lunes, 7 de enero de 2019

7 DE ENERO: NACE GEORGETTE DE VALLEJO - FOLIOS DE LA UTOPÍA: AMOR MÁS ALLÁ DE LA VIDA Y LA MUERTE - POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN


 
  
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina
 
2019 AÑO
DEL TRIUNFO DEL BIEN
 
ENERO, MES DE LA DEFENSA DE LIMA
DEL NACIMIENTO DE ARGUEDAS, HERAUD
Y LOS PARADIGMAS DE MACHUPICCHU
 
CAPULÍ ES
PODER CHUCO


 
SANTIAGO DE CHUCO
CAPITAL DE LA POESÍA
Y LA CONCIENCIA SOCIAL
 
 
EL TELÉFONO DE GRAHAM BELL



1. Breve
historia
Alejandro Graham Bell, inventó el primer teléfono práctico de la historia, patentándolo el 6 de enero de 1876. Los científicos del siglo pasado realizaron una serie de tentativas destinadas a transmitir mensajes a distancia y una de ellas originó la invención del teléfono.
Se considera que el primer teléfono práctico fue inventado por Alejandro Graham Bell, profesor escocés radicado en Estados Unidos de Norteamérica desde 1871, quien tuvo como ayudante a un mecánico llamado Tomas Watson.
Después de innumerables pruebas y ajustándose a las instrucciones de Bell, Watson logró fabricar un aparato compuesto de un emisor y un receptor conectados por un alambre, que ellos habían tendido entre una habitación de la planta baja y el tercer piso de la casa.
Un buen día de marzo de 1876, Bell se encontraba probando su transmisor cuando súbitamente se derramó sobre las piernas una sustancia química, situación que lo hizo exclamar "Señor Watson, venga. Lo Necesito".
Watson ingresó a la habitación y con gran júbilo le manifestó a Bell que lo había escuchado con total claridad no obstante estar tan alejado de esa habitación. La conexión pues se había establecido por casualidad al mover Bell un pequeño alambre.
Ese año Alejandro Graham Bell obtendría la patente de su invento y en 1877 los progresos de ambos inventores fueron tan rápidos que ya habían alrededor de 800 aparatos en uso. En este mismo año se instaló una línea telefónica entre las ciudades de Boston y Cambridge, sosteniendo a través de ella, Bell y Watson, la primera conversación a larga distancia de la historia.
2. Inicialmente,
¿cómo funcionó?
La vibración de las cuerdas vocales se manifiesta en la voz humana provocando variaciones en la presión del aire, lo que crea una sucesión de ondas sonoras que asemejan a las ondas circulares formadas en la superficie del agua tranquila cuando se lanza sobre ella una piedra.
Las ondas sonoras de nuestra voz penetraban pues en la bocina o micrófono chocando contra una lámina llamada "diafragma”, en cuya parte posterior existía unas pequeñas partículas de carbón, que al ser presionadas por la vibración de la lámina hacían que las ondas sonoras provoquen variaciones en la corriente eléctrica que llegaba a través de los alambres telefónicos hasta el receptor.
En el auricular del teléfono que recibía la voz existía una pieza envuelta en un alambre, denominada electroimán que a su vez ejercía acción sobre un delgado diafragma metálico que vibraba y volvía a crear ondas sonoras idénticas a las que fueron emitidas ante el micrófono. Recién entonces la persona con quien se hablaba podía escuchar el “¡Hola!” del emisor.
En los primeros tiempos las líneas telefónicas fueron construidas con alambres de hierro que recorrían las ciudades en todas direcciones, usándose más recientemente alambres de cobre y acero. Además, se logró comprimir los cables con la finalidad de que ocupen el mínimo espacio posible, e inclusive las líneas modernas se extienden debajo de la tierra y en un sólo cable de escasos centímetros de diámetro puede haber miles de alambres telefónicos individuales.
El teléfono en la vida moderna se ha constituido en un medio de comunicación de gran utilidad, pues gracias a él las personas pueden comunicarse y mantener una conversación, aunque se encuentren a miles de kilómetros una de otra.
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN


*****
 
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
CONVOCATORIA
 
HOMENAJE
A GEORGETTE DE VALLEJO
 
LUNES 7 DE ENERO
7 PM.
 
