FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
URPICHA
DE
MAR
Danilo
Sánchez Lihón
1.
Liberó
de
los prejuicios
Carlota Carvallo de Núñez
escribió literatura infantil cuando esta era considerada una expresión menor,
desdeñable e ínfima, frente a la literatura “mayor”, “seria”, “cabal” o
“adulta”, la misma que era dirigida, se supone, para un público letrado y
“selecto”. En cambio aquella otra era destinada a un público rústico, de
principiantes, o por lo menos dudoso e incierto.
¿Cómo están de deformadas
las realidades, no? La literatura infantil era considerada ordinaria, pueril y
de un orden menor, cuando es la prístina. Como se consideraba también a los
niños, unos nonatos, ingenuos e incultos, ¡cuando son maravilla, portento y
estupor! Para siempre y definitivamente es lo inverso señores: nada más
acrisolado, sutil y excelso que el niño.
En tal contexto, su obra,
junto con las de Francisco Izquierdo Ríos, Luis Valle Goycochea, Abraham Arias
Larreta y otros, cambió la opinión con la que los círculos académicos tachaban
a la literatura infantil. Fue la calidad de escritura de estos autores el
factor principal que la liberó de los prejuicios y recelos con la que se la había
tratado hasta ese entonces.
Pero la obra de Carlota
Carvallo empieza planteando también una separación de la vieja literatura
infantil, con aquella al servicio de las buenas intenciones, las lecciones de
moral llena de lugares comunes y prédicas para el buen comportamiento.
2.
Emociona
y
cautiva
¿En dónde encontramos
entonces su significado mayor y trascendente? En su decisión de hacer arte para
niños pero sin utilitarismo; en forjar piezas literarias hermosas y límpidas,
donde cupieran los asuntos más fascinantes del alma humana sean reales o sean
ficticias lo cual también es válido.
Ella se impuso escribir sin
facilismos ni concesiones a los propósitos funcionales que a veces confunde al
arte; tampoco para instruir en tal o cual aspecto de la realidad, ni siquiera
por altruismo.
Este cambio de sensibilidad
al momento de escribir para niños fue radical y de un enorme poder
transformador hacia quienes eran devotos seguidores de su trabajo.
A partir de entonces, se
escribe para los niños planteándose temas, asuntos y problemas que los motivan
a preguntarse sobre el ser, acerca de nuestro lugar en el mundo y sobre las
incógnitas fundamentales de la vida y la existencia humana.
Para ello, Carlota Carvallo
utilizó un lenguaje claro, terso y sencillo que no confundiera el logro
estético adocenándole figuras rebuscadas o adornos innecesarios, donde su prosa
y su verso fluyen de una manera natural, con riqueza musical y plasticidad en
la imaginación, a través de una literatura que conmueve, emociona y cautiva.
3.
Bueno
y
valioso
Temáticamente, la autora
escoge dos vertientes de inspiración, cuales son: el folclore, por un lado, y
la pura imaginación y fantasía, libre de ataduras, por otro.
En su rico y prodigioso
universo narrativo presenta personajes de la costa, del Ande y la Amazonía,
llenos de vitalidad, de carisma y todos
ellos decididos a cumplir su destino, si es posible enfrentándose a riesgos
supremos.
Los desafía casi siempre
con problemas que resaltan sus sentimientos, cualidades y valores más
auténticos.
Utiliza la imaginación no
como un refugio para distraer al niño de su realidad sino para volver a
plantearla, renovada por la reflexión.
Muy lejos y ajenos quedan
en su universo narrativo los estereotipos de su época.
Así, nos demuestra su amor
por los niños, al dedicarles una obra literaria llena de franqueza y
solidaridad, escrita desde sus plenas y cabales convicciones, pero asumiendo
aquello que siente bueno y valioso para todos, niños, jóvenes y adultos en
general.
4.
Guarda
semillas
Sus obras sorprenden y
maravillan porque nos plantean problemas esenciales de la condición humana y
del destino que hay que afrontar sobre la faz de la tierra. Así:
Ya viene el viejo
muy paso a paso…
Guarda semillas en un
bolsón.
Dicen se lleva
a los chicos malos.
Pero mentira es un buen
señor…
Yo soy valiente
y una mañana,
de mi ventana le dije:
“¡Adiós!”
Y él muy amable,
movió su mano
y sonriendo me contestó…
Todo es mentira
de la Rufina.
¿No ha de llevarnos
verdad, mamá?
Y el pobre viejo
de las semillas
me ha sonreído,
¡mi amigo es ya!
5.
El valor
de
la existencia
Su obra Rutsí, el pequeño
alucinado es la primera novela y magna incursión de Carlota Carvallo en el
campo de la literatura infantil y juvenil, pues con esta obra ganó el concurso
para representar al Perú en la competición por el Premio de la Editorial Farrar
& Rinehart de New York, en el año 1943.
En ella trepida, se
estremece y exhala todo aquello que somos y que Carlota recoge, penetra y se
compromete con esa honda realidad y ese destino decisivo que nos ha tocado
cumplir, de manera irrenunciable sobre la faz de la tierra.
Y, ¿cuál es él? Que somos
un país granítico que se contorsiona convulso en cordilleras abruptas que
atraviesan de norte a sur nuestra geografía estremecida con valles y quebradas
mágicas pobladas de hechizos y seres fantasmagóricos.
Que somos alucinantes
espejos de agua y bosques pasmados con seres mitológicos, con una flora y fauna
prodigiosas en la Amazonía.
Que somos una extensa faja
de arena atravesada de valles de hechizo y playas golpeadas mágicamente por las
olas; y que Rutsí el pequeño alucinado que podemos ser cada uno de nosotros,
recorre sorprendido, con asombro y fascinado este universo.
6.
Con los ojos
de
cristal
La Niña del Espejo y Otros
Cuentos, colección póstuma de cuentos es lo cabal y suficiente para entender por
qué Carlota Carvallo es considerada una de las voces mayores de la literatura
infantil a nivel mundial.
Sus historias nos conmueven
por la esencialidad de sus temas, pero además por la emoción y la calidad de su
prosa y la presencia eficaz de lo maravilloso en su narrativa, donde se funden
la realidad y la fantasía que nunca como en ella se imbrica, suelda y resana de
manera tan cabal.
Pero compuso también
poesía, como he aquí una muestra:
Michirrita, Michirrona
mi gatita juguetona,
con los ojos de cristal,
no me muerdas,
no me arañes;
es mejor
que me acompañes
y empecemos a jugar.
7.
Con ella
se
cumple
Con Carlota Carvallo de Núñez
la literatura infantil en el Perú dejó el balbuceo y llegó a ser arte
fundamental.
Con ella la palabra
dirigida a los niños dejó de ser nimia, simplista y trivial y pasó a ser primordial,
sorprendente y radical.
La literatura infantil se
tornó en territorio liberado de lo que era pantomima, farsa y hasta claudicación.
En ella se cumple el criterio
de que la esencia del hombre es ser niño. Que el espíritu de infancia es lo que
hace que nos mantengamos vivos, porque ello es lo que nos da la capacidad para tener
sueños, ilusión y afectos.
Que lo universal es el niño
y es lo esencial del hombre. ¿Por qué entonces seguir manteniendo el concepto
que lo infantil es un segmento confinado y marginal?
Carlota nos demuestra que
ser niño no es una edad sino la categoría esencial del alma humana.
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