lunes, 30 de noviembre de 2020

TIEMPO NUEVO INTERNACIONAL (MIAMI), DE ADDHEMAR H.M. SIERRALTA - AÑO 12 Nº 401, DEL 30 DE NOVIEMBRE DE 2020

 

 
TIEMPO NUEVO 

Internacional 

  Por Addhemar Sierralta 
 
Año 12 Nº 401
 

  Miami 30 de noviembre de 2020
 

 

PRESIDENTE SAGASTI: 

 

TODOS DESEAMOS QUE TENGA ÉXITO Y LOGRAR UN MEJOR PERÚ

 

Por Addhemar H.M. Sierralta (Perú).

 

Hace pocos días el Congreso eligió como Presidente de la República del Perú al congresista Franciso Sagasti y se puso punto final a una crisis generada por la vacancia del ex presidente  Vizcarra y la renuncia de su sucesor –el ex presidente Merino- y luego de desórdenes callejeros que trajeron, lamentablemente, víctimas pareciera que todo vuelve a la normalidad. 

 

Dejaremos de lado las críticas, ideologías y odios que han sido el caldo de cultivo de los últimos tiempos y que son un punto negativo para llegar a entendimientos. Queremos ser positivos porque es necesario –para nuestro querido Perú- elaborar políticas de consenso y que de verdad sean positivas por su lógica y practicidad.

 

Previamente quiero recordar que el actual presidente, Francisco Sagasti, es ante todo un profesional peruano destacado y muestra equilibrio y capacidad de entendimiento, negociación con capacidad de poder establecer metas alcanzables y estrategias de logro. Como ingeniero y docente, como vinculado a la ciencia y tecnología puede tener una capacidad de manejo mejor que los presidentes anteriores. Sabrá evaluar –como decía Jiménez Nieto- el entorno, las necesidades y la proyección necesaria para llevarnos lo mejor posible hacia unas elecciones imparciales y dejar la ruta a seguir a partir de nuestro bicentenario de vida independiente.

 

Permítanos, señor presidente Sagasti, algunos puntos de vista que podría tener en cuenta para alcanzar el éxito:

 

1.  Reforzar su entorno –para gobernar- con gente tan preparada como usted independientemente de sus creencias políticas.

2.   Continuar escuchando a los líderes de todos los partidos políticos para generar puntos de consenso.

3.   Pese a tener la responsabilidad de un gobierno de transición,  buscar disminuir significativamente el número de ministerios y burocracia estatal. Ver la posibilidad de contar con un Ministerio o Instituto de Ciencia y Tecnología.

4.   Centrar y no desviarse ni un ápice –tal como ya lo anunció- de combatir con lógica la pandemia del Covid 19 y buscar levantar la economía nacional.

5.  Trabajar en lograr Elecciones Generales –para el 21 de abril 2021- con la mayor imparcialidad.

6.  Ante presiones para tener nueva Constitución y Asamblea Constituyente, se debiera dejar totalmente las acciones al respecto –de hacerse- para que sean manejadas integralmente por el nuevo gobierno.

7.  Sentar las bases, vía una comisión ad-hoc y técnica (no política) para estudiar la posibilidad de establecer regiones (Quizá de 8 a 10) que reemplacen a la actual división departamental. Dichas regiones debieran equilibrar sus características demográficas, potencial productivo y de comunicaciones.

8.  Establecer, y no porque no lo enunciemos al comienzo, un Plan de Gobierno Transitorio con Objetivos precisos y posibles de cumplirse. Este Plan debiera ser de consenso y generar Política de Estado.

 

Esperamos que nuestras sugerencias puedan ser de utilidad. Y como peruanos, donde nos encontremos, estamos listos para aportar porque deseamos ver un futuro mejor, en paz y con oportunidad para nuestros hijos y nietos. Vale la pena señalar que desde el 2019, más de 200 peruanos –tanto residentes en nuestro país y en el extranjero formaron el grupo TU POR EL PERÚ-  han trabajado muchos de los puntos señalados anteriormente y los pusieron a disposición de las agrupaciones políticas para que puedan estudiarlos e incorporarlos en sus planes de gobierno.

 

Suerte señor Sagasti.

 

 

OCULTAR CANALLADAS TRAS LAS BURRADAS. 

 

Por Enrique Guillermo Avogadro (Argentina).

 

"En el socialismo nunca sabes el pasado que te espera".

Leonardo Padura

 

Como ha hecho desde su irrupción en la política nacional, otra vez la PresidenteVice quiere esconder sus zafarranchos institucionales tras la espesa niebla que cubre al país desde la muerte de Diego Maradona. Su penosa marioneta, el Presidente Pinocho, quiso obsequiarle una remake del show del vestidito negro que permitió a su jefa alzarse con el 54% de los votos en 2011 pero, como se trata de un gobierno de exitosos incapaces, también eso salió muy mal y el velorio se transformó en un nuevo bochorno.

 

Resultó patética la inculpación de Alberto Fernández a los deudos y a la Policía de la Ciudad por los incidentes (suscitados cuando, por pedido de Cristina Fernández, se cerró el acceso mientras ella estaba frente al féretro) y se convirtió en rastrera cuando se intentó borrar el comunicado oficial previo, que auto-atribuía a la Nación la responsabilidad por la seguridad, ya que las tomas de pantalla inundaron las redes. Finalmente, los barrabravas, condenados incluidos, ingresaron por la fuerza a la Casa de Gobierno -¡qué simbólico!- y hubo que recurrir al escuadrón de custodia de Granaderos para evitar que fuera, literalmente, tomado todo el edificio.

