martes, 6 de julio de 2010

GRANDES MAESTROS: ANATOLIA ALDAVE REYES



ANATOLIA ALDAVE REYES

Por: Filomeno Zubieta Núñez

El Día del Maestro es una fecha nacida al calor de la creación y puesta en marcha del primer centro de formación de maestros ocurrida el 6 de julio de 1823 por el Generalísimo don José de San Martín que, con el transcurrir del tiempo, ha devenido en la Universidad Nacional de Educación “Enrique Guzmán y Valle”, La Cantuta. Es, también, una fecha en que rendimos un cálido saludo a nuestros maestros, a todos sin excepción.

Sin embargo, queremos hacer un alto para referirnos a una ilustre maestra chiquiana en plena práctica de su magisterio, hoy fuera de las aulas: la señorita María Anatolia Aldave Reyes. En el reciente XVIII Encuentro de Escritores y Poetas de Ancash, AEPA, realizado en Huari los días 15, 16 y 17 de mayo pasado fue distinguida como una de las baluartes de la intelectualidad ancashina junto al literato Carlos Eduardo Zavaleta y al historiador Augusto Alba Herrera, con ese motivo pergeñamos unas líneas dedicadas a nuestra paisana que compartimos con nuestros lectores.

Anatolia Aldave: maestra, poetisa, declamadora e institucionalista bolognesina. Nació en Chiquiàn el 9 de julio de 1923. Sus padres don Alejandro Aldave Novoa (peluquero y hojalatero) y doña María Reyes Barba. Es la cuarta de 7 hermanos: Isolina, Rosa, Eduardo, María Anatolia, Zoila, Arturo y Alejandro. De ellos, hace poco falleció una hermana..

Un breve recorrido por su derrotero de vida nos señala lo siguiente.

Estudió la primaria en su tierra natal, Chiquiàn, tuvo como maestras a las dilectas damas Luz Romero, Delia Barrenechea, Emiliana Cerrate de Valenzuela. La educación secundaria la cursó en el Liceo de Lima, donde tuvo como profesor al Dr. Alberto Tauro del Pino. Sus vacaciones las aprovechaba para realizar continuas caminatas por los distintos parajes de su tierra, algunas veces a caballo otras a pie, bebiendo de las aguas cristalinas de sus arroyos, llenándose los pulmones de los perfumes de las flores, deleitándose del trinar de sus avecillas.

Sus estudios profesionales los realizó, entre 1943 y 1946, en la recién aperturada Escuela Normal de Mujeres de Huaraz, regentada por sacerdotes españoles, gracias a una beca de estudios obtenida en mérito a sus calificaciones, representando a la provincia de Bolognesi.

Su espíritu de aventura, sus deseos de trasmitir lo aprendido en las aulas profesionales y conocer distintas realidades de la educación de nuestro país, la llevó a recorrer diferentes centros educativos como se puede ver de su derrotero profesional.

Inició el ejercicio de su profesorado en 1947 en el pueblito de Buenavista, del distrito de Huallacayán, como voluntaria. Al poco tiempo obtuvo su nombramiento en el Centro Escolar Nº 532 de Chiquián, permaneciendo dos años. La enfermedad de su hermana Rosita hizo que se dedicara a ella y por sus ausencias fue subrogada del ejercicio docente.

En 1949 reinicia su docencia en la escuela unidocente de La Rinconada de Lurín; aquí su permanencia de 5 años fue de lo más fructífera: incrementó notablemente el número de estudiantes, adquirió un terreno de 5000 metros para local escolar. Estando allí le cupo participar en los festejos del Cincuentenario de la Provincia de Bolognesi en 1953 como parte de una Comisión formada por los hijos residentes en Lima.

En 1954, por permuta, llega a un centro educativo del cerro San Cristóbal que funcionaba en el local de una sociedad mutualista. Su permanencia de 5 años, con plena identificación con los niños y los padres de familia, dice mucho de su identificación con los más pobres; gracias a sus gestiones se incrementó el número de plazas de auxiliares y portería.

