amigo de toda la vida, había fallecido en febrero en Lima, María Teresa Martínez, mi inolvidable amiga en julio, en Venezuela, y hoy, la vida de mi querido amigo estaba amenazada..; gracias a Dios, cuando di lectura a las notas que me remitió, pude enterarme que era un recuento de la vía crucis, como el lo llama, que tuvo que pasar en el año 2005, cuando se le descubrió Carcinoma III en la Vejiga, historia superada, para alegría de su familia y de todos los amigos que lo apreciamos. Lo que sí me contristó sobremanera, fue la partida de don Nolberto Unyén Peláez, su padre, a quién recuerdo con mucho cariño desde niño.

Atardecer en la bahía "El Ferrol" de Chimbote,
 su hermosura es indescriptible (foto internet)

Vivencias y coincidencias personales, son la base de  la deferencia especial que guardo por el Dr. Víctor Nolberto Unyén Velezmoro, de cuya amistad me siento honrado y con quién, con respeto y admiración mutua, nos tratamos familiarmente. Víctor, nació unos meses antes que yo en el mismo año; su amada madre, doña Victoria Velezmoro Alva, era natural de Cascas, de la misma ciudad que procedía mi padre, así que ambos, por esas vertientes tenemos en nuestro torrente sanguíneo, sangre de hombres nobles y bravíos como los cupisniques, mochicas, chimús, caxamarcas, etc., que habitaron en otros tiempos la comarca; desde niños, hemos vivido en el mismo barrio y como vecino, frecuentaba la tienda de su señor padre ubicada en la sexta cuadra del jirón Francisco Pizarro, junto a la Escuela Particular “Montessori” de don Lucio Pereyra, yo vivía en la séptima cuadra del jirón Manuel Ruiz; soy amigo, de Jesús Ernesto y Gladys Victoria, sus hermanos, con quiénes años después, trabajando en Siderperú nos reencontramos;  Víctor y yo, estamos hermanados por la misma vocación desde niños, vivimos y sufrimos por ese amor misterioso que implica el amor a la Literatura, nuestra madre; finalmente, ambos amamos entrañablemente a Chimbote y desde siempre, junto a muchos jóvenes intelectuales hemos estado involucrados en actividades culturales a favor de nuestro puerto. 
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Con el nuevo amanecer, delfines juguetones
 pasean por la bahía (foto internet)

Desde este lejano país donde resido y trabajo actualmente, hago votos porque Dios Todopoderoso, bendiga y proteja la salud de mi amigo Víctor Unyén Velezmoro y su amada familia; le pido a Víctor, que se cuide mucho, la lucha pacífica iniciada por él en “El Despertar de un Coloso”, apenas está caminando, su compromiso de amor con Chimbote no ha terminado, el recambio aun no se ha realizado, y el orgullo vivo de Chimbote sigue siendo él portaestandarte de la enseña de oro de nuestro puerto; las nuevas generaciones de jóvenes porteños de ahora, aguardan inquietos la sabia de tus enseñanzas y consejos para seguir tu ejemplo, y velar por el progreso de nuestra patria chica: Chimbote… Perdona que te lo diga, pero tú, estás prohibido marcharte querido amigo... "Masa", sería nuestra oración.

Japón, Ashikaga Shi, viernes 13 de noviembre de 2009

Archivo BITÁCORA 13 (Japón 64-20091113)
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Dr. Víctor Unyén Velezmoro -32 Congreso Mundial de Poetas, Israel 2012