 

Por obra y gracia del tan masivo e imprudente velorio, la "cuareterna" (que seguirá rigiendo hasta marzo para el Congreso y la Justicia) quedó desnudada como lo que realmente es: sólo un recurso político para domar a la ciudadanía y mantenerla encerrada y callada, mientras se arrasaba el país para empobrecerlo como nunca antes, destruyendo empresas y empleos, escuelas y alumnos, para avanzar en la idea de construir aquí otro santuario pobrista (ya llegamos al 55%) del socialismo del siglo XXI. La voluntad de Cristina Fernández, instrumentada por su mandado, nos costó ya cuatro millones de puestos de trabajo, un año entero sin clases, quinientas mil Pymes fundidas y la huida de grandes empresas.

 

La prensa, en general, recayó en el amarillismo más abyecto con la muerte de Maradona, tanto como hizo y sigue haciendo aquí y en el mundo con la pandemia del Covid, facilitando a los gobiernos populistas de todos los signos enmascarar sus verdaderas intenciones tras el pánico que generó con su insistente recuento de tragedias. Lamento, a priori, las pérdidas personales que cada lector haya sufrido en carne propia, pero no debemos perder de vista los hechos concretos: se contagió sólo el 0,87% de la población mundial, y murió el 0,02% de ella; en la Argentina, esos números, al día de hoy y que confirman el fracaso de la "cuareterna" como prevención, sólo llegan al 3,04% y 0,08%; ¿justifican el altísimo costo que pagamos?

 

Alberto Fernández ya envió el pliego de Alejo Ramos Padilla, el militante Juez de Dolores, para ocupar el Juzgado Federal N° 1 de La Plata, a cargo de las elecciones en la Provincia de Buenos Aires, incrementando el control electoral al que ya había accedido con la designación de Daniel Bejas para integrar la Cámara Nacional Electoral. Por su parte, la PresidenteVice logrará que el H° Aguantadero reduzca a una mayoría simple el requisito para designar al Procurador General de la Nación e impedirá que el cuarto poder del Estado -que incluye a todos los fiscales- conserve su esencial independencia. Los senadores darán media sanción, y será en Diputados donde librará esta batalla antes de fin de año. Deberemos mostrarnos otra vez muy activos para exigir a nuestros representantes que eviten este magnicidio. También en este caso, utilizarán como velo la discusión por la legalización del aborto para esconder el estropicio.

 

El Poder Judicial continúa en deuda con la ciudadanía. La Corte debería decidir, ya mismo, sobre la constitucionalidad de la modificación del Consejo de la Magistratura, a estudio desde hace cinco años; si confirmara las sentencias de los tribunales inferiores, impediría que la siniestra impunidad de la PresidenteVice -que deberán decretar los jueces porque, según ella, ya tiene la de la historia- pueda lograrse. Y la Sala I de la Cámara Federal de Casación hacer lo mismo con la validez de las declaraciones de los funcionarios y empresarios "arrepentidos" en la causa "Cuadernos", que dejaron detallada constancia de los sobornos que pagaron y cobraron, y dónde terminaba el dinero, durante los primeros gobiernos kirchneristas.

 

Los probados delincuentes invocan la falta de registro audiovisual de esas declaraciones para invalidar las mismas, que constan en actas firmadas por ellos y sus abogados, de los fiscales intervinientes y del juez de la causa. Es probable que lo consigan, dada la clara adscripción de algunos de los miembros de esa Sala a la ya famosa asociación "Justicia Legítima", eterna protectora de los ladrones; pero deberán tener en cuenta la reacción popular que suscitaría un fallo en ese sentido dado que, según todas las encuestas, la corrupción es de las mayores preocupaciones de la población.

 

La recuperación económica y social deberá esperar mucho tiempo, porque sólo puede venir de la mano de las inversiones. Y no llegarán mientras se creen nuevos impuestos confiscatorios y abusivos y aparezcan resoluciones con moratorias inéditas con nombre y apellido (Cristóbal López y Máximo Kirchner), mientras no exista seguridad jurídica, mientras se siga avanzando sobre la propiedad privada (se prohibirá disponer de los campos incendiados), mientras el costo de la casta política siga siendo tan abusivo, mientras continúe el adoctrinamiento malévolo en las aulas y se degrade la educación y, sobre todo, mientras los jueces sean sólo veletas obedientes a los vientos del poder.

 

Bs.As., 28 Nov 20

 

 

 NUESTRO FUTURO : EXPORTAR. 

 

Algo para desarrollar en Puno

 

El autor de este artículo, Addhemar H.M. Sierralta, es ingeniero químico con estudios de post grado en Administración y experimentado gerente a nivel nacional e internacional. Fue Director de la Gran Cámara de Comercio de la Calle Ocho Miami-Dade de Florida U.S.A.. 

 

Tal vez el camino más adecuado para salir de la crisis y lograr la prosperidad es exportar. De esta forma podremos diseñar un futuro con mayores probabilidades de éxito.

 

¿ QUÉ ES EXPORTAR ?

 

Cuando hablamos de exportar hay que tener en cuenta que es bastante más que vender productos o servicios a otro país. Exportar implica, para obtener resultados positivos, tres esfuerzos relevantes:

 

1.     Construir nuestro futuro.

2.     Mantener mercados extranjeros.

3.     Mentalidad exportadora.

 

1.    Construir nuestro futuro.

 

En este aspecto es importante, sin que esto signifique un orden de precedencia, el desarrollar un producto con atributos diferenciados que estimulen la preferencia de los clientes y superar a la competencia. Como parte del proceso para obtener dicho producto es necesario desarrollar una filosofía integral de calidad. 

Estos dos puntos vitales, el producto diferenciado y la filosofía de calidad, así como la imagen del mismo determinarán el posicionamiento en los mercados.

