martes, 18 de octubre de 2011

TIEMPO NUEVO (MIAMI), DE ADDHEMAR H.M. SIERRALTA - AÑO 3 Nº 143 DE 18 OCT 2011

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TIEMPO NUEVO


por Addhemar Sierralta

Año 3 No. 143 - Miami 18 de octubre de 2011



MIAMI:
CELEBRAN CENTENARIO DE MACHU PICCHU.‏


Por Ricardo Calderón (U.S.A.).

‪El Instituto de Cultura Peruana y la Revista Banca y Finanzas invitaron a un programa académico y artístico en celebración del centenario del descubrimiento científico de Machu Picchu, una de las siete maravillas del mundo moderno, que tuvo lugar el sábado 15 de octubre a las 5:00 PM en el Centro Graham de la Universidad Internacional de la Florida (FIU), 107 Ave. SW 16 Street.

Como es de conocimiento general el pasado mes de julio Machu Picchu se vistió de gala para celebrar el centenario de su descubrimiento científico por el arqueólogo norteamericano Hiram Binghan de la Universidad de Yale, y en uno de los actos de esta majestuosa celebración el Ministro de Cultura, Juan Ossio Acuña, señaló que “si bien es cierto los festejos centrales por el Centenario de Machu Picchu ya culminaron, los festejos deben continuar”, prueba de ello es el acto que se organizó en Miami para el 15 de octubre.

“Lo ideal sería que el próximo gobierno realice un espectáculo similar al de luces y sonido que vimos en Machu Picchu, pues mucha gente ha elogiado el trabajo de la Comisión de Alto Nivel organizadora de las festividades y reclama algo similar que bien podría repetirse” manifestó el titular de Cultura.


El mundo se rindió ante la majestuosidad de Machu Picchu. Importantes cadenas de televisión, diarios y agencias internacionales difundieron esta celebración con elogiosos comentarios:
 La prestigiosa BBC de Londres destacó la ceremonia incásica del Tinkay e iluminación de Machu Picchu. El Diario chileno El Mercurio aplaudió los festejos y saludó el concierto de gala ofrecido por Los Jaivas. 


Las más importantes cadenas de noticias, diarios y canales de televisión internacionales brindaron gran cobertura a los festejos por el “Año del Centenario de Machu Picchu para el Mundo”, destacando el impresionante espectáculo montado en la ciudadela incaica.
La admiración ha sido expresada tanto por el concierto de la mañana como por el de la noche del 7 de julio, así como lo que se vivió en las diferentes plazas de la ciudad abarrotadas de cusqueños y turistas nacionales y extranjeros, quienes se volcaron masivamente a las calles para participar de las actividades del Programa Oficial elaborado por la Comisión de Alto Nivel encargada de las celebraciones.


La prestigiosa BBC de Londres propaló un extenso reportaje sobre la ceremonia matutina en Machu Picchu y ponderó la actuación de los 200 artistas cusqueños que escenificaron el Tinkay, en la que los Apus le solicitaban permiso al inca Pachacutec para construir la ciudadela.
La cadena inglesa también se refirió a la jornada nocturna en Machu Picchu, donde tuvo lugar el espectáculo de luz y sonido montado por el cineasta peruano Luis Llosa, en el que por primera vez desde su descubrimiento científico, la ciudadela apareció totalmente iluminada ante el mundo.
Igual de elogiosos fueron los comentarios difundidos por el diario La Nación de Chile que destacó lo impresionante del espectáculo de luces, así como la agencia AFP que describió como “momento culminante” la aparición de la cantante Tania Libertad elevada en una plataforma. 
ABC, también se ocupó del centenario de la ciudadela y Univisión reprodujo el cable de AFP donde los turistas declararon que ha sido una experiencia inolvidable escuchar Alturas de Machu Picchu interpretado por el grupo Los Jaivas.
De la misma forma la agencia internacional Europa Press, dedicó espacio a las festividades por Machu Picchu y publicó en su página web impresionantes fotografías de la ciudadela mostrándola en todo su esplendor, sobre todo cuando por primera vez en su historia apareció totalmente iluminada ante los ojos del mundo.
Los diarios ecuatorianos El Tiempo y Hoy además del colombiano Observador también informaron sobre lo ocurrido en el Cusco y destacó la importancia del Centenario de la ciudadela. Igualmente, publicó fotos sobre el espectáculo en Machu Picchu y no ocultaron su admiración por la joya arquitectónica peruana, Maravilla Mundial declarada por la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Las ceremonias realizadas en la cima de la ciudadela fueron vistas a través de streaming en la web de Machu Picchu 100 años, PromPerú y por más de 20 cadenas internacionales que transmitieron la señal en vivo de TV Perú.


El 15 de octubre los ojos del mundo se volcaron hacia Miami, “los festejos deben continuar”.



ACTIVIDADES LITERARIAS.

PRESENTACIÓN DE LIBRO EN UNIVERSIDAD RICARDO PALMA.

El Fondo Editorial del Pedagógico San Marcos, acaba de publicar el libro “Retratos de viento y fuego” del pintor Bruno Portuguéz. El libro es una valiosa antología pictórica que reúne a 150 personajes del acontecer cultural nacional y otros de trascendencia mundial. Óleos, carboncillos, tintas nos ofrecen una hermosa galería de retratos. Este valioso documento será presentado por el doctor Manuel Pantigoso, el escritor Oswaldo Reynoso y el pintor Gerardo Chávez. Acompañarán en la mesa de honor los señores rectores doctor Iván Rodríguez Chávez de la Universidad Ricardo Palma y el doctor César Angeles Caballero de la Universidad de Ciencias Humanidades. El evento se realizará hoy martes 18 de octubre en el Centro Cultural Qori Wuasi de la Universidad Ricardo Palma, Av. Arequipa 5186 Miraflores, 7pm. Hora exacta.


RECITAL DE POESÍA EN BRISAS DEL TITICACA.

Mañana miércoles 19 de octubre, a las 7 p.m , en el Centro Cultural de la Asociación Cultural Brisas del Titicaca se llevará a cabo un recital de poesía presentando al grupo AFACIA, de la Universidad Ruíz de Montoya. Participarán Gloria Alvitres Aliaga, José Ricardo García Corcuera, Juan Ñiquen y Sebastián Chávez.

El local está ubicado en Wakulski 186 (altura de la 1ra. Cuadra de la Av. Brasil en Lima) y el ingreso es libre.


ENCUENTRO LITERARIO I ARTÍSTICO POR EL CENTENARIO DE MACHUPICCHU I ARGUEDAS - PROCLAMACIÓN DE LA CANDIDATURA DE LUZ SAMANEZ PAZ, AL PREMIO NOBEL DE LITERATURA 2013.



En el marco de una noche literaria a realizarse en el Club Social de Miraflores-Lima, el 26 de octubre de 2011, a las 19 horas, se presentarán los libros:
"Tres Enfoques de Arguedas" de Luz Samanez Paz, María Elena Urrunaga Montoya i Gonzalo Bulnes Mallea. La presentación estará a cago del doctor Enrique Saravia, Director de la Programación TV "Educación i Democracia" de la Universidad Alas Peruanas.
"Los Apus Hablan en Machupicchu: Entorno Mágico-Religioso" (obra que obtuvo el Primer Premio Internacional "Hiram Bingham"), escrita por la investigadora Luz Samanez Paz, i que será presentada por el magister Aguilar Bailón de la Cruz, Vice Rector de Planeamiento i Economía de la Universidad Alas Peruanas de Lima.
"Mandamientos i Máximas del Amor" de Ramón Líber, Presidente de ASOLAPO-Ica, cuya presentación estará a cargo de la licenciada Luz Samanez Paz, Presidenta de la ANEA del Perú.



ACTUACIÓN ESPECIAL:


La Reunión Cultural, será amenizada por los Danzantes de Tijera.
 La compositora e intérprete iqueña, Adriana García Carlos, cantará un wayno dedicado a José María Arguedas, de la autora Luz Samanez Paz.
Participación del Coro de Voces Iqueñas, dirigida por José García Carlos, autor de "Canto a Machupicchu" (que obtuvo el Premio Internacional "Centenario de Machupicchu").
 Exposición Pictórica sobre "El Señor de Luren", de los más destacados pintores de Ica: Enrique Muñante Román, Walter Ramos, Percy Gavilán i Rosa Enid Aréstegui (Madrina, Luz Samanez Paz).

