viernes, 23 de julio de 2010

SÁBADO 31 DE JULIO. PRESENTACIÓN DEL LIBRO Y TALLER DE JAVIER COTILLO CABALLERO (JACO). PLAN LECTOR. POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN

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CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA

Construcción y forja de la utopía andina


INVITACIÓN AULA CAPULÍ


PRESENTACIÓN DEL LIBRO:

RELATOS DE JACO


DE:

JAVIER COTILLO CABALLERO


Y TALLER MORFOSINTÁCTICO, A CARGO DEL AUTOR

Conducción:

RAMÓN NORIEGA

SÁBADO 31 DE JULIO, 2010, 7 PM.

Aula Capulí: Tacna 118, Miraflores.
Cuadra 2 de la Av. Angamos Este.
Entre Av. Arequipa y Paseo de la República.

Ingreso libre. Se agradece su gentil asistencia

Teléfonos Capulí: 420-3343 y 420-3860


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PLAN LECTOR, PLIEGOS DE LECTURA

SALUDO Y HOMENAJE A JACO,
A SU CORAZÓN GENEROSO,
A SU PLUMA APASIONADA
Y LLENA DE CORAJE


Por Danilo Sánchez Lihón


“La patria que nos da el agua de sus ríos
y el fruto de sus campos tiene el derecho
a saber el empleo de nuestros brazos
y la consagración de nuestra inteligencia.”
Manuel González Prada

1. Directa al corazón humano

¿Cómo definiría la literatura de Jaco y su contribución al panorama de nuestras letras, de nuestra sensibilidad y de aquella visión que tenemos el deber de delinear y marchar tras ella enrumbados hacia el porvenir?

La preciso como una literatura comprometida, de filiación con los más caros ideales de nuestro pueblo. Y un arte de honda y vigorosa esperanza.

Como una literatura que busca verdades fundamentales, claves de existencia y ejes de vida, en los cuales creer y por los cuales luchar.

Como un cántaro de agua que hemos de compartir con los demás y basados en ello acometer el desafío y la transformación de nuestra sociedad.

Como una literatura que va directa al corazón humano.


2. Que luzca al alba

Y todo ello desenvuelto con las virtudes y los valores que una cultura como la nuestra y un pueblo que ha sufrido tanto como es el mundo andino, ya es hora que se plasme y erija como paradigma. Porque es justo, porque su proeza es hermosa, y se lo merece.

Es la suya una literatura expuesta a la naturaleza, o dentro de la naturaleza.

Es el cántico y el himno a la vida desde dentro de la vida. Y a lo mejor que ella alberga, cuales son los caros sentimientos.

Es una literatura de pasión, de fuerza, de eclosión. Son los signos de estos cuentos y estos cantos el bien, la virtud, el ser límpidos y valerosos.

Literatura henchida de coraje sería el lema que se borde en sus banderas y estandartes o se inscriba en sus pancartas o en un alto gallardete que luzca al alba.


3. La causa del hombre

Literatura para cambiar al hombre, apelando a lo mejor que la humanidad tiene en su textura de huesos, aliento que nos impulsa y sangre borbotándonos en las venas.

Literatura hecha de emociones e ideales, y basados en ello hacer la revolución de la conciencia, y de allí la revolución social.

Y posteriormente la transformación histórica que nuestro pueblo requiere y demanda. Esa es la lógica, la consigna y la moral de este cántico a la vida.

Literaturas como la de Jaco son aquellas con las cuales subiremos a las montañas y a las nieves eternas a fin de extraer la reserva moral que ellas contienen y nos ofrendan.

Literatura para retarle al sol y a las estrellas, al viento y a los luceros, a la lluvia y a los relámpagos para que asuman la causa del hombre y la realización de su destino sobre la faz de la tierra.


4. Lluvia buena

La literatura de Jaco es el arte que necesitamos para forjar una cultura coherente con el destino humano, entretejido de experiencia, valores, coraje; así como de legítima y sublime ternura y esperanza.

Es una literatura coherente con nuestro pueblo, hondo, profundo, y abnegado. Manifestación que él plasma pródigo en cariño, que defiende lo noble y corroe lo abyecto.

Literatura de protesta y de propuesta, para el niño eterno que somos todos los hombres, un brindis dulce y arisco, para ponerse bien, entonar el alma y entrar en batalla.

Jaco la proclama y recita con los ojos preñados de lágrimas, con el gesto arrobado y adusto, logrando inflexiones con la voz y con el cuerpo, la descarga sobre el mundo como lluvia buena.


5. Donde la ternura se escancia

Con voces y matices que a ratos parecen truenos de tempestades serranas, pero luego la tormenta se disipa, despunta el sol. Allí se esboza recién el arco iris como un pacto y lenguaje sagrado en el cielo apacible.

Y la vida florece en gesto de sumisión y entrega su endecha más dulce.

Y es que Jaco es un hombre que ha corrido mundo y eso lo ha hecho más íntegro, generoso y bueno.