El posicionamiento, tanto de la empresa que produce y del producto en si, establecerá el prestigio y cómo los ven externamente los distintos mercados. Cuidar el posicionamiento es una tarea que va desde una adecuada planificación y gerencia, elaboración de estrategias posibles o logrables, hasta un reconocimiento previo y sincero de dónde estamos y hacia dónde queremos llegar. Posicionar una marca también tiene una singular importancia porque esta llega a la mente del consumidor y en su momento, si se siente satisfecho en sus expectativas, fijará la misma y habremos logrado conquistar al cliente.

Los aspectos mencionados anteriormente se convierten en una preocupación fundamental para construir el futuro de nuestra empresa, nuestro producto, nuestro sector, y por lo tanto la imagen del país exportador. Implica también el asumir una seriedad en el trabajo y una responsabilidad que constituye todo un reto y que involucra calidad de trabajo, calidad de producto y calidad de servicio.

Debemos pensar que construir o diseñar nuestro futuro repercutirá directamente en nuestros ingresos, los que podrán ser mayores, y en la generación de divisas que ayudarán al país y especialmente a la región a salir de la crisis que vivimos. Será el éxito nuestro.

 

2.    Mantener mercados extranjeros.

 

Llegar a conquistar un mercado o participar exitosamente de una porción del mercado es difícil, pero lo es aún más el mantener nuestra presencia en él y expandirse.

Estar presente en estos nuevos mercados será consecuencia de obtener un genuino conocimiento de las preferencias de los mismos, su comportamiento y características de los competidores, tener en mente los productos alternativos, cuáles son las reales necesidades de los mercados, sus costumbres y normatividad comerciales. Muchas veces tenemos que considerar a intermediarios para llegar a los mercados. Ellos, generalmente, tienen contactos, representan consorcios, conocen los detalles y son agentes que pueden facilitar las operaciones del proceso de venta y exportación.

También será significativo, para introducirnos en los mercados, buscar un bloque de pequeños y medianos productores que presenten en conjunto un producto homogéneo, de calidad y atractivo en oferta de precio, volumen y oportunidad.

Una especial recomendación , para pelear el éxito en los nuevos mercados externos, es mantenerlos satisfechos aplicando las técnicas que determinan que el cliente repita la compra y recomiende el producto. Y será mejor si aumenta sus compras. Todo ello depende de cada productor y el frente o asociación que formen para proyectarse hacia la exportación a los mercados extranjeros.

Hay que evitar las fallas de bajar calidad del producto, incumplir contratos, demoras en los despachos y otras irregularidades que afectan la relación comercial y la imagen de nosotros mismos.

Debemos recordar que cada puesto de trabajo, cada dólar que ingrese a nuestras arcas, y nuestra prosperidad, depende de los clientes y mantener un mercado satisfecho. Cuidemos nuestros mercados.

 

3.    Mentalidad exportadora.

 

Generar una mentalidad exportadora se convierte así en algo esencial para sostenerse en el negocio. Además de conocer las necesidades del importador debemos de ser capaces de superar a la competencia y mantener un desarrollo continuo de nuestro personal, nuestro producto y nuestra empresa. Obviamente de nuestro consorcio o asociación para exportar.

Tenemos que mostrar objetivos claros y que tanto los empresarios, gerentes, empleados y aquellos vinculados al sector, tales como proveedores, contratistas, transportistas, intermediarios, etc., los compartan y  mantengan una mentalidad exportadora que les permita dar lo mejor de si para llegar a las metas preestablecidas.

Dentro de esa mentalidad exportadora, abierta y disciplinada, deben estar presentes los conceptos y prácticas efectivas de la globalización, libre empresa, competencia, costos y productividad, calidad, desarrollo y proactividad. Exportar es un reto que tenemos que superar para el mejoramiento de nuestros niveles de vida. Para todo ello debemos prepararnos meticulosamente.

 

¿ CÓMO EMPEZAR ?

 

De inmediato surge la pregunta, ¿ cómo empezar esta aventura de la exportación ?. Esto que parece sencillo tiene, para lograr éxito, una estrategia o un camino que deberá seguirse cuidadosamente y sin desmayar. Un camino que nos lleve lejos de la improvisación, mal que nos ha costado mucho en el país, en los procesos de exportación.

En el caso actual de los pequeños y medianos productores de trucha de Puno, como ejemplo, sugerimos una de las rutas que pueden  transitar (es obvio que aspectos similares se pueden aplicar en otras zonas productoras y con otros productos). Implicaría lo siguiente:

 

1.     Establecer objetivos claros.

2.     Adecuar o cambiar a nuestras empresas para asumir el nuevo reto.

3.     Desarrollar una filosofía y política sostenida de Calidad Total.

4.     Formar un consorcio o asociación de productores estrictamente profesional.

5.     Determinar el potencial exportador.

6.     Estudiar los mercados adecuadamente.

7.     Diseñar el producto con valor agregado y atributos diferenciados.

8.     Conocer los procedimientos de exportación.

9.     Mantener investigación, desarrollo y capacitación en forma continua.

 

1.    Establecer objetivos claros.

 

El precisar los objetivos empresariales, personales y del consorcio o asociación de productores en forma clara es el primer paso a darse. Esta fase, de planeamiento  estratégico, considerará un análisis FODA (fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas) que estudie la organización y su entorno o ambiente de influencia. 

Obviamente se desprenderá de este análisis los objetivos que lleven a metas posibles, los que deben ser susceptibles de ser logrados. Se debe evitar enunciar objetivos casi imposibles de cumplir así como objetivos muy sencillos o fáciles que no impliquen reto ni esfuerzo.

Se hace necesario determinar, también, la visión y la misión de la empresa productora y del consorcio o asociación de productores. Esto quiere decir respondernos a las interrogantes de ¿ hacia dónde queremos llegar ? y ¿ en qué negocio estamos ? .

Esta fase inicial es recomendable efectuarla con impulsadores profesionales que les sirvan de guía y los preparen y motiven para lograr los mejores resultados.