 A dicha Reunión Cultural, han sido invitados especialmente, destacadas autoridades como: el Presidente del Club Social de Miraflores, el Alcalde del Callao, la Gobernadora de La Punta, poeta Sarah Ampuero de Mendizábal, el Vice Presidente de la Región de Ica, doctor Luis Huasasquiche, quien tendrá a su cargo la Proclamación de la Candidatura de Luz Samanez Paz, al Premio Nobel de Literatura 2013. 
Entrega de Premios i Diplomas.
Durante la Reunión se expondrán vistas del libro "Los Apus Hablan en Machupicchu" de Luz Samanez Paz.
 Vino de Honor. 





PRESENTACIÓN EN LA ASOCIACIÓN AMIGOS DE MARIÁTEGUI,

Este miércoles a las 7 de la noche en la Casa Mariátegui, en el Jirón Washington 1938, en el Cercado de Lima, se presentará el libro: “Mata a esa chola de la waraqa”, cuyo autor es el escritor José Luis Ayala. Como comentaristas estarán en la mesa de honor Daniel Quispe Machaca, Rodolfo Sánchez Garrafa y Rodrigo Montoya. Esta invitación nos la hizo llegar Edmundo Lévano La Rosa y la entrada es libre.


ASÍ FUE LA MAÑANA TIBIA EN QUE CRISTÓBAL COLÓN DESCUBRIÓ A AMÉRICA,

12 DE OCTUBRE DE 1492

(Narración).


Por Juan Gossaín (Colombia).


Juan Gossaín cuenta la historia de los primeros hombres que pisaron "oficialmente" América, publicado en El Tiempo, Cartagena de Indias.

Eran 120 hombres, piojosos y hambrientos, "que más parecían almas en pena": los primeros europeos en llegar a suelo americano, hace 519 años.

Las tres carabelas eran dos y Martín Alonso Pinzón no fue el primero que divisó tierra. Las carabelas propiamente dichas eran La Pinta y La Niña, las dos primeras naves de aquella expedición en que viajaban 120 tripulantes piojosos y hambrientos, que más parecían almas en pena. La última no era un clásico velero de tres mástiles, mucho más grande y menos rápido que una carabela.

Como si no fuera suficiente, tampoco es verdad que esa tercera embarcación tuviera por nombre Santamaría. El 3 de agosto de 1492, día en que zarparon de España rumbo a la gloria, para cumplir una epopeya digna de la mitología griega, el buque se llamaba María Galante; así aparece registrado en los archivos de la época, que se conservan en Sevilla. Fue el propio Colón, cuando empezaron las terribles penurias del viaje, el que lo rebautizó en busca de la protección divina de la Virgen Santísima.

A mar abierto

Han pasado más de dos meses desde que partieron de Palos de Moguer, un pueblo de navegantes, minas rústicas de carbón y pescadores artesanales, perdido en la desembocadura del río Tinto. Para ser exactos, llevan 62 días de sufrimientos a mar abierto. No han visto más que agua y cielo. Ni un pájaro siquiera. Algunos han enfermado de tuberculosis.

Los tormentos son interminables. El hambre es tan agobiante que un sargento de grumetes, Sebastián de Ecija, escribe en su propio cuaderno de bitácora que tuvo que comerse las tiras deshilachadas de su pantalón de lona, aliñadas con agua de sal, para engañar el estómago. En medio de las desgracias se permite una pizca de humor. "El pantalón sabe a carne de cordero", anota en sus memorias. Son españoles: tienen un sentido trágico pero también cómico de la vida.

La semana pasada no aguantaron más. Se amotinaron.

Enloquecidos por la desesperación, acusan a Colón de haberlos embarcado en una aventura sin destino. Estuvieron a punto de lincharlo.

El almirante, que hoy se levantó temprano, como todos los días, camina pensativo por la cubierta de La Pinta, que encabeza la caravana porque es la nave del almirante. No sabe si podrá resistir la próxima sublevación. Acaba de cumplir 41 años y es un hombre de pocas palabras, que parece encerrado en sí mismo. Nadie puede decir que lo ha visto sonreír. En las últimas semanas ha envejecido y ahora tiene cara de apesadumbrada anciana.

Hoy es viernes. Viernes 12 de octubre de 1492. Amanece. No hay viento. La mar océana, como a él le gusta llamarla, está en calma.

El mundo parece que se hubiera quedado quieto. El primer sol del día se alza muy pálido, en la parte más lejana del horizonte, porque estamos en la temporada lluviosa de este paraje que algún día se llamará Caribe.

Poco después de las 6 de la mañana, el almirante ve pasar a la derecha de su navío un puñado de algas podridas que flotan sobre la cresta del oleaje. No eran muchas, pero un navegante encallecido sabe lo que significan. Da un salto de emoción.

Regresa a su camarote y escribe en el diario: "Plantas y raíces a estribor. Si hay vegetación, tiene que haber tierra. Estamos muy cerca".

Rodrigo de Triana ha estado de turno toda la noche en la meseta del vigía, que queda en la parte más alta del palo mayor. Ahora, mientras termina de clarear la mañana, descabeza un sueño atrasado durmiendo a pedazos.

De súbito, aquel centinela flaco y de baja estatura, que tiene un ojo torcido y que ha sido marino de ocasión, estibador sin trabajo y asaltante nocturno en las calles de Huelva, cree ver dos siluetas pequeñas que bailan entre la bruma. Teme que el hambre lo esté haciendo alucinar.

Por si las moscas, Triana afila su ojo bueno. Revisa con cuidado. Allí están, retozando, a veinte metros de su cara, dos gaviotas de cabeza negra, pájaros madrugadores. Vuelan hacia el occidente, aguas afuera. El vigía hace una conjetura de marino, equivalente a la que escribió Colón: "Si hay pájaros, hay tierra".

En sus escabrosas noches de taberna, de regreso a España, Triana relataría a los parroquianos lo que sintió en ese momento.

Dice que lo primero que hizo fue levantarse del puesto de vigilancia y seguir con la mirada el recorrido de las gaviotas. Vio una palma de coco en una playa que parecía ennegrecida por los aguaceros recientes. Empezó a temblar. Y entonces, con ambas manos alrededor de los labios, para hacer una bocina, pegó aquel grito que habría de cambiar para siempre la historia humana:

-¡Tierraaaaaaaaa! ¡Tierra a la vista!

(No fueron dos los ojos que primero la vieron, sino uno solo, el ojo bueno de Rodrigo de Triana, el que avistó a América.)

Tan fuerte y agudo chillido del vigilante despertó a todo el mundo. No pudo darlo por segunda vez, como era su propósito, pues se quedó afónico. La garganta le ardía. La roñosa carabela se llenó de correndillas y alegría.

Los mismos tripulantes que hace una semana intentaron ajusticiar a Colón tirándolo al mar, ahora quieren alzarlo en hombros, como un triunfador. El italiano, tan discreto toda su vida, se niega con palabras de buena crianza a recibir semejante homenaje.

-Primero lo primero -dice a sus hombres, y se aparta de ellos.

Va a la parte delantera de la proa; levanta con la mano derecha el estandarte de los reyes católicos, que le financiaron la odisea; se hinca de rodillas sobre las tablas ruinosas de la cubierta y se echa la señal de la cruz. Luego, ve una guacamaya de doscientos cincuenta colores que lo mira desde la arboleda.

El primer baño de mar

Colón impuso su autoridad en medio de la algarabía. Ordenó que primero bajaran a tierra los tres capitanes de las embarcaciones, el escribano Escobedo, que sería el encargado de levantar el acta oficial, y él mismo. Así se hizo. Luego saltaron los tripulantes.

Aquella chusma feroz, compuesta en su inmensa mayoría por truhanes de cantina, presidiarios, náufragos de la vida, gente sin futuro, se lanzó frenética al agua fresca. Reían y lloraban, se hacían bromas. Hoy, cualquiera los habría tomado por un enjambre de escolares inocentes que se divertían en vacaciones. Habían llegado a lo que se conoce como el archipiélago de las Bahamas.

Al contrario de lo que suele pensarse, Cristóbal Colón no fue un aventurero afortunado, sino un admirable navegante que había trabajado para los grandes mercaderes de Génova, su ciudad natal. Padeció varios naufragios y escapó de la persecución de los piratas, cuando resolvió que quería ponerse a estudiar. En la universidad de Coimbra, en Portugal, aprendió en profundidad cartografía, altas matemáticas y astronomía.

