lunes, 13 de septiembre de 2021

13 DE SEPTIEMBRE: NACE YMA SUMAC - VOZ DE TRINOS Y ALAS DE PÁJAROS - POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN

 

 

Construcción y forja de la utopía andina
 
SEPTIEMBRE, MES DE LA PRIMAVERA,
DE LOS DERECHOS CÍVICOS
DE LA MUJER; EL NIÑO Y LA FAMILIA
 
CAPULÍ ES
PODER CHUCO


 
SANTIAGO DE CHUCO
CAPITAL DE LA POESÍA
Y LA CONCIENCIA SOCIAL



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13 DE SEPTIEMBRE
 
NACE
YMA
SUMAC


FOLIOS
DE LA
UTOPÍA

 
VOZ
DE TRINOS Y ALAS
DE PÁJAROS

 
Danilo Sánchez Lihón
 
 
Stravinski me sacudió de mi letargo cinematográfico:
¡¿Peruano?! ―me dijo― ¡¿Cómo Yma Sumac?!
Y continuó elogiando la garganta tenebrosa
de nuestra cantante.
Jorge Eduardo Eielson
 
 
1. Hondas
y soterradas
 
Yma Sumac, la cantante peruana de triple coloratura, era poseedora de una voz que constituía un prodigio y un fenómeno excepcional y único de la naturaleza humana; y un hecho insólito en la historia de la música.
Voz que provenía del más luminoso cielo como de las concavidades más profundas e intrincadas del planeta tierra. O del borbotón de sangre y de aliento de que estamos hechos.
Voz bruja, hechicera e hipnótica; que ella misma padecía. Y era la primera víctima de su influjo, tanto que cuando cantaba entraba en trance.
Y confesó que entonces se transformaba en ave; en reptil o en felino y deambulando en estados oníricos. Y siempre ingresando a encarnar esas realidades a través de los sonidos.
Se transformaba en gorrión o en zorzal; en manatí u otorongo; en grillo o en serpiente.
Voz pura, pero a la vez desgarrada, voz esencial telúricamente, pero a la vez imposible. Que no emerge de las cuerdas vocales sino de mucho más adentro y al fondo del alma; que emerge desde las entrañas de la vida y el universo.
Porque las cuerdas vocales en general son muy biológicas, terrenas y quebradizas para poder sostener el portento que ella desplegaba en arpegios que parecían naturales pero que eran utópicos y siderales. Voz que sale de las raíces más hondas y soterradas de la creación.
 
2. Cultura
mítica
 
Voz que para contextualizarla fue necesario e imprescindible situarse en una dimensión mítica y milenaria y allí sí sentirla, pensarla y ubicarla.
Y fue natural entonces considerarla una ñusta andina, una princesa incaica y, como ella misma lo sostuvo, descendiente en línea directa del inca Atahualpa.
Que no era sino una aureola que se imponía por sí misma, por interpretar la música mágica de los andes, y pertenecer ella misma a un país sagrado y de fábula como es el Perú.
Un país mítico y asombroso en donde el hombre construyó sobre los abismos y logró decantar el alma humana hasta hacerla tan prístina y sublime como son las cumbres inhiestas de los andes en donde construyera sus ciudades.
Pero también se ha criticado mucho la ritualidad de presentarse como tal, y hasta de los atavíos de que hacía gala en sus presentaciones, pero si se lo aprecia con ojos sencillos y plenos de identificación con lo nuestro, toda aquella ritualidad era necesaria por lo que ella trasmitía; y por el hecho sobrenatural de una voz que solo podía tener como referente una cultura gloriosa como lo es la del Perú, que es bueno hacer el esfuerzo por asumir en todas las circunstancias.
 
3. Oscura
y celestial
 
Voz cósmica la suya, sideral y estratosférica. Ritual, totémica, icónica. Del parto de los mundos, como de la agonía, la explosión y la muerte. Voz que sintetiza los cuatro elementos de la naturaleza como son el agua, la tierra, el aire y el fuego.
Voz que grafica los abismos como las cumbres de los andes del Perú. Luminosa y diáfana como también oscura y hasta tenebrosa, como bien le dice Stravinski a nuestro compatriota Jorge Eduardo Eielson.
Voz arcaica y primitiva como agorera y futurista; y que se hunde en el más imprevisible porvenir. Del origen del mundo como también sin tiempo real, hecha de arrullos, balbuceos y alaridos.
Voz gutural, de bisbiseos y gemidos, de nidos de abejas, de moscardones sonámbulos, de chasquidos de animales que se aparean ansiosos y ambos indefensos; de miedos cervales entre las especies que deambulan entre los árboles.
Voz animal, vegetal, mineral, de todos los géneros, linajes y las sangres; de alientos y consuelos, de espantos y arrebatos, voz sideral, oscura y celestial, de miedo, de percusión, de llamados de guerra y amor, que nació aquí entre estas tierras, aguas, volcanes, vendavales y cascadas.
 