 

2.    Adecuar o cambiar a nuestras empresas para asumir el nuevo reto.

 

Como consecuencia del análisis anterior se tendrán claramente definidas las debilidades y las amenazas que se deben de revertir en cada organización para convertirlas en fortalezas y en oportunidades. 

Obviamente, que paralelamente, se deberá efectuar un estudio de la organización y de mano de obra para adecuarla a los objetivos.

Estas acciones, que pueden involucrar un  proceso de cambio o de desarrollo organizacional, deben llevarse a cabo para estar listos ante los nuevos retos. Esto significa contar con nuestros mejores recursos para emprender el trabajo.

Tanto los empresarios como los gerentes de las organizaciones deberán estar convencidos que este paso es esencial. Nada se logra sin gente y organización adecuados y que compartan la misma filosofía, visión, misión y objetivos.

 

3. Desarrollar una filosofía y política sostenida de Calidad Total.

 

Obtener calidad de trabajo, calidad de producto y calidad de servicios implica contar con una filosofía y una política compartidas por todo el personal para lograr el desarrollo de la Calidad Total en la organización.

Este es un cambio en la forma de trabajar, de participar y desarrollar la empresa. Es una preocupación genuina de hacer lo mejor y lo que debe de hacerse en cada paso del trabajo y de la producción. Los procesos de labor y de producción deberán responder a las necesidades del cliente y en forma continua deben mejorarse día a día.

Aquí, como parte de la filosofía, se incentivará la responsabilidad del personal y el compromiso basado en la filosofía y creencia de la calidad como base fundamental para alcanzar las metas y el desarrollo individual y colectivo.


4.  Formar un consorcio o asociación de productores estrictamente profesional.

 

Al tenerse la realidad, en Puno, de muchos productores, se hace imprescindible agruparse en uno o más consorcios de pequeños y medianos productores. Pero esta asociación no es un gremio, no es un sindicato, ni cooperativa, es en esencia una empresa con las características de una organización de punta en cuanto a sus objetivos y organización. En cuanto a su dirección y a su personal. Deberá establecerse para exportar en forma uniforme y con calidad. Esta empresa será la garantía para los productores de una eficacia en el proceso de exportación.

El manejo de esta nueva empresa deberá ser estrictamente profesional y contar con personal de alto nivel de formación y ética para alcanzar el éxito que se pretende.

En el país hay experiencias positivas de empresas de este tipo. Por ejemplo la existencia de una que agrupa a las empresas productoras de frutas de la costa donde los productores son accionistas y se maneja como empresa privada y cuenta con directivos de alto nivel. El último año han logrado exportaciones del orden de los diez millones de dólares americanos.

 

5.    Determinar el potencial exportador.

 

Como parte del trabajo básico se hará necesario determinar el real potencial exportador de las empresas asociadas de Puno. Este estudio básico se hace para ver las posibilidades de competir en un mercado , nuevo para la región en cuanto a exportación y de exigencias específicas por tratarse de un producto alimenticio para consumo humano.

Además de tener bien determinadas las características  técnicas y propiedades del producto se deberá precisar los volúmenes de producción y los sistemas de empaque, transporte, conservación y embalaje, entre otros.

Un análisis de la competencia se hace imprescindible.


6.    Estudiar los mercados adecuadamente.

 

Conocer los posibles mercados o países importadores a donde se derivará el producto y la situación del comercio actual de nuestro producto en el mundo es necesario como paso básico.

Asimismo se tendrá que efectuar un estudio de mercado fino para ver la posibilidad de lograr nichos de mercado que faciliten la exportación inicial.

Una revisión de los convenios internacionales y de las exigencias de los países importadores es el complemento para esta parte del estudio.

Con esta información se irá a la estrategia de exportación que deberá elaborarse sobre una base de sinceramiento y no de simple ilusión. Más vale ir paso a paso en el proceso que avanzar muy rápido y fracasar.

 

7.    Diseñar producto con valor agregado y atributos diferenciados.

 

Este aspecto contemplará el contar con un producto de calidad pero que ofrezca al cliente un beneficio por encima de sus expectativas y con características distintas a la que pueda presentar el producto de la competencia.

Lograr esto implica un conocimiento del producto y las necesidades de los mercados muy clara y hasta meticulosa. Puede ser dado, el valor agregado o el atributo diferenciado, en el producto mismo, o en el empaque, corte, transporte, etc.

La formación de personal técnico de especialistas de producto, eminentemente con conocimiento de marketing y en mercados internacionales y específicamente en el producto se hará necesario para sostener a las empresas en la competencia.

Hay países, especialmente asiáticos y en la región el Ecuador, que vienen exportando pescado preparado y en conservas, tanto enlatadas como de otro tipo de envase.

 

8.    Conocer los procedimientos de exportación.

 

Personal que conozca los procedimientos, legislación y características de los procesos de exportación será necesario, específicamente, para la nueva empresa que agrupe a los productores.

Además tendrán que tener habilidad negociadora y una ética y moral a toda prueba para responder a la confianza de los accionistas, que serán los propios productores.

En el mundo globalizado de hoy se tienen especialistas en esta tarea de proceso de exportación. Hay que contar con esos conocimientos y competencias para que los tratos sean realizados con negociaciones justas y no perdamos por malas ventas o errores por desconocimiento. Cada día se configuran nuevos acuerdos internacionales, se establecen precios, se desarrollan tecnologías de manipulación y transporte de productos dentro de normas de reconocimiento internacional. El personal nuestro deberá estar preparado cabalmente para responder a ello.

 

9. Mantener investigación, desarrollo y capacitación en forma continua.

 

La preparación óptima del personal, el realizar investigaciones para mejorar nuestro producto y el desarrollar a nuestro personal para que alcance su mejor nivel de competencia en el menor tiempo posible, es el elemento más importante para el éxito de cada una de las empresas metidas en este negocio de la exportación de la trucha.