Siendo ya un hombre ilustrado, se unió a la tesis del sabio Toscanelli, quien sostenía que la Tierra era redonda. En consecuencia, decía Colón, si uno navega siempre hacia el occidente, sin necesidad de darle la vuelta al mundo por el sur de África, llegará más rápido a la India, donde hace quinientos años se amontonaban el comercio y la riqueza.

En pocas palabras: Colón no salió de España a buscar un mundo nuevo, del que nadie tenía noticia, sino a buscar un camino nuevo para llegar al mundo viejo. Fue su tenacidad la que le permitió encontrar lo que no andaba buscando.

'De fermosos cuerpos'

Empieza a reunirse en la playa mucha gente de aquella isla pedregosa, a la que los nativos llamaban Guanahaní y que el almirante bautizaría de inmediato como San Salvador. Colón era, además, un estupendo narrador, como lo demuestra su diario:

"Les di a algunos de ellos unos bonetes colorados y unas cuentas de vidrio que se ponían al pescuezo. Venían nadando adonde nosotros estábamos y nos traían guacamayas o hilo de algodón en ovillos, que les cambiábamos por cascabeles".

Es falsa la leyenda de que el almirante encontró aquí unos indiecitos enjutos y de baja estatura. Fue exactamente al revés, según su propio testimonio: "Eran todos jóvenes, que ninguno vi de más de 30 años. Muy bien hechos, de fermosos cuerpos, altos y fuertes. Andan todos desnudos, como su madre los parió, y también las mujeres, pero no vi más que una buenamoza".

Epílogo

Ni él mismo supo en vida el verdadero alcance de su hazaña: murió catorce años después de aquella mañana, en 1506, a los 55 años, convencido de que había llegado a territorio asiático por un camino más corto, como era su propósito.

Lo persiguió la infamia, lo metieron en la cárcel, le regatearon sus derechos, fue abandonado por todos, incluido su hijo Diego, un zángano que vivió de la gloria de su padre.

En el mundo que él descubrió existe una sola nación que lleva su nombre. Se llama Colombia, que es como debería llamarse el continente entero.


A LA MUJER RURAL

(Narración).

Por Sofía Flores

(Perú).



Publicación aparecida en el blog “Chiquián y sus amigos” y que compartimos con ustedes.

"La tierra tiene la actitud de una mujer"
Gabriela Mistral


Gratos recuerdos vienen a mi memoria de aquella mujer de campo, levantada apenas esclareciendo el día entre el ganado, aves de corral, cerdos, perros guardianes, falderos, entre el canto de las aves andinas, apeándose sobre mulas, caballos o las simples pisadas de sus pies sobre zapatos rústicos o sobre suelo frío, acostumbrados a la hierba fresca o seca, a la tierra árida entre zarzales y espinas, cubierta con un sencillo manto y su enorme falda, sus trenzas amarradas hacia atrás, su rostro cansado pero con la mirada irradiando fuerza y coraje para enfrentar un nuevo día, aquella mujer era mi abuela que en los días de fiesta se colocaba panecillos amarrados en el pelo y en su sombrero flores, hermosas florecillas de colores fueron el último regalo que me dio cuando nos despedimos al regresar de visitarla en la chacra donde vivía y donde murió .

Hoy es aquella mujer que está presente en cada instante en las regiones internas de nuestro Perú, plasmada como una fotografía de postal que orgullosamente ostentan los Andes peruanos.

Mujeres que labran, siembran, cortan, cosechan, crían animales, procrean hijos, son madres y obreras de la tierra también, sus espaldas encorvadas soportando la lluvia y el sol inclemente, aun cuando llevando a un pequeño enrollado en su manto prosiguen y cumplen su faena, sus manos están selladas con el trabajo diario del campo, de su lucha continua contra el mundo que la ignora y de la implacable furia de la naturaleza, aun así son forjadoras del sustento diario en nuestras mesas.

Son mujeres con fortaleza indómita, ricas en cultura, una cultura aprendida no en libros ni en salones de estudio, sino en la misma realidad donde su graduación es el fruto surgido de sus manos teniendo como testigo a la naturaleza que las rodea.

Estas son las verdaderas mujeres del campo quienes lejos de huir y engrosar las filas de la indigencia capitalina, son guerreras para luchar contra toda adversidad, valientes para no desmayar ante la tragedia, constantes e insistentes en defensa del preciado ambiente rural donde viven, con orgullo y dignidad.

Mas allá del halago y la condecoración material a estas mujeres del campo, sería loable darles el reconocimiento justo a su trabajo, teniendo en cuenta sus necesidades conforme al medio donde viven, acercarnos a ellas para entender sus sueños, identificándonos con sus problemas, comprendiéndolas y haciéndoles sentir que son valiosas.

No se trata de dar lo que a nosotros nos parece sino lo necesario y justo para ellas.

En el día de la mujer rural, hagamos una reflexión para buscar un acercamiento justo y razonable con estas mujeres, con programas que ayuden a elevar su nivel de vida, teniendo en consideración sus necesidades más apremiantes.

Respeto, justicia, reconocimiento y solidaridad.

Un saludo lleno de elogio y gratitud hacia la mujer rural en cada rincón de nuestro Perú.


HONORES SIN GLORIAS

(Cuento).


Por Mireya Sierralta

(Perú).



En mi anterior narración (Annette, Tiempo Nuevo No. 141) les di a conocer la vida de Luciana y les prometí que les contaría, en otra, algo más de ellos y las promesas que se hacen se deben cumplir para evitar que las personas se sientan defraudadas. Y es por eso que aquí les cuento lo que ocurrió algún tiempo después con algunos de los protagonistas.

¿Se acuerdan de Toni? - Cómo no se van acordar si estaba tan guapo - ¿y se acuerdan que Lucianita quien fue producto de un desliz de su madre con el hijo de un peón apellidado Ramírez? quien a su vez era ahijado de los patrones de la hacienda, y que fue al único que ellos le dieron estudios escolares en el pueblo. Este muchacho de 17 años, de nombre Octavio, al enterarse del embarazo de Mechita se lo contó a su padre y éste, en su noble ingenuidad quiso reparar la travesura de su hijo. Así el padre de Mechita lo dejó con las cajas destempladas, al decirle que nunca quería hablar de ese hecho tan lamentable para su familia; y haciéndole entrega de una fuerte cantidad de dinero le pidió que sacara a su hijo de la hacienda. El peón Ramírez guardó la mitad del dinero, viajó en 1941 a Lima con su hijo y le dio el restante. Lo presentó a la división blindada, del ejército, ubicada en el distrito del Rímac para que cumpliera su servicio militar y, si era su vocación, le escribiera a la hacienda para enviarle el dinero que necesitara para postular a la Escuela Militar de Chorrillos. Al año y medio de encontrarse sirviendo en el ejército, con el grado de sargento, postula e ingresa a la Escuela Militar en 1943. Se recibió como oficial, otorgándosele la espada de honor de su promoción, en 1947 con el grado de Subteniente de Infantería; a los tres años asciende a teniente con la nota más alta y en 1954 asciende a capitán.

En 1958, Juan Velasco Alvarado asume el cargo de Jefe del Estado Mayor del Centro de Instrucción Militar del Perú, llevando a trabajar a Octavio a esta dependencia; ahí trabajó bajo sus órdenes con gran desempeño, obteniendo una excelente calificación por lo que al finalizar, ese mismo año, asciende al grado de mayor.

En una reunión de camaradería, entre copas, Velasco le pregunta por qué aún no se había casado, Octavio le cuenta su historia del por qué llegó a Lima y luego toma la determinación de quedarse en el Ejército y poder superarse: - Yo soy mudo testigo - de la injusticia, discriminación y abuso que se cometen contra personas que tenemos la piel cobriza, por su ignorancia o por no tener dinero y son sometidos desde generaciones - vi a mi bisabuelo, a mi abuelo, luego a mi padre, cuando aún no amanecía se levantaban para trabajar haciendo solo un descanso para comer, igualmente las mujeres y los niños, apenas cumplíamos los diez años nos llevaban a trabajar y todo esto solo por las migajas que les sobraba; tal vez cuando yo llegue a los mayores grados del Ejército, pueda hacer algo para revertir esta situación y demostrar que los que despectivamente somos llamados indios en el Perú, también somos inteligentes, también tenemos sentimientos, también amamos a nuestra tierra y quizás aún más que aquellos que nos las usufructuaron. Velasco, quien ya tenía fluyéndole en la sangre la revolución, al escucharlo acrecienta más aún sus deseos de hacer justicia, desterrar la desigualdad social, exclusión, abusos y excesos que se cometían contra los campesinos; desde ese momento ellos - más que jefe y subalterno, se convirtieron en amigos - Octavio Ramírez pasa a ser la mano derecha de Velasco, quién después de escuchar el sentir de un hombre de origen campesino le dice: “no te preocupes esto va a cambiar”.

