jueves, 28 de febrero de 2019

28 DE FEBRERO, 1854: MUERE EN AMOTAPE, PERÚ SIMÓN RODRÍGUEZ, EL MAESTRO DE BOLÍVAR - FOLIOS DE LA UTOPÍA: LA EDUCACIÓN Y EL PODER DE LOS SUEÑOS - POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN

 

 
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
 
2019 AÑO
DEL TRIUNFO DEL BIEN
 
FEBRERO, MES DE LOS HUMEDALES,
DE NUESTRAS LENGUAS NATIVAS, DE
RICARDO PALMA Y FEDERICO BARRETO
 
CAPULÍ ES
PODER CHUCO


 
SANTIAGO DE CHUCO
CAPITAL DE LA POESÍA
Y LA CONCIENCIA SOCIAL


 
*****
 
YA ACABAS, MES DE FEBRERO,
SIN HABER DURADO NADA
 
1.
¡Oh!, efímero febrero que tanto espantabas a mi padre! Porque de nada ni de nadie escuché a él quejarse tanto sino de ti, que nos acortas la vida, decía él; que la haces más breve, más sucinta y efímera.
¿Por qué eres así? ¿Quién te crees, para que te portes de ese modo? ¿Eres, acaso, un adolescente cerril? ¿O un niño travieso? ¿Quizá un joven lleno de arrebato? O, ¿una muchacha apática, indolente y sin sentimientos?
Mi padre, te cuento, jamás tuvo enemigos porque era una persona con una comprensión muy amplia para con todos. No se peleó con nadie. No tuvo encono con ningún personaje de mi pueblo ni de ningún otro lado.
Salvo contigo, dudoso febrero; en contra de quién él sí lo oí quejarse muchas veces, y despotricaba y hasta se enceguecía tratando de elucubrar sobre tu origen y tu negra entraña.
Sin excluir cuando caías bisiesto, en donde él reconocía que había hipocresía, solo en agregarte un día.
Además, por ser impar, que nunca le gustaron los números impares, porque tenía problemas para dividirlos, y el tener que usar décimas, centésimas y punto tras punto de división.
2.
Es que mi padre era andino. Quien le ponía alma a los seres y a las cosas. Y creía sinceramente que tú existías en algún paraje. Y, es más: que sentías y hasta pensabas a sabiendas.
Por eso se refería a ti como un mes fugitivo, díscolo y desleal, por lo breve, escueto y pasajero. Y que nos dejas insensible en las manos de marzo, como si fueras un torturador.
Porque marzo ya es dejar la casa e ir a la escuela. Es enfrentarse, para caminar en las calles, a los lodazales, a los muros que han caído y a los techos sucumbidos bajo un montón de tierra, elevando sus magueyes a lo alto como mástiles de naves hundidas. Es cómo guarecerse, ya fuera de la casa, de las lluvias torrenciales y de sus torrenteras.
Ya es ir desde el primer día a abrir el portón de la escuela, y avanzar por en medio de todas las plantas que han invadido con sus tallos, hojas y flores extasiadas las escaleras. Es desbrozar las hierbas hasta de los rincones más inusitados, crecidas en las ventanas y hasta en las tejas.
Donde encontramos que todo es verde luminoso y transparente bajo el dorado del sol. Y todo hacia adentro. Cada pétalo de flor y hoja por mínima que sea, como el trébol diminuto y que crece impenitente. Y en donde hasta las piedras son lúcidas, sinceras, con el alma vuelta hacia afuera que nos parecía que también han florecido.
Marzo es llevarnos a nosotros de la mano y descubrir un mundo mágico que se ha formado en el patio de la escuela durante los meses en que ha estado completamente cerrada.
3.
Hoy 28, ya pasaste, ¡ay febrero traicionero! ¡Y es eso lo que más nos duele! Eres malo porque no te quedas, porque permaneces poco tiempo entre nosotros. Entonces, ¿te odiamos o te queremos? Pero, ¿qué actitud tomar contigo? ¿Solo regañar? ¿Solo inquietarnos? O, ¿quedarnos impasible, y sin protestas?
Protestar sí, ¿pero de qué sirve? La actitud es apurarse. El remedio es hacer las cosas rápido, más pronto y mejor, arenga mi padre. En la sastrería terminar de voltear los sacos, alistar los uniformes, hacer ojales y pegar botones.
En el ser maestro alistar los registros de matrícula escolar. En la orquesta ensayar nuevas canciones para las fiestas de los carnavales. Para la cocina conseguir y traer el aviar del campo. Ir al molino y moler los granos para tener harina y hacer los panes.
Y tus ojos, papá, se sumen en preguntarle al destino si es una manera de hacerle frente a esta desdicha, como es que ha terminado el mes sin acabar de hacer las cosas que se tenían que hacer.
Aunque yo a ratos, contemplándote a ti febrero, y ahora que él ha muerto, vea que más bien tú eres todo agua, todo brotar de lo nuevo y lo tierno. Y en vez de atolondrado eres doliente, como era mi padre. ¿No serás acaso ahora él, que en ti se ha encarnado?
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
 