Este trabajo debe efectuarse en forma continua e implica evaluaciones permanentes del desempeño y del potencial del personal así como de la capacitación del mismo.

Un análisis periódico de cada organización es esencial para estar monitoreando su marcha eficaz y garantizar que sigue sirviendo para el objetivo previsto.

La actualización y el perfeccionamiento del personal y los trabajos técnicos y de investigación deben de programarse adecuadamente.

En este campo también podemos ofrecer una ayuda para quienes la requieran.

Deseamos recordarles, finalmente, que el reto de exportar demandará de cada uno de ustedes un esfuerzo, una constancia, una preparación y dedicación excepcionales. Sólo así podremos lograr hacer realidad un proyecto de esta naturaleza que nos llenará de orgullo a ustedes, nosotros, Puno y el Perú.

 

 

LA DUEÑA DEL AGUA.

 

Por Alfonsina Barrionuevo (Perú).

 

De “Perú: Mundo de Leyendas”, de nuestra amiga Alfonsina.

   

En invierno, mientras fuertes ventarrones agitan  las flores de los eucaliptos, una arteria gruesa, barrosa y caliente, salta a un costado del cerro ‘La Botica’. La fuente, oculta en su interior, se abre paso en querella con el día. En tiempo de estío, en su falda, otro manantial bosteza haciendo globitos intermitentes que revientan dibujando una ‘o’ sobre su piel cálida. Su corriente se desliza por el campo con los pies descalzos, dejando huellas de vapor que son más altas cuanto más temprano.

 

Cachicadán, La Libertad, con su arco blanco de tejas rojas, es tierra de termas ferruginosas y sulfurosas certificadas por el sabio naturalista Antonio Raimondi en 1850. Sus vecinos y visitantes disfrutan de  la voluptuosa caricia del agua que ayuda cuando hay reumatismo y otros problemas que demandan su abrazo benéfico.

 

Al atardecer y en noche de luna el ojo tiene ‘encanto’. No hay que dejarse provocar por su aura mágica. Hace cincuenta años una recién casada, que fue con su jarra para llenarla, sintió la fuerza de un extraño movimiento en sus bordes. El miedo puso alas en sus pies y se alejó. En la noche soñó con una bellísima mujer, la dueña del agua, quien la invitó a  su palacio de cristales. En la tarde siguiente los árboles susurraron dulcemente su llamado. En la tercera noche la dueña del agua volvió a aparecer ofreciéndole preciosas joyas. Así hasta cinco veces y vio cómo se abría el cerro, iluminado por dentro. Su esposo no quiso perderla y luchó con ella hasta vencer sus artes con puro amor.

 

Muy cerca, en Wakás, la tierra se rompe y afloran las burbujas. El barro llamado akusha que queda al fondo es un prodigioso cosmético, aseguran las señoras del campo. Las industriosas madres de familia que conocen sus virtudes lo mezclan con miel de abeja y lo ofrecen para limpiar las manchas del rostro, el acné, las espinillas y las líneas del tiempo.

 

En el cerro ‘La Botica’, crecen una infinidad de hierbas medicinales, obsequio de su dueño a los hijos del lugar.  La variedad de especímenes que brota a cada paso haría la delicia de un botánico. Para encontrarlas hay que hacerle un regalo. Pedir permiso con un trozo de chancaca, cigarrillo, coca o flores, al entrar en su territorio. El señor del gigantesco vivero natural de plantas curativas gusta de la correspondencia. Como es su heredad, siente la falta de cariño, la indiferencia y si no saben cuál es la costumbre o se olvidan de hacerle una ofrenda esconde lo que se busca.

 

Al frente los cerros se arropan en mantos de color. El paisaje, oración polícroma  que se combina con el cielo, enciende las pupilas de acuerdo a la luz del día y a las estaciones del año. Quién podía imaginar que en Cachicadán ‘vive’ Katekill, el soberbio señor del rayo y la tormenta, a quien buscaron infructuosamente los curas doctrineros de los primeros siglos españoles. La persecución fue implacable durante más de cien años. Katekill, similar del Illapa Inka podía anegar los campos o provocar las sequías.

 

La Virgen del Carmen, patrona del pueblo, entró al valle tibio con los agustinos por 1797. Su iglesia se construyó después porque era sitio poblado y allí queda un registro de bautizos, matrimonios y defunciones en libros de viejos pergaminos. San Martín de Porres  llegó mucho más tarde por devoción de una vecina reumática que se curó con su fe y los baños.

 

La gente lo adoptó como "hijo ilustre" después de varios hechos portentosos y se formó una hermandad en 1941. Hoy lo celebran cada 9 de noviembre, con alba en el día en que baja de su altar y festivo paseo de vacas, patas y cabezas adornadas con limones, flores y billetes. En el día de doces o vísperas, con jubilosas danzas de pallos, quiyayas, pishpillas que bailan tocándose la cara, turcos y canasteros, juegos artificiales y serenata de bandas. En el día del día  procesión grande y quema de castillos en la noche, hasta la octava con la promesa de volver, ‘si Dios quiere’.

 

En esos días los caminos se llenan de peregrinos, ansiosos por deshojar sus alegrías y sus penas ante el santo, abrazar a sus parientes, visitar a sus amigos, saborear las primicias de la tierra, jamones que saben a gloria, okas dulces soleadas, Kancha tostada, revuelto de papas, arroz de trigo, lenteja lino, manzanas, membrillos, quesillos con higos en almíbar, y gozar en las pozas, a flor de todos los poros, la calidez de esas aguas taumaturgas que los devuelven a felices tiempos.

 

 

LIMEÑO SOY.

 

Nota: De una amiga de mi generación, me envió estas reflexiones sin dar explicaciones del autor de este anónimo limeño. 