En 1959, Velasco asciende a General de Brigada y en 1965 a General de División.

En 1968, asume la comandancia del Cuartel General del Ejército y la Presidencia del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, llevando como secretario personal a Octavio Ramírez, quién en ese momento ostentaba el grado de coronel.

Uno de esos días del mes de setiembre, sentado en su oficina, el General Velasco sosteniendo el diario con las noticias mas resaltantes, ve con indignación la masacre cometida por unos terratenientes contra diez indefensos campesinos, que se rebelaron en unos sembríos de cafetales, se levantó enérgicamente llamando al Coronel Octavio Ramírez y extendiéndole el periódico le muestra la noticia… el rostro del oficial palidece mordiéndose de rabia el labio inferior, después de leer la noticia deja el diario sobre el escritorio y ambos se miraron…con un aire de cierto resentimiento contra la clase dominante que evidenciaba el deseo de acabar con este tipo de atropellos. Velasco se acercó más a él y le dijo: Coronel Octavio Ramírez. recuerdas aquella conversación que tuvimos hace diez años y te dije: eso cambiará. Si mi General, lo recuerdo como si fuera ayer, si llegó el momento, estoy a sus órdenes mi General, respondió Octavio.

Durante estos diez últimos años he estado madurando la idea de devolver a sus verdaderos dueños, es decir, a los campesinos, las tierras que por generaciones y desde el incanato les perteneció, ahora tengo el poder para hacerlo, dijo Velasco…mi General entiendo perfectamente sus palabras y comparto sus ideas, lo apoyaré en la decisión que tome, no solo por ser oficial del Ejército, también por mi condición de campesino peruano, respondió Octavio.

El 3 de octubre de 1968, Juan Velasco Alvarado da el golpe de estado basándose en:

- El Escándalo de la página 11: durante más de 50 años la IPC (International Petroleum Company) no pagó impuestos. Esta empresa en agosto de 1968, firmó un acuerdo con el gobierno del entonces presidente Fernando Belaúnde Terry en el se le exoneraba de todos los impuestos que adeudaba. Pero luego de firmando el contrato, el ingeniero Carlos Loret de Mola representante de la Empresa Petrolera Fiscal EPF, salió declarando que faltaba la página 11 del contrato, en la que se establecía el precio con el que el Perú le vendería el petróleo a la IPC para la refinación, el que sería muy inferior al que se había anunciado públicamente.

- La incapacidad de los civiles para concretar las reformas que el Perú necesitaba y que el Congreso se preocupó más que a legislar, a desestabilizar al gobierno belaundista, desencadenando una crisis económica.

El Presidente Constitucional, Fernando Belaúnde Terry, fue deportado inmediatamente.

El 09 de octubre de 1968 las Fuerzas Armadas, expropian los yacimientos de La Brea y Pariñas.

Con la ley Nº17716, del 24 se junio de 1969, se estableció la reforma agraria, igualmente se designó ese día como “Día del Campesino”.

Se acuerdan de la madre de Toni, la bruja que mandó a Lucianita a un centro de rehabilitación para indigentes teniendo tanto dinero, su nombre era Jocunda ¿al ponerle este nombre sus padres adivinarían que sería una bruja? con los años claro está, yo no sé como este alemán tan imponente y bien parecido se fijó en ella, porque cuando yo la conocí era gorda, bajita y con barba, tenía la piel afelpada pueda ser que cuando joven tenía algo bonito - aunque no lo creo - porque las personas no cambian mucho, lo bonito debió haberle parecido a él, su dinero, o su padre la mantuvo encerrada hasta que se concretara el casamiento; el día de la boda, posiblemente, le puso un mantel en reemplazo del velo de novia para que no se arrepintiera, pero pese a todo eso, él la llegó a querer; ahora no sé si a ella o al patrimonio económico que tenía, o tal vez por haber hecho una estrecha amistad con uno de los hermanos de Jocunda de nombre Julio, éste fue uno de los tres hermanos menores que la dejaron sin herencia pero, gracias a su habilidad – supo conquistarlo - pero ese es otro tema… y no quiero olvidarme de los que les estoy narrando.¨﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽sus hermanos v

Les contaba, que los hijos le salieron guapos, es cierto, lo más probable que para hacerle los hijos esperaba que se durmiera a si ella no participaba de la concepción; aparte de Toni, tuvo dos hijos más, Eugenia, la segunda de los hermanos, era dos años menor que su tío Julio; sus padres tenían planeado que sería novicia, y querían encerrarla en un convento por tener el carácter más fuerte que el de sus hermanos varones, seria “la novicia rebelde” o la novicia voladora porqué Eugenia si qué volaba…

En todas las familias de abolengo de aquella época, se acostumbraba que entre los hijos hubiera un sacerdote o una monja, un médico, un militar o un abogado; Toni prefirió ser médico siquiatra, el hijo menor, Manuel, que fue el último saldo que le quedaba a Jocunda, era contemporáneo con Luciana, este muchacho tenia 17 años, muy noble, obediente, ingenuo y respetuoso, pero al parecer como ya no quería ver la cara a su autoritaria madre, decidió ingresar a la Escuela Militar de Chorrillos. En 1964 se presentó pasando con excelentes notas todos los exámenes. Ya internado en la escuela los muchachos sabían molestarlo por lo atractivo y callado que era, poco a poco se fue adaptando y aprendiendo a defenderse, cosa que no le fue muy difícil ya que la estatura lo ayudaba. Con el correr de los meses desarrolló un cuerpo atlético y vigoroso, el carácter se le fue formando, al año ya era auto suficiente, se acostumbró a salir los sábados y regresar el domingo por la noche.

En la EMCH, hizo amistad con muchos compañeros de promoción, pero en particular con Luis Felipe un muchacho con quien tuvo mucha afinidad, congeniaron muy bien, se ayudaban en las duras marchas de campaña, en los estudios, en los servicios de cuartel pasándose el talán si uno de ellos cabeceaba u olvidaba cumplir alguna orden. Manuel era muy inteligente y perspicaz, igualmente su amigo, hacían buena dupla, ya cuando estuvieron en tercer año Luis lo llevó a su casa para presentarle a su hermana Rosa, una chica muy dulce, bajita de ojos almendrados y negros, una bien cuidada cabellera negra, de mejillas rosadas, una chica muy mimada y querida por sus padres; cuando los conoció sintió qué eran un poco desconfiados, percibió que en esa casa existía una gran melancolía.

Manuel quedó entusiasmado con Rosa, al poco tiempo fueron enamorados. En una de sus conversaciones, - le preguntó a su amigo- ¿ por qué a sus padres siempre se les veía afligidos? Luis le contestó: cosas de la familia, que a veces es mejor no recordarlas, te agradecería no preguntárselo a mi hermana, así es el carácter de ellos al que ya nos acostumbramos; mi enamorada al comienzo también pensó lo mismo, pero ya se acostumbró a la conducta algo desconfiada de mis padres, pero eso no quiere decir que no te tengan aprecio, tu les agradas, así que quítate eso de la cabeza, ya verás que con el tiempo se vuelven mas flexibles.

Empezaron a salir los cuatro, al cine, a bailar, ya a los meses salían fuera de lima, particularmente a Chosica por su clima seco y soleado y respirar aire puro; normalmente pasaban los fines de semana y vacaciones juntos.

Al comenzar el cuarto año en la ceremonia de la entrega de las réplicas ( espadas a escala de la usada por el héroe de la Guerra del Pacifico, don Francisco Bolognesi) quién las entregó fue el General Juan Velasco y su mano derecha el mayor de infantería Octavio Ramírez, comenzaron a llamarlos en orden alfabético, cuando Octavio escucho el apellido Kummer se quedó sin respiración, como una ráfaga pasó por su mente toda la humillación que tuvieron que pasar él y su familia por culpa del abuelo y doña Jocunda, que fue la que más escándalo hizo cuando Mechita salió embarazada, faltó poco para que lo quemaran en la hoguera por haber tocado a la niña de la hacienda, a la heredera de sus extensas tierras y demás propiedades, sin molestarse siquiera en saber que fue Mechita quien sabía buscarlo para jugar al papá y la mamá. Por muy hijo del peón que fuera, era hombre y estrenando hormonas que ya estaban fosforescentes, cualquier ciega lo habría notado y Mechita que estaba en el despertar del amor, teniendo tan cerca a un joven mestizo alto y fuerte de tanto cargar los costales de café y ayudar a su padre a arar la tierra para las siembra, era todo un inca Atahualpa imponente y seductor; en Lima ella no veía esos muchachos de manos fuertes y ásperas por el trabajo, solo trataba con muchachos que parecían niñas eso fue lo que la entusiasmó y más tarde sintiera un gran amor por él, que luego se transformaría en su amor imposible, pues al muchacho lo desaparecieron de la hacienda y no supo nunca más de él.