En 1959, gracias a un concurso nacional de maestros, obtuvo plaza en un centro educativo de reciente creación en el barrio Santa Cruz del distrito de Miraflores. En los 12 años de su permanencia logró transformaciones notables convirtiendo a la escuela en todo un modelo a nivel distrital.

En un concurso de provisión de plazas docentes para las escuelas integradas se presenta y logra la dirección de un centro educativo de Surquillo que tenía tres turnos. Poco a poco fue logrando la plena puntualidad y dedicación al quehacer educativo de docentes y estudiantes, formando una sola asociación de padres de familia a nivel de centro educativo. Permaneció cuatro años y medio.

El Núcleo Educativo Comunal, NEC, que funcionaba en la Gran Unidad Escolar Ricardo Palma como centro base, la adscribe como Promotora de Extensión Educativa. Aquí estuvo 4 años dedicada íntegramente a sus labores profesionales. Es más, el exceso de trabajo le generó un agudo estrés. Por prescripción médica tomó unas largas vacaciones que las aprovechó para incorporarse a una delegación de maestros que, en representación del Perú, iban visitar realidades de otros países; así, por dos meses recorrió Brasilia, Minas Gerais, Río de Janeiro, Sao Paulo, Río de la Plata, Valparaíso y Santiago.

A su regreso, y siguiendo indicaciones médicas, optó por no retornar al NEC y se fue a una escuelita de la barriada de Surquillo que tenía solo 2 maestras y muy pocos alumnos. Su cariño al medio y a su profesión pronto rindió buenos frutos; más de 500 alumnos, 36 maestros y un terreno propio de 3,500 metros dicen de sus logros. Estando en este centro educativo, con 32 años de servicios efectivos y porque tenía un proyecto ineludible en Venezuela, se tuvo que retirar del ejercicio profesional en 1978.

Luego de su retiro radicó 3 años en Venezuela y un año en los Estados Unidos.

Si bien no formó hogar propio, no por eso dejó de dar amor maternal a los suyos, en su casa crecieron sus sobrinos y sus hermanos recibieron todo el calor familiar.

En su larga y dilatada carrera escribió centenas de composiciones cívicas y alrededor de dos millares de poesías, la mayoría dedicada a sus alumnos acorde con el calendario escolar y a su tierra natal, Chiquián. No desaprovechaba la oportunidad para declamar composiciones propias y ajenas en las actuaciones escolares o institucionales. De 1990 a la fecha se ha dedicado enteramente a su labor como declamadora y animadora de instituciones culturales.

Maestra inquieta y con una enorme energía que brindar, desplegó una amplia actividad institucionalista. Fue delegada de la Provincia de Bolognesi ante la Asociación Nacional de Profesores Primarios del Perú. Más tarde, ocupó la secretaría de biblioteca del Sindicato Nacional de Maestros Primarios del Perú. También, fue animadora de la vida cultural del Club Chiquián residentes en Lima.

Pertenece a la reconocida institución INSULA-Miraflores, en cuyas actuaciones ha puesto de manifiesto sus dotes declamatorias.

Es asidua participante de las actividades culturales. Ha presentado una serie de recitales en los últimos 20 años; igualmente, ha tomado parte en sinnúmero de seminarios, congresos, talleres, etc. brindando su granito de arena. Pese a sus años mantiene toda su vitalidad y jovialidad; infundiendo optimismo en todos los que la conocemos y apreciamos. Es que sigue en ejercicio de su magisterio, no ha dejado de maestra.

Por 12 años perteneció a la Junta Vecinal de Miraflores contribuyendo con sus ideas y acciones a una mejor vida barrial y cultural. Desde hace muchos años forma parte de la Mesa Redonda Panamericana de San Isidro donde ocupó varios cargos como el de la presidencia en tres períodos.

En su dilatada vida profesional, institucional e intelectual ha recibido una serie de premios y reconocimientos del Ministerio de Educación de las Municipalidades de Miraflores, San Isidro, Bolognesi, etc. Siendo el más alto las Palmas Magisteriales que se le otorgaron en 1990. Pero, por encima de todo, goza del cariño y aprecio general, especialmente de sus paisanos. Por todo esto y mucho más,
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¡Feliz Día Maestra Anatolia!
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