Somos hijos del Perú, de aquellos que crecieron cantando boleros, tangos, pasos dobles y valses como aquel poema plasmado por César Miró, “Todos Vuelven”; el que, en aquellas tiernas horas, nos hizo aflorar lo más nostálgico de nuestro ser, para cuando por alguna razón nos tuvimos que alejar de la patria amada.

Pero no podemos darle todo el crédito sólo a estas composiciones. Nuestros padres adoraban escuchar “Idolatría” tan igual como “El Choclo”; o acaso “Cuesta Abajo”, como “El Huerto de mi Amada”; también todas las composiciones de Los Panchos, Pedro Vargas, Tito Guizar, Jorge Negrete o Alfonso Ortíz Tirado y muchos más.

En esa época era imperativo que hubiese un radio en casa y crecimos viendo en su sala, uno de la marca RCA Victor, aquel del logotipo del fonógrafo con un perro blanco. Aquel artefacto que entonces no se llamaba “equipo”, tenía su "pick-up", con unas gruesas agujas para surcar las líneas grabadas de los inmensos acetatos de antaño, que se alquilaban para las fiestas de barrio.

En ese radio receptor, nuestro padre seguía una de sus muchas aficiones, que era escuchar por onda corta, emisoras de otros países y seguramente se quedaron grabadas en nuestro subconsciente dichas imágenes y luego en años mozos, incursionamos como radio aficionados
en las bandas de 11 y 20 metros.

Crecimos riendo con los guiones de Pedrín Chispa y el humor de la chola Purificación Chauca; Carlos Onetto "Pantuflas"; el elenco de “Loquibambia” y “Escuelita Nocturna”, la Prosa de Octavio Hinostroza Figueroa, de Alfonso Tealdo y una taza de cafe con Gonzales Montolivo.

Somos de los que crecieron con el tranvía, el acoplado, el urbanito y los colectivos “Parada-Chacra”, Chacra; Chacra Colorada Plaza de Armas; “Frigorífico-Bellavista”, “Victoria-Viterbo”, las líneas de ómnibus “Tacna-Trípoli”, “Cocharcas-José Leal”, “Lima-Callao” y el colectivo del triangulito “Santa Marina-La Punta”.

La pelota de trapo que hacíamos robándole las medias de nylon a “la vieja” y que dribleábamos sorteando los carros que cruzaban las pistas del barrio y cuidándonos siempre del “tombo” y “el caimán”, sin olvidarnos del “patuto”. Era un honor que a uno lo nombraran para integrar el equipo, pero había que ser bueno para que no nos mandasen de "arquero".

Nos divertíamos sanamente jugando a los “ladrones y policías”, “la pega” o “las escondidas”. No existía ningún juego electrónico salvo el cerebro eléctrico que era un elemental tablero con preguntas y respuestas con un foquito que se prendía cuando se acertaba la respuesta y lo más virtual era un juego de “bolitas” y “ñocos” o acaso jugar a los cartones, palito chino, run-run, mundo, bolero o al trompo que terminaba en la cocina, quien quema con huaraca, pierde.

Somos de los que gozaron del futbol de Barbadillo, Valeriano López, Vides Mosquera, Tito Drago, Dimas Zegarra, Alberto Toto Terry, la Lora Gutierrez, el “mocho” Rosasco, Felandro, Loret de Mola, Joe Calderón, el "loco" Seminario, el "conejo" Benites, la dupla Grimaldo-de la Vega, los hermanos Donayre, “Huaqui” Gomez Sanchez, el paraguayo Riquelme, Lolo y muchos otros.

Tuvimos el privilegio, si así se puede decir, de conocer al negro Bomba cuando solía llegar con su equipo de fútbol a una antigua cancha que quedaba en la esquina de los jirones Belgrano y J. J. Pasos, en Pueblo Libre; y estuvimos en el Estadio Nacional, el fatídico día en que prendiera la mecha para que la policía lanzara sus bombas lacrimógenas, donde muriera tanta gente.

Fue la primera vez, cuando siendo muy niños, veíamos tantos cadáveres juntos, acomodados uno al lado del otro, entre los rieles del tranvía, aquellos acoplados que alguna vez también solíamos “gorrear" cuando, junto con la "patota" del barrio, enrumbábamos hacia Barranco, Chorrillos, la Playa de Pescadores, Agua Dulce, la Herradura y Cantolao.

Íbamos unas veces buscando un reparador cebichazo, muchas otras, para "cirear" a las bellas limeñas y chalacas, y también para competir y ver quién llegaba primero a la plataforma que Crema Nivea había colocado a unos 200 metros mar adentro.

Nunca hablábamos por teléfono. Íbamos a las fiestas de promoción que organizaban las alumnas de 5to. año de los colegios de mujeres, las que empezaban a las 07:00 y acababan a las 12 de la noche.

Los Domingos asistíamos a misa de 12 para hacer ojitos a las chicas, a ver si nos ligaba algo.

Somos de los que haciendo los mandados a la vieja, iba al chino o japonés de la esquina y pedíamos "yapa" por el monto de lo gastado que generalmente eran caramelos que el chino de la esquina identificaba con un número, para diferenciar a los de perita, cucarachas, trompitos etc. Llegamos a comprar “ron” para el “primus” y “kerosene” para la cocina marca "Cuba" y los domingos el infaltable vino sauternes para los tallarines rojos, que eran de cajón y que nuestro viejo disfrutaba.

Compramos la fruta que se vendía en carretilla, la leche que se expendía en porongos y el pan francés grande de 10 centavos y el chico de 5 confeccionado con harina blanquísima. Recuerdo el tolete, el pinganillo, el de cebada que se vendían en canastas.

