jueves, 13 de diciembre de 2018

HOMENAJE AL POETA UNIVERSAL CÉSAR VALLEJO - POR JOSÉ PABLO QUEVEDO (ALEMANIA)


 
RELOJ DE TIEMPO PARA UNA POSTURA NUEVA
 
Por José Pablo Quevedo (Perú - Alemania)

“Para la eternidad, el momento
es un parpadeo, pero cuando el momento
crea algo nuevo, es otra eternidad.”


Entonces, Vallejo, vigila la eternidad ENTERA,
en su cien por ciento de afán y desarrollo,
en su fuerza y su magma prevaleciente,
en su ceniza evolutiva de estrella.
Háblanos: con los verbos abiertos contenidos de tu pecho,
con las íes conjugadas como puntas de los Andes,
con todas las aguas cargadas de los ríos,
con los huesos amados de tus padres,
con tus palabras hechas estandartes por la República de España,
tal vez, de tu paso por el Sena bajo soles vangohgnianos,
en esa espera de Georgete silenciosa y hecha ala de ternura,
o con la pena hecha lágrima rodando por el mundo
con tu dolor y la neurastenia de tu vida.

2

Las orillas de imposibles se llenan,
y los imposibles, posibles se van, Vallejo.
Y la eternidad se va en sus dos rieles divergentes,
se va en la semejanza y diferencia de lo que somos,
y se va en cada acontecer del día que no hemos logrado.
Y con cada sueño que al despertar se hace consciente,
la eternidad mide tu ser con otros seres,
y te visita en tu asiento y en tu costado,
en tu timón y en tus batallas y en tus férulas,
y ella constata la justeza de tus hablantes maxilares.
Y la eternidad te rodea, Vallejo, y carga tu puño y tu sentencia:
No hay Dios, ni hijo de Dios, sin desarrollo.

3

El poeta se hace en el sentir y pulsar del tiempo,
en su abrazo sin fin de humanidad,
perdón, digo: eternidad, Vallejo,
pues el dolor es creciente en su suma de siglo
que bifurca hasta el naufragio de fugitivos,
como semblanza de cuerpecito de niño
varado en una orilla por las olas.

Entonces:
Reloj de tiempo para una postura nueva,
para agudizar el momento en un sueño consciente.

La odisea de la vida, no es el nacer,
solamente,
sino el transformarnos siempre,
y alcanzar la misma dimensión
de nuestros propios huesos.


Zeituhr für eine neue Lage

Por José Pablo Quevedo (Perú - Alemania)

“Für die Ewigkeit ist der Moment
ein Lidschlag, aber wenn der Moment
etwas Neues schafft, ist es eine andere Ewigkeit.“


Dann bewacht Vallejo die ganze Ewigkeit
in ihrem hundertprozentigen Eifer und Fortkommen,
in ihrer Kraft und ihrem vorherrschenden Magma
in ihrer evolutiven Asche des Sterns.
Sprich zu uns: mit den in deiner Brust enthaltenen offenen Worten
mit den gebeugten I’s wie Spitzen der Anden,
mit allen von den Flüssen mitgeführten Wassern,
mit den geliebten Knochen deiner Vorfahren,
mit deinen Worten, die zu Standarten der spanischen Republik wurden,
vielleicht auch von deinen Schritten an der Seine unter den Sonnen van Goghs,
Beim Warten auf Georgette, leise und zarter Flügelschlag,
oder mit Schmerz, der zur Träne wurde und durch die Welt rollt
mit deinem Schmerz und der Neurasthenie deines Lebens.

2

Die Ufer füllen sich mit Unmöglichkeiten,
und die Unmöglichkeiten werden zu Möglichtkeiten, Vallejo.
und die Ewigkeit geht auf zwei divergierenden Schienen,
sie geht in der Ähnlichkeit und Unterschiedlichkeit dessen, was wir sind.
und sie geht in jedem Ereignis des Tages, der uns nicht gelungen ist.
Und mit jedem Traum, der beim Erwachen uns bewusst wird,
die Ewigkeit misst dein Sein an anderen Wesen,
und besucht dich auf deinen Platz und an deiner Seite,
an deinem Steuer und in deinen Schlachten und in deinen Stockhieben,
und sie bestätigt die Gerechtigkeit deiner sprechenden Kiefer.
Und die Ewigkeit umgibt dich, Vallejo, und trägt deine Faust und dein Urteil:
Es gibt keinen Gott, keinen Gottessohn, ohne Entwicklung.

3

Der Dichter formt sich im Fühlen und Pulsieren der Zeit,
in seiner endlosen Umarmung der Menschheit,
Verzeihung, ich sage: Ewigkeit, Vallejo,
denn der Schmerz nimmt zu in der Summe des Jahrhunderts
das sich verzweigt und bis zum Schiffbruch der Flüchtlinge reicht,
zum kleinen Körper eines Kindes,
von den Wellen an den Strand geworfen.

Dann:
Zeituhr für eine neue Haltung,
um den Moment in einen bewussten Traum zuzuspitzen.

Die Odyssee des Lebens ist nicht das Geborenwerden
allein,
sondern uns ständig zu verändern
und die Dimension
unserer eigenen Knochen zu erreichen. 
 
 
Autor del dibujo: Eladio Ruiz Cerna

PROYECCIÓN DE LOS ANDES

(Homenaje a César Vallejo)

Por José Pablo Quevedo (Perú - Alemania)


Las piedras adultas del Ande dejan constancia
de sus rostros eternos
entre grandes cerros retratadas.
Ellas permanecen como el alma de un pueblo
cobijado en una de sus alas formidables.

El tuyo Vallejo lo moldeó el mismo viento
orillado por la luz del tiempo,
orillado, tal vez, ese jueves “en que Dios estuvo enfermo”,
y ya no pudo “jugar a los dados eternos”.
Pues Dios se convirtió en hombre en tus versos,
se hizo tierra y arado,
y pintó de añil un cielo y dejó el castigo de lado,
y hecho chacarero hizo la puya y la flor
y dejó cantar a los pájaros para no estar desolado.

Con la frente ancha y en tus pensamientos reposando,
te vemos Vallejo en el centro de los Andes,
y desde sus hondones, el viento compitiendo con la Luna,
y sin cansacio te va cincelando,
su lengua incolora peina permanente tu peinado.
Pues quien la piedra pule y la arena hace en millones de años
-para hacer la memoria de los pueblos-,
también hizo tu rostro en granito.
Fogatas para las noches andinas desde tus ojos se abren.

Bailan coronas de fuego sobre las esferas de la noche,
ellas resplandecen sobre las aguas del río que se las lleva.
"No hay Dios, ni hijo de Dios, sin desarrollo“, escribes César,
tal vez, reclamándole su semejanza a TODOS
y ninguna superioridad para nadie.
Y fluye la imaginación y cualquier proyección intuye
que lo que es verdadero permanente se renueva.
Tu rostro Vallejo queda entre el oro y los añiles
que se extienden con el sol y que las nubes lo llevan.