lunes, 8 de junio de 2020

7 DE JUNIO: ARICA ES LUZ INMARCESIBLE - FOLIOS DE LA UTOPÍA: ¡ARICA NO SE RINDE! - POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN


 

 
Construcción y forja de la utopía andina
 
JUNIO, MES DE LOS NIÑOS,
DEL MEDIO AMBIENTE, DE LA GLORIA
DE ARICA Y DE LA IDENTIDAD ANDINA
 
CAPULÍ ES
PODER CHUCO


 
SANTIAGO DE CHUCO
CAPITAL DE LA POESÍA
Y LA CONCIENCIA SOCIAL


 
CAMPAÑA PERMANENTE
POR EL CUIDADO DEL CLIMA Y
DE NUESTRO MEDIO AMBIENTE
 
CAMPAÑA:
¡CONSERVEMOS EL TESORO
DE NUESTRO VALIOSO E INAPRECIABLE
PATRIMONIO CULTURAL!
 
*****
¡LA VIDA! ¡DE CÓMO ES LA VIDA!
«El día que no sonrías
fue un día perdido»
 
Le pregunto a Nadia:
– Nadia, dime: ¿qué es lo mejor que te ha ocurrido en la vida? Cuéntame de un hecho que tú consideres que es lo mejor de lo mejor que te ha sucedido en lo que va del tiempo transcurrido.
Me mira sonriente y con sus ojos chispeantes. Busca a través de la ventanilla del auto, mirando a lo alto de los edificios y paseando sus ojos por la vereda de la calle por donde estamos pasando, y me contesta:
– Bueno, ¡tantas cosas me han ocurrido!
– Pero una, escoge una, ¡y cuéntamela.
– Hace poco en París, todo un mes lo pasé en estado de gracia, de éxtasis e iluminación; como si irradiara brillo, fulgor, o luz. Y yo sentía eso. Me sentía feliz. Y veía, comprobaba que producía un efecto real y tangible en los demás, como si estuviera encendida emanando luz, completamente transparente.
– ¿Así? ¿Y, cómo, ah?
– Nada. Surgió porque sí.
– Pero, ¿qué es lo que te aconteció? ¿Por qué ocurrió eso?
– Es que sonreía. Sonreía a todo el mundo. ¡No sé por qué! Era natural. Y todo el mundo me sonreía también a mí.
– Nadia, ¿nada más que por eso?
– ¡Sí! Y es que no hay arma más poderosa que la sonrisa, Danilo. Es contundente y poderosísima. Lo comprobé esa vez.
– ¿Nada más?
– ¡Nada más! Y es que la vida es un diez por ciento de cómo la hacemos y noventa por ciento es de cómo la asumimos. Y podemos asumirla de manera encantada, o con encanto. Eso me pasó, como te cuento, últimamente a mí.
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN


*****
7 DE JUNIO


 
ARICA
ES LUZ
INMARCESIBLE


 FOLIOS
DE LA
UTOPÍA


 
¡ARICA
NO
SE RINDE!

 
Danilo Sánchez Lihón
 
 
1. Un resultado
victorioso
 
  Día 6 de junio. Cerca de la una de la tarde ha empezado el bombardeo a las baterías del Morro y a nuestros puestos de vigía de parte de Chile. Los barcos de guerra Loa, Magallanes, Covadonga y Cochrane disparan desde el mar y la artillería chilena lo hace desde tierra.
El resultado para los defensores del Morro ha sido victorioso y cerramos la noche con aplausos. Se alcanzó a averiar a la Covadonga y se acalló una batería chilena con 4 cañones. Desde aquí en este momento diviso el fuego y las humaradas que desprenden y se alzan con el fondo de la bahía.
Al anochecer he acompañado al coronel Bolognesi a pasar revisión por cada trinchera. Ha saludado y agradecido estrechando la mano de cada soldado por la ardua jornada. De cada emplazamiento a su paso surgen espontáneos aplausos y se dan vivas al Perú.
Insólito. Entrada la noche el ing. Teodoro Elmore ha traído un nuevo mensaje del ejército de Chile pidiendo la rendición de la plaza. Desde que fuera capturado ahora funge de vocero del Ejército de Chile.
 
2. Ejemplo
de gloria
 
Pobrecito. ¿A qué torturas y amenazas lo habrán sometido? El problema es que Elmore conoce toda la red del sistema de minas instaladas en el Morro, sabe su manejo y todo eso lo aprecian sus actuales captores tenerlo como rehén para ellos es un tesoro.
Con esta ya son tres las veces en que Chile pide la rendición. Y en las tres, pese a la inmensa desventaja de fuerzas que tenemos, el rechazo de parte nuestra ha sido unánime. ¡Arica no se rinde!
Pero, ¡Elmore, hace ahora de emisario chileno! ¿Qué es esto? ¿Qué significa? Significa que ya les entregó la información que necesitaban.
Como corresponde, Francisco Bolognesi lo ha tratado con desprecio. Y ni siquiera lo ha recibido. ¡Viva el Perú!, se oye desde una y otra casamata en tinieblas, enterrados en la arena en la noche tenebrosa y sin poder encender ni siquiera un fósforo.
¿Qué es la guerra? Pienso en mis hijos. Y en mis nervios lucha por un lado el deseo de conservarme vivo. Pero lucha también el anhelo de legarles a mis hijos una patria digna y un ejemplo de gloria.
 
