viernes, 2 de noviembre de 2018

2 DE NOVIEMBRE: CONMEMORACIÓN DE LOS FIELES DIFUNTOS - FOLIOS DE LA UTOPÍA: ¿POR QUÉ LLORAMOS Y SENTIMOS PENA? - DIÁLOGO ENTRE UNA HIJA Y SU MADRE VUELTA ESPÍRITU - POR DANILO SÁNCHEZ LIHÓN


 
 

Construcción y forja de la utopía andina
 
NOVIEMBRE, MES DE LA GESTA
DE TUPAC AMARU; LOS DERECHOS
DEL NIÑO; VIDA Y EJEMPLO DE
J.M. ARGUEDAS Y MANUEL SCORZA
 
CAPULÍ ES
PODER CHUCO


 
SANTIAGO DE CHUCO
CAPITAL DE LA POESÍA
Y LA CONCIENCIA SOCIAL


 
*****
EL HABLA DE MI TIERRA


La última vez que llegué a mi pueblo un señor, más o menos de mi edad, sincero y cariñoso me detuvo en medio de la calle.
Yo bajaba y él subía. El sol era luminoso y la frisa fresca y suave. Los aleros de las casas proyectaban su sombra violeta y su aroma a naranjas en flor.
Se detuvo y me detuve. Cogiéndome de los hombros, sin dejar de mirarme con sus ojos transparentes, me pregunta:
– Puedes decirme ¿hijo de que papá y de qué mamá eres?
– Mi primer nombre es Fredy, y mi papá se llamó Danilo Sánchez Gamboa, fue maestro en la escuela 271, el Centro Viejo.
– ¿Y, tu mamacita?
– Mi mamá se llama Elvira Lihón Paredes. Y vive en Estados Unidos.
– Y, tú, ¿no te acuerdas de mí?
Lo miro, teniendo al fondo en la bocacalle los cerros donde maduran los trigales y mueven sus capas los árboles de eucaliptos, atento a que me evoquen algún personaje y algún nombre.
– La verdad, no. Pero su rostro me resulta muy querido y familiar.
– Yo soy Gabino, con quien tú has jugado de niño. Y somos familia, por parte de Sánchez, de tu papacito, que es tu primer apellido vengo a ser tu tío.
– ¡Ah, qué gusto tío!
– Y por parte de tu mamacita, de Lihón, yo vengo a ser tu sobrino.
– Ah, ¡cuánto me complace!
– ¿Vas a adorar al Apóstol? Yo ya vengo de ahí, ya le pedí al Patrón divino sus bendiciones.
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN


 
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2 DE NOVIEMBRE


 
CONMEMORACIÓN
DE LOS FIELES
DIFUNTOS


 FOLIOS
DE LA
UTOPÍA


 
¿POR QUÉ
LLORAMOS Y
SENTIMOS PENA?


 
DIÁLOGO ENTRE
UNA HIJA Y SU MADRE
VUELTA ESPÍRITU



Danilo Sánchez Lihón
 
 
Aquello que para la oruga
se llama fin del mundo,
para el resto del universo
se llama mariposa.
Lao–Tse
 
Para una mente bien preparada
la muerte
es solo la siguiente gran aventura.
Albus Dumbledore
 
 
1. En sus
corazones
 
– ¡Hija! Pero, ¿por qué esa aflicción, esas quejas, ese quebranto?
– Lloro mamá, y siento pena de verte inmóvil, rígida y yerta.
– ¡Pero eso no es cierto! Ahora yo soy libre, gozosa y retozo en prados de esmeraldas y arroyos de jacintos.
– Lloramos y sentimos pena de que ya no estés en este mundo, que es bello. Y porque cada vez es más honda y lacerante tu ausencia.
– Pero eso no es cierto. Ahora estoy en los lugares que más quería y amo. Estoy en la tierra, en este mundo y en otros. en el pueblo en donde nací, en los lugares en que tuve momentos felices de mi vida y con los seres que más he querido y amado y fui dichosa. Y estoy ya no solo a su lado, sino dentro de ustedes y en sus corazones.
 
2. No
lloren
 
– Y, nuevamente, los vuelvo a encontrar llorosos y con sus rostros de pena. ¿Por qué insisten en estar afligidos? En verdad créanme, ¡no tiene sentido!
– Lloramos y sentimos pena de que estés en un mundo frío, oscuro y de tinieblas.
– Pero eso no es cierto. Ahora estoy en la luz, bajo el sol radiante, y he vuelto a ser una niña feliz y pura. ¡Ya no lloren!
– ¡Imposible, sería traicionarte que no sintamos pena!
– ¿Pero tanta es la congoja que siguen con sus lamentos? ¿Por qué? Sientan, más bien, paz, alivio y armonía.
– Lloramos y sentimos, porque te has ido, nos has dejado y para siempre.
– Pero eso no es cierto. Nos volveremos a encontrar. Y al hacerlo será sin contingencias, vueltos y convertidos en esencias, vueltos verdades puras, vueltos amor, hechos sabiduría y sin nada de equívocos. Por eso, no lloren más.
 