Octavio solo regresó a la realidad cuando el cadete ya se retiraba, lo miró como se alejaba mientras pensaba en su hija…su padre solo le contó que fue una niña y nunca volvió a tocar ese tema, estaba prohibido bajo pena de quedarse sin trabajo toda su generación. Prefirió no preguntar nada de este cadete. Al culminar la carrera de Manuel…lo volvió a ver, fue invitado junto con el flamante General de División a la graduación donde también asistió toda la familia de Manuel, tuvo la ilusión de ver a Mechita y al producto de su amor de adolescente, por mucho que buscó entre la multitud de gente no la encontró; lejos estaba de saber lo que había sucedido con su hija.

Después de la clausura, Manuel, Luis Felipe y sus respectivas novias salieron a celebrar su graduación en una discoteca muy conocida por aquella época, donde bailaron y tomaron hasta las dos de la madrugada, al salir a tomar un taxi para que regresar a las chicas a sus casas y ver que no pasaban, decidieron caminar hasta la avenida Larco de Miraflores y en el camino vieron a un hombre que golpeaba a una mujer que llevaba a un bebé en la espalda, se acercaron y Manuel se dio cuenta que el hombre estaba borracho y para que no siguiera pateando a la indefensa mujer trató de separarlo de ella, éste insistió dándole un golpe a Manuel, que lo único que hizo fue separarlo porque sabía que el hombre estaba borracho y con la estatura y su físico de un puñete le destrozaba la cara…de pronto escuchó que las chicas dieron un grito ¡Manuel, mira lo que hiciste! Al voltear el muchacho vió al hombrecillo -que al apartarlo no pudo mantener el equilibrio y resbaló con el excremento de un perro y cayó al suelo dando su cabeza en el borde de la vereda- en un charco de sangre, había muerto al instante. Mientras le tomaban el pulso en el que no encontraban ni rastro de vida, Luis Felipe corrió a conseguir un teléfono y pidió ayuda a la ambulancia del ejército, la esposa del difunto fue en la ambulancia; al llegar al hospital solo certificaron su muerte, a la mujer le dijeron que se lo llevara. Cuando los flamantes oficiales llegaron al hospital ya la mujer, el cuerpo y huesos inanimados de su marido se habían evaporado, nadie les daba razón dónde podían encontrar a la mujer y su difunto. Al día siguiente llegó una notificación de la comisaria de Miraflores donde la mujer puso la denuncia de asesinato…la recibieron en el Cuartel General del Ejército; el sobre estaba dirigido al Comandante General del Ejército, el Coronel Octavio Ramírez que lo recibió, al abrirlo encontró que era un citatorio de la policía en el cual solicitaban poner a su disposición al subteniente Manuel Kummer por encontrarse denunciado como responsable de la muerte de un ciudadano. Se dirigió a la oficina del General Juan Velasco y le mostró el citatorio; Velasco no estaba en ese momento para perder el tiempo con un subteniente que acababa de cometer un crimen cuando estaba gestando el golpe de estado le dijo: personalmente entrégaselo al Inspector General de Ejército y que tome acción inmediata. El Inspector, después de leer la copia de la denuncia y el citatorio, dispuso que el Jefe de Personal lo pase a la situación de disponibilidad, mientras dure la investigación policial, y de resultar culpable se le diera de baja en el acto.

Octavio se mostró totalmente indiferente al drama de Manuel, quién fue declarado culpable de asesinato. El subteniente recién recibido, estuvo en la calle sin pena ni gloría, lo sentenciaron a una pena de 25 años de cárcel en la Isla del Frontón, el mismo año de 1968 en el que se dio el golpe militar. Juan Velasco, aparte de todo lo que expropio, le dio un buen regalo al padre de Octavio, entregándole lo mejor de la hacienda de Jocunda y el resto de terrenos se repartieron entre todos los trabajadores.

Ya había pasado cuatro años con Manuel en El Frontón, Octavio decidió visitarlo, el muchacho se sorprendió por esa extraña visita, era obvio que Manuel no lo conociera, solo lo vió en la Escuela Militar en dos oportunidades. Cuando el oficial lo volvió a ver estaba irreconocible, tenia la mirada más dura, sus modales habían cambiado de una manera extrema, sobre su rostro atravesaba una cicatriz mal suturada por un enfermero de este lugar, se notaba el sufrimiento y dolor por estar injustamente encarcelado; no la estaba pasando nada bien en ese lugar, ahí estaban los criminales más avezados de la escoria humana. Cuando estuvo frente al General Ramírez le preguntó por qué lo visitaba. Octavio lo miró con cierta lástima de ver en lo que se había convertido, y le dijo: me enteré que en estos años nadie te ha venido a ver…Manuel con algo de ironía le contesto ¿qué hace un oficial visitando a un criminal?... El militar le contestó…vine a verte por haber sido amigo de tu tía Mercedes y ver como te puedo ayudar, a Manuel le cambio la expresión al escuchar el nombre de su tía, recordándola en voz alta decía, es la única de toda mi familia de la que vale la pena hablar, porque para el resto yo he muerto, no se aparecieron ni un solo día en el juicio, solo mi tía Mechita estuvo dándome ánimos, cuando me sentenciaron se acercó y colgándome en el cuello una medalla de la Virgen me dijo: haré todo lo que pueda para que se vuelva a revisar tu caso, fue el último beso que recibí; para mis padres soy una vergüenza, como lo fue mi prima Luciana, al enterarse que estaba metida en drogas la dejaron a su suerte, cuando mi prima le fue a pedir ayuda a mi madre, la mandó a un lugar horrible, solo les importa su estúpida sociedad…¿quién es Luciana?...lo interrumpió Octavio…fue la única hija de mi tía Meche - contestó Manuel - Octavio, pasó saliva… y como un cuchillo que le atravesaba la garganta, preguntó tartamudeando…¿ por qué dices que fue la única hija ?...el muchacho le contestó con cierta rabia, porque murió al dar a luz - la llevaron al hospital unas personas de alma buena de un asentamiento humano - llegó agónica y con las ultimas fuerzas que tuvo trajo al mundo a Annete…¿con quién vive la pequeña? le preguntó Octavio…con mi tía Mechita, su marido se fue al extranjero abandonándolas a las dos a su suerte. Después de casi dos horas que estuvo con Manuel, se levantó de la silla y le dijo: bueno muchacho ya te hice compañía, trataré de hacer algo por ti, quieres que le lleve algún encargo a tu tía, ya que al parecer es la única persona de la guardas buenos recuerdos…el muchacho, contestó de inmediato, me gustaría que le dijera que yo no sabia nada de lo que estaba pasando Luciana, en ese entonces me encontraba en la hacienda, mis padres solo dijeron que estaban en España, cuando ya estuve en la Escuela en mi primer año, fue allí donde me dieron la mala noticia de la muerte de Luciana, Octavio saco del bolsillo de su camisa un lapicero y papel y escribió la dirección de Meche, le dio una palmada en la espalda al muchacho y le dijo que personalmente le daría el encargo a Mechita, salió con la cabeza gacha por la pena de saber que su hija había muerto, y por darse cuenta que este muchacho nada tenía que ver con las maldades de su familia.

Al salir se dirigió a un amigo que trabajaba en el poder judicial y le pidió el favor de que trasladaran al reo Manuel Kummer, que se encontraba en El Frontón, para el penal de Lurigancho, a los 20 días fue trasladado, pero ya esos cuatro años le habían servido para graduarse como el reo más peligroso del penal, porque en ese lugar tuvo como profesores a los más experimentados criminales, aprendió como se organizaban los asaltos, violaciones, insultos de alto calibre, violencia, prácticamente ya estaba listo para convertirse en un delincuente más.