Crecimos leyendo las novelas de Marcial La Fuente Estefanía y viendo las “coboyadas” que se proyectaban en los salones de la Iglesia de Cocharcas en los Barrios Altos, de San José en Jesús María o los cines de barrio: Conde de Lemos, Bolívar, Unión. Pizarro, Delicias de los Barrios Altos, y otros como el Odeón, Lux, Metropolitan, Beverly, Olimpo, Huascar, Azul, Mariátegui, Colina, Barranco, Ritz, Fantasía, Monumental, Hollywood, Ideal, Pacífico, Avenida, Badell, Bellavista o Sáenz Peña, en cuyos "balcones" nos reuníamos para molestar a los de "platea", o el Breña que no tenía balcón sino "delantero".

También el día domingo, íbamos al cine pero a lateral o platea según el bolsillo, para hacer nuestros pininos de don Juanes. Eran años en los que si algo se arreglaba a las trompadas se terminaba con un fuerte apretón de manos, y mayor respeto por el rival. La mayoría de veces nuestros mejores amigos llegaron a ser con quienes nos dimos más duro.

Crecimos en la época en que se respetaba más a las damas y los ancianos, a quienes se les cedía el asiento en los vehículos de transporte masivo y el cobrador solo dejaba subir la misma cantidad de pasajeros que bajaban; tiempo en el que no existían las “combis asesinas”.

Somos de aquellos que aplacaron la sed con un Pibe, Buen Humor, Eskimo de fresa. Y cuando había plata, una caja de bombones o un Alaska, una Cremolada o raspadilla, o los chupetes o adoquines de diferentes sabores que vendían las vecinas y los helados de la heladería Taormina o Parisi.

Endulzábamos el paladar con una Melcocha o un Turrón, no el de Doña Pepa, sino el que vendía en la calle nuestro esperado turronero, al igual que el zanguito, la mazamorra morada del Chalaquito.

En la puerta del colegio llegaba un carretillero a ofrecernos los turrones rojos, los de gusanitos o los voladores todos con una miel roja y pegajosa y las bombas rellenas de crema pastelera.

Recuerdo los deliciosos panes con chicharrón y camote en el Mercado del Callao y deliciosos escabeches en el Chimbombo. Y si queríamos comer bien rico, nos íbamos al chifa Chung Wha arriba del mercado, o al Se salió el Pollo, de Chucuito con su inigualable ají. También íbamos al Tip Top de la Av. Arenales por el helado de máquina, o el Zambito cubierto de chocolate.

Vimos en casa lavar con boliche y añil, más tarde con Ace, producto que se presentaba como Ace lavando, yo descansando.

Coca-Cola era la pausa que refresca, bebida que competía con la Pasteurima, Bidú y Kola Inglesa.

¿A quién no le endilgaron el aceite de Hígado de Bacalao, sin olvidar los purgantes?

Crecimos viendo a los mayores peinarse con Glostora y olorearse con los perfumes que expendían por onzas de colores violetas, verdes, rojos, vendedores que caminaban con una maletita por todo Lima y Callao, pregonándolo.

Saboreábamos Revolución Caliente, aquellas que hacían rechinar los dientes. Las humitas que vendían simpáticas morenas.

Lo que papá o mamá decían era una orden, no se nos ocurría responder.

No había idea de que la marca de una ropa o ropa de marca que pudiera competir con nuestros compañeros, salvo los blue jeans, los pitucos usaban Lee, el resto los nacionales. No nos aceptaban borrones en los cuadernos, había que arrancar la hoja y empezar nuevamente y si insistíamos en cometer errores, teníamos que escribir cientos de veces, sacando punta a los lápices una y otra vez: “No debo…”

Una de las “armas” que se nos hubiese ocurrido llevar a la escuela era una liga para lanzar pequeños papelitos exactamente cuadrados, los que enrollábamos y doblábamos por la mitad, para lanzarlos como proyectiles, contra desprevenidos compañeros. Lo más mortífero, era apenas una honda o la olvidada horqueta.

No nos sentimos viejos en lo más mínimo, creemos que en los años que hoy llevamos a cuestas está aquella bella juventud que nos tocó disfrutar.

Nos sentimos tan niños como cualquier otro infante, deseamos tener la presencia y el consejo de un padre que se nos adelantó en el camino.

El tiempo, la magnitud física que permite ordenar la secuencia de los sucesos , establecer el pasado, un presente y un futuro.. El anterior a nosotros y el que estamos viviendo y tal vez tengan razón, pues ya lo dice el tango que “veinte años no es nada”.

Hoy proseguimos el camino, nos llevaremos los gratos recuerdos y diremos, como también dijeran todas las generaciones que nos precedieron: A estas alturas de la vida, en la que uno comienza a comparar, a cuestionarse todo, puedo decir que si todo tiempo pasado fue mejor o no, y no lo puedo decir porque no me interesa, solo me interesa el saber que traté, que hice mi mejor esfuerzo por vivir cada instante, cada experiencia de vida, sin limitaciones más que las de la ética, la estética, la moral, los valores de lo bueno y de lo malo. No le temo a la muerte, todo lo que he hecho lo hice de corazón, tratando de ser mejor y solo me preocupa el dejar de vivir. 

 

 

CORNUDOS (RELATO).

 

Por Andrés Fornells (España).

 

Arriba, cielo sombrío, amenazador, con pocos claros entre las negras nubes para que asomaran las titilantes estrellas. Sin luna visible. Abajo, un barrio marginal. Escaso tráfico en sus calles estrechas, llenas de baches y suciedad. Aceras en mal estado, sucias también. Olor a pobreza flotando en el aire inmóvil, denso. Las luminarias de las farolas rotas, apagadas por indigestión de piedras lanzadas por críos aburridos, encanallados. Oscuridad siniestra ocultando los edificios feos, deteriorados, míseros. Temperatura ambiente: templada.