*****
28 DE FEBRERO, 1854
MUERE EN AMOTAPE, PERÚ
 
SIMÓN
RODRÍGUEZ,
EL MAESTRO
DE BOLÍVAR

 Maestro Simón Rodriguez
(Simón Narciso de Jesús Carreño Rodríguez)


 
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA

  El juramento del Monte Sacro
 
 
LA EDUCACIÓN
Y EL PODER
DE LOS SUEÑOS


 
 
Danilo Sánchez Lihón
 
 
Ya va a venir el día,
ponte el sueño.
César Vallejo
 
 
1. Luciérnaga
que vela
 
Elena Torrez es una niña boliviana de nueve años de edad, que estudia en el Colegio San Martín de Porres de Cochabamba, quien nos refiere lo siguiente en una composición:
Yo quería ser una luciérnaga
para alumbrar a los necesitados de luz.
Pero no pude cumplir mi deseo
porque no sabía volar ni alumbrar.
Pero una noche por mi ventana
pasó una luciérnaga de alas doradas.
La saludé y le pregunté cómo podía yo
alumbrar. La luciérnaga no dijo nada.
Pero me alumbró toda la noche.
A la mañana siguiente me desperté.
Me sentía tan feliz que parecía
que se me había cumplido el sueño.
 
2. Destino
de plenitud
 
Este poema, y cuento a la vez, publicado por el Club de Experiencias Pedagógicas del Centro Cultural Portales, además de encontrarlo bello por trasuntar una ilusión, lo encuentro simbólico acerca de lo que es –o debe ser– la acción de la escuela y la educación.
Cuál es, que nos ilusiona en el fondo de su propuesta por el anhelo de volar y alumbrar, y que nos da la sensación de estar de pie al borde de un acantilado para abrir las alas y volar.
Simbólica también de la acción del maestro, actitud que la encuentro en la luciérnaga que vela el sueño de la niña; como en el acto del despertar, donde encuentro representada a la acción del conocimiento.
Y en la constatación de la niña de sentirse feliz y comprobar que ya tiene luz, que brilla y que vuela por el cielo azul, donde encuentro el impulso de la educación para la construcción de nuestro destino de plenitud.
 
3. Crear
voluntades
 
También porque lo encuentro muy pertinente y tiene vínculo con Bolivia y su historia, quiero evocar aquí la presencia de un educador que forjó a un libertador de nuestra América, como es Bolívar,
Y con ello me refiero al maestro Simón Rodríguez quien a instancias de Simón Bolívar fue nombrado Director de la Educación Pública, Ciencias, Artes, Físicas y Matemáticas, de Bolivia, que equivalía a un cargo como de Ministro de Estado en la cartera de Educación, gracias a que Simón Bolívar así lo pidió e impuso a quien gobernaba esa república como fue Sucre.
Pero que no duró en esa función sino poquísimo tiempo debido a que lo primero que hizo fue de un plumazo aumentar el sueldo de los maestros, razón por la cual José Antonio de Sucre, pese a ser recomendado de Bolívar, lo destituye. A aquel que entre otros mensajes nos dejó éste de extraordinaria vigencia, que dice: “Educar es crear voluntades”
Como puede ser volar o alumbrar, en el caso de la niña Elena Torrez de Cochabamba, quien escribe su poema dedicado a la luciérnaga.
 
4. Nos consagró
sus desvelos
 
Porque Bolívar mismo fue fruto de esa luz encendida por su maestro, hecho que él mismo lo reconoce con profunda emoción, diciendo que él fue el forjador de su espíritu, siendo lo siguiente lo que le escribe desde el Perú:
“Maestro mío... Ud. formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso. Yo he seguido el sendero que Ud. me señaló. Ud. fue mi piloto...
Cuán hondamente se han grabado en mi corazón las lecciones que Ud. me ha dado. No he podido jamás borrar siquiera una coma de las grandes sentencias que Ud. me ha regalado. Ud. habrá visto mi conducta, Ud. habrá visto mis pensamientos escritos...
Y no habrá dejado de decirse: todo esto es mío. Yo sembré esta planta, yo la regué. Yo la enderecé tierna, ahora robusta, fuerte y fructífera, he aquí sus frutos...”
Que es lo mismo a sentirse feliz al despertar, como lo hace Elena Torrez, porque siente que se puede volar y ahora tiene luz, que es lo que le escribe Bolívar a su maestro, quien vivió buena parte de su vida en el Perú, y consagró a nuestro pueblo sus desvelos.
 