3. Se inicia
el ataque
 
 Día 7 de junio. Es el amanecer y velamos al pie de los cañones. ¡Qué honda vibración es este emblema, esta bandera en el alba, el Perú!
No hemos dormido. La noche es húmeda, fría y lóbrega. La neblina cubre los cerros y cala hasta el fondo de los huesos.
Son las cuatro de la mañana y ha sonado la diana de zafarrancho de combate.
Permanecemos de pie en los parapetos con el arma sujeta en nuestras manos y pegada a nuestro pecho o a nuestras entrañas.
Desde abajo del poblado de Arica sube un concierto de cantos de gallos, que no sé si es normal que canten así, o presienten algo.
A las cinco y quince del amanecer se pinta en el horizonte una línea negra que avanza.
Es Chile quien inicia el ataque.
Pronto hay fuego nutrido de fusilería. 
 
4. Aquí somos
hermanos
 
 La artillería chilena con los cañones Krupp desata un bombardeo infernal e implacable.
Son lanzadas oleadas de soldados chilenos. Los batallones Iquique y Tarapacá del Perú, a paso de trote, tratan de ganar la altura y son diezmados.
 Palmo a palmo son defendidas nuestras posiciones. Emerge como un titán Ramón Zavala, y cae.
 Aquí ya no hay jefes ni subordinados. No hay clases ni jerarquías, no hay rangos ni grados. Una batalla torna los hechos y situaciones a su estado más simple.
Todos somos hermanos que defienden, sin distingos ni diferencias ni de razas, ni de procedencias.
Todo es síntesis gloriosa.
Se escuchan explosiones que hacen retumbar la tierra. Estallan los polvorines peruanos.
Me veo envuelto en una confrontación cuerpo a cuerpo, a balazo artero y bayoneta.
 
5. Lo propio
y lo ajeno
 
 La lucha es increíble.
Son las ocho y quince de la mañana y todo sucumbe en contra nuestra.
Estoy cerca de Bolognesi que sigue disparando revolver en mano.
Una bala le atraviesa el cráneo y cae salpicando con su sangre su uniforme y luego la tierra. Y cubriéndola con su cuerpo.
Todo El Morro cubierto por su cuerpo.
Estoy herido. Me he arrastrado hasta la pendiente desde donde podré arrojarme al abismo.
¡Hijos míos! ¡Ojalá que siempre se sepa cómo se luchó por el Perú en Arica!
¡Que por Arica siempre sean grandes los peruanos de toda condición, en toda circunstancia y en toda prueba!
Les dejamos una patria alta y sublime.
Nunca fue tan hondo y vibrante ser peruano. Sentir lo propio y extraño; lo que es tuyo, nuestro, ajeno y contrario. Es un abismo también reconocer que en esta vida hay enemigos.
– ¡Ríndase! ¡Ríndase! –Le gritan.
 
6. La vida
herida
 
Así veo que le increpan a Alfonso Ugarte que ha recogido la bandera de los soldados que la sostenían de a pie.
Pica su caballo y se arroja por el acantilado hacia el océano, casi por encima mío que yazgo tendido.
¿Dónde está Diosa esta hora? ¿Dónde encontrarlo en este promontorio? ¿Estamos solos en el universo?
Difícil ser bravo y valiente sabiendo que todo es adverso, que todo escasea y es incierto. ¡Y aun así hemos sido bravos y valientes!
Veo y escucho el repaso de heridos con la bayoneta y el corvo. He rodado ladera abajo.
Inunda el olor y el sabor a sangre, a pólvora y a catástrofe.
Inunda el aliento, la respiración humana mezclada a polvo, a aceite y dinamita.
Inunda el olor a despojos ensangrentados, a pólvora quemada junto a la humedad salada del mar.
 
7. ¡Perú!,
qué inmensidad
 
He caído desde un farallón hasta una saliente de roca. Aquí quedo. Me cuesta moverme.
Me estoy muriendo.
He podido deslizarme, cayendo por el morro. Apenas me sostengo en una rendija de la roca con cara al mar.
Tengo perforado el abdomen y una desgarradura honda de bayoneta a la altura del omóplato.
 ¡Arica! ¡Que nunca el Perú te olvide!
¡Y tú, amor mío! Diles a nuestros hijos que su padre se inmoló en Arica. Cuéntale que estuvo en este promontorio de lealtad y esperanza.
Diles que estuve en Arica y lo asuman como un alto honor y un privilegio que la vida les ha deparado.
Desde aquí veo que el monitor Manco Cápac se hunde. Su tripulación flota en el agua y es ametrallada.
 Hay incendios por uno y otro lugar.
¡Perú, qué hondura y qué inmensidad tiene tu nombre!
 
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