Octavio, vestido con uniforme llevando en las hombreras dos estrellas que significaba ser General de Brigada, saliendo del trabajo fue en busca de Mechita a la dirección que le diera Manuel. Tocó el timbre, salió a recibirlo Annette, una niña preciosa de quince años. Octavio con voz suave le dijo a la muchachita: busco a la señora Mercedes. No terminó en pronunciar su nombre y ante sus ojos apareció Mechita, se miraron tiernamente como si aún fueran adolecentes…ya había pasado tanto tiempo, pero para el amor el tiempo no pasa, se detiene…solo está guardado en un rincón del alma. Ella lo reconoció, saludándolo le pidió que pasara…recién acabo de enterarme de que mi hija murió, dijo Octavio…si, refirió Mechita, con una tristeza profunda como si hubiera sucedido el día anterior, ella es Annette tu nieta, la muchacha se acercó a darle un beso y decirle que su abuela le había hablado de él y que se sentía contenta de conocerlo y orgullosa de saber lo importante que era su abuelo. Mercedes le preguntó cómo obtuvo su dirección, el respondió que Manuel se la había dado en una visita que le hizo, cuando estuvo en El Frontón. Yo hubiera querido ayudarlo pero las circunstancias no eran las más propicias - el golpe militar ya se estaba generando - todos los oficiales estaban en inamovilidad absoluta, lo único que pude hacer después de tres años es que lo trasladen al penal de Lurigancho, contó Octavio…Mechita le dijo: comprendo la situación eso ya no estaba de tus manos, estuvimos viviendo momentos difíciles. Se quedaron sentados con Annette, el quería saber todo de su nieta, luego la muchacha comprendió que sería mejor dejarlos solos ya que tendrían muchas cosas que contarse. Mechita le contó lo infeliz que fue a causa del matrimonio que le impusieron y todo lo que tuvieron que pasar ella y su hija. Octavio, con las manos tapándose el rostro para no dejar ver las lágrimas que derramaba por el sufrimiento de su hija y del horror que habían tenido que pasar la única mujer que amo y su hija que nunca conoció. Sintió que aún la amaba.Ese fue el motivo por el que nunca se casó. Comenzaron una nueva relación tratando de olvidar ese pasado tan triste para ellos y para eso estaba Annette y darle lo que no tuvo Luciana, así se forjó una nueva relación ya más madura,

Viajaron juntos a muchos lugares del país, pero quisieron realizar un sueño que tenía Mechita, viajar a Italia. Ya en Venecia, paseando en una góndola al compás de la canción Al di la (Giulio Rapetti Mogol) ganadora del festival de San Remo de 1961, Octavio le propuso matrimonio colocándole en el dedo el anillo de brillantes. Ella aceptó de inmediato, era un sueño imposible que se estaba haciendo realidad, se besaron larga y tiernamente.

Al llegar a Lima le contaron sus planes a su nieta, ella ayudó en los preparativos para la boda más esperada, no solo por Meche, también por todos los compañeros de promoción de Octavio que ya estaban dudando del por qué “de su soltería”. El casamiento fue muy emocionante, toda la ceremonia fue tan inusual, Mechita ingresó a la iglesia del brazo de su nieta, quien la entregó en el altar a su abuelo. Desde ese momento los tres se volvieron inseparables.

Vendieron la casa de Miraflores y el departamento de Octavio, se compraron un bella y acogedora casa en Monterrico, con una hermosa chimenea donde pasaban horas contando historias reales para que no se vuelvan a repetir y enseñando a su nieta que no se puede juzgar a las personas por el color de su piel. Esto sirvió mucho para que Annette creciera con valores humanos y supiera apreciar lo que tenía.

La vida había continuado para los amigos de Manuel, que se olvidaron de él, tampoco tenían tiempo y cada quien siguió con su carrera de oficiales, los cambiaron a diferentes lugares del país, su novia se casó con un oficial de la Marina y tuvo tres hijos, los crímenes en Lima no eran tanto como los de ahora, ya había terminado el régimen militar, estaba Fernando Belaúnde Terry en su segundo gobierno, la ola de asaltos se incrementó, Lima continuaba lleneandose de inmigrantes de provincias, los asaltos a bancos eran pan de cada día, los diarios no dejaban de hablar que la policía andaba tras los pasos de una banda muy bien organizada, los asaltos a las casas se incrementaron, igual las huelgas por las calles, el país había quedado en ruinas.