No es la suya literatura de artificio, abstracción ni evasiones, sino de invasión raigal y poderosa, telúrica y contundente.

Tal y como son nuestras montañas, lagunas y puquiales, en donde la ternura se escancia y destila fina y cristalina. Y luego se derrama a raudales y torrentes.


6. Pertenencia y filiación a la tierra

Literatura hecha de un lenguaje pleno de humanidad y sabiduría.

De un hablar telúrico, de voces ocultas y profundas, de sutilezas del alma, de música que evoca y subyuga.

Pero, principalmente, poniendo su sangre en la escritura, su alma y su cuerpo.

Abriendo sus venas y dejando que corra la pluma.

Por eso es que clama, apela y convoca; imparte consignas a los elementos terrestres y etéreos., porque las letras las escribe con su sangre.

Su literatura está signada por su pertenencia y filiación a la tierra de nuestro país transido, que es abismo y cumbre nevada, siempre de una dimensión fascinante, única y suprema.


7. Por su belleza secreta

Realidad grandiosa la nuestra ante la cual lo que debe estarnos impedido a los peruanos es actuar con pequeñez y mezquindad.

Y esto por nuestro ancestro cultural, por el legado incaico, por nuestra geografía cósmica, por nuestra vastedad incluso dentro de lo minúsculo.

Hay que alentar lo grandioso, como Jaco lo hace.

Y esto cumplámoslo en el arte por coherencia con el dolor de nuestra gente.

Hagámoslo así por sus dramas seculares, por su belleza secreta, que nos dicta como imperativo moral desterrar el desamor, como la malicia y la sordidez.

Ante todos estos retos lo que también nos está vetado es desfallecer, acobardarnos o claudicar.


8. Visión del porvenir

Por eso, como lo hace Jaco, la literatura tiene que ser verdad siempre. Más verdad que la historia, las sociologías, o que las ciencias mismas.

Derivado de ello, de aquel paradigma de autenticidad, como lo hace Jaco, es que la literatura a su vez tiene que afirmar lo nativo y ancestral, hecho que es importante y fundamental para equilibrar el avasallamiento que nos viene desde el exterior a través del fenómeno de la globalización.

No es la suya una lectura de distracción, de esteticismo insulso, sino literatura para tocar y cambiar la vida, en el sentido del bien.

Y eso la hace entonces un arte revolucionario.

Y es que solo una tierra honda, trémula y sufrida, como es el Perú; una tierra mítica y legendaria, donde se integran culturas, donde se despierta la añoranza y al mismo tiempo la visión del porvenir, puede dar a luz a un artista como es Jaco.


9. Del relámpago de dos puñales

Jaco asume su lar nativo, su piedra angular, como el temblor de su gente y su destino con entereza, pueden hacer posible una literatura como él la cultiva.

Cultura y destino que él bien lo representa. Y arroga con sensibilidad, grandeza y valentía.

Es este libro campana que repica, tonada que convoca, clarín que anuncia la alborada. Y fiesta inacabable.

Quiero terminar con las siguientes palabras de aquel gran cuzqueño, escritor, maestro y periodista, como fue Hernán Velarde, cuyas palabras han tintinado en mi mente mientras escribía estas páginas sobre Jaco:

“Nació del relámpago de dos puñales que convergieron en la misma herida”.


Texto que puede ser reproducido citando autor y fuente


Teléfonos:

420-3343 y 420-3860

Obras de Danilo Sánchez Lihón las puede solicitar a:

Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com
Editorial Bruño, Perú: ventas@brunoeditorial.com.pe
Instituto del Libro y la Lectura: inlecperu@hotmail.com


LIBROS DE JACO



Acerca de mí

Nací protegido por los nevados de la Cordillera Blanca cuando el sol aparecía tras el nevado Huascarán una mañana de marzo del año 41; en esa ocasión, el jilguero trinó 28 veces, como llamándome para jugar a las escondidas o como señalando el día del calendario. Desde entonces fuimos amigos inseparables, él, jugando con las hojas de los árboles, yo, con las retamas y las aguas del río Pedregal.

Es inútil decir que nuestros pies andaron hasta tarde sin zapatos, pero guardábamos con amor los cuadernos de la escuela y los escasos libros que podíamos comprar.

Mis hermanos son nueve (9) y los que no nacieron fueron la lluvia, el viento, el sol y las aguas de los rios Santa y Quilkay; mis víctimas, las truchas, pobres, sufrieron el acoso de mi pasión por hacerlas "fritas". Me endulcé con jugosas cañas de maíz, melocotones y capulíes a más no poder. Hasta aquí recuerdo el Paraíso. Después fueron lo que todos hacen: libros, cuadernos, trabajos de noche y estudios de día, sueños sin sueños soñando siempre en ser mejores. ¿Quién no?

Pero, por esta vida, daría la vida por volverla a vivir.

JACO

IMÁGENES DEL RECUERDO