5. Romper
cadenas
 
Maestro, ante quien Bolívar juró consagrar toda su alma en libertar América, en el monte Sacro de Roma, cuando dijo:
Juro delante de usted, por el Dios de mis padres, por mi patria, que no dejaré descanso a mi brazo ni reposo a mi alma hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen.
Con quien caminó a pie por el Sur de Europa. Maestro que salió de un orfelinato, de una casa de expósitos, para educar, junto con Andrés Bello y Francisco de Andújar, a Simón Bolívar; quien es un fruto glorioso de una educación esmerada.
Maestro del libertador, quien vivió veinte años en Europa y hasta regentó una escuela en Rusia. Y quien resumió así sus ideas sobre la educación en nuestros países
La América española es original, originales han de ser sus instituciones y su gobierno, y originales sus medios de fundar uno y otro. O inventamos, o erramos.
Señaló, premonitoriamente.
 
6. Utopías
pendientes
 
Y quien le motivó al libertador a que le escribiera aquella carta, que ocurrió cuando él estaba en el pináculo de su gloria, en enero de 1924. Y quien para entonces se encontraba en la costa de Pativilca al norte de la ciudad de Lima.
Carta que encuentro con gran similitud de contenido y significación con el poema a la luciérnaga que evoca Elena Torrez, incluso en ser vagabunda como lo fue Simón Rodríguez:
Errante, nómada y atrabiliario. Dromómano, revuelto y de una profunda afectividad y estatura moral. Quien solo cogió la pluma para escribir sobre su egregio pupilo cuando este estaba no en la cumbre de su mayor poder, sino en la peor de las desgracias y pergeñar un libro sensitivo.
Cuando a Bolívar se le arrebató la presidencia de la Gran Colombia y cuando se le intentó matar en el Palacio de San Carlos, en Santa Fe de Bogotá. Y que, entonces dándose un trabajo ímprobo, y a mano, escribió aquel alegato: “Defensa del Libertador del Mediodía de América”.
Libro que permaneció inédito y que sólo se imprimió años después en Arequipa, en el Perú.
 
7. Utopías
pendientes
 
Como la luciérnaga de Elena, Simón Rodríguez daba calor y afecto en el momento más crítico, para proteger y defender la vida.
Y en la imagen que Elena Torre dice: “por mi ventana pasó” encuentro que es lo mismo a cuándo: Simón Rodríguez escribe:
no quiero ser como los árboles que echan raíces sino como las nubes que viajan”.
Contenido que tiene que ver con una educación en función de los sueños, las ilusiones y las aspiraciones de bien y felicidad de nuestros pueblos.
Y con las utopías, como era en ese momento el anhelo de libertad, cuando se produjo el juramento del Monte Sacro en Roma.
Y de elevarse, volar y trascender, que es lo que habita y anima en el fondo de la acción de la escuela, y razón de ser de la construcción de procesos sociales en la educación.
Ciencia, educación y libertad es la fórmula para concretar en nuestra América las utopías pendientes por cumplir.
 
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CONVOCATORIA
XX ENCUENTRO
INTERNACIONAL ITINERANTE
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA


ITINERARIO
TELÚRICA DE MAYO, 2019
ABARCA DEL 10 AL 19 DE MAYO
LIMA:
VIERNES 10
HUARAZ:
(Se pernocta)
SÁBADO 11
CARHUAZ
YUNGAY
CARAZ
(Se pernocta)
DOMINGO 12
LA PAMPA
CORONGO
(Se pernocta)
LUNES 13
CABANA
PALLASCA
(Se pernocta)
MARTES 14
MOLLEPATA
ANGASMARCA
CACHICADÁN
MIÉRCOLES 15
(Se pernocta)
SANTIAGO DE CHUCO
(Se pernocta dos noches)
JUEVES 16
VIERNES 17
TRUJILLO
(Se pernocta)
SÁBADO 18
GUADALUPE
DOMINGO 19
EN EL CENTENARIO
DE LOS HERALDOS NEGROS
 
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