Luis Felipe acababa de ser cambiado a Lima, al batallón de infantería blindado como jefe de unidad después de haber servido varios años en provincias, un día, a mediados de año el oficial de guardia, le informó que al pasar revista de armamento durante el relevo se percató de la falta de tres fusiles automáticos ligeros, el comandante Luis Felipe sintió que la presión le bajaba, sentía que el corazón le latía a mil por hora. Si esas armas no aparecían su carrera terminaría. Puso en movimiento a oficiales subalternos, suboficiales y tropa, ordenó que nadie saliera del cuartel hasta que diera la orden. Mandó que se pasara lista a todos. Al hacerlo se dieron cuenta que faltaba un soldado que había sido reclutado hacía dos meses, lo buscaron hasta debajo de las piedras, simplemente se había evaporado, cuando fueron a verificar su dirección advirtieron que era falsa. Luis Felipe acompañado por dos oficiales salieron del cuartel, en busca de este soldado, recurrió a un amigo oficial de la policía para saber quién era ese soldado, haciendo una exhaustiva investigación se enteraron que había estado en la cárcel cumpliendo una pena por asaltos y hacía un año que estaba en libertad. Consiguieron la dirección que se encontraba registrada en los cuadernos del penal donde purgó condena. El oficial de policía le dijo: Luis Felipe dile a tus compañeros que regresen a tu unidad y que continúen con sus labores habituales, diles que ya encontraste las armas, para evitar que esto trascienda. Iremos solo los dos, el lugar es la Huerta Perdida, considerado el lugar más peligroso de Lima. Luis Felipe no dudó, estaba su carrera en peligro…vamos, le respondió cuando ya estaba por llegar al cementerio Presbítero Maestro. El oficial de policía, mientras estacionaba el patrullero, le dijo: mi estimado amigo yo te espero aquí entra solo, si es que te dejan, porque policía que entra no sale vivo y yo tengo hijos. Luis Felipe caminó hacia el lugar con decisión y valentía, estaba dispuesto a jugarse la vida pero no manchar su limpia carrera por una negligencia, por no haber tomado mas atención en el reclutamiento. Cuando llegó al gran portón, mugriento y roñoso, donde se encontraba un hombre alto y grueso con el torso desnudo y tatuado en ambos brazos que lo miró con el único ojo que tenía ya que el otro se quedó en la cárcel incrustado en un cuchillo…Luis Felipe le preguntó por el soldado desertor de nombre Juan…quién eres tú para venir a preguntar por mi gente, le preguntó el gorila parlante…el comandante, sin titubear, se presentó con su rango, nombres y apellidos, les daré una buen recompensa si me devuelven las armas… el corpulento tuerto le dijo: esos tratos solo los hace el Taita[1] de este lugar…llévame con él, le dijo el comandante…el hercúleo hombre lo acompañó, mientras entraba a este lugar se dio cuenta que era una pequeña ciudad de delincuentes, corrían niños roñosos, mujeres desaliñadas, derrotadas, que lavaban sus harapos en grandes lavaderos inmundos, cantidades industriales de gatos que parecían gatas, perros que parecían perras, gallinas sin plumas jugando a la ronda, ovejas calatas, un hombre famélico vestido con un traje de bailarina de ballet y una peluca de su abuela, que más parecía ser el pellejo de una oveja tirada en un rincón, una vieja muerta con el vestido levantado mostrando el calzón con varios huecos, posiblemente hechos a balazos, la rodeaban las moscas mientras esperaban el cajón para enterrarla…caminaban por una calle polvorienta…jarrones en las puertas con flores marchitas, ¡sería alguna cábala! Quien era ladrón o criminal no se les diferenciaba, eso al comandante no le inquietaba, solo quería sus armas, después del largo tour llegaron a una cantina con un penetrante olor a licor y cigarrillos baratos…¿a qué más podía oler? si era una cantina, no era un jardín de rosas…entra y siéntate donde puedas, le dijo el delincuente…el oficial se sentó en la barra, todas las mesas estaban ocupadas, sentía que era observado por mil ojos, pidió un trago y al rato sintió unas carcajadas escandalosas y un bullicio endemoniado, giró la cabeza hacia la mesa de donde provenían las risas, al fondo de la cantina vio a un hombre con un sombrero de vaquero, ladeado que le tapaba los ojos, y unos bien recortados bigotes con una barba bien cuidada, tenía una gran cicatriz en el rostro, vestido con un fino traje de negro un chaleco del mismo color y calzando unas botas de cuero fino tenía los pies apoyados en una silla. Este hombre con voz de mando, de un grito voto a todos del lugar y con tono fuerte dijo: Luis Felipe acércate y siéntate en mi mesa…el oficial muy obediente se bajó del taburete y caminó hacia su mesa, al sentarse le preguntó: ¿tu eres el Taita?...levantándose el sombrero dejando al descubierto unos ojos verdes que brillaban le dijo: si, yo mando aquí…se hizo un largo silencio mientras se miraban, el guapo bigotón le dijo: ¡no me reconoces querido amigo! Luis tenia la boca abierta de la sorpresa…eres tú, ¡Manuel Kummer!...el mismo que viste y calza, ya me contaron que estabas en mis dominios y a lo que vienes, cuéntame cómo te trató la vida, ya me dijeron que eres comandante, uno de mis hombres infiltrados me trajo las armas que yo le pedí sin saber que tú estarías de jefe de esa unidad. No tienes que darme dinero y jalando una bolsa le entregó las armas…Luis, ya saliendo de su asombro le contó que se había casado, que tenía dos hijos, que su hermana también se casó a los dos años que lo internaron en El Frontón…yo siempre te recordé fuimos muy amigos pero las circunstancias no permitieron que pudiera verte, no fue que me olvidé de ti, siempre recordaba los buenos momentos que pasamos…Manuel le preguntó si quería quedarse un poco más de tiempo, a lo que Luis respondió que si… dile al oficial que te trajo que regrese por ti en dos horas, tenemos tanto que contarnos… mandó a que trajeran su auto, se subieron, cuando llegaron a la salida bajó Luis Felipe y despachó al policía y le dijo que no se preocupara que regresara en dos horas, regresaron a la cantina los viejos amigos, conversaron acompañados de un buen pisco y escucharon boleros arrancados de una vieja rocola -a la que Manuel atiborraba de monedas- mientras tocaba disco tras disco…Manuel empezó a contarle: cuando llegué al penal el miedo , la ansiedad, se apoderaron de mi, al día siguiente en las duchas cuatro mal nacidos me sujetaron para mi bautizo por mi ingreso a ese lugar, me defendí con todo lo que aprendí en la Escuela, prefería morir antes que me violaran hasta que uno de ellos empuñando un cuchillo artesanal, me cortó la cara y lo hundió en mi vientre dejándome tirado mientras sangraba, me salvaron la vida, no llegó a perforarme el hígado y mientras me recuperaba pensé, ya estás en el infierno eres tú o ellos yo tenía la ventaja de tener conocimientos y en esa camilla decidí que sería yo quien mandaría, en esa jungla de cemento y barrotes con fieras salvajes. Cuando me recuperé completamente en cinco lecciones les demostré quién gobernaría en ese lugar en lo sucesivo. En un año había matado a dos de los más sangrientos criminales, uno acusado de violación y muerte a niños y el otro por matar y cortar en pedazos a su madre. Lo hice delante de muchos reclusos y así quedó muy claro que era yo quien mandaría en esa tierra de nadie. A los tres años, cuando fui trasladado a Lurigancho ya en este penal, se hablaba de que llegaría un faite[2], trasladado de El Frontón, el Taita ya tenía conocimiento de mi llegada, reunió a su grupo y les dijo: el será de los nuestros ya me enteré por el delegado del pabellón quien es, tiene varios muertos encima y es el más respetado de El Frontón. Cuando llegué al penal de Lurigancho ya me estaban esperando, una vez que me quitaron los grilletes y me dejaron en mi celda, el Taita me dijo: escoge tu cama, traes en la cara la marca de haberte hecho respetar ya sabemos que eras el faite, soy el taita y pedí que te pusieran en mi grupo, yo solo escuchaba mientras miraba al hombre de metro sesenta, regordete, que parecía haberse tragado el bombo de la banda, tenía tatuajes hasta en la nariz por querer cubrir un mordisco que le dio un recluso que lo más probable es que tenía hambre. Yo estaba a la expectativa con el ceño fruncido y los puños listos para romperle la cara al primero que me tocara , el taita me dijo: relájate hombre, aquí ya te ganaste un lugar, ya se tu prontuario, cuando salgamos al patio te presentaré al resto de mi grupo, al día siguiente a la hora del desayuno todos los del grupo del taita se sentaban con él incluyéndome a mi, ya en el patio nos reunimos y me presentó al fierrero[3] que es quien se encarga de meter armas o confeccionar los puñales, luego me señaló a otro, este chato es el mosquete el se encarga de robar dentro del penal y traerme el dinero, -me dijo y me iba señalando al resto- los que eran los fruteros, el maquinero, el mosquete, los pescaditos que vienen a ser como la tropa en el ejército, son los recién llegados y de acuerdo a la osadía y agallas se les recluta.

Luego de dos semanas en el penal llegó a mis oídos, por los fruteros, que en el otro pabellón había un mosquete[4] que estaba maquinando una trampa para el taita, para matarlo por la mañana cuando estuviera dentro de la ducha. Ese día estuve alerto, en el momento que vi, que lo atacarían ya tenía a mi gente lista, el fierrero se encargó de armarlos y mandamos al otro mundo a cinco, el baño quedó regado de sangre, los policías ni asomaron la nariz porque con la mayor destreza y sin bulla los eliminamos, nos terminamos de duchar y cuando la policía entró y preguntó, todos contestaron lo mismo, fue una pelea entre ellos, nadie se atrevió a señalarme, cuando salimos al patio le conté al taita que lo querían asesinar, desde ese momento el taita selló su gratitud conmigo, un día sentados en el patio mientras fumábamos le pregunté de qué provincia era, como ya éramos amigos, me contó su vida…soy de la provincia de Santa Rosa en Puno, yo era muy chico mis padres trabajaban para la hacienda de doña Jocunda, no recuerdo el apellido, donde éramos explotados, solo teníamos derecho a vivienda, comida y a trabajar desde que amanecía hasta terminada la tarde ya, cuando cumplí los 15 años llego la reforma agraria y nos entregaron parcelas de tierras, como las maquinarias se malograron, pedíamos a las cooperativas, pero nunca llegó ayuda no podíamos hacer crecer la producción, vendimos nuestra parcela, mis padres y mis tres hermanos nos vinimos a Lima, con un grupo de gente invadimos un terreno y allí hicimos nuestra casa de esteras, como no había agua teníamos que caminar mucho hasta un río, llevando el agua en baldes luego salíamos hasta la ciudad para trabajar, me conseguí una caja donde llevaba el betún y una escobilla para lustrar zapatos, mis hermanos vendían golosinas en las esquinas, mi madre lavaba ropa ajena y mi papá trabajaba en una carpintería, pero como no sabía utilizar la sierra esta le cortó los dedos, lo llevaron al hospital, como no teníamos para la medicina lo dejaron que muriera de gangrena. Al año murió mi madre de tuberculosis, ya estaba mal de tanto que lavaba y lo mal alimentados que estábamos, mis hermanos y yo nos quedamos huérfanos y unos muchachos que conocimos en el centro de Lima nos enseñaron como robar fruta así fue como un día nos atraparon, nos encerraron en C. J. D. R. Centro Juvenil de Diagnóstico y Rehabilitación Lima, más conocido como Maranguita donde conocí a otros mayores que nosotros que nos enseñaron como ser mosqueteros, quiere decir como robar las billeteras sin ser atrapados, ya cuando nos dejaron libres luego de cinco años nos volvieron atrapar y ya nos trajeron al Lurigancho, aquí estuve un año. Salí con otros más diestros en la delincuencia, con ellos ya asaltábamos casas y bancos, pero yo guardaba mi dinero para cuando me volvieran atrapar tener jerarquía aquí adentro, en uno de los asaltos hubo una balacera ahí murió uno de mis hermanos, por defender a mi otro hermano maté dos policías me sentenciaron a veinte años y aquí me tienes, poco a poco me fui haciendo respetar por la gente, ahora ellos trabajan para mi yo planeó desde aquí los asaltos, mi hermano que está libre organiza a la gente y me traen mi parte…Ayudé al taita a mejorar los planes para que salieran más limpios los asaltos a bancos y mansiones, tratando de que no hubieran muertos esa es la banda de la que hablan los periódicos, después de estar dos años en prisión el taita me dijo que yo tenía que estar afuera para dirigirlos y con su ayuda planeamos mi fuga, los fruteros[5] todos los días hacían un forado que daba para la salida, nos enteramos que en esa semana estarían todos muy ocupados preparando la celebración que tendrían por el aniversario del golpe de estado y ese mismo día para mi suerte, ocurrió el terremoto del tres de octubre de 1974, a las 9.20 todos estaban ocupados en los preparativos más el terremoto terminó de desmoronar el forado, así escapamos veinte reclusos con dirección aquí a la Huerta Perdida donde desde ese día se convirtió en mi hogar y las armas que robó, uno de mis muchachos infiltrados, era solo un entrenamiento para él, si pasaba el examen seria incluido en mi grupo. Yo nunca me ensucié las manos con gente inocente, siempre hago bien mis planes para no dejar sangre derramada, todos los que trabajan para mi saben que el trabajo tiene que ser limpio, si alguno viola esa ley yo mismo lo mando al otro mundo, todos los asaltos donde no hubieron ni muertos ni heridos son los que yo organicé. Tú no sabes de las cosas que yo me entero, tengo gente en todas partes sobre todo los ladrones que llevan terno y corbata de esos hay más que en las cárceles, están en Lima y provincias…Había pasado una hora hablando Manuel, sin poder controlar sus lágrimas, ya solo estaba su amigo y compañero de muchos años, terminaron llorando juntos más por lo que Manuel había pasado en el transcurso de su vida y por los recuerdos de la que fue su único amor la hermana de su mejor amigo… no me casé porque nunca pude encontrar una muchacha que se pareciera a mi Rosi, comentó Manuel, mientras las lágrimas seguían bañando su rostro, Luis conmovido por el sufrimiento que pasó su amigo y el pisco que traiciona los secretos le dijo: ella también te lleva presente cada minuto de su vida… porqué cuando a ti te encarcelaron, ella se dio cuenta que estaba embarazada y decidió tener a tu hijo. Cuando el niño cumplió dos años mi hermana se casó, sabía que ya no te volvería a ver…secándose las lágrimas Manuel miró a Luis, sus ojos volvieron a brillar y una amplia sonrisa se dibujó cambiando su expresión…cuéntame de mi hijo, le pidió Manuel…para empezar mi hermana siempre le dijo, que su padre eras tú, que te fuiste de viaje y ya no pudiste regresar, cuando seas adulto comprenderás muchas cosas, le dijo a tu hijo. Mi hermana, siempre inventa cartas como si las escribieras, tu hijo ahora tiene trece años se parece mucho a ti, Rosi no permitió que llamara papá a su esposo a pesar de que él es muy bueno con Manuelito, el niño es muy inteligente…yo, ya no puedo salir de esta vida que injustamente me impusieron –replicó Manuel- yo soy ese delincuente que la policía busca, entonces entenderás que me es difícil salir y defraudar a toda la gente que confía en mi; todos los conocimientos que tuve en el ejército los usé para la organización, ahora son mi tropa y no los traicionaré y de pronto en un impulso de emoción le dijo: ¡me gustaría conocer a mi hijo, pero este no es el lugar para él…Luis lo interrumpió, pero yo puedo llevarte hasta mi casa nadie tiene que saber quien eres, yo llevaré a Manuelito a jugar con mis hijos y tendrás la oportunidad de conocerlo, Manuel aceptó, quedaron que en una semana se volverían a encontrar.