4. Cultivó
una voz
 
Yma Sumac significa en quechua “Linda flor” y es el nombre artístico de Zoila Emperatriz Chávarri del Castillo, quien nació, según figura en su partida de nacimiento y, para asombro de todos, en el Callao que es límite y extremos, porque es puerto, el día 13 de septiembre del año 1922. El Callao que es las afueras, pero que es centro entre dos opuestos dialécticos: lo interior y externo.
Pero quien se crio en Ichocán, en San Marcos, aldea de Cajamarca de donde era natural su padre, como su madre era de Pallasca en el departamento de Ancash, región de los chucos muy cerca de mi terruño que es Santiago de Chuco.
En su infancia fue pastora de trenza y pollera, de lana y de rueca en el campo, y niña aún competía y rivalizaba con todo el reino animal y vegetal en imitar los sonidos que emitían. Y cultivó una voz que alcanzaba un registro sobrehumano que aún de muerta sigue asombrando a todos los músicos que saben lo que es eso: voz de 5 octavas y media.
Siendo el promedio entre las artistas de ópera las 2 octavas y media, con excepciones como la de María Callas que alcanzaba 3 octavas y nada más. Ese es el límite terrenal. Lo demás es célico. Para poner un ejemplo: un piano apenas alcanza el registro de 2 octavas, lo que significa que su voz estaba hecha más allá del artificio humano. Y si a la voz se agrega una cultura de asombro, ahí está el prodigio.
 
5. Aura
sagrada
 
De allí que Glenn Dillard Gunn, crítico de música del Times-Herald de Washington, D.C., escribió:
 “No hay voz como ella en el mundo de la música de hoy. Tiene una escala más alta que cualquier voz femenina de concierto u ópera.  Se encumbra dentro de la estratósfera acústica, o aploma al sub-contralto profundo de tono con igual facilidad. Tales voces sobrevienen sólo una vez...”
De allí que diera conciertos en toda Europa y en las salas y auditorios de mayor reputación, como también en Rusia adonde fue por dos semanas y tuvo que prolongar su estadía y presentaciones por seis meses, permanencia en la que tuvo que recorrer ciudades que literalmente quedaban hechizadas y a sus pies.
Como también llegó a realizar presentaciones en países tan lejanos y exóticos como Persia, Afganistán, Pakistán, Birmania, Tailandia, Sumatra, Japón, Filipinas, Australia, y muchos más; llevando el halo mágico de representar a una cultura con aura sagrada como es la del Imperio Incaico. Y todo lo que dicha cultura logró decantar: los valores más supremos en la vida cotidiana, sobre todo el cariño, el candor, y la devoción entre los seres humanos.
 
6. La más grande
revelación
 
Sin embargo, el momento más culminante artísticamente de Yma Sumac, no fue ni en su permanencia en Estados Unidos ni en sus giras alrededor del orbe, sino aquí cuando ella surgió en los años cuarenta y actuó en el Perú y después en Latinoamérica en países como Argentina, Chile, Brasil y México. Fueron los años más espléndidos y cuando su arte más que galas contenía esencia primigenia y legitimidad humana.
Y si tuviéramos que elegir, entre esos años, un acto simbólico, elegiríamos el momento cuando ella se presenta, el año 1942, en Radio Belgrano de Buenos Aires para grabar junto a Moisés Vivanco en los estudios del sello Odeón, el repertorio de música andina que es un portento, como es la Cordillera Blanca de los Andes, en el departamento de Ancash; y lo hicieron con el repertorio de las canciones del folclore andino que han resultado clásicas como El cóndor Pasa, Vírgenes del sol, y Amor indio.
Todo ello suscitó que el diario La Prensa de Argentina el año 1943 expresara con una sola frase, la admiración que suscitaba:
La más grande revelación de nuestros tiempos”.
Fue su mejor época, y lo hizo solo con recursos propios, nuestros, de aquí, de entrecasa. Aunque después su arte tuviera una resonancia en el público que solo puede resumirse con un vocablo: ¡Apoteósico! Y su nombre se escribiera en el Paseo de la Fama de Hollywood como la primera latinoamericana que obtuviera dicha distinción y reconocimiento.
 
7. Artista
universal
 
Sin embargo, mientras cantó en el Perú lo que más le importó fue la esencia y el sentimiento de expresar la grandeza y sublimidad de una música como la tiene la cultura andina acoplando a ella la voz prodigiosa que tenía.
Cuando emigró ya no importó tanto los valores que contenían sus canciones principalmente basados en nuestro folclor, sino que en este período más importó el portento de su voz, y la reminiscencia de que pertenecía a un país mítico.
Emigrante en los Estados Unidos poco a poco para ella y los demás importó más el éxito que el cultivo auténtico del folclor musical supremo y extraordinario como es el de los andes del Perú.
Sin embargo, junto a otros representantes de nuestro acervo cultural Yma Sumac tiene el mérito de ser una artista universal con la raigambre de aquello que pertenece a nuestra cultura, que es de asombro, de fascinación y maravilla.
El mundo andino es nuestra más profunda identidad, ese pozo propio interior, a partir del cual hemos de empezar a irradiar los valores que el mundo contemporáneo necesita, no solo para enmendar nuestra relación con la naturaleza sino para nuestra relación entre los hombres, que es lo primero que en estos momentos se necesita salvar.
 
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