CASA MUSEO
CÉSAR VALLEJO YNFANTES
 
PROGRAMA:
 
1. Saludo de bienvenida
CÉSAR VALLEJO CASTAÑEDA
 
2. Presentación de la actividad
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
 
3. Georgette en relación
a la cultura andina
RAMÓN NORIEGA TORERO
 
4. Significación de Georgette
en la vida y obra de César Vallejo
FLORENCIA ROLDÁN
 
5. Lectura de poemas del libro
“Máscara de cal” de Georgette de Vallejo
AMELIA MELGAR VÁSQUEZ
 
6. Georgette de Vallejo que yo conocí
DELFINA PAREDES (*)
 
7. Capulí en Reading
JUVENAL SÁNCHEZ LIHÓN
 
– ÁGAPE VALLEJIANO
 
Conducción:
SAMUEL CAVERO GALIMIDI
 
CASA MUSEO
CÉSAR VALLEJO YNFANTES
Jr. 28 de Julio 307. Magdalena del Mar.
Referencia: Altura de la Iglesia del
Inmaculado Corazón de María
o de la Cúpula. Lima. Perú.
 
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7 DE ENERO


 
NACE
GEORGETTE
DE VALLEJO


 
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA


 
AMOR MÁS ALLÁ
DE LA VIDA
Y LA MUERTE


 
Danilo Sánchez Lihón
 
 
No tengo para amarte
sino un alma ardiente y fatigada
y el exceso de mi desesperación.
Georgette de Vallejo
 
1. Amor
total
 
El amor de Georgette a César Vallejo es amor inmenso y sublime, a pesar de todas las diferencias.
Es amor a un hombre de una cultura enigmática, procedente de un continente remoto y de una raza acentuadamente distinta, casi opuesta no solo en sus características étnicas sino en relación a sus contenidos esenciales: la Francia es lógica, cartesiana y de sutilezas, y el Perú es abismal, bravío y misterioso.
Es amor a un poeta que en ese momento no era de éxito, y al contrario su vida aparentemente había fracasado en todo. Y es amor total, más allá de todo cálculo y medida.
Amor a un hombre que aparentemente no publicaba, porque escondía más bien lo que escribía, y vivía de la mendicidad ante amigos que todo lo calculan, racionalizan y guardan para cobrárselo después, ya muerto.
Es amor a un hombre que no era ni de promesas ni de exhibiciones ni de aspavientos. Ni de aparecer, a como dé lugar, en los medios de prensa. O de buscar colocación en las vitrinas, aunque sea corrompiéndose. Al contrario: rehusaba atender cualquier acercamiento a quienes crean monigotes o ídolos de barro.
 
2. Consagrado
a la causa del hombre
 
A ella, pese a la terrible pobreza en que vivían juntos, nunca la consoló ni siquiera con aquello que él sabía hacer.
Nunca le leyó ni le dijo siquiera los poemas que le había dedicado y escrito para ella. “No me dijo Georgette, te he escrito esto”. Se quejaba ella después. “Pero no importaba…” Recapacita: “Yo lo había amado así”, tal como era.
Por eso es amor sublime y valiente, que traspasa la vida y se extiende más allá de la muerte.
Es amor, en lo material, a un hombre que vivía de la caridad pública; y más concretamente del préstamo que le hacían sus amigos, varios de ellos no siempre sinceros.
Amor a alguien que era cero en individualismo y en ganar posiciones; nulo en egoísmo y en hacerse de bienes, desaprobado en “éxito”, viajes y en entrega de honores, distinciones y reconocimientos. Eso sí, consagrado totalmente a la causa de la humanidad, a sus ideales y a la conquista de las utopías sociales.
Amor a un hombre que era expulsado del país que lo acogía. Y país que a ella le pertenecía, que era el suyo: la Francia admirada y pretendida.
 
3. Amor sublime
y valiente
 
Por eso, es amor sublime y valiente, que traspasa la vida y se extiende más allá de la muerte.
Es amor a un hombre que para ganarse el pan hacía trabajos humillantes a cambio de unas propinas, como copiarle los manuscritos a un poeta mediocre.
Y tan mediocre que después publicó las cartas de amigo y confidente que él le había escrito y en las cuales pedía favores que solo un miserable después hace públicos.
Amor que requiere coraje para estar de pie treinta y tres días con sus noches en la cabecera de su lecho de moribundo casi sin comer ni tener cómo comprar medicinas.
Y seguirlo después hasta el fin del mundo, no solo por los caminos de esta vida sino de los trasmundos y por todos los senderos inexplorados de los tiempos viejos y nuevos.
Por eso es amor sublime y valiente, que traspasa la vida y se extiende más allá de la muerte.
 
