domingo, 1 de noviembre de 2020

1 DE NOVIEMBRE: FIESTA DE TODOS LOS SANTOS - FOLIOS DE LA UTOPÍA: A PARTIR DE ESTE MISTERIO - POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN


 

CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
 
NOVIEMBRE, MES DE LA GESTA
DE TUPAC AMARU; LOS DERECHOS
DEL NIÑO; VIDA Y EJEMPLO DE
J.M. ARGUEDAS Y MANUEL SCORZA
 
CAPULÍ ES
PODER CHUCO


 SANTIAGO DE CHUCO
CAPITAL DE LA POESÍA
Y LA CONCIENCIA SOCIAL


  *****
 
A SEGUIR SUS PASOS SE CONSAGRA
EL RVDO. FERNANDO ROJAS MOREY


1.
A seguir las huellas de Jesús en el suelo y en el cielo se consagra el Rvdo. Fernando Rojas Morey, con tal pureza y valor, que sentimos estar ante lo santo y deífico.
A seguir esas pisadas y a continuar esos pasos en la superficie de los días y en el alma secreta de la gente, se consagra el apostolado y el magisterio de este hombre ejemplar.
Porque él ama a Cristo de manera absoluta, raigal y misteriosa. Siempre, a la vez que palpable, secreta.
Jesús fue quien le dio el mensaje de que el designio del monte Calvario y de la cruz es la redención del hombre.
Le dio la moral de haber asumido primero todos los padecimientos y agonías; todas las culpas, errores, fracasos y debilidades.
Y a seguir esta senda se dirige íntegro, absoluto e incólume, y con plena convicción.
 
2.
A seguir esta verdad se consagra el padre Fernando Rojas Morey sin que en él haya dudas ni murmuraciones. Porque para él todo en relación a Jesús son verdades meridianas. Y él sabe bien y perfectamente por qué las asume.
A partir de todo este misterio se dedica el Padre Fernando Rojas Morey a organizar cunas infantiles, comedores populares, instituciones educativas, cooperativas agrarias y muchos otros establecimientos y actividades con fines altruistas.
Cuando él celebra la misa la unción, el rigor y solemnidad con que la vive es tan grande, arrobada y sincera, que uno siente que se comunica efectivamente con una presencia divina.
Y que esa relación también es de lucha, ardua y sufrida. Y el fragor es tan auténtico que se cree en él como testimonio, y prueba de que Dios sí existe, porque él es un documento vivo de esa fe.
A seguir la senda y a adivinarla por la vida y por la muerte se ha lanzado sin desmayo el Rvdo. Fernando Rojas Morey.


DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
 
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1 DE NOVIEMBRE
 
 
FIESTA
DE TODOS
LOS SANTOS


FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
 
A PARTIR
DE ESTE
MISTERIO


Danilo Sánchez Lihón
 
 
1. Continuar
esos pasos
 
Que nuestra especie haya realizado el prodigio de dar concreción a un ser como Jesús de Nazaret, es un suceso asombroso.
Que alguien como él haya sido capaz de darnos una versión de un mundo postrero, y que este es el Reino de Dios, es sorprendente.
Que lo haya hecho con tanta insistencia, compromiso y luminosidad, es estremecedor.
Que haya existido sobre el planeta un hombre de su intensidad, hondura y pasión, es de por sí un milagro.
Que Jesús haya deambulado por esta tierra, y que el ambiente de este mundo lo haya rozado, sencillamente es sobrenatural.
Si Cristo no encarnara un hecho que se explica desde el plano de lo divino, sagrado y providencial, ya es por sí mismo un acontecimiento portentoso.
Visto descarnadamente desde lo humano es, inclusive, mucho más admirable su proeza.
 
2. Hondura
y pasión
 
Que desde la condición humana se pudiera elevar tanto el espíritu al punto de remontarse más allá de las estrellas con Jesús, causa estupor y maravilla.
Que desde nuestra condición terrena pudiéramos aspirar al infinito, y horadar la eternidad, causa admiración y embeleso.
Que desde nuestro ser mundano se abra tan dulcemente el ámbito de lo divino, causa estremecimiento y fascinación.
Que un ser tan sublime haya estado entre nosotros produce pasmo y turbación.
Que se haya internado por las regiones de nuestra alma con tal hondura y pasión, enternece.
Que se haya quedado para siempre en los rincones más oscuros del alma de la gente, es digno de asombro.
Para arañar cierta certidumbre en este misterio cabe reflexionar:
 