 

De pronto surgen dos cegadores haces de luz provenientes de un vehículo surgido al principio de la calle que, abriendo sendos túneles lechosos rescatan de las sombras el escenario lúgubre, sombrío, peligroso.

 

Gracias a esta repentina claridad el hombre que camina cabizbajo, con las manos metidas en los bolsillos de su mugrienta gabardina, descubre a otro hombre sentado en el escalón de una puerta cerrada. Antes de que el coche se aleje y con él la visibilidad, el hombre de la gabardina ha tenido tiempo de ver que el hombre sentado está llorando. Y más que su silencioso llanto le impresiona la tristísima, la desesperada expresión que muestra su cadavérico semblante. Se le despierta un súbito sentimiento de lástima y, deteniéndose delante de él, le pregunta, amistoso, solidario:

 

—¿Por qué llora, amigo?

Ha de esperar media docena de sollozos para que el preguntado responda con voz ronca, entrecortada, plañidera:

—Mi mujer me ha echado de casa.

—¡Vaya! ¿Y por qué le ha echado ella de casa?

—Para que mi presencia no les moleste a ella y a su amante mientras me ponen los cuernos.

—¡Eso es imperdonable! ¡Los muy cerdos! —indignadísimo su oyente—. ¿Y qué piensa hacer al respecto?

Su interlocutor deja escapar un suspiro que encierra, a la vez, sufrimiento y resignación, para acto seguido responder avergonzado:

 

—Nada… Sólo esperar a que ese tipo asqueroso se largue, para regresar yo a la casa. Afortunadamente los cuernos no matan.

Recibe del hombre que se ha interesado por él, una mirada de profundo desprecio y una trágica sentencia:

—A los hombres de verdad, sí los matan los cuernos.

 

El hombre de la gabardina mugrienta reanuda su camino. Demasiado cobarde el desgraciado individuo dejado atrás. No mereció que le prestase su pistola para que se suicidase como va a hacer él, por el mismo motivo que desespera al otro, pero no lo hará antes de haberse cargado a la infiel y a su maldito amante.

 

La oscuridad se lo traga y el llorón desesperado deja de escuchar sus pasos. Libera un hondo suspiro, seca sus lágrimas y sus mocos en la manga de su chaqueta ensuciándola un poco más, y vence su cuerpo hacía adelante abatido por el peso de su desdicha. Seguirá vivo, sin dignidad, sin amor propio y dolorosamente humillado.

Del manto celeste se cae una estrella. El cornudo resignado no la ha visto. Ha perdido la oportunidad de pedirle un deseo.

 

(Copyright Andrés Fornells)

 

 

¡FINALMENTE PAPÁ REGRESÓ!

 

Por Addhemar H. M. Sierralta (Perú).

 

Escrito a poco de empezada la pandemia de Covid 19, en Miami, y en momentos de pérdida de trabajos y donde mucha gente regresó a casa generaándose una situación que hasta hoy cambió nuestra normalidad. Para todos ha sido y es un Nuevo reto.

 

Hoy fue un desayuno maravilloso en el hogar de mi hijo mayor. Mi nieto Kai exclamó, con una sonrisa: “¡ Finalmente papá regresó !. Recordé la noche anterior en la que junto a él y su esposa nos abrazamos los tres  unidos y emocionados –cuasi llorando- y dijimos: “Mañana empieza un nuevo camino donde lo importante es la salud y la familia”.

 

Por qué estas expresiones son importantes en nuestras vidas. Muy sencillo, mi hijo había tenido una mala experiencia al trabajar su propio restaurante, acumuló tensiones que repercutieron en su familia y en quienes estamos en su entorno. Decidir cerrarlo perdiendo dinero, energía e ilusiones es duro siempre a mediana edad. Recordé que con unos pocos años menos tuvimos que emigrar a Estados Unidos con toda la familia, esposa y tres hijos de 15, 14 y 2 años. Sólo pude reunir cuatro mil dólares y vivimos por un tiempo en un pequeño departamento que consiguió mi madre. Todos dormíamos en una cama, trabajamos en todo: mi mujer cuidando ancianos, yo en jardinería, limpiando casas y haciendo “deliveries” (entregas). Nada más pudimos sacar de nuestro país, en ese momento, por un gobierno absurdo. Fue, a mediana edad y habiendo ocupado posiciones muy altas en mi patria, que empezamos un nuevo camino.

 

La fortaleza fue la familia unida y lo logramos. El destino fue mejor para todos y gracias a Dios conservamos la salud y la familia. 

 

Hoy la historia le dará una experiencia a la familia de mi hijo para ser en el futuro más fuertes y más unidos y alcanzar sus sueños. El dinero va y viene y no es lo más importante. Lo real está en nuestros principios, valores, seguir desarrollando nuestras capacidades y habilidades en salud y unión familiar. Todo llega luego, hoy solo fue un tropezar y ganar experiencia para crecer en el cotidiano vivir.

 

Muchas veces tuvimos retos que superamos, como mi accidente automovilístico en 1991 que casi me hizo perder la vida y la bomba de Tarata en 1992, con saldo de terror y muerte a mi alrededor. La pérdida de propiedades en Miami por la crisis inmobiliaria del 2008, están entre los más significativos. Fueron superados.

 

Mi hijo hoy, como lo dijo mi nieto, volvió a la rutina –quebrada por atender un negocio que generó ausencias en su dedicación familiar- y un amigable y esperanzador desayuno ha sido el inicio de un camino nuevo. Cuando hablé con mi hijo su voz sonó diferente, había recuperado la confianza, las sonrisas en casa y la ilusión por seguir. Dios los pusieron a prueba y también –estoy seguro- les dará la energía para alcanzar sus ilusiones.



 
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Addhemar Sierralta
 
Año 11 Nº 401 de 30 de noviembre de 2020