miércoles, 14 de enero de 2009

Celia Alvarado de Bolarte



Por Leonidas Bolarte Pardavé


La madrugada del 25 de noviembre de 1931, el cielo chiquiano vio brillar una estrellita en el cálido hogar de los esposos Felipe Alvarado Garro y Victoria Montoro Ramírez, a quien pusieron por nombre: Celia. Su papá le decía de cariño "waltu waita", hasta su partida al cielo en 1945.

A los pocos años Chela, así la llamamos sus familiares y amigos, se convirtió en una hermosa adolescente, por quien los jóvenes chiquianos suspirábamos en coro. Ella estudió la primaria en la Escuela Elemental de Mujeres. Sus maestras fueron las damas Emiliana Valenzuela de Cerrate, Delia Luna, Libia Olivera de Barrenechea y Carmen Arévalo. Sus compañeras siempre la recuerdan como una excelente amiga y alumna estudiosa.

Culminado sus estudios primarios, su mamá Victoria la matriculó en el colegio Unión (Ñaña – Lima), en 1947. Esta institución cristiana moldeó su personalidad responsable y pujante que le valió para desempeñarse, pese a sus cortos años, como Monitora en el Internado de Señoritas. Su activa labor como alumna la convirtió en una de las impulsoras de la revista “El Eco del Colegio" e integrante del Coro Polifónico. En 1951 culminó sus estudios secundarios con notas sobresalientes.

A los pocos meses de su egreso, celebramos nuestro matrimonio, y con el tiempo llegó nuestra primogénita Gladys Victoria. Años después vino al mundo Vilma Celia, quien de muy jovencita acudió al llamado del Señor, cuando radicábamos en los Estados Unidos. En 1957 nació nuestra tercera hija: Sonia Elisa.

Después de laborar unos años en el colegio Unión (hoy universidad), trabajó como Directora del Internado de Señoritas del colegio adventista del Altiplano (Juliaca -Puno). Al cabo de un año fue premiada para ocupar la plaza de Directora del Internado de Señoritas del colegio de Cochabamba - Bolivia. En 1961 viajó a Argentina para trabajar en el colegio adventista del Plata, donde se especializó como Instructora Bíblica. En 1962 retornó a Bolivia como Directora del Internado y en1963 regresó a su Alma Mater (Colegio Unión) para desempeñar el cargo de Directora del Internado de Señoritas, labor que realizó durante tres años.

El 11 de enero de 1966 emigré con Chela y mis tres hijas a los Estados Unidos de América. Al cabo de duros años de aprendizaje, culminó sus estudios superiores en la Southern Adventist University, graduándose como Enfermera en 1969. Sin duda, un logro muy importante para una hispana en esos difíciles años, hecho que nos llenó de orgullo y esperanza por un futuro mejor para la familia. Desde aquel entonces laboró por más de 30 años como Jefa de Piso en el Tennessee Christian Medical Center. Actualmente gozamos nuestra jubilación en compañía de nuestras dos hijas, seis nietos, doce bisnietos y un tataranieto.

Queridos familiares, hoy mi amada Chela cumple 75 noviembres y llevamos 56 años viviendo juntos. Ella deleita mis tardes libres tocando el piano como una concertista de primera, teje abrigadoras prendas para que la familia soporte el crudo invierno americano, cocina exquisitos platos peruanos y le gusta pintar todo lo bello que la naturaleza nos da diariamente, además de brindarle sus cuidados y todo su amor a nuestra numerosa familia…, qué más puedo pedirle a la vida, sino agradecer a Cristo por haberme dado la mejor esposa del mundo.

TN, 25 NOV 2006



RECUERDOS




Hoy 25 de noviembre, cumple años un ser humano excepcional: CELIA ALVARADO DE BOLARTE. Esposa, Madre, Hermana, Tía y Amiga, con mayúsculas. Una persona que durante su fructífera vida viene sembrando Amor Supremo hacia Cristo en el corazón de las personas que la queremos y admiramos. Ella es la raíz fértil del árbol familiar Alvarado Montoro, siempre inyectando savia de unión y confraternidad en sus integrantes.

Gracias a ella muchos chiuchis chiquianos conocimos el mundo a través de sus esperadas diapositivas, que absortos veíamos en el ecran cada vez que visitaba Chiquián con su esposo Pepe e hijas Gladys, Vilma y Sonia. Un vivo ejemplo de esfuerzo profesional en el difícil peregrinaje de la mujer emprendedora. Como su sobrino guardo momentos muy especiales que me marcaron para siempre, no sólo porque disfruté de sus consejos y tuve el privilegio de recibir su ayuda espiritual, sino porque hay cosas que la hacen única.

Tía Celia: Sé que cualquier nota será insuficiente para agradecerle todo su amor por mi papá, su cariño a todos nosotros, su permanente apoyo y por su entusiasmo que nos ayudan a disfrutar cada momento que vivimos. En la brevedad de esta nota quizá faltará un universo de palabras no dichas, una amplio paisaje de vivencias que tuve el privilegio de compartir con Ud. en el Perú y en Nashville.

Un fuerte abrazo tía, a nombre de la pequeña familia Alvarado Balarezo que renueva sus oraciones en este Día de su santo. Al final, una alegre semblanza escrita por su esposo Leonidas Bolarte Pardavé. Para quienes no lo recuerdan, es uno de los ingenieros agrónomos y químicos peruanos más reconocidos en el extranjero; hijo de don Perfecto Bolarte Calderón, quien siendo muy jovencito perennizó con su arte fotográfico el martirologio de Luis Pardo, dando paso a la Leyenda; posteriormente don Perfecto puso a punto por muchos años los relojes chiquianos y fue uno de los principales artífices que le dio el nombre a nuestra provincia: BOLOGNESI.

Con mi mayor afecto,

Nalo