3. Dio
su vida
 
Premisa uno: En todo sentido, sea en principios de vida como en cada detalle de su actuación, sea en filosofía o en hechos concretos y pequeños, sea en cada palabra salida de su boca, la vida de Jesús es límpida, incuestionable e irrebatible.
Premisa dos: Hay algo extraordinario, dentro de este esquema tan práctico y tangible, cuál es que luego de un dominio cabal de los asuntos de la realidad, lo sorprendente es que nos hable que hay otro mundo después de este, y que él es el reino celestial.
Premisa tres: A este plano no podemos acceder a fin de constatarlo porque se nos interpone un muro infranqueable: un muro inviolable que es la muerte. Pero él sí nos ha hablado de lo que hay detrás de esta valla, frontera o pared.
Premisa cuatro: dio su vida por estas revelaciones para ofrecernos un camino de salvación, la misma que humildemente entregó para dar fe de estos hechos a los cuales por nuestras propias limitaciones no podemos corroborar desde aquí.
 
4. Hasta
el infinito
 
Jesús fue hijo adoptivo de un carpintero. Ni siquiera fue hijo legítimo, desde el punto de vista del orden del mundo, o de la especie u organización humana.
Fue, en ese sentido, un ser herido si se lo estima desde el orden aceptable de una familia, dentro de una pareja formada por hombre y mujer.
Su nacimiento, su procedencia y su origen para su clan inmediato estuvieron sembrados de dudas, cavilaciones y sombras.
María estuvo a punto de ser apedreada, por resultar embarazada de quien no era ni su consorte ni su prometido. Fue, el de Jesús, un embarazo oculto. Todo esto es abismal.
Si es que todo lo pensáramos desde el lado común y corriente, desprovistos de toda idea mesiánica, él es un resiliente.
Y quien, pese a ser así, se eleva muy alto, hasta el infinito, pero desde la marginalidad.
 
5. Verdades
meridianas
 
Asimismo, él, que era del mundo interior, fue el que más reconoció la belleza del universo externo: de las flores, de los pájaros, del agua y los frutos, de las mieses y hasta el aroma de los campos.
Que un hombre de carne y hueso haya levantado tan alto al linaje humano, sin ser la nuestra su condición, y no siendo esta su materia, es para tiritar y estremecerse.
Que no siendo esta su morada, desde aquí haya subido y traspasado más allá de todas las lunas y los soles y de todas las estrellas, es conmovedor.
Si solo se tratara de una travesía humana tal y como ocurrió la hazaña de Jesús ya sería una quimera por increíble, total y magnificente.
Y lloraríamos de emoción de solo ver que alguien se atreviera a intentarla.  Lograda y producida, ¿qué nos embarga? El estupor
¿Y si no fuera cierto? Cabría anhelarlo que ocurra, hasta dar la vida y morir por ese motivo.
 
6. Un mundo
posible
 
Por eso: es inmensa y grandiosa la proeza de la especie humana de tener un Jesús. Y de quienes van valientes y convencidos tras él.
Esta convicción se fortalece cuando contemplamos lo que aquel hizo por algo que no era suyo.
¡Salvó a la humanidad ofreciéndole una esperanza que nuestros secos corazones reconocen difícil de creer!
Nos abrió e iluminó una nueva casa. Nos dio la capacidad de mirar la muerte como un tránsito, y como un salto hacia adelante.
Él ha redimido a la humanidad de todas sus miserias y la ha hecho digna.
Un marginado, un ser de otro sello u otra estirpe o linaje, de quien declaró que este no era su mundo.
Es quien nos ha trazado la senda de un mundo posible para nosotros conturbados y enceguecidos por las sombras nos muestra un mundo mejor a seguir.
 
7. A partir
de este misterio
 
Que el ser humano siendo anejo ocupe después el centro, siendo barro se torne luz, que siendo sombra se inflame, es regocijo y alborozo.
Que no siendo divino se divinice, es de por sí exultante y asombroso.
Y este fue el legado de aquel maestro capaz de legitimarse como el máximo en bondad, coherencia y en pureza que por la superficie de este globo haya pasado y que ahora ilumina a toda la grey humana que deambula sobre ella.
Pero, era también Jesús hijo ilegítimo de la tierra. Porque ésta no era su sustancia ni su reino ni morada.
Ni tuvo aquí siquiera una piedra en la cual reclinar su cabeza, como él mismo lo dejó advertido y señalado.
Sin embargo, aquel hijo adoptivo también de la esfera terráquea nos ha dejado un camino tendido entre cielo y tierra.
Nos lo ha hecho llano, previendo que ese sendero es escabroso y lleno de abrojos, de renuncias y privaciones, pero finalmente adonde arribaremos a una vida que exorciza la muerte.
 
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