Y así fue que Manuel conoció a su hijo le llevó regalos de mucho valor y otros para los hijos de Luis, pasó todo el día con su hijo solo le tomó una foto para llevarla con él en su arriesgada y delincuencial vida. Luis Felipe nunca dijo nada de lo ocurrido, lo regresó nuevamente a la Huerta Perdida, en el portón se dieron un fuerte abrazo, Manuel le agradeció el momento de felicidad que le dio. En ese momento muy lejos estaban de los acontecimientos que ocurrirían.

Luis se subió a su auto alejándose del lugar con tristeza, Manuel a los pocos días ya tenía la foto de su hijo en sus manos de la que nunca se desprendió, la llevaba siempre en su abultada billetera como uno de los tesoros más amados.

Una mañana de verano, en vacaciones de Manuelito, Rosa le pidió que fueran juntos a comprar las cosas para celebrar sus catorce añitos, Manuelito salió feliz, le encantaba salir a solas con su madre y mejor aún si comprarían las cosas para su fiesta de cumpleaños, subieron felices a la camioneta, en el camino ella se acordó que tenía que hacer unas transacción bancaría y bajó con Manuelito al banco, el niño se quedó sentado en un asiento mientras su madre realizaba la operación . De pronto se aparecieron seis hombres con medias nylon cubriéndoles el rostro, empuñando armas, hablando fuerte para intimidar a la gente, gritaban: todos al suelo esto es un asalto, no intenten hacer nada quédense quietos y nadie saldrá herido. Toda la gente estaba en pánico llorando, tirados en el piso, Manuelito al ver a su madre llorar quiso correr al lado de ella y fue atrapado por uno de los delincuentes que le puso el arma en la cabeza, Rosa dio un grito…¡ no, dejen a mi hijo!..Al querer rescatar al niño uno de los delincuentes le disparó hiriendo a Rosi quien cayó al piso mientras otro de los delincuentes corrió para ayudarla, desconcertado, los asaltantes se descuidaron, el gerente del banco sacó un arma que tenía en el escritorio, empezó a disparar, el que se estaba acercando a Rosi para ayudarla dió un salto y le arrebató a Manuelito al otro delincuente, y cubriendo con su cuerpo al niño fue que el recibió un balazo en la espalda del fuego cruzado, salvando al pequeño. Cuando llego la policía, toda la gente aún se encontraban en el lugar del asalto, llegó una ambulancia auxiliando a los heridos, sacándoles la medias que cubrían sus rostros, Rosi vió el rostro de Manuel a quien nunca olvidó, se acercó tomándole la mano, le dijo salvaste a tu hijo, el estiró su mano sacando de su chaqueta su billetera y se la entregó, ella la abrió y vio la foto de su hijo. Ya no le quedaba mucho tiempo a Manuel, con la sangre brotando de las entrañas, le dijo: siempre te amé, no hubo un minuto de mi vida que dejara de pensar en ti, aparte de tu amor, es Manuelito lo mejor que me diste, gracias por haber mantenido una buena imagen de mi en mi hijo, ahogándose con la sangre le dejó salir sus ultimas palabras…escribe una última carta por mi, dile que lo amaré más allá del infinito y que siempre lo estaré cuidando…y su voz se apagó para siempre. Manuel murió en los brazos de la única mujer que amó, la que le cerró los ojos para toda la eternidad, sus brillantes ojos verdes que tantas veces la miraron con amor, ella salió más herida del dolor de ver morir al hombre con el que una vez fue tan feliz. La bala que le dispararon solo rozó uno de sus hombros que fue curado allí mismo, la policía le preguntó si lo conocía , ella dijo que solo por el hecho de salvar a su hijo le gustaría que le entregaran el cadáver, ellos le contestaron que lo podía retirar de la morgue al día siguiente después de los trámites legales. Así se hizo y ella comunicó a Luis Felipe y a Antonio, hermano de Manuel, quién decidió hacer el funeral para quien fuera tan injustamente condenado por la justicia que no investigó a fondo la realidad de aquel fatídico accidente, condenando a su hermano a una vida de sufrimientos lloró sin consuelo la perdida de Manuel. Nunca pudo decirle que el estuvo en España cuando sucedió aquella tragedia, que cuando le preguntaba a su madre ella siempre le dijo que estaba bien, pero que era un ingrato por no comunicarse con la familia. También estuvo presente en el funeral, Mechita con su esposo Octavio que más que apenado se sentía culpable por no haber hecho nada en su momento, Annette la nieta y todos los que lo quisieron de una u otra manera. La única que no se encontró en ese funeral fue Jocunda y su marido quienes se encontraban en el extranjero desde hacía muchos años, desde cuando ocurrió el golpe militar. En el entierro Luis Felipe hizo tocar a un corneta para despedir al amigo que se graduó con honores de la Escuela Militar. Rosa en el afán de que no se desdibujara la imagen paternal que Manuelito tenía de su padre le contó, que su papá estaba en una misión secreta, y que dio su vida por la de él.

El niño se cuadró frente al ataúd de su padre mientras salían las notas del sonido del silencio…dándole el último adiós al padre que nunca conoció y aprendió a amarlo y respetarlo, a través de su madre. Para este niño no solo despedía al padre que le dio la vida, despedía también a su héroe quien entregó su vida para salvarlo.

FIN.


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Fuente:

TIEMPO NUEVO

Addhemar Sierralta

Año 3 No. 143

Miami, 18 OCT 2011

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