4. Himno
de solidaridad
 
Amor hondo, lacerado, lleno de reproches como son dos lámparas o antorchas que se juntan y arden.
Amor que la condujo a desandar los pasos que él había andado y las estelas que él había tendido, haciendo el camino de regreso hasta dar con su tierra nativa.
Amor tan fuerte que le determinara quedarse para siempre en el país desde donde él partiera. Y donde se le hiciera la vida imposible, un calvario y una expiación.
Tanto que la hicieron una ermitaña y eremita, una intemperante compulsiva, como también una montonera de las causas nobles y arriesgadas de la vida.
Como es transformar la realidad para convertirla en himno de solidaridad humana, tal cual su esposo la enseñara el camino a seguir y la causa qué abrazar.
Amor de quien va a las actuaciones a enrostrar a quienes recitan sus versos con voz engolada, mímica falsa y alma de mercaderes.
 
5. Y echándole
de menos
 
De quienes para adornar los versos conciben que haya que ponerle música de fondo, y modular inflexiones huecas.
Y, por supuesto, con cobro de boletos de por medio, y pagos subrepticios de las municipalidades o de cualesquiera otras oficinas confesables o inconfesables.
Amor que sobrevivió en esta vida 46 años terrenales, la edad que él necesitó para morir de vida y no de tiempo, como lo dejó dicho; y en todo ese tiempo seguir amándolo cada día y cada hora,
¡Y echándole de menos en cada minuto de esta vida para algunos áspera y desolada!
Amor de quien ya él muerto devuelve las pesetas a quienes declaran y publican haberle prestado alguna vez algo a su marido. Y lo hace no porque le sobrara el dinero que siempre le fue escaso, sino para taparle la boca a los falsos y espurios.
 
6. Sublime
y valiente
 
Y esto lo publicaron, ¡oh paradoja!, para que se les reconozca ¡lo grandes que fueron como amigos entrañables, y cuánto él les debe!
Cuando el sentido común sanciona pensar que si se fuera amigos de verdad jamás dieran a luz ni leerían de algún favor prestado en alguna circunstancia jamás suficientemente explicable, con lo que se descubre su calaña de negociantes y mercachifles
Amor de quien después de 32 años en que él muriera, cuando ocurre más bien que a más corto tiempo a los muertos se los olvidan, ella junta moneda tras moneda, y traslada sus restos de un cementerio a otro que ella recordaba que alguna vez le confesara que allí le gustaría descansar algún día. Sinceramente, ¿quién lo hace?
Ella sola, sin nadie quien le ayude, compra a perpetuidad la tumba en el cementerio de Montparnasse, donde aquel le confiara el anhelo de ser allí ideal y tranquilo que sus huesos reposaran, si cabe reposo en tan insigne guerrero.
Por eso es amor sublime y valiente, que traspasa la vida y se extiende más allá de la muerte.
 
7. Apoteosis
del alma
 
Amor de quien eligió quedarse aquí, en el país del amado, pese a que se le trató con hiel, acíbar y hasta ahora la burla y risita limeña la blanden los cínicos de siempre para darse aires de refinados.
Dejando incluso sus huesos en este suelo, para decirnos que hay un tema pendiente de unir más allá de todo lo visible, palpable y comprensible.
Amor único y legendario, un paradigma de todos los tiempos, de todas las civilizaciones y de todas las edades. O eras históricas.
Amor que atestigua gloriosamente el paso de los seres humanos, alentando una llama sagrada en el alma.
¿Cuál es ella? La del amor entre hombre y mujer más allá de la razón y la lógica. La devoción de uno a otro más allá de toda mezquindad, como una apoteosis del alma humana sobre la faz de la tierra.
Por eso, el amor de Georgette a César Vallejo es amor sublime y valiente, que traspasa la vida y se extiende más allá de la muerte.


 
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