3. Con mis pies
descalzos
 
– ¡No lloren! Todos más bien a cambiar de rostros y de ánimo. Y que prevalezca el sosiego.
– No podemos, mamá. Estamos así, afligidos porque sentimos y creemos que cada vez nos quedamos más solos nosotros mismos en este mundo y sin nuestros seres queridos.
– Pero eso no es cierto. Yo los acompaño ahora cada vez más, y siempre. Antes no podía ir, por ejemplo, por los sitios por donde ustedes iban y transitan; en cambio ahora sí, voy a su lado y estoy con ustedes, aunque no me vean.
– Y, ¿cómo?
– Con mis pies descalzos, con mi luz y mi sombra que a ratos se adelanta, y a ratos está a su lado, aunque no me sientan; y por momentos voy por detrás por todos vuestros senderos y estoy con ustedes en todos los momentos de sus vidas.
– ¿Siempre, mamá?
 
4. ¿Estás
bien?
 
– Ahora siempre. Infaltable en todas las circunstancias más decisivas de sus destinos.
– ¿Sí?
– Sientan que estoy ahí, aunque no me vean. Pero antes no podía estar en todos esos eventos, como yo quería. Pero ahora sí. Y si quieren estar conmigo todo depende de que me sientan y estén seguras que estoy.
– Bien, mamá.
– Pero, otra vez, los encuentro mustios y compungidos.
– No podemos, mamá. Lloramos y sentimos pena porque creemos que a ti algo te duele, que estás sufriendo; que atraviesas por un momento difícil y amargo, como es la muerte.
– Pero eso no es cierto. Ustedes son los que sufren. De ustedes es la congoja y el lamento, no mía, ni de mí.
 
5. Lirios,
rosas
 
– Tú, ¿estás bien, mamá?
– ¡Sí, y al contrario de cómo están ustedes! Yo ahora descanso apacible. Es en el mundo en donde ustedes están en donde se sufre.
– Y tú, ¿ya no?
– ¡No!, porque yo más bien hoy día he nacido hacia otro reino. Y atravieso ahora por senderos amenos, tal y como son estas flores que ustedes han traído para adornar mi sepulcro.
– ¿Hay flores ahí, mamá? ¿En dónde estás ahora y por dónde pasas?
– ¡Muchas más que en cualquier otro paraje o sitio que yo haya conocido! Donde están vivas las flores que han puesto alrededor mío y que son visibles, como aquellas otras que no han podido traer porque están en los corazones de la gente buena. Ahora mismo veo senderos de lirios, rosas, clavelinas y azucenas.
 
6. Todo
continúa
 
– ¿Qué haremos sin ti, ahora?
– Les aseguro que no es justo que lloren ni se aflijan ni sientan pena.
– Sentimos que no llorar por ti sería traicionarte. Tu ausencia es desgarradora y te extrañamos en cada rincón de la casa, en donde tantos años hemos vivido contigo y en cada instante de nuestras vidas.
– Yo estaré con ustedes siempre, cuidando sus pasos, guiándolos para que vayan por caminos seguros y propicios. Para que sean siempre amorosos sus latidos. Para que siempre haya valor en vuestros corazones y se imbuyan de cariño al prójimo.
– Con tu muerte, ¿no se acaba todo para ti?
– ¡No! ¡Nada se acaba para mí, ni para ustedes! Todo continúa. Nada se pierde
 
7. Espíritu
sagrado
 
– Ahora sentimos que es cierto todo lo que nos dices, mamá. Porque te escuchamos.
– Cada vez que desees hablar conmigo, habla Estoy a tu lado. Es más: dentro de ti.
– Sí, es verdad. Porque ahora sentimos que estás entre nosotros. Antes eras una persona, ahora eres todos juntos.
– En esta dimensión en que ahora estoy uno se vuelve todo.
– Siento que estás en mí y en la energía del universo. Que te has vuelto espíritu sagrado. Y formas parte de lo que en conjunto se llama Dios.
– Así es. Eso sí es verdad.
Y por eso nos inclinamos reverente ante ti, y te adoramos. Junto a todo lo que es la creación.
– ¡Gracias por comprenderlo, hija mía!
 
 
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